domingo, 15 de septiembre de 2013

La situación social en China: Perspectivas y desafíos

Este otro demoledor artículo de Marc Vandepitte sobre el desarrollo humano en China, publicado en Rebelión, para mí es definitivo por cuanto arroja algo de luz sobre unas cuestiones sobre las que hasta ahora había pocos datos exactos y en cambio muchos susurros y rumores (nivel de vida según las regiones, desigualdades sociales en China, evolución de los salarios, población que sufre desnutrición, confianza en el gobierno chino, etc.). 

En este sentido afirmo que la lectura de este artículo podría hacer callar muchas bocas dogmático-revisionistas, y ayudar a que los progresistas honestos puedan acercarse a la verdad. Creo que este artículo hará que muchos curiosos (fanáticos abstenerse) puedan "ver la luz" en lo que respecta a China. Y cuando hablo de "ver la luz", no me refiero a darse cuenta de pronto de lo maravilloso e idílico que es el socialismo en China, sino más bien en el sentido de que se darán cuenta de que muchos fanáticos y sectarios les han mentido sobre más de una cuestión. Si algo me gusta de Marc Vandepitte es que no rehuye de hablar de los aspectos sombríos de la sociedad china, ni de las contradicciones que origina el proceso de modernización socialista de la RP de China, porque es un investigador científico. Lo que debiera ser la característica principal de un marxista (Vandepitte es un destacado cuadro del PTB, único partido que parece molestarse en estudiar a China antes de hablar sobre ella). En lugar de huir de la contradicción, la estudia.

Por supuesto, aún falta mucho por investigar, y aún quedaría por saber con certitud hacia dónde lleva el proceso de modernización de China, pero al menos en este artículo el autor se ha molestado en hacer lo que debería haberse hecho hace tiempo: comparar algunos indicadores de China, no con países del Occidente capitalista, sino con países asiáticos del entorno de China. Con tan sólo comparar, por ejemplo, los salarios reales de China con los de los países de la zona (Filipinas, Tailandia, Vietnam, Pakistán, India, etc.), si uno es mínimamente honesto, debería ver cómo se viene abajo todo el discurso sobre la "salvaje explotación" de los trabajadores chinos. Comparemos las peras con las peras, y así podremos hacernos una idea más exacta de lo que supone el desarrollo actual de China, a fin de posicionarnos sobre el mismo. Además, lo relevante no es sólo que China está mucho mejor posicionada que otros países de la zona (aquí sí, países capitalistas con todas las de la ley, a excepción de Vietnam), sino que los indicadores relativos al nivel de vida en China (otra vez más, por ejemplo los salarios) van mejorando constantemente. O por lo menos van mejorando a una velocidad incomparablemente mayor que otros países que se meten en el mismo saco de China, sin reparar en lo específico de cada país, bajo la etiqueta 'BRIC'.

Y la conclusión que uno extrae al leer el artículo y al ver todas las gráficas, es que el desarrollo social en China desde finales de los años 70, es sencillamente asombroso. Un progreso a una velocidad y en unas proporciones demográficas como nunca se ha visto en la historia de la humanidad.

1. La industrialización no es ningún placer

El presente en China cambia y se acelera sin cesar. Un europeo tendría que vivir cuatrocientos años para vivir un cambio tan radical” (Yu Hua, novelista)[1]

Entre la realidad y lo que se percibe suele haber un gran abismo. Este es sin lugar a dudas el caso de China. Lo menos que se puede decir de este país es que tiene un grave problema de imagen en Occidente. Cuando los medios tradicionales hablan de la situación social en China son todo menos elogiosos. Los temas favoritos son las catástrofes, desde los accidentes de ferrocarril hasta los edificios que se desmoronan, o incluso todo tipo de escándalos, como las intoxicaciones alimentarias y los accidentes mineros, las asombrosas condiciones de trabajo, los enormes problemas medioambientales, la agitación social, los abortos obligatorios, un bebé encontrado en las cañerías de un WC, etc.

La información en el mundo capitalista busca lo sensacionalista y con frecuencia se concentra en todo lo negativo. También otros países, sobre todo del Sur, suelen estar presentes en sus días malos. Pero en el caso de China, al contrario de India, por ejemplo, domina la denigración y es sistemática, cuando no está organizada.

La industrialización en Europa occidental ha sido un proceso brutal y muy radical. En China concierne a cinco veces más seres humanos y se trata de un proceso que se desarrolla cuatro veces más rápido.[2] Por consiguiente, esta fiebre de modernización no puede sino provocar unos problemas y retos gigantescos. Sería poco sagaz negarlo, incluso minimizarlo. Por ejemplo, la desorganización psíquica y existencial exige un fuerte tributo a consecuencia de esta turbulencia histórica. Según la prestigiosa revista médica británica The Lancet, un chino de cada ocho padece una enfermedad mental.[3] La tasa de suicidios en China es una de las más altas del mundo.[4]

Pero es necesario situar las cosas en una perspectiva correcta a la luz de nuestra propia industrialización o de la actual modernización a la que se asiste en el resto del tercer mundo y de los problemas que lo acompañan. Eso es lo que vamos a hacer en la primera parte de nuestro artículo. En la segunda nos detendremos en tres retos importantes.

2. La situación global (en proporciones reales)

Muchos países en vías de desarrollo llegarían al asesinato para poder afrontar los problemas de China” (The Financial Times)[5]

2.1 Grandes diferencias

China es un Estado-nación, aunque de hecho es un país con las proporciones y la diversidad de un gran continente. Tiene tantos habitantes como Europa occidental, Europa del Este, los países árabes, Rusia y Asia Central juntos. Por otra parte, presenta las mismas diferencias en el plano del nivel de vida que las naciones anteriormente citadas. En las provincias costeras los habitantes disponen de unos ingresos medios comparables a los de Rumanía. Algunas regiones se sitúan incluso cerca de los de Bélgica o de Francia. En el centro del país la gente tiene un nivel de vida comparable al de Albania y en el oeste que, sin embargo, cuenta con una población de 200 millones de habitantes, este nivel desciende hasta el de Egipto.[6] En China a veces también es posible remontar cien años en el tiempo en una distancia de cien kilómetros. Por no hablar de las más de cincuenta etnias y de las decenas de lenguas del país.


Por lo tanto, China es todo menos un país homogéneo, de hecho es un conjunto de territorios muy diferentes unos de otros. Del mismo modo que no existe el eurasiático tampoco existe verdaderamente “el” chino tipo, con lo que estaría completamente fuera de lugar querer generalizar.

2.2 Tercer mundo

En China existen regiones que muy bien se podrían comparar con los países ricos. Pero si consideramos el país en su conjunto, sigue siendo un país del tercer mundo. Se utilizan tres criterios para clasificar a un país en esta categoría: el Indice de Desarrollo Humano (IDH), el PNB por habitante y el salario medio. Los tres criterios no dejan lugar a dudas: China sigue siendo un país “en vías de desarrollo”.

Si se examina el IDH, el país ocupa el puesto 104 de la clasificación mundial (de 186 países). Es un puesto claramente más alto que África, pero sigue estando por debajo de América Latina. Por lo que se refiere al PNB por habitante, se sitúa en el puesto 91. El PNB por habitante en Francia es ocho veces más elevado que el de China[7] y el salario medio es casi nueve veces más elevado.[8]


Por consiguiente, no tiene sentido comparar China con los países del norte. Sin embargo, es lo que ocurre constantemente. Se considera China con una mirada europea y sus prestaciones se miden con el rasero de las de los países ricos. Es como si se compararan las prestaciones deportivas de un aficionado con las de un atleta profesional de alto nivel. Si se quiere comparar China, se debe hacer con países comparables, es decir, con países del Sur. Es lo que vamos a hacer en el párrafo siguiente.

2.3 Comparación con países comparables

Para evaluar la situación social de China recurrimos a varios criterios que son indicativos de un desarrollo social mínimo: la vivienda, las infraestructuras y, más particularmente, la electricidad, la violencia, la seguridad alimentaria, el alfabetismo, la mortalidad infantil, la pobreza, el empleo y la situación de los niños y de las mujeres.

Vivienda

Una de las plagas más sorprendentes de los países del Sur son sus gigantescos barrios de chabolas. En ciudades como Manila, Mumbai, Lagos, Buenos Aires y muchas otras, millones y millones de personas viven hacinadas en condiciones indignas. En China no existe el menor rastro de ello. Es el resultado del sistema hukou, del que se ha hablado mucho.[9] Se calcula que entre 2005 y 2015 un tercio de los chinos ocuparán una vivienda nueva. Equivale casi a toda la población de Europa.[10]

Electricidad

Sin electricidad no hay frigorífico, luz, ventilador, televisión, lavadora ni otros aparatos domésticos. Sin embargo, aproximadamente un 27% de las personas de los países en vías de desarrollo tienen que prescindir de este equipamiento elemental. En China es solo el 0,6%.[11]

Violencia

La mayoría de los países del Sur están infestados por una elevada tasa de violencia. China presenta unas estadísticas excelentes en este aspecto. Los países ricos tienen dos veces más homicidios por habitante que China. En Asia hay cuatro o seis veces más y en América Latina incluso veinte veces más.[12] La imagen es similar en el caso de la cantidad de periodistas asesinados. Con estas cifras más vale ser modestos en Europa.[13]


Seguridad alimentaria

En China un 5,5 % de la población sigue haciendo frente a la desnutrición. Esta cantidad disminuye progresivamente. En India, en cambio, es el 24% de la población. En estos últimos años incluso ha aumentado la cantidad de personas que padecen hambre, casi una quinta parte.[14]

  
Mortalidad infantil, analfabetismo y pobreza

La mortalidad infantil es quizá el mejor indicador del desarrollo social de un país puesto que en él se reúnen una serie de factores: atención sanitaria, alimentación y agua potable, tasa de escolarización de la madre, vivienda, higiene. China sale claramente mejor parada en este plano. En Pakistán mueren cinco veces más niños y en India 3,5 veces más.[15] En India el analfabetismo es seis veces más elevado y en Pakistán, siete veces. El porcentaje de pobreza extrema es aproximadamente dos veces más elevado en Pakistán y tres veces más en India.[16]


Empleo 

Las condiciones de trabajo en China están lejos de ser ideales y más particularmente para los 150 millones de inmigrantes internos. Pero de nuevo es conveniente medir esta cuestión con el rasero de la situación en la región y en otros países del tercer mundo.

Para los trabajadores el trabajo informal es una gran plaga, si no la peor. No ofrece la menor seguridad jurídica ni seguridad social, aunque ofrece sin lugar a dudas unos ingresos particularmente bajos e inciertos. En este aspecto China está claramente mejor favorecida que los países de la región.[17] Además, conviene añadir que el trabajo informal en China es en muchos casos un trabajo semiformal, con una cierta forma de seguridad jurídica y de seguridad social.[18]


El objetivo este año es cerrar convenios colectivos de trabajo (CCT) en el 80% de las empresas en las que está presente un sindicato.[19] Existe representación sindical en la mayoría de las grandes empresas así como en aquellas que tienen capital extranjero. A escala mundial solo el 15% de las y los trabajadores se benefician de un CCT.[20]

Hasta hace poco China pasaba por ser un país con salarios muy bajos. Esta época ha pasado. En 2009 el salario mínimo en China era aproximadamente el doble que el de India.[21] El salario medio chino era cuatro veces más elevado que en Vietnam, tres veces más elevado que en Filipinas, dos veces más elevado que en Indonesia y una vez y media más que en Tailandia.[22]


Niños

En China no se encuentran esas nubes de niñas y niños mendigos que constituyen un componente del paisaje de las calles en muchas ciudades del tercer mundo. Prácticamente se ha eliminado el trabajo infantil. En este aspecto la Organización Mundial del Trabajo (OIT) destaca a China y Brasil como países modelo.[23] Esto contrasta de forma sorprendente con India donde 17 millones de niños no se libran del trabajo, y 1,2 millones de la prostitución.[24]


Mujeres

Un trabajo decente en la existencia no lo es todo, pero para las mujeres a menudo es una condición básica para la emancipación y la autonomía financiera. En China el 70% de las mujeres tiene empleo o busca uno; en India solo son una cuarta parte. El 81% de las mujeres tituladas en China tiene trabajo, mientras que en India sólo lo es el 34%.[25] En el resto de Asia la situación apenas difiere de la de India.[26]


2.4 Evolución

Esta es la situación en este momento. Pero en el caso de China esta situación evoluciona a la velocidad del rayo. En primer lugar, en el plano de la economía. Un crecimiento anual del 10% significa que se duplica cada dos años y, por lo tanto, una multiplicación por 4 al cabo de 14 años, por 8 al cabo de 21 años y por 16 al cabo de 28 años. Entre 1980 y 2015 el PNB por habitante en Brasil habrá crecido aproximadamente un 50%, en India un 300% y en China un… 1850.[27]

Al principio de la revolución china el país era uno de los más pobres y más atrasados del planeta. El PNB por habitante era la mitad del de África negra y una sexta parte del de América Latina. Con estas cifras ante los ojos no es difícil entender por qué “hacerse rico” constituye semejante obsesión para los chinos. Realmente viene de muy atrás. Sesenta años más tarde esta situación ha cambiado considerablemente. Hoy China se sitúa a nivel de América Latina y ha dejado atrás a África.



En muchos países el crecimiento económico no se traduce en una disminución (proporcional) de la pobreza. Sin embargo, este es el caso en China. Las diferencias con otros países del BRIC saltan a la vista.[28]


En estos últimos veinte años hemos asistido a nivel mundial a una fuerte disminución de la pobreza extrema (1,25 dólar). Sin embargo, esto se ha debido en gran parte a los esfuerzos de China en este ámbito.[29] En cualquier caso, semejante disminución masiva de la pobreza, como es el caso de China, no tenía precedentes en la historia del mundo.


Esta fuerte regresión de la pobreza proviene sobre todo del aumento de los salarios. Por el momento, el salario en China se duplica cada seis años.[30] Ningún otro país ofrece unas prestaciones similares. China se ha comprometido a perder su estatuto de país con salarios bajos a un ritmo rápido. Una buena ilustración de ello es la evolución de los salarios en China en comparación con los de México.[31] Lo que más impresiona es la velocidad a la que se produce, combinada con la cantidad particularmente elevada de trabajadoras y trabajadores concernidos.


Por lo tanto, no hay que sorprenderse de que la cantidad de los ingresos medios en China haya aumentado enormemente. En veinte años, al menos 800 millones de chinos han pasado a la categoría de “ingresos medios” (2-13 dólares). Esto equivale aproximadamente a toda la población del África negra y es cuatro veces más que en India.[32]


Sin duda el chino medio no ha alcanzado todavía nuestro nivel de vida. Pero dado este ritmo de crecimiento es solo cuestión de tiempo e incluso no habrá que esperar mucho. Si extrapolamos el crecimiento del PNB por habitante durante el periodo 1970-2004, los chinos nos habrán alcanzado de aquí a 25 años.[33] En efecto, en ese momento China ya no será un país del tercer mundo. Debido a la crisis actual incluso se llegará antes a esta situación. A la inversa, la “ralentización del crecimiento” de la economía china a un 7% por año podría alargar este lapso de tiempo una decena de años.


El aumento acelerado del PNB por habitante en China también ha ido acompañado de un aumento rápido de su Indice de Desarrollo Humano (IDH). Este índice mide los progresos sociales de un país. En los últimos treinta años el aumento del IDH de China ha sido el más elevado de todo el mundo y tres veces superior a la media mundial.[34]


China va a alcanzar antes de lo previsto los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Esto es lo que dice un informe de la ONU al respecto: “Globalmente China ha registrado un progreso importante hacia la realización de los Objetivos del Milenio. Se han alcanzado o superado la mayoría de estos objetivos con siete años de anticipación. Se trata de la pobreza, el hambre, el analfabetismo y la mortalidad infantil. China también está en vías de reducir la mortalidad de las parturientas y de tener bajo control el VIH, el sida y la tuberculosis, con la esperanza muy real de alcanzar en 2015 los ODM (Objetivos de Desarrollo del Milenio)”.[35]

3. Retos importantes


Una de las peores amenaza para nuestro bienestar en el siglo XXI reside en el fracaso de China y no en su éxito” Ian Bremmer[36]

3.1 Creciente agitación social

No se puede negar que en China la agitación social crece rápidamente o, cuanto menos, sus signos. En 2002 hubo aproximadamente 40.000 manifestaciones o conflictos sociales. En 2010 ya hubo 180.000.[37] Sólo en el delta del río de las Perlas (provincia de Guandong) hay 10.000 conflictos al año.[38] Las razones de estos conflictos son muy diversas: malas condiciones laborales, contaminación del medio ambiente, corrupción, migrantes internos a los que no se paga o que se les paga con retraso, campesinos que pierden sus tierras o que reciben unas indemnizaciones demasiado escasas, etc.

Como hemos visto más arriba, el grupo de ingresos medios ha conocido un aumento excepcional. Este grupo alimenta las mayores esperanzas, plantea más reivindicaciones que hace no mucho tiempo y también se perfila de manera más afirmativa. Además, los nuevos medios de comunicación sociales favorecen la cantidad cada vez mayor de manifestaciones. Los intentos de censurar estos medios sociales tienen éxito sólo parcialmente.

Sin embargo, resulta sorprendente que estas manifestaciones sean generalmente espontáneas y que siempre conciernan problemas locales, a excepción de los arrebatos de cólera nacionalista contra Japón.[39] En otras palabras, no se dirigen contra las autoridades de Beijing ni atentan contra la legitimidad del Partido Comunista y de la dirección nacional. Sondeos de opinión hechos en varias naciones demuestran que tanto la satisfacción de la población como la confianza en el gobierno superan con mucho (y continúan haciéndolo) la media mundial.[40]



La cantidad cada vez mayor de protestas de calle no es tanto una amenaza para el orden, sino que incluso se puede percibir más bien como un signo de normalización. The Economist destaca lacónicamente lo siguiente: “[Las protestas] casi siempre están suscitadas por quejas locales y no por la antipatía hacia el poder del Partido. Con esta agitación en ciertos aspectos China parece asemejarse claramente más a un país desarrollado normal que al sistema controlado de forma estricta que era hasta principios de la década de 1990. En las ciudades chinas cada vez son más frecuentes las protestas a pequeña escala. Hace sólo unos años unos cuadros obsesionados con el orden las habrían percibido con repugnancia”.[41]

Con todo, las autoridades todavía reaccionan regularmente de forma exagerada ante la agitación social y las manifestaciones de protesta. Por ejemplo, con ocasión de la Primavera Árabe en 2011. Por modesta que fuera, cada manifestación se sofocó en ciernes por medio de un importante despliegue de fuerza.[42] Este nerviosismo encaja muy bien con la muy extendida y culturalmente profunda repulsión por los cambios rápidos y el hecho de que estos se asocien a la aparición del caos y de desórdenes graves. Los cambios sociales radicales en el curso de los cincuenta años que precedieron a la llegada de los comunistas al poder y durante el periodo de Mao (el Gran Salto Adelante y la Revolución Cultural) fueron traumatizantes y no se percibieron como un progreso. Del mismo modo, los acontecimientos de Tiananmen en 1989 dejaron profundas huellas.[43]

Los conflictos en los centros de trabajo son de otro orden y a largo plazo constituyen una amenaza mayor. En el pasado los sindicatos eran poco más que una correa de transmisión de la dirección de la empresa y del Partido. Mientras las autoridades eran el empleador, es posible que esta situación no fuera perfecta, pero al menos era controlable. Ahora que una cantidad cada vez mayor de empresas está en manos privadas y que la lógica del beneficio también ha conquistado a las empresas públicas, esta situación ya no es controlable. Han estallado conflictos sociales y huelgas al margen del sindicato oficial e incluso en su contra. Es una situación peligrosa. Tanto el Partido como el sindicato oficial lo han comprendido muy bien. En el futuro el sindicato debe adquirir más autonomía y poder defender los intereses de los y las trabajadoras sin injerencias desde arriba. Actualmente se están probando experiencias con elecciones directas de los dirigentes sindicales designados por las y los trabajadores. Esto ocurrió por primera vez en mayo de 2012 en una filial de Panasonic y también en la empresa Foxcom en febrero de 2013. Se trataba de un grupo de 1,2 millón de trabajadores y trabajadoras.[44] El futuro nos dirá si estas experiencias van lo bastante lejos como para asegurar en el futuro la paz social en el propio seno de las empresas.

3.2 El abismo entre ricos y pobre

Otro aspecto sorprendente de la fiebre china de modernización reside en el ahondamiento del abismo entre ricos y pobres. Las personas que viven en las provincias costeras ganan más del doble que las del interior del país y el consumo de un campesino representa menos de una cuarta parte de lo que consume una persona que vive en una ciudad.[45] El siguiente gráfico muestra la evolución de estos últimos veinte años.[46]


El abismo no ha dejado de aumentar entre 1990 y 2010. Pero (y se trata de un gran “pero”) al contrario de lo que ocurre en la mayoría de los países, el enriquecimiento de los unos no se hace a costa de los otros. En China toda la población se beneficia del crecimiento de la prosperidad, aunque no sea de forma igual. En estos últimos treinta años los ingresos reales de los campesinos se han más que quintuplicado.[47] Esto es simple y llanamente espectacular y los 2.500 millones de campesinos de los países en vías de desarrollo sólo pueden soñar con ello.

Generalmente se utiliza el coeficiente Gini para cifrar este abismo. Pero la cuestión es ante todo saber si verdaderamente es adecuado este coeficiente. En general los países más grandes tienen un coeficiente Gini más elevado debido a su mayor diversidad de riquezas naturales y en el plano de la accesibilidad al mercado mundial. Los países más heterogéneos étnicamente también tienen un coeficiente más elevado que los países homogéneos. Además, generalmente los países de ingresos bajos y medios también tienen un coeficiente más elevado que los países con ingresos elevados.[48] También difiere de un país a otro la manera cómo se calcula el coeficiente. Oficialmente el coeficiente de China es de 0,48 y el de India de 0,33. Pero el de China mide la desigualdad en el plano de los ingresos , mientras que el de India concierne al consumo . Si el coeficiente de India se calculara de la misma manera que el de China se llegaría a 0,54, un poco más alto que China y cercano al de Brasil.[49] Bélgica tiene un coeficiente de 0,26 y Francia de 0,29. Pero cuando se tienen en cuenta todos los ingresos, es decir, se suman los de las fortunas y del capital, estos coeficientes aumentan y pasan respectivamente a 0,41 y 0,43.[50] En otras palabras, el coeficiente Gini es poco fiable para hacer la comparación entre países, aunque es útil para examinar la evolución de un mismo país.[51]

El creciente abismo es sobre todo el resultado de un dato: la productividad en la industria y en el sector de los servicios ha aumentado mucho más rápidamente que en la agricultura. No es una ley económica de hierro, sino una opción política de las autoridades chinas, aunque de hecho apenas hayan tenido opción. En estos últimos treinta años se ha necesitado una tasa de crecimiento del 10% para crear anualmente al menos 10 millones de empleos. Si la productividad en la agricultura hubiera aumentado al mismo ritmo que en la industria, por si fuera poco también habría habido cada año varios millones de campesinos de más. Para ayudar a encontrar empleo a este ejército de reserva habría hecho falta un crecimiento de quizá el 15%, lo que era y sigue siendo casi imposible. Por consiguiente, si la productividad de la agricultura hubiera aumentado tan rápidamente como la de la industria, quizá habríamos conocido el mayor éxodo rural de la historia del mundo, con todas las consecuencias nefastas que esto habría provocado. Estamos hablando potencialmente de varios cientos de millones de personas. Por otra parte, para evitar este éxodo rural se concede (provisionalmente) a los migrantes internos menos derechos, como la seguridad social y la enseñanza.

De forma más general, sin duda esto tiene relación con lo que se denomina la hipótesis de Kuznets, que afirma que la desigualdad de ingresos de un país aumenta durante la industrialización y a continuación disminuye de nuevo.[53] En todo caso, esta hipótesis parece ser en gran parte exacta para toda la región de Asia del Este. En el siguiente gráfico se ve de izquierda a derecha el aumento del PNB por habitante y de abajo a arriba el aumento de la desigualdad según el índice de Theil [53] (el círculo pequeño es la posición del año 1990 y el triángulo pequeño la del año 2002.) En la fase inicial se aprecia para todos los países de la región una subida simultánea de ambos parámetros. Una vez que se ha alcanzado determinado PNB por habitante, la desigualdad parece estancarse o descender en dirección de Corea del Sur, que tiene un avance importante sobre el resto de la región. También hay que observar que todos los países tienen un aumento más o menos igual de la desigualdad si se compara con su crecimiento económico (mismo ángulo de inclinación) y que en este aspecto China no tiene, en otras palabras, nada de excepcional.


Estos datos parecen apoyar la hipótesis de Kuznets. De ser exacta podemos esperar que en un futuro próximo finalmente se pueda reducir el abismo en China. En efecto, hay unos síntomas que lo demuestran. En estos dos últimos años y por primera vez desde hace décadas los ingresos rurales han aumentado más rápidamente que los de las ciudades [54] y desde 2008 el coeficiente Gini a empezado a disminuir ligeramente.[55]

Lo que también es notable es que la cada vez mayor desigualdad en China no es una razón de descontento importante. Muchos chinos (72%) consideran que este abismo en su país es demasiado grande; un 89% incluso considera que constituye un “problema importante”. En Estados Unidos un 65% de las personas considera que el abismo es demasiado grande y en Europa del Este se trata de entre el 85 y el 95% de las personas. Pero sin duda en China hay una tolerancia mayor respecto a esta desigualdad o, cuanto menos, sus causas se ven de manera diferente que nosotros. Si se hace un sondeo sobre las causas de la desigualdad social, en los países occidentales se oye decir que es una consecuencia de la injusticia, de la corrupción o de la deshonestidad. En China, en cambio, esta desigualdad se achaca más bien al hecho de que no se trabaja lo suficientemente duro, a la falta de talento o a la educación recibida.[56] Según Whyte, de la Universidad de Harvard, “es un error pensar que las crecientes diferencias de ingresos constituyen la causa principal, incluso la central, del descontento de la población china”. Más bien habría que buscar en el ámbito del abuso de poder y del funcionamiento deficiente del aparato judicial.[57]

El hecho de que el poder adquisitivo de la población dé saltos hacia delante debe de ser sin duda una razón importante por la que se tolera el abismo de los ingresos. Más arriba hemos visto que el abismo no aparece en detrimento de los más pobres porque no se deja a nadie al margen. Entre 2001 y 2012 los ingresos reales en China han aumentado un 350%.[58] Esta cifra es incomparablemente superior a la de los demás países de la región (véase gráfico).[59] Esto es algo que no engendra inmediatamente un sentimiento de dolor.


El abismo es sobre todo un problema en el plano ideológico. Sin lugar a dudas el socialismo significa la erradicación de la miseria y de la pobreza, y la realización de un bienestar material suficiente. Pero los valores fundamentales del socialismo son la justicia social, la igualdad y la solidaridad. Estos valores no puede ser compatibles con la riqueza excepcional de una élite por una parte y, por otra, con que todavía haya 160 millones de chinos que siguen teniendo que arreglárselas con menos de 1,25 dólares al día.[60] De este modo se vacía el concepto de socialismo de su contenido sustancial y se le hace el juego a la despolitización tanto de los miembros del Partido como del chino medio.[61]

3.3 La corrupción

La corrupción está muy extendida en China. Sólo en estos últimos cinco años se ha sancionado a 660.000 miembros del Partido por no respetar las reglas.[62] La corrupción está siempre al acecho cuando, por una parte, grandes cantidades de dinero se ponen a circular y, por otra, hay pocas reglas y las instituciones no están adaptadas para controlarse las unas a las otras.[63] Este ha sido el caso en China con las reformas, a partir de 1978. Por otra parte, el “guanxi” favorece la corrupción.[64]

La corrupción es despreciable en el plano moral pero en el plano económico también puede ser funcional. Es indudable que la corrupción “con características chinas” ha contribuido a las altas cifras de crecimiento en estos últimos treinta años.[65]

Contrariamente a lo que se suele pensar la corrupción en China no ha seguido aumentando en estos últimos años y tampoco es tan excepcionalmente alta.[66] Según el Indice de Percepción de la Corrupción, China ocupa el puesto 80, esto es, 11 puestos por encima de su clasificación según el PNB por habitante y 24 por encima de su clasificación según el Indice de Desarrollo Humano.[67] En todo caso, no se puede comparar la corrupción en China con la “cleptocracia estereotípica” de gran cantidad de países del tercer mundo en los que se tolera la corrupción y está sistemáticamente organizada, al tiempo que es nefasta para el desarrollo económico.[68] Del mismo modo, en China las sanciones contra la corrupción son mucho más elevadas que en Occidente. Incluso se puede condenar a pena de muerte a cuadros superiores. La crisis financiera en Occidente ha sido provocada en parte por la actitud irresponsable e incluso criminal de banqueros y traders , y ello con la complicidad y el apoyo de políticos de primera fila. Hasta el momento ninguna de estas personas ha sido condenada ni encarcelada,[69] algo que resulta impensable en China.

Todo esto no quiere decir necesariamente que no sea un problema grave. La corrupción de los funcionarios y de los miembros del Partido refuerza el sentimiento de injusticia y de abuso de poder. Mina la legitimidad del Partido y del gobierno, sobre todo si se trata de personajes con una posición alta. En el gráfico se ve que los chinos perciben la corrupción como uno de los principales problemas de su país.[70] Sólo una cuarta parte de los chinos cree que la dirección dice la verdad.[71] Los miembros del Partido están demasiado motivados por unos intereses oportunistas y demasiado poco animados por motivaciones ideológicas. En el Partido falta “espíritu” y mientras esto ocurra no se logrará controlar la corrupción.[72]


Pero el problema va mucho más lejos. Con el fin de asegurar el desarrollo acelerado de las fuerzas productivas China ha abierto de par en par su economía y ha introducido en ella importantes relaciones de mercado, aunque se haya hecho bajo un estricto control político. Este control es de naturaleza múltiple y va mucho más lejos de lo que se admite generalmente.[73] Mientras los intereses económicos sigan sometidos a las prioridades políticas y sociales, China podrá continuar su búsqueda en dirección del socialismo.[74] Pero si la corrupción empieza a erosionar toda forma de control, entonces el Partido Comunista puede olvidar la vía socialista y tarde o temprano será invadido por la clase capitalista. Entonces se sumirá con toda seguridad en una “perestroika con características chinas”. La lucha contra la corrupción es, en este sentido, una cuestión de vida o muerte.

La dirección política es muy consciente de ello. En el informe de Hu Jintao para el XVIII Congreso se puede leer: “La lucha contra la corrupción y la promoción de la integridad política es una cuestión importante para la gente y que le preocupa mucho”. Si no se consigue contener la corrupción, esto puede “llegar a ser fatal para el Partido”. Todos aquellas personas que han infringido la disciplina del Partido y las leyes del Estado “deben ser llevadas sin perdón ante la justicia”, sea cual sea su posición jerárquica.[75] En junio de 2013 el presidente Xi recomendó a sus camaradas del Partido adherirse de nuevo a la famosa “línea de masas”[76] y romper con el formalismo, la burocracia, el hedonismo y el sentido de la extravagancia. Según varios observadores, esta campaña es mucho más radical que las campañas en contra de la corrupción de sus predecesores Hu Jintao y Jiang Zemin.[77] También aquí el futuro nos dirá si han ido lo suficientemente lejos.

4. Algunas conclusiones

La creciente agitación social, el abismo entre ricos y pobres, y la corrupción son problemas graves pero no sin esperanza. A corto plazo no constituyen una amenaza vital para el sistema chino. Pero más a largo plazo podrían, no obstante, minar la viabilidad del proyecto socialista. Refuerzan el vacío ideológico y la despolitización. Después, minan también la legitimidad y la hegemonía del partido. Además, ambas están erosionadas por la falta de participación, el abuso de poder y un funcionamiento defectuoso de la justicia.[78] Por consiguiente, hay mucho trabajo que hacer. Pero no puede ser de otra manera teniendo en cuenta la gigantesca convulsión de la sociedad china.

China dispone de tres bazas importantes para abordar estos retos. La primera consiste en el hecho de que los problemas se reconozcan y citen explícitamente. La debilidades y las cuestiones problemáticas no se silencian ni se adornan. No es evidente, sin embargo es muy importante porque es una condición para abordar efectivamente los puntos dolorosos. Por ejemplo, con ocasión del XVIII Congreso se revisaron uno tras otro los principales problemas del país.[79] Esto es algo completamente diferente del alarde de buenas noticias al que estamos acostumbrados en Occidente.

Una segunda baza es la capacidad de reaccionar. Fancis Fukuyama, poco sospechoso de simpatizar con la izquierda o con China, afirma al respecto. “La principal fuerza del sistema político chino es su capacidad de tomar rápidamente decisiones importantes y complejas, y también de aplicarlas relativamente bien, al menos en el dominio de la economía política. China se adapta rápidamente tomando decisiones difíciles y aplicándolas eficazmente.[80] La capacidad de acción de China supone un contraste sorprendente con las discusiones y callejones sin salida interminables a los que se asiste en Estados Unidos cuando se trata de aprobar el presupuesto o con la Unión Europa cuando aborda la crisis del euro o incluso con el letargo y a la falta de cohesión del gobierno indio estos últimos años”.[81]

Una tercera baza es el propio Partido Comunista. Todo aparato político es el resultado de un proceso histórico y se ha desarrollado orgánicamente a partir de circunstancias concretas. Las raíces de la actual estructura de China están en la lucha contra la ocupación del país, contra el Guomindang reaccionario y contra la espantosa miseria en la que estaba sumida el país. El Partido Comunista ocupó el primer plano de esta lucha como órgano dirigente del país y se impuso la tarea de sacar al país del subdesarrollo, de garantizar su soberanía y de luchar por una sociedad humana, socialista. Se pueden tener diferentes puntos de vista a propósito de este sistema político, pero en todo caso éste ha demostrado su eficacia. El conocido escritor Mahbubani escribió a este respecto: “Lejos de ser un sistema dictatorial arbitrario, el Partido Comunista Chino sin duda ha logrado crear un sistema vinculado a unas reglas, fuerte y duradero, en absoluto frágil y vulnerable. Lo que todavía impresiona más es que este sistema, vinculado a unas reglas, ha puesto sin duda en evidencia a los mejores dirigentes que China haya podido producir nunca”.[82]

Notas:

[1] The Financial Times, 9-10 de abril de 2005, p. 3.

[2] Tomamos 1870 como año de partida en Europa occidental y 1980 para China. Medimos la rapidez del proceso de industrialización según el crecimiento del PNB por habitante. Las cifras se han calculado sobre la base de: Maddison A., Phases du développement du capitalisme, Utrecht, 1982, pp. 20-21, y UNDP, Human Development Report 2005, p. 233 en 267.

[3] http://www.thelancet.com/journals/lancet/article/PIIS0140-6736%2809%2961089-8/fulltext

[4] Se trata de 22 por 100.000 habitantes . Sin embargo, esto no es excepcional a la luz de sus ricos vecinos. En Japón se encuentra la misma cifra y en Corea del Sur la cifra es mucho más alta : 32 por 100.000. http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_countries_by_suicide_rate

[5] The Financial Times, 16 de marzo de 2008, p. 9.

[6] http://en.wikipedia.org/wiki/List_of_Chinese_administrative_divisions_by_GDP_per_capita

[7] http://data.worldbank.org/indicator/NY.GDP.PCAP.CD/countries/ZF-4E-XJ-7E-8S-XQ?display=default Si el PNB se expresa en $ PPA, es 4,3 veces más alto . http://data.worldbank.org/indicator/NY.GNP.PCAP.PP.CD/countries/ZF-4E-XJ-7E-8S-XQ?display=default.

[8] Los salarios se expresan según las tasas de cambio. Según el poder adquisitivo real, el salario en Francia es 4,4 veces más alto. OIT, http://1-million-dollar-blog.com/average-monthly-salary-for-72-countries-in-the-world/

[9] El sistema hukou (sistema de registro) consiste en que desde su nacimiento cada persona en China está catalogada como ciudadana o campesina. Un habitante con un hukou ciudadano se puede beneficiar de servicios sociales urbanos y un habitante del campo dispone de un trozo de tierra con el que puede lograr unos ingresos. The Financial Times señala al respecto: “China ha sabido evitar los barrios de chabolas, que constituyen una plaga en muchas ciudades de los países del tercer mundo, aplicando un sistema estricto de autorizaciones de estancia conocidas con el nombre de hukou. Es lo que hace que para las personas originarias de las regiones rurales sea difícil instalarse permanentemente en las ciudades”, The Financial Times, 4 de agosto de 2010, p. 7.

[10] The Economist, 12 de marzo de 2005, p. 60.

[11] UNDP, Human Development Report 2013, Nueva York 2013, p. 187 en 189; http://www.voanews.com/content/decapua-un-energy-28apr10-92323229/154303.html

[12] UNDP, Human Development Report 2013, pp. 174-177.

[13] http://www.newssafety.org. Solo faltan las cifras del año 2007.

[14] Basado en el índice del hambre. Este tiene en cuenta la desnutrición, la insuficiencia ponderal y la mortalidad infantil.http://www.ifpri.org/sites/default/files/publications/ghi11.pdf, p. 49.

[15] UNDP, Human Development Report 2013, p p. 167-8.

[16] Analfabetismo: UNDP, Human Development Report 2013, pp. 145-146; cantidad de personas en la pobreza extrema: UNDP, Human Development Report 2013, pp. 160-161 y http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.DDAY.

[17] Se trata aquí de un trabajo informal en los sectores no agrícolas.http://laborsta.ilo.org/applv8/data/INFORMAL_ECONOMY/2012-06-Statistical%20update%20-%20v2.pdf

[18] Cfr. http://www.undp.org.bd/Social%20Protection%20Docs/China%27s%20Experience%20on%20Social%20Protection%20of%20Rural-urban%20Migrants.pdf

[19] http://www.chinadaily.com.cn/china/2012-08/29/content_15714292.htm

[20] http://www.chinadaily.com.cn/china/2012-08/29/content_15714292.htm

[21] ILO (OIT), Global Wage Report 2008/09, Ginebra, 2008, p. 87.

[22] The Economist, 4 de septiembre de 2010, p. 54.

[23] http://www.ilo.org/public/english/standards/relm/ilc/ilc95/pdf/rep-i-b.pdf, p. 15.

[24] http://blog.wisdomjobs.com/child-labour-in-india/; http://edition.cnn.com/2009/WORLD/asiapcf/05/11/india.prostitution.children/

[25] http://www.ft.com/intl/cms/s/0/09950b2e-4f54-11e2-a744-00144feab49a.html#axzz2KIkH3LkW

[26] http://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---dgreports/---dcomm/documents/publication/wcms_195447.pdf, p. 57.

[27] The Financial Times, Special Report: The New Brazil, 29 de junio de 2010, p. 11.

[28] UNDP, Human Development Report 2013, p. 26.

[29] UNDP, Human Development Report 2013, p. 96; http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.DDAY; http://siteresources.worldbank.org/INTPOVCALNET/Resources/Global_Poverty_Update_2012_02-29-12.pdf

[30] http://www.ft.com/intl/cms/s/0/9a551ce8-adab-11e2-82b8-00144feabdc0.html#slide0

[31] The Economist, 24 de noviembre de 2012, Special Report: Mexico, p. 5.

[32] The Economist, 14 de febrero de 2009, Special report: Middle classes, pp. 4 y 9; http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.2DAY

[33] Gráfico original proveniente de The Financial Times, 12 de octubre de 2005, p. 13; yo mismo he hecho la extrapolación gráfica. Esta concuerda con una extrapolación aritmética.

[34] UNDP, Human Development Report 2013, p p. 149-151. Aquí se trata del IDH que comprende el PNB por habitante. El informe no refleja la evolución del IDH fuera de los ingresos.

[35] United Nations System in China & Ministry of Foreign Affairs of the People's Republic of China, China's Progress Towards the Millennium Development Goals. 2008 Report, Beijing 2008, p. 15.

[36] Citado en The Financial Times, 9 de abril de 2012, p. 6.

[37] The Financial Times, 18 de agosto de 2011, p. 2.

[38] http://en.wikipedia.org/wiki/2010_Chinese_labour_unrest

[39] The Economist, 17 de diciembre de 2005, pp. 57-58.

[40] Barómetro de la confianza: http://www.reply-mc.com/2013/02/11/edelmans-trust-barometer-crisis-of-leadership-calls-for-social-architecture/

Pew: http://www.pewglobal.org/2013/05/23/chapter-1-national-and-economic-conditions/

[41] The Economist, 1 de octubre de 2005, pp. 52-53.

[42] The Economist, 28 de mayo de 2011, pp. 53-54.

[43] Porter R., «From Mao to Market. China Reconfigured», Londres, 2011, pp. 182-183; Zheng Yongnian, «The Chinese Communist Party as Organizational Emperor», Londres, 2010, p. 138.

[44] The Financial Times, 4 de febrero de 2013, p. 3.

[45] The Economist, 16 de junio de 2012, p.57; The Financial Times, 18 de diciembre de 2009, p. 11.

[46] The Financial Times, 20 de diciembre de 2006, p. 11; The Economist, 9 de julio de 2011; Naughton B., «The Chinese Economy. Transitions and Growth», Londres, 2007, p. 133;http://hdr.undp.org/en/reports/global/hdr2009/papers/HDRP_2009_09.pdf, p. 27; http://en.wikipedia.org/wiki/Rural_urban_income_inequality_in_China

[47] http://www.oecd.org/china/42376151.pdf, p. 2; http://www.imf.org/external/np/apd/seminars/2003/newdelhi/angang.pdf, p. 5.

[48] Naughton B., op. cit., pp. 217-218.

[49] The Economist, Special Report on World economy, 13 de octubre de 2012, p. 8.

[50] http://www.oecd.org/els/soc/49499779.pdf, p. 36.

[51] Cf. Amin S., «China 2013», http://www.marx.be/fr/content/chine-2012

[52] Véase por ejemplo http://www.econ.tcu.edu/%5Cpapers%5Cwp12-02.pdf

[53] http://siteresources.worldbank.org/INTEASTASIAPACIFIC/Resources/226262-1158536715202/EA_Renaissance_full.pdf , p. 64.

[54] The Financial Times, 12 de septiembre de 2012, p. 2.

[55] http://blogs.ft.com/beyond-brics/2013/01/23/the-chinese-lottery-a-tax-on-hope/#axzz2KP6c1esY. Se trata de un descenso de 0,491 a 0,474.

[56] http://origin.www.uscc.gov/sites/default/files/transcripts/2.25.11HearingTranscript.pdf, p. 12; http://www.pewglobal.org/2008/07/22/the-chinese-celebrate-their-roaring-economy-as-they-struggle-with-its-costs/

[57] The Economist, 16 de junio de 2012, p. 57.

[58] The Financial Times, 7 de febrero de 2013, p. 9.

[59] The Financial Times, 16 de febrero de 2011, p. 3.

[60] http://data.worldbank.org/indicator/SI.POV.DDAY/countries

[61] Amin S., art. cit.

[62] http://www.chinadaily.com.cn/cndy/2012-10/09/content_15802362.htm

[63] Lampton D., «The Three Faces of Chinese Power», Berkeley, 2008, p. 236.

[64] Guanxi significa literalmente “relación” o “conexión”. Es un concepto fundamental en la sociedad china. Se trata de un vínculo personal entre dos personas y en el que existe una especie de obligación mutua de hacerse mutuamente un favor o servicio en caso de necesidad. Las dos personas no tienen que tener necesariamente el mismo estatuto social. En un sentido más amplio es una red de contactos a la que en caso de necesidad puede acudir una persona o por medio de la cual puede ejercer influencia en nombre de cualquier otra persona. El concepto de “guanxi” es muy importante en el mundo de los negocios.

[65] Porter R., op. cit., p. 189.

[66] Wedemann A., Double Paradox: Rapid Growth and Rising Corruption in China, Nueva York, 2012 .

[67] http://cpi.transparency.org/cpi2012/results/

[68] Wedemann A., op. cit.

[69] The Economist, 4 de mayo de 2013, p.63.

[70] http://www.pewglobal.org/2008/07/22/the-chinese-celebrate-their-roaring-economy-as-they-struggle-with-its-costs/

[71] De nuevo es casi el doble del mundo (13%), pero en todo caso es relativamente poco. Esto no se traduce en una desconfianza total del gobierno ya que estamos en el 71%. (Véase más arriba) http://www.reply-mc.com/2013/02/11/edelmans-trust-barometer-crisis-of-leadership-calls-for-social-architecture/

[72] Xie Chuntao, (réd.), «Why and how the CPC works in China», Beijing, 2011, p. 204 ; Shambaugh D., «China’s Communist Party», Berkeley, 2009, p. 167.

[73] Véase por ejemplo Hsueh R., «China’s Regulatory State. A New Strategy for Globalization», Ithaca, 2011.

[74] Cf. Arrighi G., Adam Smith in Beijing. Lineages of the Twenty-Firs Century, Londres, 2007, p. 332.

[75] http://www.scmp.com/news/china/article/1078181/hu-jintao-warns-graft-threatens-existence-party-and-nation; http://www.bbc.co.uk/news/world-asia-china-20233101; http://www.scmp.com/news/china/article/1078181/hu-jintao-warns-graft-threatens-existence-party-and-nation

[76] La línea de masas es un concepto del que Mao se sirvió durante la Revolución Cultural. Entre otras cosas, equivale a adherirse a las ideas de las personas ordinarias y al mundo en el que viven; también es la facultad de poder escuchar sus voces, de comprender sus necesidades urgentes y también de aprender en contacto con ellas.

[77] The Financial Times, 21 de junio de 2013, p.2.

[78] Cf. Shambaugh D., «China’s Communist Party», Berkeley, 2009, p. 167; Wang Hui, «Depoliticized politics, multiple components of hegemony, and the eclipse of the Sixties», http://www.forumdesalternatives.org/docs/bruselas/Wang_Hui_Sixties.pdf; Zheng Yongnian, op. cit., pp. 173ss.

[79] Vandepitte M., «Que peut-on attendre de la Chine pour les prochaines années?», http://www.michelcollon.info/Que-peut-on-attendre-de-la-Chine.html?lang=fr

[80] The Financial Times, 18 de enero de 2011, p.9.

[81] Para India, véase por ejmplo Guha R., «India. De geschiedenis van de grootste democratie ter wereld», Amsterdam, 2007, pp. 762ss; Elliott J., «India’s lethargy», http://www.ft.com/intl/cms/s/0/a51ba57a-b89a-11de-809b-00144feab49a.html#axzz2WxX9WT8K

[82] Mahbubani K., «Is China’s slowdown just western wishful thinking?», http://blogs.ft.com/the-a-list/2012/10/11/is-chinas-slowdown-just-western-wishful-thinking/#axzz2GumuOxsH

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=171917#sdendnote1anc

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