sábado, 29 de julio de 2017

Osos panda: los niños mimados de China

Hace algo más de tres décadas solo quedaban 100 ejemplares en el mundo por lo que la especie fue declarada en peligro de extinción. Hoy en día existen aproximadamente 2 000 pandas
SICHUAN, China.– Cheng Da, una osa panda gigante, dio a luz el pasado 27 de junio los primeros gemelos de ambos sexos del 2017 en la Base de Investigación y Crianza de Chengdu, en la provincia de Sichuan, al suroeste de China.

Al momento del nacimiento, el cachorro mayor, una hembra, pesó 128,2 gramos y el más joven, un macho, 160,2 gramos.

En la actualidad los gemelos gozan de buena salud y pasan los días entre el cuidado de su madre y la incubadora, donde los investigadores pueden monitorear su evolución.

El acontecimiento, simple en su concepción primaria, encarna la razón de ser de una institución que se dedica al cuidado y la preservación de los osos pandas, uno de los tesoros más preciados de China.

Hace algo más de tres décadas solo quedaban 100 ejemplares en el mundo, por lo que la especie fue declarada en peligro de extinción. Hoy en día existen aproximadamente 2 000 pandas.

El vertiginoso crecimiento de las ciudades de la segunda potencia mundial redujo considerablemente las zonas en las que todavía quedaban bosques de bambú, principal alimento de estos famosos mamíferos,  que alguna vez ocuparon todo el sur y el este del país.

Desde entonces los pandas se han convertido en una cuestión de Estado para China, que creó una serie de instituciones  para salvaguardar y aumentar la cantidad de estos animales.

La Base de Investigación de Crianza de Pandas Gigantes de Chengdu, que simula plenamente el ambiente ecológico natural de los osos, fue creada en 1987 con el objetivo de restaurar sus hábitats e incrementar considerablemente la tasa de reproducción de los pandas, habitualmente baja.

Ubicada en Sichuan, provincia conocida como la casa natal del panda y donde vive aproximadamente el 80% de la población silvestre, la base se ha convertido en la más grande del mundo.

En este «santuario» de los pandas, al que llegan cerca de 20 000 visitantes por día y más de dos millones al año, hay actualmente 176 ejemplares, muchísimos más de los seis que tuvo en sus inicios, la mayoría de ellos logrados dentro de la institución.

De hecho, de los más de 2 000 ailuropodamelanoleuca, nombre científico de esa especie, que existen actualmente en el mundo, alrededor de 400 viven bajo protección humana y el resto en sus hábitats naturales, repartidos por las provincias de Sichuan, Gansu y Shaanxi.

LOS PANDAS DE INCUBADORA

Los gemelos de la panda gigante Cheng Da pasarán más de un año y medio con su madre hasta que tengan dientes para comer y aprendan técnicas para subir a los árboles, elegir los mejores bambúes e identificar los peligros. Antes, en su primer mes de vida, pasan por las incubadoras para ser evaluados por los especialistas.

Más de 400 personas trabajan en la Base de Investigación de Crianza de Pandas Gigantes de Chengdu dedicadas completamente a proporcionar una vida placentera a los pandas, así como aumentar su tasa de reproducción.

Como promedio un panda llega a tener cinco crías durante toda su vida, por lo que el trabajo de los especialistas en proteger cada nuevo retoño es vital.

Zhong Yangping labora hace diez años en esta institución y solo ha cargado a un oso panda una vez en su vida. Según cuenta, tiempo atrás se permitía al público tocar y tomarse fotos con estos aparentemente tiernos animales, pero el contacto indiscriminado con los humanos dañaba la salud de los osos.

Dada la latente vulnerabilidad de estos animales, unido a la baja expectativa de vida de 18 a 20 años en condiciones naturales y de 20 a 25 bajo protección humana, cuando una nueva cría nace se extreman los cuidados con tal de que un nuevo ejemplar ocupe uno de los espacios del parque.

Durante el nacimiento y los primeros días de los cachorros los cuidadores siempre están muy atentos de las necesidades de madre y retoño. Aunque algunas osas tienen mucha experiencia en cuidar a sus bebés, los especialistas atienden hasta el más mínimo detalle del recién nacido. «Analizan cómo toman leche de su mamá, los pesan antes y después de haberla tomado, y si no es suficiente pues entonces les dan leche artificial con cierta fórmula similar a la leche de los pandas», afirma Zhong.

Así, desde el establecimiento del santuario hasta ahora han nacido unas 250 crías y de ellos se han logrado 176.

Zhong también reconoce que muchas personas critican el hecho de tener a estos animales en cautiverio y en ocasiones utilizar métodos científicos para lograr su reproducción. Pero la realidad es que desde que se comenzaron a implementar estos programas el panda ha pasado de ser una especie «amenazada» a «vulnerable».

Refiere además que el objetivo final de la mayoría de estos programas es devolver a los animales a la naturaleza, aunque a veces resulte muy difícil la inserción del oso a su entorno natural después de haber nacido y vivido en estas zonas. «De la base de Chengdu tan solo diez han sido devueltos a la vida silvestre».

LOS PANDAS EN EL EXTERIOR

Todos los pandas que hay por el resto del mundo pertenecen a China. El gigante asiático no vende, ni regala a sus «niños mimados», solo los presta durante un tiempo para que otras tierras puedan admirar la ternura y parsimonia de este animal.

Actualmente cerca de 25 ejemplares viven en el extranjero, en países como Estados Unidos, Japón, Malasia, Tailandia, Alemania, México.

Antes de enviar a sus mayores embajadores a vivir por un tiempo afuera, China acuerda con los países de destino las condiciones de vida de los animales, así como las vías para protegerlos.

Cada determinado tiempo personal chino especializado viaja a otras naciones para el intercambio con los especialistas locales con el objetivo de aclarar dudas, ofrecer capacitaciones e intercambiar sobre los cuidados que precisan los pandas, subraya Zhong Yangping.

EL PANDA ROJO

El 99 % de la veces la palabra panda viene asociada a la imagen de un oso grande con pelaje blanco y negro. Pero ese 1 % restante pertenece al panda rojo, una especie de la que se cuentan de entre 4 000 y 5 000 ejemplares y que en realidad se ven y actúan como los mapaches.

Nativo de las regiones montañosas del Himalaya, Bután, el sur de China, la India, Nepal y Myanmar, su pelaje es de color pardo rojizo con la cola larga y peluda.

Como el panda gigante, este es un animal de carácter solitario, territorial y de costumbres nocturnas y su alimentación también gira principalmente en torno al bambú, aunque también come huevos, pájaros, insectos y mamíferos pequeños.

También en Sichuan y en la base de Chengdu mora una buena parte de la totalidad de esta especie todavía considerada vulnerable debido a la destrucción de su hábitat y la caza furtiva.

Fuente: Granma

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