Romper los BRICS
El conflicto contra China y Rusia posee una dimensión más larga. Detrás de ellas, lo que Washington tiene como objetivo es el conjunto de los países del Sur: África, Asia, América Latina. El eje Beijing-Moscú será fuerte si consigue federar a diferentes países, en una gran alianza contra la hegemonía de los Estados Unidos.
Empezando por los BRICS (Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica). Porque al dúo ya citado se han añadido tres grandes economías del tercer mundo; Brasil, India y Sudáfrica. Y algunos de sus proyectos tienen razones para seducir a la mayoría de países del Sur. Particularmente el proyecto de banco Sur-Sur.
¿Qué proponen los BRICS? Desarrollar un sistema económico mundial que no dependa del dólar USA. Todos los países del Sur podrían así escapar al chantaje del Fondo Monetario Internacional (FMI) y del Banco Mundial. Y si los BRICS ya no utilizan el dólar americano, será el fin del actual sistema monetario internacional.
Este es el motivo por el cual las acciones llevadas a cabo estos últimos 20 años por los Estados Unidos, acciones en apariencia dispersas y sin relación entre ellas, deben ser analizadas a la luz de este gran propósito: romper los BRICS es una estrategia global que se desarrolla etapa por etapa. En esta estrategia Washington ha:
- provocado el estallido de la Unión Soviética para debilitar a Rusia.
- destruido Yugoslavia para privar a Moscú de un aliado y de un acceso al Mediterráneo.
- invadido Afganistán para instalarse en el corazón de las rutas de Asia.
- destruido Irak y Libia para debilitar a los árabes de Medio Oriente, aliados potenciales de la OCS.
- organizado una guerra sunitas-chiítas para aislar y debilitar a Irán.
- exacerbado el conflicto en las islas del Océano Índico para bloquear las rutas marítimas de Beijing.
- dado la vuelta a Birmania y Sri Lanka, dos etapas importantes para la Ruta de la Seda.
- trabajado para desestabilizar o darle la vuelta a Sudáfrica.
- organizado un golpe de Estado "jurídico" contra Dilma Rousseff en Brasil
2013, un giro histórico: el fracaso en el camino de Damasco
Claramente, Beijing es el motor de proyectos económicos y financieros que pueden transformar el mundo. Claramente, los Estados Unidos lo saben. Claramente, buscan la escalada militar por medio de injerencias militares alrededor de China. Siendo al mismo tiempo prudentes: una confrontación directa sería imposible de ganar y llevaría la potencia USA al abismo.
Frente a esta amenaza, ¿cuál es la táctica de China? Tiene todo el interés en que la competición económica y política se desarrolle de forma pacífica. Desde ese momento, el primer eje de su política internacional consiste en detener las aventuras militares de los Estados Unidos. Todas las naciones deben respetar el derecho internacional y solucionar sus conflictos en el marco de las Naciones Unidas.
En la nueva correlación de fuerzas internacional que se ha creado en los últimos años, ya no es tan simple poner en práctica la estrategia de Thomas Friedmann que hemos evocado antes: los marines como puño escondido de MacDonald's. Incluso Bush se vio obligado en 2006 a sustituir su ministro de la guerra, el super-halcón Donald Rumsfeld, por Robert Gates. Éste había sido director de la CIA, conocía mejor el terreno y se mostraba mucho más prudente. Su discurso inaugural en la Academia militar de West Point era notable: "No luchéis a menos que os veáis obligados a ello. No luchéis jamás solos. Y no luchéis jamás durante mucho tiempo."[1]
Consciente él también de los medios limitados de los Estados Unidos, Obama renunció a desatar una guerra contra Irán. Estaríamos aislados frente a China (que tiene una gran parte de nuestra deuda), frente a Rusia e incluso frente a Europa, decía. Había que hilar más fino. Es lo que hizo para atacar a Libia, y luego a Siria. Nada de GI's en el terreno, se empleó y se armó a fuerzas locales (terroristas en ambos casos), se mete en la operación a los europeos (partidos socialistas incluidos) y se cuida mucho las mentiras mediáticas para adormecer la opinión pública. ¡Objetivo conseguido!
Pero un acontecimiento decisivo ocurrió en 2011. Washington le tendió una trampa a Moscú y a Beijing diciendo que la intervención de la OTAN en Libia sólo tenía como objetivo el establecer una no fly zone para proteger a los civiles. En realidad el verdadero objetivo era, desde el principio, eliminar a Gaddafi. Para apoderarse del petróleo y del oro libios, privar a los países africanos de un financiero alternativo y transformar la correlación de fuerzas en Medio Oriente y en África, y por lo tanto en el mundo.
¡Una vez, pero no dos! Cuando en agosto de 2013 Obama, Cameron y Hollande quisieron bombardear Damasco (esta vez con la mentira mediática de las armas químicas), se encontraron con el veto de Beijing y Moscú. Hasta hubo una ayuda militar (discreta al principio). Este acontecimiento constituye un giro histórico comparable a la batalla de Stalingrado de 1943. El mundo ha podido darse cuenta de que los Estados Unidos ya no pueden agredir a cualquier país como lo deseen. El Imperio está desnudo. El mundo ha cambiado.
[1] Le Soir (Bélgica), 23 de abril de 2008.
No hay comentarios:
Publicar un comentario