¿Qué elementos han permitido al Partido Comunista de China (PCCh) liderar a su pueblo hasta conseguir la liberación y la independencia nacionales? ¿Qué determina el apoyo sincero del pueblo chino a su partido, el PCCh?
La respuesta es simple y clara: el PCCh ha persistido en sus más caros ideales y credo, que responden a presupuestos realistas y científicos, y han sido fundamentales para despertar y sostener la unidad del pueblo chino. Éste, a su vez, confía firmemente en el PCCh, un gran partido marxista-leninista que ha librado una lucha a brazo partido por mantenerse fiel a su más noble principio político: servir de todo corazón al pueblo y trabajar por la nación china.
El credo popular ha sido la fuerza motriz que ha impulsado el desarrollo de la nación china y su civilización, así como la fuente de vitalidad que ha alimentado la prosperidad nacional. Ha sido asimismo la base que ha permitido al PCCh ganar la confianza de su pueblo y el respeto del mundo, en 90 años de lucha.
¿Qué significa credo popular? como dice el famoso erudito Kang Youwei, una nación puede independizarse solo cuando sus ciudadanos y líderes están unidos en un mismo credo. Otro erudito, Qian Mu también subraya la importancia de fomentar el espíritu de sacrificarse por el credo justo y persistir en él para dirigir a las masas populares. Todo país, nación y partido necesitan de un credo e ideal que los sustente. De no hacerlo, quedarán expuestos a la atomización social y a la falta de cohesión, perderán la capacidad de liderazgo y el sostén espiritual. Su lucha resultará vana, pues no alcanzarán las metas propuestas.
Desde su fundación, el PCCh ha definido como su ideal y meta de lucha la construcción del socialismo y el comunismo en China, atenido a la guía de la concepción marxista del mundo, empeño en el cual los comunistas chinos han perseverado durante generaciones, adhiriéndose con firmeza a su credo.
En la época de la guerra revolucionaria, los héroes y mártires revolucionarios persistieron invariablemente en su sublime ideal y no vacilaron en desafiar toda clase de peligros. Igualmente, en la etapa de construcción y de reforma y apertura, numerosos militantes del partido, también imbuidos del mismo noble credo e ideal, han hecho aportes extraordinarios en sus puestos de labor cotidiana.
En la actualidad, los avances en la comunicación de la Red de redes, la constante renovación de los elementos informáticos, los numerosos programas de televisión y las películas, han complejizado y enriquecido la vida social. El nivel de vida se eleva cada día que pasa, aunque a la par aumentan sin cesar las desigualdades sociales; el progreso científico ha contribuido a alargar la expectativa de vida, pero de modo paralelo se incrementan las posibilidades de sufrir contratiempos y padecimientos. Los seres humanos cargan hoy con una multiplicidad de adminículos que les permiten desplazarse más rápidamente, emitir su voz a mayores distancias y alargar su radio de alcance. La avaricia devora los ideales y el cambiante entorno neutraliza en cierta medida el peso de las convicciones. En su evolución de “moderna” a “postmoderna”, la actual sociedad occidental se siente remecida por el estado de escepticismo y la ansiedad psicológica que derivan de la denominada “muerte de Dios”. En el proceso de modernización de la China actual, también aparecen fenomenos espirituales nocivos, tales como el “alejamiento del credo” y la “falta de convicciones”. Si la sociedad en pleno cae en un estado de carencia de ideales y credo supremos, perdiendo la orientación y la búsqueda de progreso constante que la debe caracterizar, será harto difícil mantener la estabilidad y armonía sociales, por no hablar ya de del desarrollo sostenible y coordinado, sin importar cuánto se alcance en el plano del progreso económico.
Estos 90 años han demostrado que en el fomento constante de su credo, en procura de la liberación e independencia del pueblo, estriba la más sólida base de la que extrae su fuerza el Partido Comunista de China.
10 de mayo de 2011
Fuente: Pueblo en Línea
(El autor es comentarista especial del Diario del Pueblo y primer subdirector del Instituto Central del Socialismo de China)
La respuesta es simple y clara: el PCCh ha persistido en sus más caros ideales y credo, que responden a presupuestos realistas y científicos, y han sido fundamentales para despertar y sostener la unidad del pueblo chino. Éste, a su vez, confía firmemente en el PCCh, un gran partido marxista-leninista que ha librado una lucha a brazo partido por mantenerse fiel a su más noble principio político: servir de todo corazón al pueblo y trabajar por la nación china.
El credo popular ha sido la fuerza motriz que ha impulsado el desarrollo de la nación china y su civilización, así como la fuente de vitalidad que ha alimentado la prosperidad nacional. Ha sido asimismo la base que ha permitido al PCCh ganar la confianza de su pueblo y el respeto del mundo, en 90 años de lucha.
¿Qué significa credo popular? como dice el famoso erudito Kang Youwei, una nación puede independizarse solo cuando sus ciudadanos y líderes están unidos en un mismo credo. Otro erudito, Qian Mu también subraya la importancia de fomentar el espíritu de sacrificarse por el credo justo y persistir en él para dirigir a las masas populares. Todo país, nación y partido necesitan de un credo e ideal que los sustente. De no hacerlo, quedarán expuestos a la atomización social y a la falta de cohesión, perderán la capacidad de liderazgo y el sostén espiritual. Su lucha resultará vana, pues no alcanzarán las metas propuestas.
Desde su fundación, el PCCh ha definido como su ideal y meta de lucha la construcción del socialismo y el comunismo en China, atenido a la guía de la concepción marxista del mundo, empeño en el cual los comunistas chinos han perseverado durante generaciones, adhiriéndose con firmeza a su credo.
En la época de la guerra revolucionaria, los héroes y mártires revolucionarios persistieron invariablemente en su sublime ideal y no vacilaron en desafiar toda clase de peligros. Igualmente, en la etapa de construcción y de reforma y apertura, numerosos militantes del partido, también imbuidos del mismo noble credo e ideal, han hecho aportes extraordinarios en sus puestos de labor cotidiana.
En la actualidad, los avances en la comunicación de la Red de redes, la constante renovación de los elementos informáticos, los numerosos programas de televisión y las películas, han complejizado y enriquecido la vida social. El nivel de vida se eleva cada día que pasa, aunque a la par aumentan sin cesar las desigualdades sociales; el progreso científico ha contribuido a alargar la expectativa de vida, pero de modo paralelo se incrementan las posibilidades de sufrir contratiempos y padecimientos. Los seres humanos cargan hoy con una multiplicidad de adminículos que les permiten desplazarse más rápidamente, emitir su voz a mayores distancias y alargar su radio de alcance. La avaricia devora los ideales y el cambiante entorno neutraliza en cierta medida el peso de las convicciones. En su evolución de “moderna” a “postmoderna”, la actual sociedad occidental se siente remecida por el estado de escepticismo y la ansiedad psicológica que derivan de la denominada “muerte de Dios”. En el proceso de modernización de la China actual, también aparecen fenomenos espirituales nocivos, tales como el “alejamiento del credo” y la “falta de convicciones”. Si la sociedad en pleno cae en un estado de carencia de ideales y credo supremos, perdiendo la orientación y la búsqueda de progreso constante que la debe caracterizar, será harto difícil mantener la estabilidad y armonía sociales, por no hablar ya de del desarrollo sostenible y coordinado, sin importar cuánto se alcance en el plano del progreso económico.
Estos 90 años han demostrado que en el fomento constante de su credo, en procura de la liberación e independencia del pueblo, estriba la más sólida base de la que extrae su fuerza el Partido Comunista de China.
10 de mayo de 2011
Fuente: Pueblo en Línea
(El autor es comentarista especial del Diario del Pueblo y primer subdirector del Instituto Central del Socialismo de China)
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