domingo, 10 de agosto de 2014

China, una visión desde fuera

Reflexiones críticas de Alejo Mancebo, de la Asociación Cultural Jaime Lago (www.jaimelago.org) tras una visita a China.

La visita a China, es para cualquier occidental, sencillamente impresionante. El país tiene colgado un letrero que pone “En obras, vuelvan en 5 años”. La cantidad de vías férreas, de alta velocidad gran parte, autopistas, edificios, rehabilitación de viviendas de campesinos, de asfalto, de obras de metro… es inacabable. Todo china está en cambio. Crecer a un 7.5% de PIB, significa mucho crecer. Y eso tiene un impacto real en la vida de los chinos.

Desde hace 30 años China ha sacado de la pobreza a 600 millones de personas. Estamos hablando de pobres absolutos: de menos de 1.25 dólares al día, no de los pobres europeos que ganan menos del 25% del salario mediano. En China 54.794 personas abandonaron el umbral de la pobreza absoluta cada día durante 3 décadas consecutivas. Pero todavía quedan 100 millones, sobretodo en el campo y en las regiones del oeste del país (que no he visitado).

La segunda impresión de China, es que no tiene nada que ver con los países de su mismo desarrollo económico (Rusia, India, Brasil, Sudáfrica): aquí no hay niños sin escolarizar, no hay niños descalzos pidiendo dinero, no hay favelas. La educación es gratuita y obligatoria durante 9 años, en la escuela primaria. Las familias apenas pagan una pequeña cantidad de dinero por los libros (mucho menos que aquí). Hay escuelas privadas, pero son minoría. Las confesiones religiosas no tienen escuelas a su servicio.

Las ciudades de Brasil están rodeadas de kilómetros de casas de cartón, semejantes a las de los barrios gitanos de la opulenta Europa. China no conoce eso. Las casas de los campesinos en la región costera, son de ladrillos y cemento. Las de los trabajadores sin cualificar en las ciudades, son apartamentos en gigantescos edificios que cuentan con aire acondicionado, luz y agua.

La tercera impresión, es que la costa oriental de China ha entrado en una etapa de desarrollo que en no muchos años alcanzará el “estándar” europeo. Son jóvenes educados, con teléfono móvil, conocimientos de inglés. Calles limpias. Papeleras de reciclaje en cada calle. Metros eficientes y modernos, más modernos que cualquier metro europeo. Cuentan con sus propias páginas webs chinas, su twitter y su facebook, que no forman parte del entramado de espionaje al servicio del pentágono, como desveló Snowden hace un año (en parte debido a la prohibición de gobierno del uso de facebook y twitter). El nivel de crítica es elevado, son jóvenes no occidentalizados, con sus propias costumbres. Alejados del ocio de estilo europeo. Alejados de las modas occidentales. Alejados de la “americanofilia” que asola continentes enteros y desculturiza a la población.

Pero no todo es de rosas en esa contradictoria sociedad:

- La sanidad sigue siendo un gran reto dentro de China. La esperanza de vida sube enormemente: ha pasado de 43.7 años en 1960 a 75.2 en 2012. Los campesinos pobres y los trabajadores emigrantes cuentan con un seguro médico básico gratuito por parte del estado. Pero a nivel general, aunque no hay nadie (teóricamente) sin sanidad, funciona un poco estilo americano: los empleados con buenos trabajos (oficinas) cuentan con buenos seguros médicos, que cubren hospitalización, radioterapia… El resto, según el seguro médico de su empresa, tendrán que desembolsar una buena cantidad de dinero en los especialistas.

- Los pisos están subiendo de precio al estilo “burbuja inmobilaria española”. La realidad es que son precios prohibitivos en las grandes ciudades como Pekin y Shanghái. Pero la realidad también tiene "características chinas": la política del hijo único hace que la costumbre del país sea que el piso se pague entre las familias de los jóvenes que se casan: entre los 4 padres y la pareja quienes entre todos compran un piso para los recién casados.

El sector privado está construyendo millones de pisos, en parte dentro de un plan del gobierno para poder alojar a los millones de campesinos que cada año llegan a las ciudades: 8.6 millones cada año. Los gobiernos locales venden terrenos para aumentar su presupuesto local. Los precios de los pisos aumentan muy por encima de la inflación y los salarios. El mecanismo de la burbuja, aún con características chinas, está sembrado.

¿Qué hace el gobierno? En primer lugar ha obligado a los bancos - todos, por el momento, en manos del Estado - a tener una alta cantidad de reservas, para evitar un sobreendeudamiento que alimente la burbuja. Ha prohibido tener más de 1 o 2 pisos por persona en una ciudad. Y ha marcado unos topes de los precios del metro cuadrado. Ha prohibido hipotecas por más de 30 años. Pero estas medidas, aunque enfrían el mercado, no parecen haber atajado de raiz el problema: los ricos chinos compran pisos a nombre de sus familiares, los precios se fijan a niveles muy altos… ¿Será capaz el Estado con su intervención de frenar la burbuja? Parece que las medidas que toman, podrían haberlo logrado en España. El tiempo dirá.

El gobierno también hace algo inaudito en España: millones de yuanes han sido invertidos en dar casas a los pobres en China. Casas subsidiadas, subsidios para construir o pisos del Estado. En China, a pesar de la burbuja, los pobres no se quedan sin casa.

- La clase burguesa se desarrolla en China, y busca su espacio. En la publicidad destinada a los ricos se observa el prototipo de hombre de negocios triunfador anunciando relojes o móviles. En la prensa pude leer la exigencia que le hicieron los mayores capitalistas Chinos al gobierno de liberalizar el sector público estatal (del 40% al 50% de la economía, según las fuentes).

Por ahora la burguesía no cuenta con medios de comunicación, que permanecen en manos del Estado. Pero cuenta con la publicidad y la capacidad de sentarse con el gobierno.

Los ricos chinos son cada vez más ricos. Y por eso en parte no están en contra del gobierno. En parte porque temen empujar hacia la caída del PCCh por miedo a una “perestroika a lo gobiernos del este”, en la que las nuevas mafias pongan en peligro sus negocios o sencillamente se los arrebaten a punta de pistola.

Los ricos chinos tienen sus propios circuitos: colegios, tiendas de lujo, coches de lujo, viviendas caras. Es el otro lado del mercado.

¿Y desde el punto de vista político-ideológico?

La impresión en general no es alentadora. El mercado, que cumple su papel en el primer periodo de desarrollo de la sociedad socialista, en los países en vías de desarrollo, genera sus contradicciones.

Una contradicción es de carácter “aparente”: si el mercado ofrece desarrollo, cuanto más mercado más desarrollo. Por tanto: viva el capitalismo. Algunos de los gúias nos decían vivir en una sociedad plenamente capitalista. Otros, que es a lo que se iba. En todo caso, parece que “predicar marxismo y usar el mercado”, aunque sea en parte, es una contradicción difícilmente solucionable sin una buena explicación y formación. La distorsión ideológica en la juventud es evidente.

La segunda es más peligrosa: el desarrollo del mercado, implica la necesidad de gestionar de manera eficiente las empresas, negocios, el desarrollo. Y el sector privado se forma en escuelas idológicas liberales o neoliberales. Algunos estudian en EEUU. Otros en Europa. Las escuelas liberales de EEUU y Gran Bretaña son fuente de inspiración en universidades. Y la poca prensa que puede leer, en inglés para extranjeros, refleja en parte esa realidad.

La tercera es bastante desilusionante: la formación política de los miembros del PCCh a nivel de base e intermedio parece ser bastante pobre. Algunos guías nos decían que la gente que conocían que se apuntaban al PCCh lo hacían por mejorar sus expectativas de trabajo, ninguno por convicción. Igualmente tenían la impresión de que ser miembro del PCCh mejoraba las posibilidades de ascender en ciertos sectores.

Las declaraciones del PCCh promueven un cierto confucianismo (“sueño chino”, “armonía”…) que ayudan a despolitizar a las masas. La lucha de clases soterrada a nivel interior no es reconocida abiertamente (probablemente si a nivel de partido, frentes, lo desconozco). Y ese mismo lenguaje a nivel internacional (paz, equilibrio, peligros difusos…), comprensible por el papel de China prudente en la escena internacional para evitar una intervención de EEUU antes de que logren desarrollarse. Pero también fomenta la despolitización.

Esa realidad, se suma a la de la corrupción. Masiva y enquistada. Parte debida al hecho de que el control de la economía por el Estado “doblega al mercado”. Las empresas no pueden acceder al crédito bancario libremente, que está en manos del Estado. El Estado hace y deshace sectores según le convengan. En ocasiones deja que el mercado ocupe el lugar, en otras, promueve que sea el Estado el dirigente. Por eso, “ganarse el apoyo del Estado” es clave para la burguesía china. Y por eso compra y soborna a los cuadros del partido.

Xi Jinping, el presidente Chino, parece estar dando duro a esta escoria negra equipada en lo más alto del poder. Del politburó de 9 miembros del PCCh que dirigen el comité central, y son en cierta medida la dirección colegiada del país, 1 de ellos hasta 2012, esta siendo investigado por corrupto. Ha fusilado a dirigentes regionales del partido que tenían muebles de oro en su casa. Han metido a prisión al vicepresidente de sumistros del ejército, de la comisión de supervisión de las empresas estatales, del parlamento…

Hoy los jóvenes con mandar una foto de un cuadro del Estado comiendo en un restaurante de lujo provocan la airada respuesta de la comisón de supervisión del PCCh, que despide e investiga al funcionario en menos de 1 mes. Hay un “pánico” entre los corruptos por el acoso de los ciudadanos que les pueden denunciar. Una primera victoria, que parece estar dando duro.

¿Irá China hacia el socialismo o estamos ante el paso progresivo al capitalismo?

La dirigencia china aprobó en 2012 doblar la renta (ingresos) de las familias chinas en 10 años: entre 2012-2020. No solo pretende que el desarrollo se centre en aumentar la cálida de vida de los chinos, sino que tiene claro que la economía basada en la exportación con bajos salarios no ofrece salida. La política oficial es que el consumo interno sea la base de la economía. Desarrollar los servicios.

De hecho los salarios chinos se han multiplicado por 3 en los últimos 10 años. Y este año aumentarán un 8%, un 5% más que la inflación. La pretensión del gobierno es aumentar la seguridad social, para evitar que las familias ahorren por si hay enfermedades serias en los parientes.

Frente a la política del “hacer pagar la crisis a los trabajadores” que conocemos en Europa, lo menos que podemos es alegrarnos por la perspectiva de los trabajadores chinos.

Aunque a nivel internacional el papel de china es claramente antiimperialista. Basta ver la gira de Xi Jinping por America Latina ayudando a los gobiernos progresistas o la creación del banco de los países del BRICS en claro antagonismo con el FMI y el BM. África conoce más desarrollo que nunca gracias al comercio con China, que se basa en el intercambio comercial y no en la exportación de capitales (inversión + fuga de capitales), que ofreció durante dos siglos Europa y EEUU sin sacar a los africanos de la pobreza.

La dirigencia ha decidido en el III Pleno del PCCh de 2013 aumentar el papel del mercado. En ese sentido han abierto un área de libre comercio en Shanghái donde ensayan a abrir pequeños bancos privados, a abrir determinados sectores al mercado.

Del mismo modo el pleno reiteró la necesidad de mantener lo sectores estratégicos en manos del Estado. La presión es alta para privatizarlos. Parecen estar dejando entrar capital privado en algunos, pero no parece que esa entrada de capital deje que el capital tome decisiones. En todo caso la rentabilidad económica parece ser una piedra angular en ciertas empresas públicas. Otras, son mantenidas por su carácter estratégico sin más (militar por ejemplo,).

En octubre parece que habrá más noticias de por donde irán los tiros: si hacia más liberalización o hacia replanteamientos dentro del mismo modelo (40-50% en manos del Estado, control del mercado).

Preocupa que el PCCh no sea consciente de que los capitalistas en China tienen un papel histórico, pero ese papel histórico tiene un “fin”. Las teorizaciones del PCCh plantean que están en la primera fase del socialismo hasta 2050. Y es una incógnita si son conscientes del peligro de la burguesía en china, pues las declaraciones oficiales son “confucianas”: hablan de armonía, de desarrollo científico… pero no de lucha de clases o de alianza táctica con la burguesía. Fomentan la despolitización y la falta de vigilancia.

No parece que por ahora haya replanteamientos del papel del PCCh, de la democracia estilo liberal o de que los capitalistas privados abran sus medios de comunicación.

¿Y qué hay de la participación popular, de la democracia de base?

No hemos podido investigar mucho. Aparentemente los chinos tienen mecanismos de participación a muy diversos niveles. Los trabajadores escogen a sus representares, que son enviados a los organismos estatales para defender la causa de los empleados (mejores trajes, más pagas por peligrosidad...). A nivel vecinal se puede participar y escoger igualmente representantes. Existen mecanismos para, enviando una foto de un desperfecto barrial, que el ayuntamiento tenga que darte respuesta o arreglar el problema en unas semanas.

Pero no hemos visto nada parecido a la democracia de base, masiva, crítica y participativa existente en Cuba.

Los chinos parecen mas preocupados por hacer dinero y mejorar. No parecen politizados, y no sé si aguantarían por convicción un embargo que empeorase la calidad de vida como el que conocen los cubanos.

El tiempo dirá. La realidad, como su comida, es agridulce.

Alejo Mancebo, verano 2014

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