domingo, 29 de noviembre de 2015

China promete medidas definitivas para eliminar pobreza para 2020

 

BEIJING, 28 de noviembre (Xinhua) -- El máximo liderazgo de China prometió hoy medidas definitivas para ayudar a los restantes 70 millones de pobres del país a salir de la pobreza y disfrutar de servicios sociales básicos para el año 2020.

Las tareas principales del gobierno en los próximos cinco años incluirán garantizar que la gente afectada por la pobreza tenga suficiente que comer y vestir y que disfrute de educación obligatoria, servicios de salud y vivienda, de acuerdo con una conferencia de alto perfil de dos días de duración sobre alivio de pobreza y desarrollo que concluyó hoy en Beijing.

Al identificar que el alivio de la pobreza sigue siendo "una tarea ardua", el presidente Xi Jinping dijo en la conferencia que "ni una sola región o individuo que viva en la pobreza será dejado atrás" cuando el país cumpla la meta de "construir integralmente una sociedad modestamente acomodada" para el año 2020.

Xi pidió a los gobiernos de todos los niveles llevar a cabo medidas más focalizadas y precisas para garantizar que la gente pobre de las áreas rurales tenga acceso a alimentos, vestido, educación básica, servicios de salud y un hogar seguro.

El ingreso disponible per cápita de los campesinos en las áreas pobres debe aumentar a un ritmo más rápido que el promedio nacional, y los servicios públicos esenciales para esas áreas deben llegar casi al nivel de los criterios del promedio nacional.

Los gobiernos y funcionarios locales, en particular los de las regiones subdesarrolladas, deben de hacer del alivio de la pobreza una prioridad máxima en el trabajo de los próximos cinco años, exigió Xi.

Se debe dar prioridad a la mejoría en la infraestructura rural, incluidos caminos, acceso al agua, electricidad e internet, dijo el primer ministro Li Keqiang durante la conferencia.

La conferencia estableció medidas concretas y diversas para el alivio de la pobreza.

viernes, 27 de noviembre de 2015

Xi Jinping subraya desarrollo de filosofía económica marxista

  
BEIJING, 24 de noviembre (Xinhua) -- El presidente de China, Xi Jinping, ha hecho un llamamiento a que se realicen nuevos avances en la filosofía económica marxista mediante la conversión de las prácticas y experiencias en el desarrollo económico de China en teorías económicas.

Xi hizo estas declaraciones el lunes cuando presidía una sesión de estudio en grupo del Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh), máximo liderazgo del país, sobre la teoría básica y la metodología de la economía política de Karl Marx.

Ante la extremadamente compleja situación económica en el país y en el extranjero, así como ante los variados fenómenos económicos, el estudio de la economía política marxista podría ayudar a llevar a cabo análisis económicos de una manera científica, a mejorar la capacidad de gestión de una economía de mercado socialista y a responder mejor a problemas de desarrollo económico, dijo Xi.

El PCCh ha enriquecido la economía política marxista a través de la combinación de sus principios básicos con nuevas prácticas en los terrenos de la reforma y la apertura y ha conseguido muchos logros teóricos clave, aseguró el mandatario chino, al tiempo que citaba el reconocimiento del papel "decisivo" del mercado en la asignación de recursos, la teoría de la "nueva normalidad" y su desarrollo como ejemplos.

"Este nuevo concepto de desarrollo debería usarse para guiar y promover el desarrollo económico de nuestro país, resolver problemas difíciles y crear una nueva dimensión en el desarrollo de la economía", dijo Xi.

Como la postura fundamental de la economía política marxista, debe persistir en centrarse en el ser humano a la hora de planear los trabajos, elaborar políticas y promover el desarrollo económico, según Xi.

El presidente chino subrayó la necesidad de mantener y mejorar el sistema económico socialista básico, y pidió consolidar y desarrollar el sector público, además de alentar, apoyar y orientar a su vez el desarrollo del sector no público.

"El estatus básico de la propiedad pública y el papel fundamental de la economía de propiedad estatal no deben flaquear", dijo Xi, añadiendo que ambos pueden asegurar que los pueblos de todos los grupos étnicos compartan los frutos del desarrollo, y son también garantía de la consolidación del papel gobernante del PCCh y de la adherencia al sistema socialista.

Asimismo, Xi subrayó que hay que adherirse a la dirección tomada para reformar la economía de mercado socialista y a la política estatal básica de apertura.

Durante el estudio, los miembros del Buró Político escucharon la conferencia dada por el profesor Gu Hailiang, del comité de ciencias sociales dependiente del Ministerio de Educación.

Los máximos dirigentes del país se sirven del estudio en grupo para conocer en profundidad asuntos importantes. Éste era el 28º estudio en grupo del actual buró político.

sábado, 14 de noviembre de 2015

Si las provincias de China fueran países...


El crecimiento económico de China es algo muy conocido. Pero la gran mejoría de la salud y la longevidad de sus habitantes pese a los terribles niveles de contaminación lo es bastante menos. Un nuevo estudio publicado en la revista The Lancet ofrece por primera vez un desglose por provincias de la salud en China. Nuestro mapa indica la esperanza de vida al nacer para cada una de las 33 provincias y municipios autónomos, emparejados con el país más similar según esta medida. 

El estudio demuestra que un recién nacido en China en 1990 viviría de media hasta los 68 años. Uno nacido en 2013 podría alcanzar los 76 años, por encima de la edad a la cual Confucio decía que "uno puede seguir los deseos de su corazón sin pasarse de la raya". Hay una gran disparidad entre provincias, pero la brecha se está reduciendo. En Shanghai la esperanza de vida es ahora de 83 añoscomo en Suiza. Los habitantes de seis áreas de China viven mejor que los norteamericanos. Los progresos más impresionantes han tenido lugar en en las más regiones más atrasadas: un niño nacido en el Tíbet en 1990 tenía una esperanza de vida de 56 años, lo que es similar a los países más pobres de África. Ahora ha subido a los 70 años, lo que es parecido a la esperanza de vida en Moldavia, uno de los países europeos más pobres.

http://www.economist.com/news/china/21677267-new-study-casts-new-light-chinas-progress-noodles-longevity

Breve historia del "dinero del pueblo" en China


SHENGYANG, 12 de noviembre (Xinhua) -- Con la puesta en circulación hoy jueves de un nuevo billete de 100 yuanes más difícil de falsificar, vuelven a atraer la atención dos billetes hechos a mano "emitidos" en 1960 y que actualmente forman parte de la colección del Museo Financiero de Shengyang, capital de la provincia nororiental china de Liaoning.

Tal es la marcha de la historia que estas dos pequeñas piezas de papel, ambas consideradas falsificaciones hace unos 50 años, son apreciadas en la actualidad como preciosos (y valiosos) "trabajos artísticos" a los ojos de los visitantes del museo.

Con valores de uno y de dos yuanes, los billetes se dibujaron con bolígrafos de colores. Uno de ellos representa a una mujer que conduce un tractor, mientras que el otro, que no está del todo finalizado, muestra a trabajadores del metal utilizando tornos.

Estas falsificaciones fueron confiscadas por la policía de Shengyang, que las entregó a la oficina del Banco Popular de China en la ciudad antes de que terminasen en el museo.

La moneda china, el yuan, se conoce oficialmente como renminbi (RMB), que significa "la moneda del pueblo". Los diferentes nombres tienen una correspondencia razonablemente adecuada con los utilizados en Reino Unido para su moneda: "sterling" (libra esterlina) y "pound" (libra).

De manera más informal, en las transacciones diarias la gente se refiere a la moneda china como "kuai", que equivale aproximadamente al británico "quid" para aludir a las libras o al estadounidense "buck" para los dólares. El yuan lleva 67 años en los bolsillos de los chinos, desde que se introdujo en 1948.

Hoy en día, el de 100 yuanes (poco menos de 16 dólares) es el billete con valor más alto que circula en China, una política que pretende evitar tanto las falsificaciones como la corrupción. El banco central emitió billetes de hasta 50.000 yuanes en el primer conjunto puesto en circulación en 1948, pero dado que el esfuerzo, la habilidad y el coste de falsificar billetes es más o menos el mismo con independencia de su valor, los billetes más pequeños tienen más sentido.

La primera emisión de RMB incluía 12 valores y había 62 versiones diferentes. La pobre calidad de la impresión hacía que los billetes fuesen fáciles de falsificar, lo que supuso un gran inconveniente tanto para la credibilidad como para la circulación.

En 1952, debido a su débil base manufacturera, China pidió a un amigo de confianza, la Unión Soviética, que se encargase de la segunda impresión de su moneda. En 1955 entraron en circulación los nuevos billetes, tras haber sido "importados" a la zona nororiental china de Manchuria en tren, etiquetados como "equipo técnico" enviado por una compañía de madera.

China elaboró un meticuloso plan de entrega para el gran día: el tren debía ser descargado por completo en un solo día; 10 personas abrieron los 10 vagones de forma simultánea; los coches para hacer la recogida eran estrictamente resistentes al agua; y los guardias de seguridad tenían que estar vigilando en los dos extremos de los vagones.

No obstante, dado que las relaciones entre los dos países se agriaron, el banco central empezó a reclamar en 1964 los billetes imprimidos por la Unión Soviética, incluido el único de tres yuanes en la historia de la moneda de China.

Importar impresoras de la Unión Soviética se volvió imposible, de modo que los expertos en impresión de China tuvieron que confiar en su propio ingenio. Después de muchos intentos, un tercer conjunto de billetes de renminbi con marcas de agua se puso en circulación en la década de los 60, poniendo fin a la impresión de la moneda china de forma externa.

El billete rojo de un "jiao" (0,1 yuanes) de la nueva impresión fue sustituido por otro verde solo dos años después de que apareciese por primera vez.

De acuerdo con la leyenda que circula entre los coleccionistas, el problema del billete era que mostraba a unos trabajadores "caminando hacia la derecha" en la ilustración del reverso. La ideología política era un asunto muy serio en China en aquella época y este tipo de "error de desviación derechista" llevó a este billete "maligno" a la destrucción total. En la actualidad es uno de los más raros y más apreciados entre los coleccionistas de billetes chinos.

Los billetes de yuan no solo han llevado fortuna a los coleccionistas, también hicieron de Ma Wenwei, un analista financiero del banco central en los años 50, el calígrafo más famoso de China. A Ma se le pidió que escribiese los carácteres chinos de "Banco Popular de China", "yuan", "jiao" y todos los números importantes sin que se le desvelase el motivo.

Al final, su escritura aparecería en los billetes, pero debido a ciertos requisitos de confidencialidad, Ma siguió sin ser conocedor de este hecho hasta que se emitieron los mismos. Desde 1999 la caligrafía de Ma ha circulado por todo el mundo, puesto que la quinta impresión de billetes llevaba la palabra "yuan" en el reverso por primera vez, en un intento de internacionalizar la moneda.

"El pueblo chino siempre tiene curiosidad sobre su pasado y sobre cómo ha llegado a ser como es", explicó Liu Lei, del museo de Shengyang. El billete de 100 yuanes de hoy "será más difícil de falsificar", agregó. "Y los derechos de propiedad intelectual de las características de seguridad nos pertenecen a nosotros mismos", destacó.

martes, 10 de noviembre de 2015

Los chinos que combatieron en las Brigadas Internacionales

Por Óscar Miguélez

Un centenar de chinos, venidos de todas partes, lucharon como brigadistas en la guerra civil española. El matrimonio de científicos taiwaneses Hwei-Ru y Len Tsou ha investigado durante más de diez años la vida de trece de ellos y las ha hilvanado en el libro Los brigadistas chinos en la guerra civil. La llamada de España (1936-1939) que ahora ve la luz en España y también en la propia China. Esta es su historia.

Emigrantes, obreros, médicos, masajistas, periodistas, pequeños comerciantes…“Nosotros, los chinos, hemos combatido en los frentes de todos los lugares”. Es lo que le dijo Zhang Ji, un voluntario en nuestra guerra, a Yan Jiazhi, el primer chino que llegó a España tras el inicio de la contienda. Se trataba de un masajista residente en París sobre el que documentos de los archivos de la Internacional Comunista señalan que no se pudo confirmar su condición de militante. “Los que en esos momentos llegaban a España para combatir, con riesgo para sus vidas, -señalan los Tsou- no eran, evidentemente, personas corrientes”.

Lo extraordinario se convierte en el hilo conductor de sus historias. Recuerda Laureano Ramírez Bellerín, Premio Nacional de Traducción y coordinador de la edición española del libro editado por Catarata, la sorpresa que le produjo conocer quiénes eran y cuál fue la vida de aquel puñado de chinos, que los autores del hallazgo desglosaron en su casa de Barcelona gracias a la mediación de otro chino de la Ciudad Condal.

“El matrimonio, ella ingeniero químico y él especialista en semiconductores y por tanto nada que ver con la investigación histórica, llevaba años en Nueva York dedicándose a lo suyo hasta que, ojeando un álbum publicado por la Brigada Lincoln, que conmemoraba su 50 aniversario, advirtieron que algunos de los muchos nombres citados en sus páginas parecían chinos. Entonces -relata el profesor- empezaron a tirar del ovillo y se embarcaron en un trabajo de reconstrucción de aquellos acontecimientos que duró más de diez años y les condujo por tres continentes (Europa, América y Asia) y multitud de archivos. En España visitaron, entre otros, los de Salamanca, de Asuntos Exteriores y de la Biblioteca Nacional; los más importantes de EE.UU. y, por entonces, se abrieron los nacionales rusos donde hay muchísimo material sobre la guerra civil”. Los autores habían publicado su investigación en Taiwán en 2001 y el profesor, titular de la Universidad Autónoma de Barcelona, se comprometió a traducirlo “porque esto debía conocerse en España”. Consiguió para ello fondos de la UAB y creó un equipo de traducción formado por tres chinos y la española Maialen Marín Lacarta, al que se unió un investigador responsable de la difusión.

Cuenta este traductor, que ha trabajado codo con codo con los investigadores, que le llamaron la atención las edades de las personas que vinieron a la guerra, unas cuantas cercanas a los 50, “con lo que significa a esos años embarcarse en semejante aventura, y las de los más jóvenes, alrededor de los veinticuatro, uno de los cuales acabó en el frente de Gandesa”. Su nombre era Chen Wenrao. Había llegado en junio de 1937 desde Nueva York, donde entre otros trabajos había tenido el de camarero, y una vez en el cuartel general de las Brigadas Internacionales en Albacete fue enviado durante un mes a un campo cercano para realizar la instrucción; luego fue trasladado al Batallón Lincoln y, después, pasó a engrosar las filas del 24º Batallón de la XV Brigada. El relato de su final ha quedado escrito por los Tsou: “Los brigadistas atacaron Gandesa a cuerpo descubierto y sus cadáveres cubrieron el valle. Allí murió Wenrao. Nadie los enterró. Permanecen en ese lugar y forman parte de la tierra española”.

Chen Wenrao era de Guangdong, pero también hubo brigadistas de Qingtian, pueblo al este de China donde nació más del 70% de los chinos que hoy viven en España. Es el caso de Zhang Shuseng, “que debía de hablar bien español, ya que combatía con soldados españoles”. Tenía, según explica el profesor Ramírez, “un hermano en Valencia que estaba en el Ejército de la República y por ahí aparecen otros nombres de los que se podía seguir la pista. De hecho, muchos de estos emigrantes chinos en Cataluña, concretamente de una asociación de Tarragona, mostraron interés en hacer ahí un pequeño monumento que recordara a su compatriota que había luchado en la guerra española”.

El rostro de otro brigadista, Tchang Jaui Sau, fue portada de la revista Estampa. Este combatiente llegó desde la planta de automóviles de Renault y era miembro del Partido Comunista de Francia. Se embarcó en nuestra guerra incivil para, según escriben los autores, “combatir al fascismo y luchar por la libertad”.

Xie Weijing había sido miembro del Partido Comunista alemán y llegó a ocupar el cargo de comisario político del Batallón de Artillería, el cargo más alto que ocupó un voluntario chino de las Brigadas Internacionales. “Era periodista y pertenecía también al Partido Comunista chino. Intervino en todas las publicaciones izquierdistas de la época. Era el que tenía la idea de hacer una unidad china, sobre todo por facilitar las tareas administrativas, en las Brigadas con los voluntarios y los que servían en el ejército de la república, alrededor de unos cien que andaban disgregados, pero nunca se llegó a concretar”. Xie Weijing volvió a China y llegó a ser viceministro de Defensa.

Hwei-Ru y Len Tsou no llegaron a encontrar a ninguno de sus protagonistas vivos. En total, trece combatientes chinos de al menos ese centenar que, como subraya Ramírez, no eran una multitud, pero si “un número significativo, si tenemos en cuenta que no vino nadie de muchos países mucho más próximos, y tan solo un japonés de una nación vecina a la suya”. Por cierto, el nipón, que se llamaba Jack Shirai, había llegado desde San Francisco y fue cocinero, a su pesar –“Yo he venido a luchar y no a manejar cazuelas”-, el más famoso de las Brigadas. Lo mató una bala perdida mientras llevaba comida a la zona de combate.

La última sorpresa la encontraron los Tsou siguiendo la pista del brigadista médico Tio Oen Bik, cuando descubrieron el grupo de “los médicos españoles” que lucharon en la guerra china con Japón. “Los llamaban así porque todos habían estado en la guerra civil española, pero no había entre ellos ningún compatriota nuestro, eran todos checoslovacos, polacos, alemanes… Después de España, se marcharon a China a seguir en el combate contra aquellas ideas que representaban el auge de Hitler y Mussolini, y si hubiera habido otras batallas por esta causa hasta allá se hubieran marchado. Recientemente, se ha celebrado en China un congreso muy interesante con algún descendiente de aquellos médicos, y constituye otra línea de investigación sobre la que aún se sabe muy poco. Pero esa es otra historia”.

Para Laureano Ramírez, los chinos fueron otros brigadistas más, bien mandados por las organizaciones a las que pertenecían, bien por propia voluntad. “Pero lo importante -destaca- no es su huella en España, sino la impresión que les quedó a ellos y que duró toda su vida. Nunca ninguno de ellos se pudo quitar a España de la cabeza”.


jueves, 5 de noviembre de 2015

Entrevista de la cadena CBS a Jiang Zemin


El 31 de julio del año 2000, la cadena de televisión norteamericana CBS entrevistaba a Jiang Zemin, presidente de la República Popular China entre 1993 y 2003 (y también secretario general del Partido Comunista de China entre 1989 y 2002), en el marco del famoso programa de televisión "60 minutos", conducido por el periodista Mike Wallace. Previamente, Wallace había entrevistado a personalidades como Malcolm X, Deng Xiaoping, Anwar el Sadat, Ruhola Jomeini y Yasser Arafat, entre otros muchos. Esta fue la primera entrevista que concedía Jiang Zemin a un canal de televisión occidental en cerca de una década, y una de las más largas que se recuerda de una cadena estadounidense a un dirigente chino. También ha sido la última hasta la fecha. Hu Jintao nunca llegó a ser entrevistado por una cadena estadounidense, y aunque el equipo de "60 minutos" tiene pensado realizar una entrevista con el presidente Xi Jinping (ver enlace aquí), a día de hoy sigue esto siendo un proyecto.

Después de que la cadena insistiera durante siete años, Jiang Zemin solicitó poder visionar una serie de entrevistas de Mike Wallace a jefes de Estado, y finalmente invitó a China al equipo del programa, declarando que estaría dispuesto a contestar a cualquier pregunta. 15 años más tarde, el productor del programa Bob Anderson declaraba al Wall Street Journal que "lo que era realmente inusual fue que nos concedió un montón de tiempo. Nos dio toda una tarde y luego cenamos con él [...] La entrevista, que se suponía iba a durar una hora, creo, duró más de dos horas. Sus ayudantes, el ministro de Asuntos Exteriores y en general el grupo alrededor suyo se estaban poniendo realmente nerviosos. Sentían que no estábamos siendo lo suficientemente respetuosos con este hombre, al estar salpicándolo con preguntas cada vez más puntiagudas. Pero a él no parecía importarle en lo más mínimo, y estaba dispuesto ante todo lo que pudiéramos lanzar."

Jiang Zemin

Me he tomado la molestia de traducir y transcribir esta entrevista, porque me parece un documento sumamente interesante. En la misma se puede apreciar la diferencia en aquella época en el trato de los medios de comunicación occidentales hacia China con respecto a la época de hoy, en la que China es una potencia mucho más mayor en todos los terrenos. En no pocas ocasiones, la insolencia de las preguntas del entrevistador no tiene desperdicio alguno, mostrándose claramente cuál es la visión del mundo de los políticos, periodista e intelectuales de Occidente (no solamente del imperialismo estadounidense) sobre cuestiones de democracia, libertad y "derechos humanos" (que según parece son violados en todo el planeta menos por ellos). En definitiva, se muestra su ridícula pretensión etnocentrista de que el sistema político y los valores de una minoría de países deben ser implementados con obligatoriedad en todo el resto del mundo. Como se puede observar, en la entrevista Jiang Zemin contesta cordialmente pero sin concesiones a todos los ataques del entrevistador, que más que hacer una entrevista parece querer someter al presidente chino a un interrogatorio.

Y es que aquella entrevista se hizo en una época en la cual la posición de China socialista en el mundo era bastante más precaria que en el momento actual. Eran finales del siglo XX, siendo reciente la desintegración de la URSS, tras la cual se había pasado de un mundo bipolar a uno unipolar, y en el cual el no sometimiento al nuevo orden mundial podía suponer la destrucción manu militari de todo un país (véanse los casos de Irak y Yugoslavia). De hecho, en el momento de hacerse la entrevista, aún era muy reciente el bombardeo de la OTAN contra la embajada china en Belgrado el 7 de mayo de 1999. Claramente, en aquellos años el imperialismo estadounidense estaba con ganas de hostigar a China, y este es el papel asignado a Mike Wallace en aquella entrevista.

Si hoy el imperialismo no ataca con tanta fiereza a China es porque la correlación de fuerzas ha cambiado y porque las economías china y estadounidense se han vuelto mucho más interdependientes. Dudo mucho que hoy le sacarían a relucir al presidente Xi Jinping el tema de Tiananmen, pero en aquellos años, cuando se hablaba de China se sacaba sistemáticamente este tema (por no hablar de la cuestión del Tíbet). Entonces hoy, con el lugar que ocupa China en el mundo, dudo mucho que al presidente Xi Jinping le sacarían el tema de los "derechos humanos" con tanta vehemencia. Lo dudo mucho. Pero en sus años como máximo dirigente de China, a Jiang Zemin le tocó afrontar una época bastante compleja para China, con circunstancias mucho más adversas. Éste es el mérito que se le ha de reconocer.

Mike Wallace

Pese a todo, no deberíamos sentir odio por Mike Wallace, que al fin y al cabo no es más que un producto de una sociedad capitalista decadente y ahogada en su prepotencia. Y, en mi opinión, da muestras de un cierto profesionalismo y de un cierto respeto hacia Jiang Zemin, pese a los ataques contra China. Esto es algo que reconoció más tarde Jiang Zemin en un enfado monumental con una periodista de Hong Kong, en el cual mostró su respeto por el periodista estadounidense "¡Deberían conocer a Mike Wallace, está muy por encima de todos vosotros!" (ver vídeo aquí). Creo sinceramente que Wallace cree honestamente en la justeza de sus caducas ideas burguesas sobre la libertad, la igualdad y la democracia. A mí realmente me ha parecido un hombre entrañable. Pero si bien las ideas que defiende pudieron ser progresistas en su momento, hoy ya no son más que hipocresía y conceptos vacíos. En este sentido, considero que esta entrevista es un documento valioso en la medida en que puede verse cómo se enfrentan dos visiones del mundo totalmente distintas. Lo viejo (el imperialismo USA) contra lo nuevo (China). 

También resulta bastante admirable que con frecuencia Jiang Zemin conteste a Mike Wallace directamente en inglés, idioma que había estudiado en el instituto y con el que no se defiende nada mal. Esto no puede apreciarse en la transcripción que hice de la entrevista, por ello es recomendable ver el vídeo completo de la entrevista a Jiang Zemin, en el que se pueden apreciar muchos mejores los matices de la conversación (ver vídeo aquí). Disfruten.


Jiang Zemin: El tiempo vuela muy rápido.
Mike Wallace: Sí.
J.Z. Nos conocimos por primera en 1986.
M.W. ¿Usted y yo?
J.Z. Sí, cuando yo era alcalde de Shanghái.
M.W. Así es… Era sobre un tejado al aire libre.
J.Z. Sí, cerca del río Huangpu. Y estoy muy contento de verle hoy de nuevo.
M.W. Y yo de verle a usted, y le agradezco mucho por concedernos esta entrevista.
J.Z. Quisiera expresar, por medio de su programa de televisión, mis mejores deseos para el pueblo americano.
M.W. ¿Así como a sus amigos el presidente Clinton y George Bush?
J.Z. Por supuesto, incluyendo a todos, porque tengo muchísimos amigos en América. Viejos amigos.
M.W. Como ya sabe, señor presidente, usted se hizo con el cargo hace poco más de 10 años. Usted era percibido generalmente como una figura de transición. Usted no iba a ser el "número uno", iba a estar dirigiendo el país durante unos pocos años, y después alguien más fuerte, más decisivo, le sustituiría. Pero usted sorprendió a los escépticos: asumió el cargo y aún sigue en el cargo. ¿Por qué cree usted que fue infravalorado?
J.Z. Muchos jefes de Estado en el mundo han progresado gradualmente. Como alcalde y secretario del Partido en Shanghái, nunca habría creído que un día sería transferido al Comité Central, aquí en Beijing. Pero al final fui el hombre designado. Deng Xiaoping y otros dirigentes de la vieja generación querían que yo fuera el secretario general del Partido Comunista. No me lo esperaba. Sin embargo, he estado en el cargo desde hace 11 años, y siempre he tenido la convicción de que tengo que dar lo mejor de mí para servir a mi país y mi patria. Y tal vez sean mi duro trabajo y mi diligencia los motivos por las cuales siga en el cargo.
M.W. Las respuestas... más cortas. Usted conoce los Estados Unidos. Por favor, respuestas más cortas, más concisas.
J.Z. [risas] Sin embargo, considero que mis respuestas son de la misma duración que sus preguntas.
M.W. [risas] Sí, lo sé... ¡tiene usted toda la razón!
J.Z. Si usted hace preguntas breves y concisas, entonces le daré respuestas breves.
M.W. Algunos le apodan "la aguja envuelta en seda". ¿Es ésta una de las razones de su éxito? ¿Qué significa?
J.Z. La gente utiliza la misma expresión para describir el carácter de Deng Xiaoping. No creo que yo deba ser puesto al mismo nivel que Deng, pero una cosa segura es que soy una figura decisiva.
M.W. Pero esta expresión también parece significar que usted es una persona fuerte... una "aguja".
J.Z. En realidad, "aguja envuelta en seda" es un gran cumplido en chino, así que creo que debería ser más modesto.
M.W. Antes hemos hablado de las relaciones entre los Estados Unidos y China. En pocas palabras, ¿Cómo definiría el estado de las relaciones entre los Estados Unidos y China hoy, señor presidente?
J.Z. En términos globales, el estado de las relaciones entre Estados Unidos y China es bueno. Pero me gustaría emplear palabras que la gente emplea para describir la naturaleza, de manera a describir el estado de las relaciones sino-estadounidenses. Nuestras relaciones han experimentado vientos, lluvias, y a veces nubarrones, incluso nubarrones negros. Sin embargo, a veces el cielo se despeja. Esperamos con sinceridad poder establecer una asociación constructiva entre China y los Estados Unidos.
M.W. Esto es hablar como un verdadero político: no hay sinceridad en la respuesta... En un reciente titular de uno de los periódicos de su gobierno, el China Daily, se decía que los Estados Unidos son una amenaza para la paz mundial. ¿Usted lo ve de esta manera? ¿Que los Estados Unidos son una amenaza para la paz mundial?
J.Z. No creo que "político" sea una palabra halagadora...
M.W. No, no es una palabra agradable. Es una palabra... diplomática... en otras palabras… ¿Mire, usted cree que los Estados Unidos son una amenaza para la paz mundial, o no lo cree? Y si lo cree, ¿en qué medida somos una amenaza para la paz mundial? Eso fue lo que dijo el titular de ese periódico cuando el secretario de defensa William Cohen estuvo aquí en China.
J.Z. Tengo muchos amigos en los Estados Unidos, tanto demócratas como republicanos. Y cada vez que tengo reuniones con ellos, intercambiamos puntos de vista con mucha sinceridad y franqueza. Así que hablándole con franqueza: es posible que debido al fuerte poder económico y el papel puntero en ciencia y tecnología de los cuales disfrutan los Estados Unidos, la mayoría de las veces tienden a sobrestimarse a sí mismos y a su posición en el mundo. Hoy, quiero enviar un mensaje de amistad al pueblo americano. Pero quiero decir que puede haber cierto hegemonismo en los dirigentes de los Estados Unidos.
M.W. Ese mismo periódico dijo que los Estados Unidos son "despóticos". Lo cito textualmente: "despóticos".
J.Z. Bueno, como dije antes, espero que mediante nuestra conversación de hoy, podamos enviar un mensaje de amistad entre los pueblos de China y Estados Unidos. Por lo que, si me lo permite, quisiera evitar tener que emplear palabras demasiado duras en nuestra conversación. Creo que he sido muy claro cuando dije que los Estados Unidos disfrutan de una economía desarrollada así como de un papel de liderazgo en materia de ciencia y tecnología. Esto os ha colocado en una posición muy ventajosa, y muy a menudo os hace sentir "más iguales" que el resto del mundo.
M.W. ¿Se refiere a que miramos a China por encima del hombro? ¿Que somos demasiado prominentes en Asia?
J.Z. No hablo de la actitud de los Estados Unidos en particular con respecto a China. China es un país de 5000 años de historia y con más de 1.2 billones de habitantes. Hemos adquirido una importante base económica en los últimos años de reforma y apertura, así que me temo que los Estados Unidos no pueden permitirse mirar a China por encima del hombro.
M.W. Entendido. Usted estudió los discursos de Abraham Lincoln cuando era joven, en la época en que usted estudiaba inglés.
J.Z. Sí, cuando estaba en el instituto. Y cuando era profesor en la escuela nocturna en Shanghai, utilicé el discurso de Gettysburg para mi curso. Tal vez quisiera usted que recitara algunas palabras de este discurso.
M.W. Desde luego que quiero.
J.Z. "Hace ochenta y siete años nuestros padres dieron vida en este continente a una joven nación concebida sobre la base de la libertad y obediente al principio de que todos los hombres nacen iguales."
M.W. ¿Por qué se lo aprendió de memoria?
J.Z. Estoy particularmente interesado en la frase "todos los hombres nacen iguales" porque eso tuvo una enorme influencia en los estudiantes cuando yo estaba en el instituto. Y creo que lo que Abraham Lincoln describió en aquel artículo sigue siendo el objetivo de los dirigentes americanos hoy en día. Especialmente lo que se dice en el último párrafo: "el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo".
M.W. Pero Abraham Lincoln fue elegido por el pueblo. ¿No es así?
J.Z. Así es.
M.W. ¿Por qué pueden los americanos elegir sus dirigentes nacionales, mientras que aparentemente ustedes no confían en los chinos a la hora de elegir a sus dirigentes?
J.Z. Creo que también soy un líder elegido, aunque utilizamos otros sistema electoral. La única diferencia entre China y los Estados Unidos en esta cuestión específica son los distintos sistemas electorales que utilizamos en nuestros respectivos países. China tiene su propia tradición histórica, su propio nivel de educación, de desarrollo económico, desarrollo social, etc. Creo que cada país debería tener su propio sistema de elecciones.
M.W. Por supuesto. Pero sigo sin entenderlo: ¿Por qué tienen un régimen de partido único? ¿Qué pasaría si en China hubiese dos, o tres partidos? ¿No es acaso concebible que, como sucede en los Estados Unidos, la competición entre partidos por representar a la mayoría del pueblo en un determinado país, hace que este país sea mejor?
J.Z. ¿Por qué es necesario que existan partidos de oposición? Esto demuestra que usted no entiende la historia de China. Los americanos creen que el mundo entero debería adoptar los valores americanos y el sistema político americano. No creo que esto sea sabio.
M.W. No es el sistema americano solamente. Es el británico, el alemán, el francés... está por todo el mundo. Ustedes son la última gran dictadura comunista del mundo.
J.Z. ¿Está usted diciendo que soy un dictador? [risas].
M.W. ¡Pues claro! Una dictadura desarrollista, eso es lo que creemos que sois. ¿Me equivoco?
J.Z. Por supuesto, es un gran error.
M.W. ¿Un gran error?
J.Z. Por supuesto. Esto demuestra que usted no conoce tan bien China.
M.W. Bueno, usted dice que no conozco China "tan bien"... He estado aquí media docena de veces.
J.Z. Déjeme preguntarle: ¿Qué significa "dictadura"?
M.W. ¿Dictadura? Pues cuando usted no tiene libertad de prensa. Y aquí no hay libertad de prensa. Este es un ejemplo perfecto. 
J.Z. ¿Usted afirma que aquí, en China, no hay libertad?
M.W. Sí, aquí, en China. Consideramos que hay un nexo entre la libertad del pueblo y la libertad de prensa. Usted dijo que la prensa debería ser la portavoz del partido. Usted también dijo, al igual que Mao Zedong, que "los periódicos deberían ser dirigidos por políticos". ¿Qué teme de la prensa libre?
J.Z. Creo que cada país o cada partido debe tener sus propias publicaciones para promover su propia ideología. Como ya he expuesto, el sistema chino es un sistema multipartidista liderado por el Partido Comunista. Y tenemos libertad de prensa. Tenemos alrededor de 2000 emisoras de televisión en todo el país. Tenemos más de 2000 periódicos locales y más de 8000 revistas. Publicamos más de 100.000 libros cada año. El propio Mao Zedong abogó por la política de "que florezcan cien flores y compitan cien escuelas de pensamiento" en todos los terrenos del arte y la literatura.
M.W. "Que florezcan cien flores..."
J.Z. Eso es.
M.W. Y sin embargo, aquello al final fue un desastre.
J.Z. Pero la línea política era correcta. Hasta hoy, seguimos persiguiendo la misma línea.
M.W. Hace cuatro años, señor presidente, usted fue a la redacción de “Diario del Pueblo”, que es el periódico de mayor importancia aquí. Y usted dijo lo siguiente: “Un solo artículo, un solo comentario erróneo o un solo error en la prensa puede llevar a la inestabilidad política”. ¿Es tan poderosa la prensa? Esto hace que su sistema de partido único parezca extraordinariamente precario.
J.Z. Usted está en lo cierto cuando dice que visité a la redacción de “Diario del Pueblo” hace cuatro años. Pero me temo que nunca dije las cosas de esta forma, así que puede que haya habido cierta tergiversación de lo que realmente dije. Lo que quisiera explicarle es que somos un gran país con una población de 1.2 billones de habitantes, de tal manera que la dirección hacia la que nos llevan los medios de comunicación es un asunto importante. Usted no puede utilizar los valores americanos para emitir juicios sobre China, porque ustedes están muy desarrollados en su economía y en su nivel de educación. No puede pretender que China sea lo mismo que los Estados Unidos. 

Creo que tanto para los medios chinos como para los medios extranjeros, hay una cosa muy importante: nunca deberían distorsionar la realidad. Esto no les impide tener su propia opinión. Es un asunto muy importante para los medios chinos, y en particular para “Diario del Pueblo”, porque es el periódico de mayor importancia para el pueblo chino. Si hay un error en los periódicos, la gente creerá lo que lee. La situación es muy diferente en su caso [el de los americanos]: ustedes pueden reportar una noticia de la manera que quieran, aunque se cometan errores en sus periódicos. No tendrá consecuencias mayores. Le daré un ejemplo: estoy hablando con usted, ahora, en Beidaihe, y leo algunos algunos periódicos que dicen que ahora estoy en Dalian. Si esta noticia es cierta, ¿cómo es posible que esté aquí sentado hablando con usted? Y le contaré una cosa: hace pocos meses, leí unas noticias en internet que decían que Jiang Zemin estaba visitando tropas del ejército en Xiamen, cuando hubo una gran explosión, por lo que Jiang Zemin estuvo gravemente herido y hospitalizado. Sin embargo, en ese momento, yo estaba en Beijing…
M.W. Mire, usted está totalmente en lo cierto en lo relativo a los errores cometidos en su prensa y en nuestra prensa. Pero cuando hablo de dictadura… ¡y estoy señalando al jefe de Estado chino! [risas] Espero que no me mande usted a…
J.Z. Tanto su prensa como la nuestra cometen errores. Pero en nuestro caso, la influencia es mayor.
M.W. Bueno, sí… somos un cuarto de un billón. Somos una quinta parte de la población de China, que equivale a una de cada cinco personas en la tierra. Quisiera abordar este tema, el que usted gestione la vida de 1.3 billones de personas. ¿Nunca se dice alguna vez a sí mismo en casa: “Soy Jiang Zemin, soy el líder de una de cada cinco personas en la tierra”?
J.Z. Déjeme decirle algo sobre la población china. Cada día, 52.000 bebés nacen en nuestro país. Esto supone 20 millones de recién nacidos al año. Y este crecimiento significativo de la población ha estado controlado por una política familiar muy, muy estricta. Así que a menudo me pregunto: ¿Cómo aseguramos una vida feliz para todos, y mejoramos los estándares de vida para 1.2 billones de chinos? Esto, desde luego, es una gran tarea.
M.W. Al principio de su mandato (si podemos llamarlo así), aquí en China, Deng Xiaoping le dijo: “Quiero que estés en el puesto de mando, quiero que seas el hombre que dirija las cosas aquí”. Se dice que usted contestó: “Me siento como si estuviera sobre una fina capa de hielo”. No digo que usted estuviera asustado, pero está claro que usted no se sentía preparado para asumir esta responsabilidad.
J.Z. Déjeme ser muy franco con usted. Antes de venir a Beijing, yo era el número uno en Shanghai, el secretario del Partido. No tenía ninguna pretensión de dirigir todo el país, y pensaba que un candidato más capaz ocuparía el puesto. Pero Deng Xiaoping y otros dirigentes de la anterior generación creyeron que yo era el candidato apropiado. Así que fui elegido secretario general del Partido Comunista. Ahora sólo me toca dedicarme enteramente a hacer lo posible por servir al país y servir al pueblo hasta el último minuto de mi vida.
M.W. Por supuesto, pero… usted nunca sirvió en las fuerzas armadas, ¿verdad? Una de las partes más importantes de su trabajo es ser presidente de la… comisión de militares.
J.Z. De la Comisión Militar Central.
M.W. Comisión Militar. Usted es un hombre que nunca había servido en las fuerzas armadas, al igual que Bill Clinton. Usted ha sido muy duro con el ejército, ¿no es así?
J.Z. Usted está en lo cierto. Nunca he servido en las fuerzas armadas, porque soy un intelectual.
M.W. En los Estados Unidos, los intelectuales también sirven en el ejército, señor presidente.
J.Z. Es verdad. Pero dicho esto, he servido como presidente de la Comisión Militar Central durante 11 años. Creo que gozo de la confianza del ejército. Como presidente, no necesito personalmente disparar un arma o pilotar un avión. Mi responsabilidad es la de tomar decisiones estratégicas.
M.W. Pero usted tomó una decisión muy importante. El ejército solía estar metido en negocios…
J.Z. Sí, tomé una decisión.
M.W. Sí, lo sé, hace dos años, usted dijo: “¡Fuera de los negocios! Sois el ejército, no hombres de negocios”. ¿Por qué?
J.Z. Creo que si nuestro ejército estuviera autorizado a dedicarse a los negocios, esto minaría  nuestro ejército. Porque la historia nos enseña que todo ejército que se dedica a los negocios acaba corrompiéndose. Esto destruiría la moral y el espíritu de combate de nuestros militares.
M.W. Usted ha sacado el tema de la corrupción. Un mes después del episodio de Tiananmen, usted pronunció un discurso en el que dijo lo siguiente: “La corrupción crece en el suelo, en el aire, en cada rincón y lugar. Si el conjunto del Partido y todos nuestros órganos de gobierno utilizan su poder para buscar beneficios materiales, ¿no es esto como robar a la luz del día?” Aquellos estudiantes en Tiananmen también protestaron contra la corrupción de la que usted hablaba. Así que parece que tuvieron algún efecto en usted y en su partido.
J.Z. Creo que la corrupción es un fenómeno histórico que se ha producido en distintos países en distintas épocas, y aún se produce en distintos países a día de hoy. Hemos luchado resueltamente contra la corrupción. Ha habido casos muy serios de corrupción en nuestro país. Odio a la corrupción con toda mi alma, pero no creo que el problema pueda resolverse de la noche a la mañana. Y para erradicar gradualmente el problema, tenemos que apoyarnos en nuestro sistema legal, en nuestros medios de comunicación, y también en la mejora de la educación.
Usted está en lo cierto cuando dice que durante los disturbios de 1989, algunos estudiantes protestaban contra la corrupción. Así que en esta cuestión específica, el Partido comparte los puntos de vista de los estudiantes. Pero el hecho es que había algunas personas con motivaciones espurias que trataron de utilizar el entusiasmo de los estudiantes para derrocar el liderazgo del Partido Comunista y derrocar el sistema socialista. Esto nunca será permitido. Por lo tanto, tenemos que tomar medidas con resolución. Si no lo hubiésemos hecho, no gozaríamos en todo el país de la estabilidad de la que gozamos hoy. Una estabilidad que beneficia a China y al resto del mundo.
M.W. Usted era un estudiante que protestaba, en Shanghái…
J.Z. Sí, en Shanghai, es cierto.
M.W. Eso era durante la época de los nacionalistas: “Queremos libertad, queremos democracia”… ¡Ése era usted!
J.Z. Así es.
M.W. Y esto es lo que gritaba aquella gente en Tiananmen: “Queremos libertad, queremos democracia”.
M.W. Me uní al movimiento estudiantil contra los militares japoneses en China. Después de la Segunda Guerra Mundial, estábamos en contra del régimen nacionalista porque, en aquel entonces, no había libertad ni democracia en el país. Pero desde que se proclamó la República Popular China, siempre hemos trabajado por promover cada vez más la democracia en nuestro país. Como dije antes, incluso durante los disturbios de 1989 podíamos comprender las motivaciones de los estudiantes que exigían más democracia y libertad. Y de hecho, hemos estado trabajando hasta el día de hoy para mejorar nuestro sistema democrático. Pero la cuestión de fondo es que no podíamos permitir de ninguna manera que aquellas personas con motivaciones espurias utilizaran el movimiento de los estudiantes para derrocar el gobierno.
M.W. Una pregunta más sobre el tema de la dictadura… Ustedes trajeron internet a China. Han bloqueado páginas de internet aquí en China: la BBC, el Washington Post. ¿Por qué bloquear una página web? ¿No confían en la capacidad de la gente para seleccionar contenidos de internet y aprender?
J.Z. Bien, sobre el tema de internet, creo que hemos conversado sobre este tema antes, cuando hablamos sobre la libertad de prensa. Creemos que podemos aprender muchas cosas y obtener mucha información de internet. Sin embargo, a veces podemos encontrar material insano en internet, especialmente pornografía, que puede causar un gran daño en nuestros jóvenes.
M.W. Pero no la BBC ni el Washington Post…
J.Z. En cuanto a los otros ejemplos usted ha dado, como la BBC y otros, pueden ser bloqueados debido a sus reportajes políticos. Tenemos que ser selectivos. Queremos restringir en la medida de lo posible las noticias que no ayuden al desarrollo de China.
M.W. Otro tema del cual tal vez no quiera hablar: los derechos humanos. Ustedes perseguís a los cristianos. Perseguís una cosa llamada Falun Gong. ¿Por qué motivo, este proyecto espiritual (en mi opinión) es perseguido? Y yo conocí al tipo en Nueva York… ¿Cómo era su nombre?
J.Z. Li Hongzhi.
M.W. Li Hongzhi. Lo conocí.
J.Z. ¿Lo conoció?
M.W. Sí, lo conocí. Me senté con él, como ahora. Ellos hacen ejercicios, creen en algún tipo de vida espiritual. ¿Qué hay de tan preocupante en Falun Gong como para que ustedes los torturen, arresten, asesinen, etc.?
J.Z. En primer lugar, quisiera preguntarle: ¿Usted también cree en Falun Gong?
M.W. ¿Si yo creo? No sé lo suficiente sobre ellos.
J.Z. Le contaré. Li Hongzhi pretende ser la reencarnación de Buda. Y también pretende ser el Cristo reencarnado. ¿Se lo puede creer? Dice que el fin del mundo está al punto de llegar. Y también dijo que la Tierra estaba punto de explotar. También pretende que yo y el señor Li Peng (que por entonces era Primer Ministro) le pedimos por teléfono que retrasara la fecha de la explosión de la tierra, no sé, tal vez por algunas décadas. Pero nunca hemos hablado con él. En fin, con todas estas declaraciones, no pretende otra cosa que ganarse la confianza de la gente, que la gente crea en él. Quiere hacer creer que conoce muy bien a los dirigentes chinos. Pero lo que dice no son más que palabras para engañar a la gente. De hecho, a causa de sus predicaciones, muchas familias han sido destrozadas, y muchas vidas han sido perdidas. Así que después de cuidadosas deliberaciones, llegamos a la conclusión de que Falun Gong es una secta.
M.W. Mire... Ustedes habéis perseguido a los cristianos, esto se sabe. Ustedes habéis perseguido a Falun Gong. Es difícil de entender cómo una gran potencia como China quiera perseguir a la gente por sus creencias religiosas.
J.Z. Tenemos que dejar una cosa muy clara. Ahora usted acaba de mezclar dos cosas: el cristianismo y Falun Gong. La constitución china reconoce la libertad de profesar creencias religiosas, incluyendo la creencia en el cristianismo. Pero Falun Gong es una secta. Esto es totalmente distinto del cristianismo. Yo mismo, cuando era un estudiante universitario, iba a veces a fiestas de Navidad.
M.W. ¿Pero usted reconoce que los cristianos han sido perseguidos por el Partido Comunista en China?
J.Z. No, no lo reconozco. No obstante, al igual que todos los demás, los cristianos no pueden violar las leyes chinas.
M.W. Hablemos de otra cosa. Le suena el nombre de Wen Ho Lee, ¿verdad? ¿Lo conoce en persona?
J.Z. Es un famoso científico.
M.W. Sí, un famoso científico chino.
J.Z. Chino de ultramar.
M.W. Sí, un chino de ultramar que fue a los Estados Unidos en 1964. Tuvo una carrera extraordinaria. Ingresó en el laboratorio nacional de Los Álamos. Y de repente, algunos dijeron que era una espía, que aparentemente trabajaba para usted. ¿Lo era?
J.Z. Se lo puedo decir con toda franqueza: China no tuvo nada que ver en el caso Wen Ho Lee. Sólo conocíamos a Wen Ho Lee por ser un científico de renombre.
M.W. Un científico que vino aquí a China y habló con sus científicos.
J.Z. Es del todo natural que él venga a China y hable aquí con los científicos chinos. Tan natural como que un científico chino viaje al exterior. No estoy intentando en modo alguno defender a Wen Ho Lee. Él puede defenderse solo. Sin embargo, déjeme citarle el proverbio chino que dice: “donde hay voluntad de condenar, las pruebas acaban apareciendo”. No conocemos los motivos políticos que se esconden detrás de esto.
Le daré un ejemplo: el famoso científico Albert Einstein. El desarrolló la teoría de la relatividad en 1905 y 1916. Si en el siglo XX no hubiese existido la teoría cuántica ni la teoría de la relatividad, no habría existido la bomba atómica. Pero estoy convencido de que Einstein no quería que su teoría fuera utilizada para fabricar una bomba. Así que no creo que sea apropiado que la gente crea que el hecho de que científicos intercambien opiniones suponga un problema, a menos que algunos tengan algún propósito político detrás. Hasta el día de hoy, los chinos solamente consideramos a Wen Ho Lee como un científico de gran renombre.
M.W. Y esto es todo. No es un espía.
J.Z. Por supuesto que no.
M.W. Usted parece estar a la defensiva. Por primera vez en toda la conversación, cuando saqué el nombre de Wen Ho Lee, de repente he pensado: “esto es un tema difícil para él”. No he tenido esta sensación con ningún otro tema.
J.Z. No, no es en absoluto difícil para mí [risas]. Ésa es su impresión.
M.W. Correcto.
J.Z. Tal vez si usted me enfoca con una luz… [risas]
M.W. Sí, posiblemente con una luz… La razón por la cual le he preguntado sobre Wen Ho Lee es porque lo conocí.
J.Z. ¿Y usted qué opina al respecto? ¿Cree que es un espía o no?
M.W. ¿Yo? ¿Si creo que es un espía?
J.Z. Correcto.
M.W. […]
J.Z. Usted se está pensando la respuesta…
M.W. Sí, me la estoy pensando mucho, porque… tal vez no disponga de toda la información que otra persona sí tenga. Pero usted preguntó, y voy a contestar…
J.Z. ¡Puede que usted tenga incluso más información que yo!
M.W. Bueno, si…
J.Z. ¡Yo solamente me he informado por los periódicos!
M.W. Yo no…
J.Z. Verá, por primera vez…
M.W. Usted me ha cortado la palabra.
J.Z. [risas] No... por primera vez, veo que usted está en dificultades a la hora de contestar a esta pregunta.  
M.W. Sí, es verdad. Probablemente no debería contestar, porque soy un periodista objetivo. Una pregunta más: se dice que Wen Ho Lee fue llevado a juicio solamente porque era sino-americano. ¿Esto tiene sentido para usted?
J.Z. Creo que dije todo lo que tenía que decir sobre el caso Wen Ho Lee. Espero que el gobierno de los Estados Unidos no incurra en discriminación racial alguna a la hora de gestionar este tipo de casos, y que siga el principio de que "todos los hombres nacen iguales", como defendió Abraham Lincoln.
M.W. Eso hace de usted un republicano.
J.Z. [risas] No me alineo con ningún partido político en los Estados Unidos, porque tengo muchos amigos en los dos partidos de Estados Unidos. En cualquier caso, soy un miembro del Partido Comunista de China.
M.W. ¿Es este lugar, Beidaihe, un equivalente de Camp David?
J.Z. Es nuestra tradición trasladarnos aquí cada verano. Pero no estamos de vacaciones, estamos llevando nuestro trabajo cotidiano, tal y como lo hacemos en Beijing. Excepto que es posible que vayamos a nadar. Mi doctor me sugiere que nade con frecuencia. Esta mañana he nadado por 21ª vez este verano.
M.W. Nadar es la tradición de los dirigentes chinos. Mao Zedong nadaba. Deng Xiaoping nadaba. Jiang Zemin también… ¿Quién será su sucesor? ¿Será un nadador?
J.Z. [risas] El hecho de que todos nademos es una coincidencia. Pero es cierto que nadar te hace sentir relajado y refrescado.
M.W. Hace cuatro años, aquí en Beidaihe, usted reunió a un grupo de eruditos y historiadores y estudiantes, para hablar del tema de la crisis moral en China. Un problema al que también nos enfrentamos en Occidente: la desaparición de los valores morales, la desintegración de los valores tradicionales... ¿Este problema sigue estando de actualidad en China, verdad? ¿Puede esto ser el resultado de “enriquecerse es glorioso”? Deng Xiaoping dijo esto cuando empezasteis vuestro “capitalismo con características chinas”. ¿Le resulta plausible que cuantas más ganancias materiales obtenemos los seres humanos, más hedonistas y permisivos nos volvemos?
J.Z. Puede que usted lo haya situado bien en el tiempo... debe haber sido hace unos cuatros años. De hecho, esta cuestión es un tema de discusión recurrente para nosotros. China es una nación con una larga historia, y siempre le hemos dado una gran importancia a la civilización espiritual y la integridad moral. La teoría de construir el “socialismo con características chinas”, abogada por Deng Xiaoping, permite que alguna gente se haga rica antes que las demás. Pero el objetivo final es lograr la prosperidad común. “Enriquecerse es glorioso” no es capitalismo. El socialismo es hacer que toda la gente sea rica y próspera, y hacer que el país sea poderoso y próspero.
En febrero hice una visita a la provincia de Guangdong, donde dije a la gente: “Sois más ricos que en otras partes de China, y tenéis que reflexionar sobre la fuente de vuestro bienestar. Tenéis que seguir desarrollándoos en base a vuestra prosperidad, en lugar de relajaros y disfrutar simplemente de lo que habéis conseguido.” Creo que la última cosa que quisieran ver los dirigentes mundiales, es un escenario donde haya riqueza material por un lado, pero un declive moral por el otro.
M.W. Pero usted mismo hizo un llamamiento a la gente para filtrar las “decadentes influencias occidentales”. ¿De qué “decadentes influencias occidentales” habla usted, señor presidente?
J.Z. Me temo que no podría dar una respuesta más clara que usted sobre este tema, porque no he vivido en los Estados Unidos. Por ejemplo: Las Vegas. Nunca he estado allí, pero lo he visto en películas americanas. Yo y algunos dirigentes americanos, incluyendo los antiguos presidentes Bush y Carter, y el actual presidente Clinton, están preocupados por la influencia de ideas decadentes en la moral de la juventud.
M.W. Estoy casi seguro, señor presidente, de que usted sabe que prácticamente toda gran película de Hollywood se ha visto aquí en China. Esto podría ser un ejemplo de la distancia entre usted y el Partido, por una parte, y el pueblo chino por otra. El pueblo le da la bienvenida a nuestras películas. Usted quiere mantenerlas fuera. ¿Esto se debe a que el pueblo chino es decadente?
J.Z. Por favor, no hagamos objeciones a las películas occidentales. De hecho, yo mismo soy un aficionado a las películas occidentales. Cuando era un estudiante universitario, yo adoraba “Una canción inolvidable”, "El puente de Waterloo" y "¡Qué verde era mi valle!". He visto muchas películas americanas y europeas.
M.W. Pero estamos hablando de la decadencia. ¿Usted cree que América es más decadente que China, y que estamos exportando nuestra decadencia a su país?
J.Z. Bien, en cuanto a la decadencia: nuestros dos países son diferentes en términos de tradiciones históricas, modos de vida y creencias religiosas, etc. Así que tal vez haya cosas que no sean consideradas decadentes en los Estados Unidos, pero que sí lo sean en China. Este es el motivo por el cual debemos ser muy selectivos. Por ejemplo, “Titanic” fue un gran éxito en China. Y he visto la película. También he visto “Gladiator” y “Forrest Gump”Por ejemplo, la película “Gladiator” describe una parte de la historia del Imperio Romano. Puede que haya una ligera desviación con respecto a la realidad histórica, pero esto es algo que comprendemos totalmente. Es una creación artística.
M.W. Al Gore. George W. Bush. Uno de los dos será Presidente de los Estados Unidos. Y usted es el Presidente de China. Si nos estuvieran viendo, ahora mismo, por televisión, ¿qué quisiera decirles acerca de las futuras relaciones entre China los Estados Unidos? Esta es una pregunta seria.
J.Z. Como ya le dije, tengo a un montón de buenos amigos entre las dirección de ambos partidos, al igual que tengo muchos, muchos amigos que son miembros de estos partidos.
M.W. ¿Así que usted da dinero para las campañas de ambos partidos?
J.Z. ¿Bromea? Jamás hemos hecho algo así. Creo que sea quien sea el próximo presidente de los Estados Unidos, tratará de mejorar las relaciones entre China y los Estados Unidos. Esto está dentro de los intereses estratégicos del mundo entero. Alguien me dijo una vez que no tuviera en cuenta los comentarios poco amistosos que un candidato pueda hacer sobre China, porque una vez que es elegido, su actitud será amistosa. Sólo espero que esto sea cierto.
M.W. Bueno, esto es lo que Bill Clinton hizo. Hizo un par de comentarios poco amistosos con respecto a China, y una vez que fue elegido, su actitud hacia China cambió completamente, ¿no es así?
J.Z. Usted ya lo sabe.
M.W. Mucha gente cree, señor presidente, que usted y su partido hicisteis un trato con el pueblo chino. Ustedes le da libertad económica, libertad social para trabajar y vivir donde y como quieran hacerlo. Y a cambio, la gente renuncia a todo derecho a desafiar la autoridad del Partido Comunista. ¿Es así, no?
J.Z. Déjeme ser franco con usted. Creo que China y los Estados Unidos son países que difieren mucho en lo que respecta a nuestros valores. Los americanos siempre utilizáis vuestros propios valores y su lógica para hacer juicios específicos sobre la situación específica, o digamos mejor la situación política en otros países. Los valores americanos hacen énfasis en hacer negocios. Pero lo que más valoramos nosotros es un buen colectivo, donde la gente se apoye y se ayude mutuamente. También existe el apoyo mutuo en vuestro país, pero nuestra percepción de la palabra “negocio” es diferente de la suya y de los occidentales.
Los propósitos y los principios del Partido Comunista son los de servir al pueblo. En este proceso, nos hemos ganado la confianza del pueblo. Desde la fundación de la República Popular China, hemos experimentado giros y bandazos durante décadas de desarrollo de nuestra nación. La política de reforma y apertura iniciada por Deng Xiaoping fue un gran éxito. Ahora estamos construyendo en China el socialismo con características chinas, pero la gente en Occidente está esperando que China se convierta en un país capitalista. Con un único sistema global, el mundo sería un lugar muy aburrido. Sigo pensando que el mundo debería ser un lugar diverso y multicolor. Queremos aprender todo lo avanzado y progresista del mundo occidental, incluyendo la ciencia y la tecnología. Por supuesto, esta experiencia en la gestión de la economía debe ser conjugada con las condiciones particulares de China. Y ha sido precisamente porque hemos seguido estos principios el motivo por el cual hemos obtenido grandes logros en las últimas décadas.
M.W. Volviendo a la acusación de “despóticos” contra los Estados Unidos. Si los Estados Unidos siguen adelante con el sistema de defensa anti-misiles del cual ha hablado el presidente Clinton, ¿China responderá construyendo más misiles?
J.Z. Me parece sencillamente normal que China quiera reforzar gradualmente sus capacidades de defensa nacional.
M.W. ¿Y esto es todo? Porque ustedes se quejan de la posibilidad de que los Estados Unidos expandan su sistema de defensa anti-misiles. Allí es cuando usted, o alguien en su prensa, empezó a decir que somos "despóticos", que no estamos interesados en la paz, etc.
J.Z. Nos oponemos al sistema de defensa anti-misiles y nos preocupan los planes de defensa anti-misiles. Nuestra posición es clara al respecto.
M.W. ¿Por qué?
J.Z. Porque ello crearía una atmósfera en la que la gente no pueda comprometerse con el esfuerzo por lograr el objetivo común de la paz y el desarrollo. Nuestros intereses de seguridad nacional no pueden verse perjudicados de ninguna manera. Un mayor sistema de defensa anti-misiles puede ser visto por mucha gente como una especie de amenaza.
M.W. ¿Una amenaza para quién?
J.Z. ¡Es una amenaza contra nosotros! Por ejemplo, nos preocupa que Taiwan sea incorporada a un sistema de defensa anti-misiles Estados Unidos-Japón.
M.W. Usted dijo que quiere mejorar las relaciones con los Estados Unidos. ¿Qué haría usted para mejorarlas, señor presidente?
J.Z. Lo más importante: los dirigentes de ambos países deberían elevarse para adoptar una perspectiva a largo plazo. Necesitamos elevarnos mucho y mirar lejos hacia adelante. De hecho, cuando tuve mi primer encuentro con el presidente Clinton en 1993, cité las palabras chinas, “para tener la mayor vista, debes escalar una gran altura”. Y cuando el vicepresidente Gore vino a China, también cité unas líneas de la dinastía Song: “no debo temer que las nubes bloqueen mi vista, porque estoy en la cima más alta”. Los Estados Unidos son un país muy joven en comparación con China. Tal vez por esto soportáis menos cargas históricas, y vuestra gente demuestra tener un espíritu pionero e innovador.
M.W. Usted es, en mi opinión, un dictador, una persona autoritaria…
J.Z. Seré muy franco con usted: no estoy de acuerdo con su punto de vista acerca de que soy un dictador.
M.W. Sé que usted no está de acuerdo, pero… hay un viejo dicho americano que dice que “si caminas como un pato y graznas como un pato, lo más seguro es que seas un pato”. Un dictador es alguien que, ya sea respecto de la libertad de prensa, la libertad de culto, o la libertad de empresa (aunque ahora estáis cambiando en eso) dice: “tu padre sabe más que tú, y si te pones en medio de camino de padre, padre se encargará de ti.” [Mike Wallace se pasa el dedo por debajo del cuello en un gesto simbólico]. Esto es lo que es un dictador en los hechos, políticamente hablando.
J.Z. Creo que su forma de describir el cómo son las cosas aquí en China es tan absurda como “Las noches árabes”. La realidad en China es que el liderazgo lo ejerce el Partido Comunista. Según la ley, el Partido sólo hace recomendaciones. Todo debe ser aprobado por la Asamblea Popular Nacional…
M.W. Por la Asamblea Popular Nacional… cuyos miembros son todos del Partido Comunista…
J.Z. No. Luego están los ministros... sus nominaciones son todas aprobadas por la Asamblea Popular Nacional, al igual que la dirección del Consejo de Estado, que se ocupa de los asuntos cotidianos del país. El poder supremo del Partido Comunista reside en el Congreso Nacional. El Congreso Nacional elige el Comité Central. El Comité Central tiene un Buró Político. Y el Buró Político tiene un Comité Permanente del cual soy miembro. Cada semana, los miembros del Comité Permanente tienen una reunión, que se celebra en una atmósfera abiertamente democrática. Si un solo miembro del Comité Permanente tiene una sola objeción, yo no tomaré una decisión.
M.W. Una última pregunta sobre el tema de la dictadura. ¿Sabe qué? Cuando veo la imagen de aquel joven enfrente del tanque en la plaza de Tiananmen, esto para mí significa “dictadura china”. Es un símbolo perfecto, que me llega al corazón, acerca de lo que significa dictadura en China.
J.Z. No necesito traducción, ya sé lo que usted quiere decir [risas]. Tenía ganas de contestar a esta pregunta, porque Barbara Walters de la ABC me preguntó lo mismo hace 10 años, enseñándome esa imagen. Y dije que este joven no fue arrestado ni fue herido, porque el tanquista se paró frente a él y se negó a aplastarlo. También me dio el nombre de quién ella creía que era el joven. Puede que haya olvidado el nombre específico, pero solicité a la gente que trabajaba en las oficinas de seguridad nacional que utilizaran sus redes de información para saber sobre el paradero de este joven. Y después de un mes de investigación, pude afirmar con certeza que este joven no fue arrestado.
M.W. ¿Alguna parte de usted admiró esta valentía?
J.Z. De hecho, nunca conocí a este joven, aunque tratamos de saber sobre su paradero. Y sabemos que no fue arrestado. No sé dónde vive ahora, pero viendo las imágenes se ve claramente que él tenía sus propias ideas… Pero la cuestión de si eran correctas o no es una cuestión totalmente diferente. No podría decirle quién o qué le había influenciado.
M.W. Usted no está contestando a la pregunta, señor presidente. ¿Alguna parte de Jiang Zemin admiró este coraje?
J.Z. Sé a dónde quiere llegar usted. Pero lo que queremos subrayar es que respetamos completamente el derecho de la gente a expresar deseos y demandas. Pero no favoreceré ninguna oposición abierta contra las medidas del gobierno durante una situación extraordinaria. El tanque se detuvo, y no pasó por encima del joven. Incluso en unas circunstancias extraordinarias, nuestras tropas actuaron de forma muy racional y razonable.
M.W. No estoy obteniendo respuesta, y lo puedo entender, pero no estoy hablando del tanque. Estoy hablando del valor de este hombre, este hombre individual, frente a aquella cosa. Usted fue un estudiante que participó en protestas, con las mismas ideas. Me puedo imaginar que tal vez usted, Jiang Zemin, habría hecho lo mismo en aquella época, antes de usted ingresara al Partido Comunista. Esto es lo que estoy preguntando.
J.Z. En 1943, aún estaba en Nanjing, cursando mis estudios universitarios. Los japoneses habían ocupado muchas partes de China, incluyendo Nanjing. Los japoneses querían que los chinos estuviesen adictos al opio. Pero lanzamos un movimiento anti-opio y destruimos muchas casas de opio. Cuando nos enfrentamos a los militares japoneses que apuntaban sus fusiles y sus bayonetas contra nosotros, entonamos una canción: “Levantaos, compañeros de clase, y defendamos a la patria” [Jiang Zemin entona la canción].
M.W. ¿Ustedes realizan encuestas de opinión para saber lo que piden la gente en China?
J.Z. Hemos seleccionado a un grupo de personas, una muestra, para preguntarle su opinión y saber lo que están pensando. Y hemos llegado a conclusiones basadas en métodos científicos. 
M.W. ¿Pero sus encuestas son como las de Bill Clinton?
J.Z. Bueno, también he tenido un contacto personal y directo con el pueblo.
M.W. ¿Aún cree, señor presidente, que los Estados Unidos bombardearon su embajada en Belgrado a propósito?
J.Z. Bueno, déjeme planteárselo de otra forma: los Estados Unidos tienen la tecnología más moderna. Así que todas las explicaciones que nos dieron sobre lo que ellos llaman un "error" no fueron nada convincentes. 
M.W. No se lo cree. ¿Qué ganan los Estados Unidos bombardeando su embajada en Belgrado?
J.Z. Esta también es la pregunta para mí. Porque aún siguen teniendo de lejos la tecnología más moderna, y disponen de un sofisticado sistema de comando militar, con equipos avanzados de comunicaciones por radio. Y las marcas de identificación de la embajada en Belgrado eran demasiado evidentes como para errar el tiro. Así que, ¿por qué ocurrió? Esa sigue siendo la pregunta. Pero seguimos adoptando una actitud de mirar hacia adelante para mejorar las relaciones sino-estadounidenses en el nuevo siglo.
M.W. Lo entiendo, y aquello son aguas pasadas. Pero sabe, puede ocurrir, que la CIA y el Pentágono... ¡cometan errores! Errores estúpidos. 
J.Z. [carcajadas]
M.W. El pueblo americano no tiene ninguna duda, creo yo, que aquello fue simplemente un error. Sus aviones no bombardearían una de nuestras embajadas. ¿Se imagina usted si un avión chino bombardease una de nuestras embajadas? Sería difícil de perdonar para América, al igual que es difícil de perdonar para ustedes. ¿Pero por qué alguien quisiera bombardear una embajada? ¿Qué mensaje enviamos bombardeando una embajada china? ¿Por qué no se dicen, sencillamente: "¿Saben qué? No fue más que un error, un accidente"?
J.Z. Después del incidente, el presidente me llamó varias veces al teléfono, presentándome sus disculpas. Yo le dije que tras el bombardeo de la embajada china en Belgrado, los 1.2 billones de chinos se levantaron con un rugido de rabia por este incidente. Le dije a su presidente que, pese a que tenemos una población muy elevada, aún cuidamos con sumo cariño cada vida china, que consideramos muy valiosa. Perdimos tres vidas en aquel bombardeo. Y le dije a su presidente: "No es fácil guiar las emociones de 1.2 billones de personas hacia la sensatez y la razón, y puesto que usted representa a los americanos, como yo represento a los chinos, será imposible alcanzar un consenso total sobre esta cuestión".
M.W. En el año 2002, señor presidente, usted termina su mandato, ¿no es así?
J.Z. Así es, mi mandato en la presidencia termina en 2003, y mi puesto como secretario general termina en 2002.

M.W. ¿Así que e 2002 o 2003, ¿usted tiene la intención de abandonar alguno de sus tres cargos? 

J.Z. ¡Usted hace preguntas realmente difíciles! Bueno. me temo que no puedo darle una respuesta definitiva en este momento, porque lo que ocurra será decidido por nuestro sistema democrático. Y todo depende de lo que digan el conjunto del pueblo chino y el conjunto de los miembros de la Comisión Militar Central. En cualquier caso, debemos asegurarnos de que la estabilidad sea mantenido en un país tan grande, con una población de 1.2 billones de personas. 

Estoy convencido de que esta entrevista contribuirá a fomentar la amistad y la comprensión mutua entre nuestros dos pueblos.

M.W. ¿Usted lo cree sinceramente?

J.Z. Así es. Estoy convencido de ello.

M.W. Usted admira a América.

J.Z. Así es.

M.W. Y quiere que seamos amigos.

J.Z. Quiero fomentar la comprensión mutua.