De arriba a abajo: Mao Zedong, Deng Xiaoping y Jiang Zemin |
Al pasar revista a la historia de estos 40 años, podemos, por lo menos, sacar las conclusiones fundamentales en los cuatro aspectos siguientes.
El establecimiento, consolidación y desarrollo del sistema socialista encarna las leyes objetivas del movimiento de la sociedad moderna de China y supone el cambio más grande y profundo en su historia. Si no hubiéramos realizado una revolución popular con el socialismo como perspectiva, no habríamos podido derrocar el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático ni trocar en luminosa la China lóbrega. Si la Nueva China no hubiera seguido el camino socialista ni persistido en la dictadura democrática popular después de su establecimiento, no habría podido salvaguardar la unidad del país y la independencia nacional ni cumplir gradualmente el de- seo de prosperidad común del pueblo. Si, en adelante, en vez de mantener- nos en el socialismo retrocedemos a la senda capitalista tal como abogaba cierta gente, nutriendo y engordando de nuevo una clase burguesa con la sangre y el sudor del pueblo trabajador, entonces, en un país como el nuestro, con una población numerosa y un nivel muy bajo de las fuerzas productivas sociales, no haremos más que sumergir otra vez a la inmensa mayoría en la pobreza extrema. Tal capitalismo no podría ser sino uno de tipo comprador primitivo, y sólo significaría que el pueblo chino de las diversas etnias quedaría reducido otra vez a condición de doble esclavo: del capital extranjero y de las clases explotadoras del país. En resumen, justamente como han señalado los camaradas Mao Zedong y Deng Xiaoping, sólo el socialismo podrá salvar a China, y sólo el socialismo podrá desarrollarla.
El sistema socialista es un sistema que se desarrolla y perfecciona continuamente partiendo de su propia base. Bajo las condiciones del socialismo, nuestra tarea fundamental es desarrollar enérgicamente las fuerzas productivas sociales tomando la construcción económica como centro del trabajo. Basándonos en las condiciones nacionales del país y resumiendo las experiencias de la práctica, reajustamos conscientemente aquellas partes de las relaciones de producción que no se adecuen a las fuerzas productivas y aquellas de la superestructura que no cuadren con la base económica, conforme al nivel real de las fuerzas productivas sociales y a las exigencias objetivas de desarrollarlas en mayor grado: he aquí la reforma socialista a la que nos referimos. Si ésta no se lleva a cabo, se asfixiarán la vitalidad y el vigor inherentes al socialismo y se obstaculizará gravemente la puesta en práctica de sus ventajas. Después de la III Sesión Plenaria del XI Comité Central, nuestro Partido incluyó la reforma y la apertura en su línea básica, abriendo así perspectivas completamente nuevas para el desarrollo de la causa socialista de nuestro país. Los enormes éxitos del último decenio han corroborado que la orientación y la política generales que rigen la reforma y la apertura son enteramente correctas y deben ser llevadas adelante con toda firmeza.
Desarrollar el patriotismo y persistir en los principios de independencia y apoyo en el propio esfuerzo constituye una experiencia fundamental en las conquistas del triunfo de la revolución de China y también de su construcción socialista. En la China contemporánea, el patriotismo y el socialismo son concordantes en su esencia. La historia ha corroborado que, de los patriotas que defienden firmemente la dignidad de la nación china y anhelan su prosperidad y florecimiento, la mayoría pueden convertirse en fieles socialistas o amigos confiables del socialismo. El patriotismo y el espíritu de apoyo en el propio esfuerzo del pueblo chino son fuerzas poderosas para la modernización socialista. Nuestra causa socialista se ha consolidado y desarrollado precisamente en el proceso de romper el aislamiento, el bloqueo y las provocaciones impuestos a nuestro país por las fuerzas hostiles extranjeras. El pueblo chino nunca se ha sometido ni jamás se someterá a ninguna presión exterior, ni renunciará en absoluto al camino socialista y la independencia nacional a cambio de una limosna de otros. Siempre hemos acogido, y procurado, el apoyo de los pueblos de otros países a nuestra causa. En la nueva situación, damos mayor importancia a aprovechar las condiciones internacionales favorables y perseveramos en la apertura al exterior para acelerar la modernización socialista del país.
El Partido Comunista de China, armado con el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong, es el destacamento de vanguardia de la clase obrera china y el representante fiel de los intereses del pueblo de todas las etnias del país, y asume una misión de suma importancia en el proceso de la independencia y el desarrollo de éste. El que el Partido Comunista haya sido el núcleo dirigente de la revolución y la construcción de China es una elección correcta hecha por el pueblo en su larga práctica. El Partido se ha madurado gradualmente en el curso de vencer las dificultades, superar los desaciertos y resumir lecciones históricas. Los éxitos logrados en el transcurso de estos 40 años se deben al esfuerzo de todo el pueblo bajo la dirección correcta de nuestro Partido. Y en términos generales, los errores y reveses se producen principalmente por causas internas del Partido. El cómo se encuentra el Partido reviste una significación decisiva para el destino del país y la nación. Tenemos que analizar con severidad y sin la menor compasión los desaciertos del trabajo y corregirlos resueltamente para resolver los problemas que hay en el Partido. Hemos de sintetizar las experiencias de manera científica e histórica y conocer objetiva y global- mente la realidad. Siempre que así hagamos con perseverancia, de seguro nuestro Partido no defraudará la esperanza del pueblo y escribirá un capítulo brillante en el cumplimiento de las nuevas tareas históricas.
Basándonos en esas conclusiones fundamentales, tenemos que trabajar con mayor firmeza para integrar la verdad universal del marxismo con la realidad concreta de nuestro país, seguir nuestro propio camino y construir un socialismo con peculiaridades chinas. La teoría de Deng Xiaoping sobre la construcción de un socialismo con peculiaridades chinas es una teoría científica, reconocida y aceptada por centenares de millones de chinos a través de 10 años de verificación en la práctica, y es la bandera que nos conduce a continuar marchando hacia adelante. En toda la etapa primaria del socialismo tenemos que aplicar firme e invariablemente la línea básica que adoptó el XIII Congreso Nacional del Partido: dirigir y unir al pueblo de las diversas etnias del país a que trabaje con la construcción económica como el centro de la labor, persista en los cuatro principios fundamentales y en la reforma y la apertura y abra camino con trabajo duro apoyándose en el propio esfuerzo, a objeto de bregar por hacer del nuestro un país socialista moderno, próspero, poderoso, democrático y civilizado.
Fuente: Teoría china
2 comentarios:
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