Artículo de Marc
Botenga, publicado en el nº107 de la revista Etudes Marxistes.
La filosofía militar china se basa
tradicionalmente en los “Cinco principios de la coexistencia pacífica”,
aprobados en 1954. Estos principios incluyen: el respeto mutuo de la soberanía y
la integridad territorial, la no-agresión, la no-injerencia en los asuntos
internos, la igualdad y el beneficio recíproco y finalmente la coexistencia
pacífica. No obstante, la modernización militar y la emergencia económica china
hacen pensar que China está tratando de dotarse de un ejército
susceptible, según algunos, de poder dominar también el mundo, o según otros,
de defenderse frente al imperialismo americano. Otros consideran que una guerra
entre China y Estados Unidos ya es inevitable. ¿Cuál es la verdad? Nuestro
análisis se basará en el examen de las estrategias de defensa de estos dos
países en los mares de China oriental y meridional.
Los Estados Unidos: una dominación militar mundial incontestable
Hoy, los Estados Unidos son de manera indiscutible la primera potencia militar. En 2013, el presupuesto americano de defensa era
de alrededor de 600 billones de dólares mientras que China no gastaba más que
una quinta parte de esta cantidad, y Rusia algo más de una octava parte.[1]
Los Estados Unidos tienen bases militares en
al menos 29 países (algunos dicen que en 60), una presencia militar en 150 países
y entre 280.000 y 325.000 miembros de su personal militar activos en el
extranjero. En 2013, los Estados Unidos tenían 7.700 ojivas nucleares, de las
que 2.150 están activas, Rusia tenían ene 8.500 de las que 1.800 son activas, China
tiene 250, es decir menos que Francia (300 de las que 290 son activas) y
probablemente menos que Israel (¿400?).[2]
Las alianzas militares de los Estados Unidos
multiplican su influencia. Aparte de los acuerdos concluidos con los países
miembros de la OTAN, tiene acuerdos con Japón, Corea del Sur, Filipinas,
Israel, Australia y Nueva Zelanda (ANZUS) y finalmente Canadá. Por su parte, la
OTAN tiene acuerdos de colaboración como el Diálogo Mediterráneo y la
Iniciativa de Cooperación de Estambul, así como asociaciones con países del
antiguo bloque soviético y “socios en todo el mundo” entre los cuales están
Mongolia, Pakistán, Afganistán, Japón, Corea del Sur, Irak, Australia y Nueva
Zelanda.
Ni China ni Rusia tienen los medios para
discutir la hegemonía militar americana. Rusia tiene bases en seis países
solamente, todos situados cerca de sus fronteras, así como una cierta presencia
militar en otros cuatro países: Vietnam (logística), Kazajistán (radar),
Bielorrusia (radar y comunicaciones) y Siria (logística). Podría volver a
abrirse una base de espionaje rusa en Cuba. China, en cuanto a ella, no tiene
bases militares en el extranjero.
Cualitativamente, ninguna alianza alcanza la
integración que existe en el seno de la OTAN. Cuantitativamente, las alianzas
existentes son la Organización para la Cooperación de Shanghái (OCS) para Rusia
y China y la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) concluido
entre Rusia y cinco países de la antigua Unión Soviética. La OCS permite, desde
hace alrededor de diez años, la elaboración de ejercicios militares conjuntos
entre los ejércitos chino y ruso a fin de hacer frente a amenazas comunes. Hay
que subrayar que China tiene un acuerdo de defensa mutua con Corea del Norte y
una cooperación importante con Pakistán.
El objetivo de Washington: mantener la dominación
La versión preliminar del revelador texto Defense Strategic Guidance, escrito en
1992, no deja lugar a dudas: una vez terminada la Guerra Fría, la misión de los
Estados Unidos sería la de hacer frente al surgimiento de una potencia
hostil que pudiera suponer una amenaza a la seguridad mundial, comparable a la
que suponía antaño la Unión Soviética, así como impedir una dominación hostil,
no democrática, de regiones (Europa, Asia del Este y el Golfo Pérsico)
fundamentales para sus intereses, y así reforzar las barreras contra el
resurgimiento de una amenaza mundial.[3] En
el año 2000, el think tank neoconservador republicano Proyecto para un nuevo
siglo americano (Project for the New American Century, PNAC) confirma: “Hoy,
los Estados Unidos ya no tienen rival mundial. Nuestra principal estrategia
debe ser preservar esta posición ventajosa y extenderla lo más posible en el
futuro.”[4]
Esta visión había sido confirmada por
Zbigniew Brzezinski, futuro consejero de Barack Obama: “América es hoy la única
superpotencia, y Eurasia constituye el centro de este mundo. Los deslizamientos
de poder sobre el continente eurasiático serán de una importancia decisiva para
la hegemonía americana… Una gran coalición entre China, Rusia, y tal vez Irán, sería la situación más peligrosa.”[5] En
2001, Henry Kissinger confirma: “Un bloque asiático hostil, combinando a las
naciones más pobladas del mundo y vastos recursos sería incompatible con los
intereses nacionales americanos, dice. América debe prevenir el
reagrupamiento de Asia en un bloque hostil (lo cual sería el caso si esto se
hiciera a iniciativa de una de sus principales potencias).[6] En
2010, Obama mantiene esta idea pero se centra en la “renovación del liderazgo
americano para que en el siglo XXI podamos hacer avanzar nuestros intereses de
manera más eficaz.”[7]
¿Una China que desafía la dominación americana?
La modernización militar china es un tema
recurrente en los medios de comunicación. Naturalmente, en paralelo a su
desarrollo económico, China aumenta su presupuesto militar.[8] No
obstante, conviene relativizar esta modernización, incluyendo la de su fuerza
aérea, que es junto con la marina una de las dos prioridades: sólo una tercera
parte de los aviones pueden ser calificados de modernos.[9]
Incluso, las nuevas capacidades balísticas y los 5.000 kilómetros de túneles
que protegen sus armas nucleares permitirán a China el poder conducir guerras
locales, pero de ninguna manera guerra globales.
Yao Yunzhu, comandante general de la Academia
de ciencias militares, afirma que la distancia entre las fuerzas americanas y
chinas es de “al menos 30 años, puede que incluso 50 años”. China, dice, no
necesita estar militarmente al nivel de Estados Unidos. Pero tal vez, cuando
nos convirtamos en un competidor en situación de paridad, los líderes de ambos
países tendrán la sabiduría necesaria para afrontar el problema.”[10]
Algunas estimaciones afirman que el presupuesto
militar chino sólo sobrepasará al presupuesto militar americano alrededor del año 2050.[11]
Los Estados Unidos acusan a China de preparar
una guerra cibernética, con el objetivo de espiar o sabotear los sistemas
informáticos del enemigo.[12]
China no niega que utiliza el espionaje, pero afirma que no hace más ni hace
menos que los Estados Unidos. El periodista de investigación Seymour Hersh refuta la propaganda antichina: “Responsables de los servicios de
información y seguridad, americanos principalmente, coinciden en que el
ejército chino, como cualquier hacker independiente de hecho, es teóricamente
capaz de crear un cierto grado de caos en el interior de América. Pero expertos
militares, técnicos y de los servicios de inteligencia me dijeron que estos
temores son exagerados.”[13]
El objetivo chino no es desafiar a los
Estados Unidos, sino garantizar su propio desarrollo. China se siente
vulnerable: importa una tercera parte de los gases naturales que necesita[14], es la mayor importadora mundial de petróleo[15], y buena parte de estas importaciones pasan por estrechos marítimos que teóricamente podrían
ser bloqueados por otras potencias. Alrededor del 80% de sus
importaciones petrolíferas pasan por el estrecho de Malacca, lo que representa
el 40% de sus necesidades.[16]
De hecho, también es el caso de Japón, Corea del Sur y Taiwán, que dependen en
un 75% de esta bocana para su consumo en petróleo.[17]
Consciente de su vulnerabilidad en lo tocante
a su aprovisionamiento en materias primeras, China otorga prioridad a su
estrategia de defensa y diversifica sus fuentes de importación[18]. Desarrolla
notablemente el gaseoducto centro-asiático con el objetivo de garantizar su
acceso al gas turkmeno, que constituye la mitad de sus importaciones de gas, así
como el oleoducto China-Myanmar que traerá petróleo y gas a China evitando las
principales bocanas.
El Pentágono reconoce que China no busca un enfrentamiento
con los Estados Unidos: “Los dirigentes chinos otorgan prioridad a la promoción
de un ambiente exterior favorable, dando a la RPC el espacio estratégico
suficiente para concentrarse en su crecimiento económico y en su desarrollo. Al
mismo tiempo, buscan mantener la paz y la estabilidad en la periferia de sus
países, extender su influencia diplomática para facilitar el acceso a los
mercados para los capitales y los recursos y
evitar la confrontación directa con los Estados Unidos y otros países.”[19]
La visión china parece más bien equilibrada para el Pentágono: “China considera
que relaciones estables con sus vecinos así como con los Estados Unidos son
indispensables a su estabilidad y a su desarrollo. Sigue considerando a los
Estados Unidos como el actor regional y mundial dominante, teniendo el mayor
poder a la hora de sostener, y eventualmente, perturbar la emergencia
de China.”[20] Ello
exige una diplomacia activa. Lo que preocupa por tanto a los Estados Unidos
es menos una cierta agresividad china que la amenaza que hace pesar sobre su
hegemonía en la región la Organización para la Cooperación de Shanghái o la
emergencia económica de China.
Una posición regional americana amenazada
Los Estados Unidos saben muy bien que una
gran guerra entre China y Estados Unidos es hoy improbable, notablemente a causa de los importantes lazos económicos sino-americanos. No obstante, como
atestiguan las palabras de Brzezinski, los Estados Unidos están preocupados por
perder el control de la región.
China, consciente de la naturaleza
intervencionista del imperialismo americano, “quiere que su ejército sea capaz
de actuar como una fuerza llamada de no-acceso y de prohibición de zona
(llamada A2/AD) – una fuerza que pueda disuadir de una intervención americana
en caso de conflicto en la región de los mares cercanos a China, ya sea sobre
la cuestión de Taiwán u otra cuestión, o que pueda, en caso contrario, retrasar
la llegada o reducir la eficacia de la intervención de las fuerzas americanas.”[21]
La Quadrennial
Defense Review americana (QDR 2014) confirma que la modernización china
amenaza la superioridad tecnológica de los Estados Unidos, superioridad que les
permite dominar el mundo: “Nuestra superioridad tecnológica ha permitido
ampliamente el acceso sin trabas a la proyección de potencia en caso de que sea necesario. No obstante, esta superioridad es contestada por adversarios
potenciales cada vez más capaces y económicamente sólidos, susceptibles de
desarrollar y colocar obstáculos a algunas o a todas las tecnologías
clave sobre las que se han apoyado los Estados Unidos.”[22]
Concretamente, “el desarrollo rápido de
satélites punteros de reconocimiento, que permiten a China seguir a las
fuerzas enemigas en tiempo real y guiar a los misiles balísticos, se ha
convertido en la clave de la modernización de sus fuerzas.”[23]
La modernización militar china se centra principalmente, aparte de su fuerza
aérea y balística, en su fuerza marítima y naval.[24]
En 2010, la llegada del misil antinavíos Dong Feng 21-D preocupó mucho a los
Estados Unidos.[25] Los
misiles ICBM (misiles balísticos intercontinentales) chinos son teóricamente
capaces de alcanzar cualquier lugar del mundo. No obstante, estas capacidades,
incluyendo las de desembarco anfibio,[26]
siguen siendo limitadas en comparación a las capacidades americanas y rusas.[27]
China desarrolla una capacidad anti-satélite que ya le permite derribar satélites de otros países.[28]
Para el ex-ministro de defensa Robert Gates, estos desarrollos podrían a largo
plazo poner en peligro la capacidad de los Estados Unidos de llevar a cabo
operaciones en el Pacífico.[29]
Según el think tank RAND, “defender los navíos americanos contra misiles de
largo alcance y submarimos silenciosos es difícil, costoso y sin duda fútil frente a la aceleración bien financiada de las instalaciones antinavales de
China.”[30]
Frente al imperialismo americano, China
apuesta por tanto por la creación de estas zonas llamadas de no-acceso y
prohibición (A2/AD) en los mares de China oriental y meridional. Una zona A2/AD
tiene características más bien defensivas, y la técnica sólo se vuelve realmente útil en caso de conflicto o de amenaza de intervención extranjera.[31] La zona A2/AD tiene dos dimensiones: una dimensión operacional y una dimensión táctica.
La dimensión táctica implica la destrucción directa de medios americanos en la
región gracias a misiles balísticos, submarinos, etc. En lo que respecta a la
dimensión operacional, “los chinos han llegado a la conclusión de que, en guerras
futuras, la victoria reside en la capacidad de establecer la “dominación de la
información” (zhi xinxi quan). El
bando que pueda recoger, transmitir y explotar mejor la información, anulando la misma capacidad del adversario, será el vencedor. En la práctica, para el
Ejército Popular de Liberación (EPL), esto significa atacar las redes de
información americanas, y en particular sus capacidades espaciales. Combinando
ataques físicos sobre sus satélites y ataques sin contacto que perturban y
degradan su funcionalidad (por ejemplo, nublándolos por medio de lásers), con
ataques cibernéticos sobre la información que pasa por estos satélites, el EPL
espera impedir que los Estados Unidos golpeen objetivos lejanos, permitiendo
que China defienda su territorio sacando provecho de la ventaja física que
supone operar cerca de sus propias costas e infraestructuras.”[32]
China se inspira en la estrategia de las dos
“cadenas de islas” (ver mapa[33])
para determinar donde debe establecer en primer lugar las zonas A2/AD.[34]
La primera cadena es la más cercana a la China continental y va del sur de
Japón a Vietnam, incluyendo Taiwán. La segunda, entre el Japón central y Borneo,
incluye Filipinas.
La primera cadena de islas y la segunda
Nota: Los teóricos militares de la República Popular
China conciben dos “cadenas” de islas como formando una base geográfica del
perímetro de defensa marítimo de China.
En 2013, China anunció por primera vez el establecimiento de una “Air
Defense Identification Zone” (ADIZ) en el mar de China oriental. Se trata de
una “parte de espacio aéreo contiguo (o que a veces comprende parcialmente otro espacio)
al espacio aéreo de un país en el cual se produce la identificación, la
localización y el control de aeronaves extranjeras”.[35]
Según los think tanks americanos RAND y CBSA: “China está en vías de tener en
2020 los medios para disuadir a los portaaviones y aviones americanos de
funcionar en lo que se llama la primera cadena de islas.”[36]
Hillary Clinton declaró en Asia que “la libertad de circulación en los mares es
un asunto que releva de la seguridad nacional de los Estados Unidos.”[37]
¿Qué estrategia
americana?
Obama es criticado en
los Estados Unidos por no haber elaborado una estrategia coherente en relación a China.[38] En
otras palabras, los Estados Unidos saben que para mantener su hegemonía
tendrían que concentrarse en el sudeste asiático, pero no saben realmente cómo
hacerlo. No obstante, la relativa emergencia regional de China ha provocado una
adaptación de la estrategia americana.
En 1992 había sido prevista una
disminución de la presencia militar americana en Asia, y
entre 2001 y 2008, es decir durante 8 años, en el “estado de la Unión”, el discurso
tradicional de comienzo de año del presidente, George W. Bush no menciona a
China más que cinco veces: la menciona en 2002 y 2003, junto con Rusia e India
(2002), en una perspectiva de colaboración; en 2006, India e China fueron mencionadas como competidoras económicas, pero China (2007) sigue siendo “un
socio” por la cuestión coreana, y Bush declaraba estar dispuesto a ayudar a
China e India a desarrollar una energía limpia (2008).
Desde la investidura
de Obama, en cambio, China ocupa un lugar prioritario en los documentos
estratégicos americanos. Entre 2009 y 2011, Obama ha mencionado cada año a China dos veces más en sus discursos sobre el estado de la Unión. En ellos, es
presentada sobre todo como una competidora (inversiones ecológicas, diferentes comerciales, otras inversiones). La estrategia de seguridad nacional de 2010
hace una clara distinción entre China y Rusia, de una parte, y Brasil e
Indonesia de otra[39]: con
estas últimas, los Estados Unidos tienen “acuerdos de cooperación”, con China e
India no tienen más que “relaciones”.[40]
En 2011, Hillary
Clinton menciona la noción de “pivote hacia China” en la estrategia americana: observa que “una América próspera es buena para China y [que] una
China próspera es buena para América”. También insiste en el hecho de que los
Estados Unidos estarán en el centro de Asia (!) y que China debe clarificar sus
intenciones militares.[41]
En 2012, la Defense
Strategic Guidance confirma que hará falta que “[nos] reequilibremos por
necesidad hacia la región Asia-Pacífico. Nuestras relaciones con los aliados y
principales socios asiáticos son esenciales a la estabilidad y el crecimiento
futuro de la región. Pondremos el acento en nuestras alianzas existentes, que
constituyen una base esencial para la seguridad en la región Asia-Pacífico. También vamos
a extender nuestras redes de cooperación con los socios emergentes en toda la región Asia-Pacífico para asegurar la capacidad colectiva y la capacidad
de asegurar los intereses comunes.”[42]
En Washington, China
es por tanto considerada ante todo como un peligro, sobre todo a largo plazo.
“El mantenimiento de la paz, la estabilidad, la libre circulación del comercio
y de la influencia americana en esta región dinámica dependerá en parte de un
equilibrio entre capacidad militar y presencia. A largo plazo, la emergencia de
China como potencia regional podría afectar a la economía americana y nuestra
seguridad de múltiples maneras. […] El crecimiento de su poder militar deber ir
de la mano con una mayor claridad sobre sus intenciones estratégicas a fin de
evitar fricciones en la región.”[43]
La ex - secretaria de
Estado de G.W. Bush, Condoleezza Rice, confirma: “También es cierto que China
es un desafío para nosotros en términos geoestratégicos, pero sólo podría
derrotarnos si cedemos terreno. En el océano Pacífico, somos una potencia
militar sin parangón en la historia humana y debemos seguir siéndolo.”[44]
La Quadriennial
Defense Review[45]
(QDR 2014) propuesta por el ministro de Defensa Chuck Hagel insiste en la
importancia de las asociaciones y las alianzas para conseguir estos objetivos y
en una nueva dimensión de la carrera armamentística: la seguridad cibernética.
Preparar el encauzamiento de China sobre el terreno
Al preparar el
encauzamiento de China, los Estados Unidos quieren colocarse en posición de
limitar, en caso de necesidad, las importaciones energéticas chinas, el margen
de maniobra de la flota china y por lo tanto el desarrollo mismo de China. Una
serie de medidas concretas son desarrolladas por diversos círculos en
Washington: cerco mediante una presencia militar, estrategias militares
adaptadas, cerco mediante alianzas más o menos hostiles hacia China,
preparación y fomento de conflictos locales y mantenimiento de la ventaja tecnológica americana.
El cerco mediante una
presencia militar ya se observa en lo cuantitativo. En 2011, en Australia, Obama
prometió que “reducciones en los gastos de defensa americanos no se harán –
repito: no se harán – en detrimento de Asia-Pacífico”.[46] Al
contrario, decidió intensificar la cooperación militar con Australia y mandar
un contingente, aunque sea limitado, de marines.[47] Mientras
que los Estados Unidos disminuyen a nivel global sus efectivos militares, su
presencia en Asia aumenta proporcionalmente. Así, en marzo de 2009, el 15% de
los efectivos americanos desplegados en el extranjero estaba estacionados en
extremo oriente, y en septiembre de 2012 este porcentaje se había duplicado.[48] La
mayoría de las misiones de reconocimiento marítimo americanas (60%) se hacen
ahora en el océano Pacífico.
Los Estados Unidos
basan el cerco a China en una “cadena de bases aéreas y puertos militares”[49].
Este cerco no solo prevé un refuerzo de las bases en Guam, isla del océano Pacífico, una extensión de la presencia americana en Australia y sobre el
atolón Diego García, en el centro del océano Indico, sino también el
establecimiento de nuevas bases como la de Saipán, pequeña isla del Pacífico, o
de Palau. En abril de 2014, durante una gira por Asia, Obama anunció
simbólicamente la reanudación de un acuerdo con Filipinas, que había sido
abandonado en 1992, acuerdo “que daría a los navíos y aviones americanos el
mayor acceso a las bases desde el abandono de la base naval de Subic Bay en
1992”,[50] en
combinación con una presencia militar en Corea del Sur y Japón.
Un segundo tipo de
medidas que circulan por los pasillos del Pentágono concierne la preparación de
una capacidad de primer ataque, notablemente en el combate aire-mar (Air-Sea
Battle, ASB). Se trata de una estrategia de ataque sorpresa preventiva, que utiliza
una fuerza aplastante para eliminar las defensas chinas.[51] Pero
para Amitai Etzioni, analista israelo-amercano en política extranjera
americana, se trata claramente de una estrategia ofensiva: “La estrategia
consiste a entrar en el territorio de China continental, allá donde se
encuentren los misiles antinavíos”[52] que
habría que eliminar.
El think tank RAND sugiere
otra opción: la instalación en algunos países estratégicos de misiles
antinavíos tierra-mar (Land-Bases Anti-Ship Missiles[53]).
Estos misiles tendrían como función primera la de instaurar una zona de de
no-acceso y prohibición (A2/D2) en favor de los Estados Unidos.
Estratégicamente colocados sobre algunas islas de los mares de China oriental y
meridional, estos misiles, baratos y fáciles de colocar o desplazar,
limitarían la libertad de navegación de los navíos chinos amenazándolos
militarmente en caso de necesidad.[54]
En este marco, los
diferentes territoriales de China sobre algunas islas con Japón, Filipinas,
Vietnam y otros países de la región, adquieren toda su importancia. El control
de islas como Xisha (o Paracels) o Spratly (Nansha en chino, Quan Dao
Truong en vietnamita o Kapuluan ng Kalayaa en filipino) por aliados de los americanos,
como Japón o Filipinas, facilitaría el aislamiento de los navíos chinos en el
mar de China meridional. El control de las minúsculas islas de Senkaku
(Diaoyuta) y Ryukyu (Nansei) permitiría cortar el paso de China entre Taiwán y
Japón, y confinar su espacio de maniobra en el interior del mar de China
oriental.
El tercer tipo de
medidas que se baraja está estrechamente relacionada con las anteriores: rodear
China de países aislados de los Estados Unidos o más o menos hostiles a China.
Pese a que una guerra sea considerada improbable en lo inmediato, un buen
número de observadores subrayan: “En ausencia de tal conflicto, el equilibrio
militar sino-americano en el Pacífico podría no obstante influenciar las
decisiones tomadas cada día por otros países del Pacífico, incluyendo las
decisiones sobre la oportunidad de alinear más estrechamente sus políticas con
China o con los Estados Unidos.”[55] En
otras palabras, se trata para los Estados Unidos de reforzar su presencia
militar a fin de “convencer” a los países vecinos a China de optar por el bando
americano.
Pero esta estrategia
no se limita a la dimensión militar. Desde la introducción de la noción de
“pivote”, los Estados Unidos han hecho avanzar las negociaciones con los países
de la región y han puesto en marcha el Transpacific Partnership, una zona de
librecambio que une el este y el oeste del Pacífico, excluyendo a China.[56]
También han abierto una nueva misión para la Asociación de Naciones del Sudeste
Asiático (ASEAN), concluyendo un tratado de amistad y cooperación con estos
países. Han tenido una participación sin precedentes en los foros regionales de
la ASEAN y se han implicado en el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico
(Asia-Pacific Economic Cooperation, APEC). Además, Wahington ha empezado a
implicarse más en encuentros “multilaterales” como la Lower Mekong Initiative
que apoya la educación, la salud y el medio ambiente en Camboya, Laos y
Vietnam, o el Pacific Islands Forum.[57]
Finalmente, trabajan para la profundización de la cooperación con Mongolia,
Indonesia, Japón y Corea del Sur, con el objetivo de establecer alianzas que
puedan contribuir al aislamiento de China.[58]
El potencial alcance de estas alianzas se hizo claro en 2011. Zhou Chenming, del think tank chino Knowfar Institute for Strategic and Defense
Studies, declara: “Alrededor de 172 ejercicios han sido realizados por los
Estados Unidos en la región Asia-Pacífico, con una media de alrededor de uno
cada dos días. El ejercicio Cobra Gold es un claro ejemplo que indica hasta qué
punto la escalada ha sido rápida. Este ejercicio militar bilateral fue
realizado por los Estados Unidos y Tailandia para continuar con la alianza entre
las dos naciones de los tiempos de la guerra fría. Se ha transformado en un
ejercicio militar multilateral después de que otros países como Singapur,
Filipinas, Mongolia, Japón, Indonesia, Corea del Sur y Malasia hayan empezado a
participar.”[59]
Una cuarta opción es
el fomento de conflictos locales. Las alianzas descritas anteriormente pueden
ser instrumentalizadas para arrastrar a China en una serie de conflictos
locales a fin de debilitarla. Entre estos conflictos, están los diferentes territoriales en los mares de China oriental y meridional con Vietnam,
Filipinas y Japón, entre otros.[60] En
el oeste, están los conflictos con India, en el Himalaya, que habían llevado
a estos dos países a la guerra en 1962. También en el oeste, en las provincias
chinas de Tíbet y Xinjiang, diferencias étnicas, religiosas o lingüísticas
pueden ser utilizadas por fuerzas externas.
Una quinta medida
está ligada al mantenimiento de la ventaja tecnológica y la preparación de la
guerra cibernética. En efecto, en su presupuesto de defensa para el año 2015,
Obama ha intentado limitar los recortes presupuestarios en investigación y desarrollo. Esta investigación se concentra en “la cibernética, la defensa
antimisiles, la disuasión nuclear, el espacio, los golpes de precisión, ISR
(información, vigilancia y reconocimiento), la lucha contra el terrorismo y
las operaciones especiales. Esta lista de prioridades responde a la idea […] de
que las amenazas emergentes y asimétricas se encuentran allá donde los Estados
Unidos son más vulnerables.”[61]
Los Estados Unidos
han puesto en marcha el TAO (Office of Tailored Access Operations), que es la
sección de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad) encargada de hacer la guerra
cibernética contra China: “El TAO ha conseguido penetrar los sistemas
informáticos y de telecomunicaciones chinos desde hace cerca de 15 años,
generando así las mejores informaciones y los datos más fiables acerca de lo
que pasa en el interior de la República Popular China.”[62] Los
ejemplos como el del virus Stuxnet, que desajusta parte del programa nuclear
iraní, indican que los Estados Unidos no se limitan al espionaje cibernético
sino que libran una guerra cibernética activa: “La guerra cibernética implica
la penetración de redes extranjeras con el objetivo de perturbar o desmantelar
estas redes a fin de hacerlas inutilizables.”[63]
En mayo de 2010, un
sub-comando encargado de la seguridad de la información para el ejército (US
Cyber Command) fue activado, y desde 2012 los Estados Unidos hablan
abiertamente de una estrategia ofensiva de la seguridad cibernética: “La
Defense Advanced Research Projects Agency (DARPA) [es] el brazo de la investigación
experimental del Pentágono. La financiación de la DARPA permitió la invención
de Internet, de los aviones invisibles, del GPS, de un programa de
reconocimiento vocal; su nuevo programa, bautizado plan X, es igual de
ambicioso. Los responsables de la DARPA han declarado que el objetivo del plan
X era el de “crear tecnologías revolucionarias para la comprensión, la
planificación y la gestión de la guerra cibernética”. La US Air Force también
ha señalado que está dispuesta a pasar al modo de ataque cibernético y anunció
en agosto que estaba buscando ideas para “destruir, negar, degradar, perturbar,
engañar, corromper o usurpar la capacidad de los adversarios […] para utilizar
el terreno del ciberespacio en ventaja suya”.[64]
Concretamente, estas
nuevas capacidades parecen estar en la medida de completar e incluso sustituir en un futuro
algunos bombardeos: “En abril de 2009 por ejemplo, el general Norton Schwartz,
que era entonces jefe del Estado mayor de la fuerza aérea, sugirió que
podrían utilizarse armas cibernéticas para atacar el sistema de defensa aéreo
del enemigo. “Hasta ahora, declaró, destruíamos las defensas aéreas integradas
por medios cinéticos. Pero si fuera posible interrumpir los radares o paralizar
los misiles tierra-aire por medios cibernéticos, ello sería una nueva
herramienta muy potente para nuestras misiones aéreas.”[65] En
2013, el CNCERT (National Computer Network Emergency Response Technical Team),
agencia china para la seguridad informática, informaba que “4.062 servidores
informáticos basados en los Estados Unidos habían desviado 2,91 millones de
ordenadores centrales en China”.[66]
¿Una China a la ofensiva regional?
Preocupada por evitar
el aislamiento cerca de sus costas por los Estados Unidos, China también retoma
más firmemente en mano los conflictos territoriales con Japón de una parte, y Vietnam y
Filipinas de otra. Aunque no cabe duda alguna de que el objetivo prioritario
de China es defenderse frente al imperialismo americano y garantizar su
libertad de desarrollo, esta estrategia puede no obstante convertirse en el
plano regional en una estrategia ofensiva hacia sus vecinos. En efecto, el
presupuesto de defensa de China hace de ella un gigante militar regional.[67]
Según algunas estimaciones, este presupuesto será en 2015 superior a los 238
billones de dólares, contra 66,6 billones para Japón, 44,9 billones para India,
35,5 billones para Corea del Sur y 27,5 para Australia; y otros países, como
Vietnam (3,9 billones), están aún más lejos.[68]
El aislamiento de
China en los mares de China oriental y meridional será imposible sin la
colaboración entre Estados Unidos y algunos países de la región, de allí la política de alianzas descrita anteriormente. China se encuentra en una posición
objetivamente difícil: por una parte, si ella obtuviera el control de algunas
de las islas en disputa de los mares de China oriental y meridional, ello le
permitiría poner trabas a esta estrategia de aislamiento; pero por otra parte, una
posición demasiado firme aumenta los riesgos de ser considerada expansionista y empujar a sus vecinos hacia los brazos de los Estados Unidos.
Por otro lado, los cantos de sirena de los Estados Unidos hacia Myanmar no son
ajenos a las recientes tergiversaciones de este país con respecto al oleoducto
Myanmar-China.[69]
China y sus vecinos
parecen tener todo el interés del mundo en arreglar las discusiones de manera
diplomática, mientras que el imperialismo americano tiene interés en exacerbar
las tensiones. En este sentido, las tensiones alrededor de la reciente instalación de la plataforma petrolera china 981 en aguas territoriales
disputadas, instalación que provocó manifestaciones antichinas en Vietnam,
podrían haberse convertirse en un regalo divino para los estrategas americanos, que
propusieron inmediatamente a Vietnam aumentar la cooperación militar.[70]
El revolucionario
filipino José María Sisón expresa bien la complejidad de la situación: denuncia
lo que llama “agresión china”[71] en
las reivindicaciones territoriales chinas en el mar de China meridional; pero
subraya que “la imagen de China, presentada como una amenaza para la seguridad
de los demás países, es exagerada y utilizada como justificación para
consolidar la potencia militar americana en Filipinas; y ello le ha dado a los
Estados Unidos una oportunidad para desarrollarse militarmente en la región
Asia-Pacífico.”[72]
Evidentemente, los
pueblos de la región no tienen nada que ganar con un acercamiento a los Estados
Unidos. El centro de investigación filipino IBON subraya así que el nuevo
acuerdo de defensa mutua entre Filipinas y los Estados Unidos (EDCA), firmado
el 28 de abril de 2014, podría permitir la expulsión de poblaciones de sus
tierras para extender el tamaño de bases americanas, fomentar la prostitución
para los soldados americanos, poner trabas al trabajo de los pescadores durante las maniobras de la flota americana y abolir los derechos de los trabajadores
filipinos en favor de un sistema de sub-contratación militar.[73]
¿Un alcance global?
Si China se ha
concentrado hasta ahora en la protección de sus intereses económicos en los
mares de China, ello podría cambiar en un futuro. En efecto, desde 2004 incluye
entre sus objetivos la defensa de sus intereses en todo el mundo, lo que en la
práctica se limita hasta ahora a la defensa de sus intereses en el océano
Indico (y Pacífico). Por otra parte, China rechaza tradicionalmente toda forma
de injerencia en los asuntos internos de otros países pero, desde el año 2010,
sus Libros blancos sobre la defensa y la
seguridad nacional afirman que la estrategia de defensa es en primer lugar defensiva,[74]
mientras que hasta 2008 China la definía como puramente defensiva.[75] Por
lo tanto, la significación del término defensa
ha evolucionado a lo largo de los años.
Las directivas de
defensa activa de Jiang Zemin (Military Guidelines for the New Period 1993)
tenían como objetivo principal el desarrollo de la protección de los centros
económicos chinos y la limitación del acceso de Estados Unidos a los mares más
allá de Taiwán. A fin de poder ganar una “guerra local bajo condiciones de alta
tecnología”, la marina del Ejército Popular de Liberación también ha
desarrollado capacidades ofensivas[76].
El documento
estratégico de 2013, El empleo diversificado de las fuerzas armadas chinas,
afirma claramente: “Con la integración progresiva de la economía de China en el
sistema económico mundial, los intereses en el extranjero se han convertido
parte integrante de los intereses nacionales de China. Las cuestiones de
seguridad son cada vez más importantes, implicando la energía y los recursos
del extranjero, las líneas marítimas estratégicas de comunicación (SLOC), las
personas morales y los residentes chinos en el extranjero.”[77]
Este desarrollo ha
tenido como base, entre otros, la “nuevas misiones históricas” del EPL,
presentadas por el presidente Hu Jintao en 2004, que incluyen las de jugar un
papel importante “en la salvaguarda de la paz mundial y la promoción del
desarrollo común”.[78]
En esta perspectiva,
China desarrolla actualmente sus fuerzas aeronavales: además del Liaoning,
adaptación de un portaaviones soviético comprado a Ucrania en 1998, dispone de
al menos dos nuevos portaaviones.
Desde 2013, China
también habla de manera cada vez más abierta de sus intereses de ultramar,[79] lo que no sólo incluye el
aprovisionamiento en energía, sino también la protección de ciudadanos y
empresas chinas en el extranjero, teniendo como ejemplos recientes la
evacuación de ciudadanos chinos de Libia en 2011, o las operaciones militares
anti-piratería cerca de las costas somalíes (donde China ha desplegado en hasta 13 ocasiones, hasta
diciembre de 2012, 34 navíos de guerra, 28 helicópteros y
910 miembros de las fuerzas especiales).
La participación de
China en las misiones internacionales de Naciones Unidas también aumentó de
manera importante: según las cifras chinas, el país ofreció 3.362 soldados para
13 misiones de la ONU en 2004 y 22.000 soldados para 23 misiones en 2013.
Algunas voces en el
interior de China se levantan a favor de una estrategia meditada de bases
militares en todo el mundo.[80] Una
teoría popular en la India y en Occidente afirma que existe una estrategia
china llamada “cadena de perlas”, que consistiría en establecer puertos alrededor
del Océano Indico.[81]
Aunque el rumor de una base naval china en Pakistán (Gwadar) haya resultado ser
falso y China lo haya desmentido,[82] esta
teoría no parece carecer de sentido. En efecto, la utilización por parte de
China de puertos comerciales para sortear eventuales bloqueos sería lógica. Y
esto inquieta mucho a Occidente. El analista Robert D. Kaplan, especialista del
océano Indico, señala que China habría ayudado a Sri Lanka a combatir a los
rebeldes tamules para obtener allí una influencia más importante.[83]
Según RAND, las evoluciones militares actuales permitirán a China extender su
influencia en el océano Indico e incluso en el Golfo Pérsico de aquí a
2015-2020.
No obstante, según el
prestigioso Stockholm International Peace Research Institute (SIPRI), aunque
China haya aumentado su papel internacional por la evacuación de sus
ciudadanos o las intervenciones diplomáticas en los conflictos de Sudán
del Sur, sólo unos acontecimientos inesperados podrían hacer que China renuncie a su estrategia de no-injerencia en los asuntos internos de otros
países, porque esta estrategia de no-injerencia constituye una poderosa
herramienta diplomática y comercial.[84]
Conclusión
La emergencia militar
china preocupa a los Estados Unidos. Primera potencia imperialista del mundo,
deseosa de mantener una posición militar absolutamente dominante, consideran
que China es una potencia regional emergente que a largo plazo podría desafiar
su dominación. Y en lo inmediato, por su desarrollo tecnológico y notablemente
por sus misiles antinavíos o sus capacidades satelitales y cibernéticas, China
podría complicar esta dominación en el sudeste asiático.
Frente a estos
desafíos, los Estados Unidos buscan colocarse en una posición de fuerza para
poder limitar el progreso del poder económico y militar de China, sin por ello ponerle totalmente trabas a su desarrollo, lo que, teniendo en cuenta los
lazos entre las economías de ambos países, no les beneficiaría. Para hacer
realidad estos objetivos, desarrollan una serie de medidas concretas como el
cerco mediante alianzas más o menos hostiles, el cerco militar, la preparación
de un golpe preventivo, la preparación de conflictos locales y el mantenimiento de su ventaja tecnológica.
Por su lado, China es,
económicamente hablando, un país en plenas vías de desarrollo. Frente al
imperialismo americano, su objetivo principal es garantizar su desarrollo
mediante, entre otras cosas, un desarrollo militar ante todo defensivo, ya sea
naval, cibernético o balístico. Muy inferior militarmente hablando a los
Estados Unidos, no deja de ser por ello un gigante en su región. Y lo que puede
parecer una medida defensiva, destinada a evitar el aislamiento en los mares de
China oriental y meridional por parte del imperialismo americano, es percibido
a veces por los países vecinos como una política agresiva e injusta con
respecto a ellos.
Pasando de una
estrategia militar puramente defensiva a una defensa proactiva, China afirma
hoy que, para hacer efectiva su integración en la economía mundial, es
necesario defender sus intereses comerciales en el plano mundial. En la
práctica, este objetivo se sigue limitando a una defensa no-militar de sus
intereses en el océano Indico, lo cual no sólo está ligado a la visión china de
no-injerencia en los asuntos internos de otros países, sino también a las
evidentes limitaciones de su fuerza militar. Con el aumento de las inversiones
chinas en el extranjero y el innegable impacto de las grandes empresas chinas
sobre la política exterior china, no hay que descartar que en el futuro, China
reinterprete su visión de “no-injerencia en los asuntos internos de otros
países”.
Marc Botenga (botenga@gmail.com) es doctor en
ciencias políticas. Es coordinador en Medicina para el Tercer Mundo (www.m3m.be).
"Fortalecer la modernización de nuestro ejército" (1980)
[3] http://www.archives.gov/declassification/iscap/pdf/2008-003-docs1-12.pdf,
p. 2.
[4] http://www.informationclearinghouse.info/pdf/RebuildingAmericasDefenses.pdf, pág. i (pág. 8 del fichero PDF).
[4] http://www.informationclearinghouse.info/pdf/RebuildingAmericasDefenses.pdf, pág. i (pág. 8 del fichero PDF).
[5] Z. Brzezinski, The Grand Chessboard :
American Primacy and Its Geostrategic Imperatives, Basic Books, 1997.
[6] H. Kissinger, Does America Need a Foreign
Policy?, Simon & Schuster, 2001.
[7] US National Security Strategy, mayo de 2010, http://www.whitehouse.gov/sites/default/files/rss_viewer/national_security_strategy.pdf
[8] S. Perlo-Freeman, « Mar. 2014 : Deciphering
China’s latest defence budget figures », SIPRI, marzo de 2014, http://www.sipri.org/media/newsletter/essay/perlo-freeman-mar-2013.
[9] A. Cordesman & N.S. Yarosh, Chinese Military
Modernization, Revisited 30 July 2012,
[10] The Economist, « The Dragon’s New Teeth »,
7 de abril de 2012, http://www.economist.com/node/21552193
[13] S.M. Hersh, « The Online Threat », The
New Yorker, 1º de noviembre de 2010, http://www.newyorker.com/magazine/2010/11/01/the-online-threat?currentPage=all
[18] Mapa : Military and Security Developments
Involving the People’s Republic of China 2011 [Annual Report to Congress],
extraída de http://www.lib.utexas.edu/maps/middle_east_and_asia/china_transit_routes-chokepoints-2011.png
[19] Department of Defense, Annual Report to Congress :
Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China
2012,http://www.defense.gov/pubs/pdfs/2012_cmpr_final.pdf
[20] Department of Defense, Annual Report to Congress:
Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China
2013, http://www.defense.gov/pubs/2013_China_Report_FINAL.pdf
[21] R. O’Rourke, « China Naval Modernization :
Implications for U.S. Navy Capabilities — Background and Issues for
Congress », Congressional Research Service, 10 de abril de 2014, http://www.fas.org/sgp/crs/row/RL33153.pdf
[24] R. O’Rourke, op. cit.
[26] R. O’Rourke, op. cit.
[27] Department of Defense, Annual Report to Congress:
Military and Security Developments Involving the People’s Republic of China,
2012, http://www.defense.gov/pubs/pdfs/2012_CMPR_Final.pdf.
[28] Beijing carried out a watershed anti-satellite test in
January 2007, using a ground-based missile to knock out one of its inactive
weather satellites in high polar orbit. http://www.reuters.com/article/2011/01/14/us-usa-china-gates-idUSTRE7090CA20110114
[30] RAND Research Brief 2013, The Future of Sea Power in the
Western Pacific, http://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/research_briefs/RB9700/RB9709/RAND_RB9709.pdf
[31] D. McDonough, « China’s naval strategy—from sea denial
to sea control? », 1º de agosto de 2013, http://www.aspistrategist.org.au/chinas-naval-strategy-from-sea-denial-to-sea-control/
[32] D. Cheng, « Countering China’s A2/AD Challenge », The
National Interest, 20 de septiembre de 2013, http://nationalinterest.org/commentary/countering-china%E2%80%99s-a2-ad-challenge-9099
[33] China — Military — The First and Second Island Chains 2009 (323K)
From Military Power of the People’s Republic of China 2009 [Annual Report to
Congress] U.S. Department of Defense, c/o the University of Texas Libraries,
The University of Texas at Austin.
[34] Department of Defense, Annual Report to Congress: Military and Security
Developments Involving the People’s Republic of China 2012,http://www.defense.gov/pubs/pdfs/2012_CMPR_Final.pdf
[35] M.D. Swayne, « Chinese Views and Commentary on the East China Sea Air
Defense Identification Zone », China
Leadership Monitor, no. 43, 14 de marzo de 2014, http://media.hoover.org/documents/CLM43MS.pdf
[36] The Economist, « The Dragon’s New Teeth », op. cit.
[37] A. Etzioni, « Who Authorized
Preparations for War With China? », Yale
Journal of International Affairs, Summer
2013, pp. 37-51.
[38] Ibid.
[40] La diferencia terminológica es importante, porque, en estos textos estratégicos, cada palabra cuenta. Cuando China habla de su relación con la RPDC como una de "dientes y labios", es muy diferente de "lazos fraternales", "alianzas" o, como hemos visto recientemente, "relaciones normales de Estado a Estado". La evolución del discurso indica una innegable evolución de la visión estratégica.
[41] H. Clinton, « America’s Pacific Century », Foreign Policy, 11 de octubre de 2011, http://foreignpolicy.com/2011/10/11/americas-pacific-century/
[42] Documento guía para el Pentágono, escrito por el ministro de Defensa de la época, Robert Gates, http://www.defense.gov/news/defense_strategic_guidance.pdf
[43] Ibid.
[45] Un informe sobre el Departamento de Defensa, su estrategia, su funcionamient y sus medios, publicado cada cuatro años, www.defense.gov/pubs/2014_Quadrennial_Defense_Review.pdf
[46] Remarks By President Obama to the Australian Parliament,
17 novembre 2011, http://www.whitehouse.gov/the-press-office/2011/11/17/remarks-president-obama-australian-parliament
[49] J. Reed, « Surrounded : How the U.S. Is
Encircling China with Military Bases. », The Complex, Foreign Policy,
20 de agosto de 2013, http://foreignpolicy.com/posts/2013/08/20/surrounded_how_the_us_is_encircling_china_with_military_bases/
[50] J. Glaser, « The US Is ‘Encircling China With
Military Bases’ », 22 de agosto de 2013, http://antiwar.com/blog/2013/08/22/the-us-is-encircling-china-with-military-bases/
[51] T.K. Kelly, A. Atler, T. Nichols & L. Thrall,
« Employing Land-Based Anti-Ship Missiles in the Western Pacific », RAND
Technical Report, Rand Arroyo Center, 2013.
[52] C.P. Cavas, « Defining Air-Sea Battle : From
Interservice Cooperation to Nuclear Confrontation, or Somewhere in
Between », 27 de julio de 2013, http://www.defensenews.com/article/20130727/DEFREG02/307270008/
[53] T.K. Kelly et al, « Employing Land-Based Anti-Ship
Missiles in the Western Pacific », 2013 http://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/technical_reports/TR1300/TR1321/RAND_TR1321.pdf
[54] Anti-access, area denial.
[55] R. O’Rourke, op. cit.
[57] H. Clinton, « America’s Pacific Century », Foreign
Policy, 11 de octubre de 2011, http://www.foreignpolicy.com/articles/2011/10/11/americas_pacific_century
[58] S.A. Snyder, « Obama’s Mission in Asia : Bring
the Allies Together », CFR Blogs, 21 de abril de 2014, http://blogs.cfr.org/asia/2014/04/21/obamas-mission-in-asia-bring-the-allies-together/?cid=nlc-dailybrief-daily_news_brief-link5-20140422&sp_mid=45683779&sp_rid=Ym90ZW5nYW1AZ21haWwuY29tS0
[60] Heritage Foundation.
[62] M. M. Aid, « Inside the NSA’s Ultra-Secret China Hacking
Group », National Security, Foreign Policy, 10 de junio de 2013, http://foreignpolicy.com/articles/2013/06/10/inside_the_nsa_s_ultra_secret_china_hacking_grou
[63] T. Gjelten,
« First Strike: US Cyber Warriors Seize the Offensive », World
Affairs, enero-febrero 2013, http://www.worldaffairsjournal.org/article/first-strike-us-cyber-warriors-seize-offensive
[64] Ibid.
[68] M. Duchâtel
et al., «Protecting China’s Overseas Interests », SIPRI Policy
Paper 41,Stockholm, junio de 2014, http://books.sipri.org/files/PP/SIPRIPP41.pdf
[73] The Diversified
Employment of China’s Armed Forces, 2013 http://news.xinhuanet.com/english/china/2013-04/16/c_132312681.htm, China’s National Defense in 2010 http://news.xinhuanet.com/english2010/china/2011-03/31/c_13806851.htm
[74] China’s National Defense in 2008, http://english.gov.cn/official/2009-01/20/content_1210227.htm
[75] C.A. Cooper,
« The PLA’s Navy’s “New Historic Missions” : Expanding Capabilities
for a Re-emergent Maritime Power », Testimony presented before the
U.S.-China Economic and Security Review Commission on June 11, 2009,http://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/testimonies/2009/RAND_CT332.pdf
[76] The Diversified
Employment of China’s Armed Forces, 2013 http://news.xinhuanet.com/english/china/2013-04/16/c_132312681.htm
[77] J. Mulvenon,
« Chairman Hu and the PLA’s “New Historic Missions” », China
Leadership Monitor no. 27, Hoover Institution, http://media.hoover.org/documents/CLM27JM.pdf
[78] The Diversified
Employment of China’s Armed Forces, 2013
[83] C.A. Cooper,
« The PLA’s Navy’s “New Historic Missions” : Expanding Capabilities
for a Re-emergent Maritime Power », Testimony presented before the
U.S.-China Economic and Security Review Commission on June 11, 2009,http://www.rand.org/content/dam/rand/pubs/testimonies/2009/RAND_CT332.pdf
[84] M. Duchâtel
et.al., «Protecting China’s Overseas Interests », SIPRI Policy
Paper 41, Stockholm, junio de 2014, http://books.sipri.org/files/PP/SIPRIPP41.pdf
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