jueves, 30 de noviembre de 2017

Jiang Zemin: Conclusiones fundamentales de los 40 años de historia de la nueva China


* En el siguiente texto, el camarada Jiang Zemin, ex-secretario general del Partido Comunista de China, nos explicará muy resumidamente las conclusiones generales obtenidas por la nación y su vanguardia tras cuatro décadas de andadura socialista. Así nos transmite el análisis en un discurso que pronunció el 29 de septiembre de 1989, apenas un mes antes de producirse la gran catástrofe europea:

Al pasar revista a la historia de estos 40 años, podemos, por lo menos, sacar las conclusiones fundamentales en los cuatro aspectos siguientes.

El establecimiento, consolidación y desarrollo del sistema socialista encarna las leyes objetivas del movimiento de la sociedad moderna de China y supone el cambio más grande y profundo en su historia. Si no hubiéramos realizado una revolución popular con el socialismo como perspectiva, no habríamos podido derrocar el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático ni trocar en luminosa la China lóbrega. Si la Nueva China no hubiera seguido el camino socialista ni persistido en la dictadura democrática popular después de su establecimiento, no habría podido salvaguardar la unidad del país y la independencia nacional ni cumplir gradualmente el deseo de prosperidad común del pueblo. Si, en adelante, en vez de mantenernos en el socialismo retrocedemos a la senda capitalista tal como abogaba cierta gente, nutriendo y engordando de nuevo una clase burguesa con la sangre y el sudor del pueblo trabajador, entonces, en un país como el nuestro, con una población numerosa y un nivel muy bajo de las fuerzas productivas sociales, no haremos más que sumergir otra vez a la inmensa mayoría en la pobreza extrema. Tal capitalismo no podría ser sino uno de tipo comprador primitivo, y sólo significaría que el pueblo chino de las diversas etnias quedaría reducido otra vez a condición de doble esclavo: del capital extranjero y de las clases explotadoras del país. En resumen, justamente como han señalado los camaradas Mao Zedong y Deng Xiaoping, sólo el socialismo podrá salvar a China, y sólo el socialismo podrá desarrollarla.

El sistema socialista es un sistema que se desarrolla y perfecciona continuamente partiendo de su propia base. Bajo las condiciones del socialismo, nuestra tarea fundamental es desarrollar enérgicamente las fuerzas productivas sociales tomando la construcción económica como centro del trabajo. Basándonos en las condiciones nacionales del país y resumiendo las experiencias de la práctica, reajustamos conscientemente aquellas partes de las relaciones de producción que no se adecuen a las fuerzas productivas y aquellas de la super-estructura que no cuadren con la base económica, conforme al nivel real de las fuerzas productivas sociales y a las exigencias objetivas de desarrollarlas en mayor grado: he aquí la reforma socialista a la que nos referimos. Si ésta no se lleva a cabo, se asfixiarán la vitalidad y el vigor inherentes al socialismo y se obstaculizará gravemente la puesta en práctica de sus ventajas. Después de la III Sesión Plenaria del XI Comité Central, nuestro Partido incluyó la reforma y la apertura en su línea básica, abriendo así perspectivas completamente nuevas para el desarrollo de la causa socialista de nuestro país. Los enormes éxitos del último decenio han corroborado que la orientación y la política generales que rigen la reforma y la apertura son enteramente correctas y deben ser llevadas adelante con toda firmeza.

Desarrollar el patriotismo y persistir en los principios de independencia y apoyo en el propio esfuerzo constituye una experiencia fundamental en las conquistas del triunfo de la revolución de China y también de su construcción socialista. En la China contemporánea, el patriotismo y el socialismo son concordantes en su esencia. La historia ha corroborado que, de los patriotas que defienden firmemente la dignidad de la nación china y anhelan su prosperidad y florecimiento, la mayoría pueden convertirse en fieles socialistas o amigos confiables del socialismo. El patriotismo y el espíritu de apoyo en el propio esfuerzo del pueblo chino son fuerzas poderosas para la modernización socialista. Nuestra causa socialista se ha consolidado y desarrollado precisamente en el proceso de romper el aislamiento, el bloqueo y las provocaciones impuestos a nuestro país por las fuerzas hostiles extranjeras. El pueblo chino nunca se ha sometido ni jamás se someterá a ninguna presión exterior, ni renunciará en absoluto al camino socialista y la independencia nacional a cambio de una limosna de otros. Siempre hemos acogido, y procurado, el apoyo de los pueblos de otros países a nuestra causa. En la nueva situación, damos mayor importancia a aprovechar las condiciones internacionales favorables y perseveramos en la apertura al exterior para acelerar la modernización socialista del país.

El Partido Comunista de China, armado con el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong, es el destacamento de vanguardia de la clase obrera china y el representante fiel de los intereses del pueblo de todas las etnias del país, y asume una misión de suma importancia en el proceso de la independencia y el desarrollo de éste. El que el Partido Comunista haya sido el núcleo dirigente de la revolución y la construcción de China es una elección correcta hecha por el pueblo en su larga práctica. El Partido se ha madurado gradualmente en el curso de vencer las dificultades, superar los desaciertos y resumir lecciones históricas. Los éxitos logrados en el transcurso de estos 40 años se deben al esfuerzo de todo el pueblo bajo la dirección correcta de nuestro Partido. Y en términos generales, los errores y reveses se producen principalmente por causas internas del Partido. El cómo se encuentra el Partido reviste una significación decisiva para el destino del país y la nación. Tenemos que analizar con severidad y sin la menor compasión los desaciertos del trabajo y corregirlos resueltamente para resolver los problemas que hay en el Partido. Hemos de sintetizar las experiencias de manera científica e histórica y conocer objetiva y global- mente la realidad. Siempre que así hagamos con perseverancia, de seguro nuestro Partido no defraudará la esperanza del pueblo y escribirá un capítulo brillante en el cumplimiento de las nuevas tareas históricas.
Basándonos en esas conclusiones fundamentales, tenemos que trabajar con mayor firmeza para integrar la verdad universal del marxismo con la realidad concreta de nuestro país, seguir nuestro propio camino y construir un socialismo con peculiaridades chinas. La teoría de Deng Xiaoping sobre la construcción de un socialismo con peculiaridades chinas es una teoría científica, reconocida y aceptada por centenares de millones de chinos a través de 10 años de verificación en la práctica, y es la bandera que nos conduce a continuar marchando hacia adelante. En toda la etapa primaria del socialismo tenemos que aplicar firme e invariablemente la línea básica que adoptó el XIII Congreso Nacional del Partido: dirigir y unir al pueblo de las diversas etnias del país a que trabaje con la construcción económica como el centro de la labor, persista en los cuatro principios fundamentales y en la reforma y la apertura y abra camino con trabajo duro apoyándose en el propio esfuerzo, a objeto de bregar por hacer del nuestro un país socialista moderno, próspero, poderoso, democrático y civilizado.

Fuente: Teoría china

martes, 28 de noviembre de 2017

Socialismo chino constituye referente para países en vías de desarrollo, asegura experto cubano

El socialismo con características chinas y sus transformaciones a lo largo de las últimas décadas constituyen una referencia para los países en vías de desarrollo, como muestra de que existe un modelo alternativo al capitalismo occidental, aseguró un reconocido analista cubano.

En entrevista con Xinhua, Iroel Sánchez, académico y expresidente del Instituto Cubano del Libro, afirmó que uno de los grandes logros de China es haber mantenido su sistema socialista y soberanía como país en medio de cambios económicos profundos.

"China ha logrado sus transformaciones dentro del proceso de reforma y apertura con estabilidad política, con un enfrentamiento creciente a problemas sociales como la pobreza y disminuir las diferencias sociales", destacó.

Sánchez indicó que hoy China se encuentra en la vanguardia mundial en muchos aspectos como la ciencia, la tecnología, la economía y constituye un "referente ineludible" para cualquier nación que pretenda desarrollarse.

"Para los países que nos hemos propuesto construir una sociedad diferente al capitalismo también es una referencia, no para copiar necesariamente, pues las condiciones en cada país son distintas, pero sí se deben estudiar las experiencias de China en su camino hacia el desarrollo", apuntó.

El académico cubano aseveró que el desarrollo alcanzado por China en los últimos años se debe a que el Partido Comunista ha liderado el proceso de reforma y apertura y ha mantenido la unidad de la nación.

"China ha buscado abrirse al mundo sin dejar de beneficiar a lo interno, a las mayorías de su país con políticas sociales justas. El desarrollo económico de China tributa a su independencia política y soberanía y a la solidez de la sociedad china", precisó.

En el caso de Cuba, dijo, el gobierno de la isla se ha propuesto desde 2010 la actualización del socialismo en el país para mejorar la calidad de vida de la población.

"Cuba se ha propuesto fomentar la inversión extranjera, insertar la economía de mercado dentro de la planificación de su desarrollo y darle un rol al sector privado en áreas determinadas de la economía que tienen que ver con la dinámica interna del país", aseguró.

En ese sentido, señaló, lo importante es lo que tenga consenso en las sociedades.

"Cuba realiza esas transformaciones porque las ideas o reformas han tenido consenso dentro de la sociedad, han sido debatidas y el propio presidente Raúl Castro ha dicho que el ritmo de los cambios lo da el consenso que tenga la sociedad alrededor de las mismas", puntualizó.

El también profesor de la Universidad de La Habana recalcó que hoy existen en el mundo dos modelos de desarrollo diametralmente opuestos y con objetivos muy distintos.

Existe, según Sánchez, un modelo occidental o capitalismo que está construido sobre la base de una relación colonial de siglos y que supone el subdesarrollo de la mayoría de las naciones del planeta.

"Mientras que muchos países han apostado al socialismo como una alternativa al capitalismo. Es un sistema o modelo en constante construcción y cada país busca de acuerdo a su cultura, tradiciones y sistema político el desarrollo de un socialismo estable, próspero y que genere riquezas para ser distribuidas dentro de la población", puntualizó.

Para el analista cubano el modelo occidental de desarrollo ha entrado en conflicto hasta con la propia vida en el planeta y la supervivencia de la especie humana.

En tal sentido indicó que si cada habitante del planeta consumiera lo que estimula y propone el sistema capitalista promovido por occidente, entonces los recursos naturales se agotarían muy pronto.

"No es viable como modelo y por tanto hay que pensar en una alternativa que no ponga en el centro y como aspiración de felicidad que todos los ciudadanos aspiren a esos patrones de consumo", dijo.

Sánchez manifestó que existen graves problemas en el mundo como el cambio climático, la contaminación ambiental, los flujos migratorios, la violencia y el narcotráfico, fenómenos estimulados por el modelo de desarrollo occidental.

"Hasta que esa y muchas otras realidades no cambien no se puede decir que el modelo de desarrollo occidental es exitoso. Además, hay pocas conquistas sociales para los que viven en esos países y vemos cada vez más desigualdades y falta de protección para las personas", apuntó.

Asimismo, señaló el experto, el modelo occidental de democracia neoliberal se ha querido imponer en el mundo y "simplemente no funciona en todas partes".

En continentes como Africa, dijo, se les ha exigido a distintas naciones asumir ese modelo de desarrollo y se les "impone" un sistema neoliberal donde tienen que entregar sus riquezas a las grandes compañías mundiales e implantar modelos políticos occidentales pluripartidistas.

"Eso ha resultado en estallidos, golpes de Estado, inestabilidad social y política en esa región por solo citar un ejemplo. Occidente quiere imponer a los países en vías de desarrollo un modelo sin tener en cuenta sus culturas, tradiciones e historia", añadió.

Según el analista cubano el modelo de desarrollo occidental no ha traído prosperidad, estabilidad ni soluciones profundas a los problemas que tienen las naciones en vías de desarrollo.

Fuente: Xinhua

Partidos gobernantes de China y RPDC acuerdan reforzar intercambios y lazos bilaterales

Los partidos gobernantes de China y la República Popular Democrática de Corea (RPDC) han prometido reforzar sus intercambios y coordinación entre partidos, así como impulsar el desarrollo de las relaciones entre los dos países.

Esta promesa se ha realizado durante una visita a la RPDC de Song Tao, enviado especial del secretario general del Partido Comunista de China (PCCh), Xi Jinping, entre el 17 y el 20 de noviembre.

Song, quien también encabeza el Departamento Internacional del Comité Central del PCCh, se reunió con líderes del Comité Central del Partido de los Trabajadores de Corea (WPK, siglas en inglés) para sostener conversaciones sobre varios temas.

Durante la citada reunión expuso en profundidad el espíritu principal y las contribuciones históricas del XIX Congreso Nacional del PCCh celebrado el mes pasado en Beijing.

El WPK felicitó al PCCh por el éxito de su Congreso Nacional y expresó sus deseos de que el pueblo chino, bajo el liderazgo del Comité Central del PCCh con Xi en el núcleo, consiga tremendos logros en la construcción de una gran nación socialista moderna con características chinas y alcance el sueño chino del gran rejuvenecimiento de la nación china.

Las dos partes también intercambiaron puntos de vista sobre las relaciones entre los dos partidos y los dos países y sobre el asunto de la península coreana y otros temas de interés común.
Expresaron sus deseos de reforzar los intercambios y la coordinación entre partidos y de impulsar el desarrollo de las relaciones entre China y la RPDC.

Durante su estancia en la RPDC, Song también visitó algunas instituciones en Pyongyang y rindió homenaje a los mártires del Ejército de Voluntarios del Pueblo de China en un cementerio en el condado de Hoechang, provincia de Phyongan del Sur.

Fuente: People's daily

China ofrece 5000 toneladas de arroz como ayuda humanitaria al pueblo sirio

Las autoridades de la provincia costera de Latakia recibieron el primer lote de una ayuda humanitaria china que consiste en 1.000 toneladas de arroz de un total de cinco mil toneladas donadas por el pueblo y el gobierno de la República Popular de China al pueblo sirio.

El gobernador de Latakia, Ibrahim Khader Salem, estuvo en el puerto de Latakia para recibir la ayuda china, y ahí expresó la gratitud y el reconocimiento al gobierno y al pueblo chinos por la ayuda ofrecida al pueblo sirio para hacer frente las difíciles condiciones que está atravesando actualmente a consecuencia del terrorismo y las sanciones occidentales.

Kader Salem agradeció a China también por sus posturas políticas de apoyo a Siria en su lucha contra el terrorismo y en abortar los proyectos de división de la región, y destacó las profundas y arraigadas relaciones entre los dos países y pueblos.

A su vez, el embajador de China en Siria, Chi Qianjin, declaró que esta ayuda refleja la sólida y estrecha relación entre los dos países, reafirmando que la ayuda humanitaria y económica de China al pueblo sirio continuará en el futuro.

Fuente: SANA

China aporta 50 mil millones de yuanes a favor del ambiente

Este 2017 el país asiático ha aprobado 49.700 millones de yuanes para combatir la contaminación ambiental.

El funcionario del departamento de planificación y finanzas del Ministerio de Protección Ambiental de China, You Yanxin, informó que este año el Gobierno ha destinado la suma de 49.700 millones de yuanes (7.500 millones de dólares) para la protección del medio ambiente e intensificar la ecología en el país.

You informó que hasta ahora se han entregado 39 mil millones de yuanes lo que equivale a más de cinco mil 900 millones de dólares, dinero que fue destinado para controlar la contaminación del agua, suelo y aire.

Casi 6 mil millones de yuanes (aproximadamente dos mil 400 millones de dólares) fueron aprobados para 13 regiones de Beijing que este año se han visto afectadas por la contaminación del aire.

Otra de las medidas anunciada por el Gobierno chino es reducir las actividades en aquellas fábricas de construcción, de acero y plantas de fundición que son altamente contaminantes para la población y el medio ambiente.

El pasado lunes 20 de noviembre el Gobierno chino cerró de manera temporal varias fábricas de construcción porque las actividades diarias hicieron que aumentara las partículas contaminantes en el aire (PM2,5).

Fuente: Telesur

Socialismo de mercado

 * Manos Fuera de China se toma la libertad de difundir este explicativo artículo sobre la relación entre el socialismo y el mercado; sobre el capital y el poder obrero, abordándolo de modo dialéctico y ofreciendo un diagnóstico preciso de los países que practican este modelo. Ahora bien, con respecto a las evaluaciones que se realizan de determinadas políticas socialistas practicadas en el pasado, y a pronósticos políticos emitidos acerca del pueblo canario; creemos que estos necesitarían de un estudio más riguroso... No con ello deseamos enmendar el gran trabajo del autor, sino indicarle a la lectora nuestras consideraciones a tales respectos.

Por Teodoro Santana

Está escrito: "La Rusia de la NEP, será una Rusia socialista".


Socialismo, mercado y capital

El mercado, satanizado por unos y divinizado por otros, es un mecanismo social que se da, en mayor o menor medida, en todas las sociedades. Aquellas economías en que se produce principalmente para el mercado, se denominan economías mercantiles. El prototipo de economía no mercantil es el feudalismo primitivo. En el capitalismo se desarrolla el mercado a escala universal y a todos los niveles, convirtiéndose en la economía mercantil por excelencia.

Tal y como explicaba Marx cuando expuso la ley del valor, el valor de las mercancías se determina en el mercado. Y esto, que es verdad en el capitalismo, lo será también en el socialismo. Al igual que sería absurdo desechar la división social del trabajo (y que todos tuviéramos que hacer de todo: plantar nuestra comida, cosechar algodón, tejer nuestra propia ropa, etcétera), es absurdo desechar el mercado.

Si el valor de los productos no se determinase en el intercambio social, se determinará a voleo, de forma caprichosa y acientífica. Esto no quiere decir que el mercado no deba estar regulado, ni que no se deba planificar. Al contrario: al igual que ahora el mercado está regulado, evidentemente a favor de las grandes corporaciones capitalistas, y al igual que todas las empresas establecen sus propios planes a corto, medio y largo plazo, el socialismo habrá de trabajar con el mercado, regularlo a favor de las mayorías asalariadas y, contando con él, establecer sus propios planes.

Contraponer planificación y mercado es una solemne estupidez. Negar el mercado porque se dice ser “socialista”, es como afirmar que los cirujanos en el socialismo no deben usar bisturí porque es algo inventado en el capitalismo. No hay peor síntoma de haber sido abducido por la propaganda burguesa que establecer el paralelismo capitalismo igual a mercado y socialismo igual a planificación.

Al igual que no habrá socialismo sin fábricas (¡ese gran invento burgués!), es absurdo hablar de “socialismo sin mercado”. Y a la inversa, “socialismo de mercado” es una tautología. Al contrario, la experiencia práctica pone en evidencia que el uso conjunto de la economía planificada y de la economía de mercado libera las fuerzas productivas y acelera el desarrollo económico, condición sine qua non para el triunfo del socialismo.

De hecho, la existencia de la propiedad pública de los medios de producción, si no existe una dirección consciente de la economía, no es suficiente para asegurar el desarrollo socialista. Aunque un poderoso sector público es uno de los requisitos de la economía socialista, no es ésta la diferencia específica que define el socialismo. Tal y como explicaba Marx, la naturaleza del socialismo es, precisamente, la liberación y el desarrollo de las fuerzas productivas, la eliminación de la explotación y de la polarización entre ricos y pobres y la prosperidad común.

Con el objetivo de que el socialismo logre ser superior al capitalismo, es precisa la asimilación de todos los avances, no sólo en tecnología sino en los métodos operativos y administrativos más avanzados que reflejen las leyes de la moderna producción socializada, incluyendo los métodos desarrollados en los países capitalistas más industrializados. Y poner todo eso, mediante el poder político, al servicio de los trabajadores y del pueblo.

Una comprensión correcta del marxismo significa que la superioridad del socialismo debe quedar de manifiesto por el desarrollo más rápido y más intenso de las fuerzas productivas y por la mejora constante de las condiciones de vida del pueblo. Algo, claro está, lejos del “socialismo anacoreta” y sufrido de cierta iconografía izquierdista. Que, por cierto, también creen que la propiedad estatal es la única posible en el socialismo.

En ese sentido, la idea de que la propiedad pública es el pilar principal de la economía socialista, debe entenderse en el sentido del control de las empresas fundamentales por parte del Estado, y no como un mero predominio cuantitativo del sector estatal. Esta es la base de la separación de la gestión y la propiedad de las empresas estatales, que se aplica en China y Vietnam –un buen dirigente comunista puede no ser un buen gestor empresarial y, por lo tanto, no servir para “cazar ratones”, por muy rojo que sea.

Lo cierto es que la existencia de la función de la propiedad y la de la gestión como instancias separadas no es una novedad del socialismo de mercado, sino una relación afirmada por la partición de la ganancia en ganancia del empresario e interés del capital. Esta necesidad de separación entre la propiedad y la gestión es la misma en el socialismo que en el capitalismo, y viene dada por la escasez de capital.

La escasez de capital no debe entenderse como escasez de dinero o de recursos financieros, sino como la falta de procesos de producción y reproducción de la riqueza. Mientras que el dinero se puede imprimir, los procesos de producción y reproducción se establecen sólo siguiendo leyes objetivas inflexibles.

No entenderlo dió lugar a otra práctica nociva: que las empresas públicas reciban capital del Estado de forma gratuita, sin pagar su precio. Esto no sólo no tiene nada de socialista, sino que va en contra del hecho de que el capital –es decir, trabajo acumulado– existe como una multiplicidad de procesos de producción separados.

Si se administra el capital como un todo, como un “dinero” ilimitado que viene del Estado, deja de ser una prioridad reproducir ese capital, por no hablar ya de generar acumulación. Entonces cada empresa operará a una tasa menor que la óptima, las que den pérdidas sobrevivirán y aquellas que logren reproducir el capital se deteriorarán. Al final se destruye capital en vez de acumularlo.

A diferencia de las condiciones de que disfrutan los países desarrollados, que les permitiría avanzar a gran velocidad al socialismo, en países atrasados, con gran escasez de capital, la inversión extranjera y la acumulación de capital son objetivamente necesarias.

Eso obliga a negociar y a hacer concesiones. Entre otras, permitir un cierto grado de circulación capitalista y no sólo la inversión centralizada del Estado como capitalista único. De lo contrario, el capital existente se dispersa, creando problemas extraordinarios para su reproducción, haciendo imposible el retorno de la inversión y la conservación del valor de los activos, por no hablar de su acumulación.

La meta es dar el poder al pueblo, convirtiéndolo en verdadero dueño del país, revolucionando las estructuras de la propiedad y de la distribución, para que estén a su servicio desarrollando las fuerzas productivas y elevando el nivel de vida.

Esta es la diferencia fundamental entre una política socialista y una política capitalista, porque una política capitalista asumirá como algo dado toda la estructura de propiedad existente, mientras que una política socialista destruirá cuando sea necesario esa estructura con el fin de crear una nueva y distribuir la propiedad para desarrollar la producción al máximo.

Dicho en términos sencillos: socialismo es igual a riqueza. Nuestro objetivo, por lo tanto, es acabar cuanto antes con el capitalismo y sus mecanismos inherentes de generación de pobreza. Los revolucionarios de cada país y de cada momento histórico son los que tienen que acertar con la forma más rápida, eficiente y con menor sufrimiento para hacerlo posible. 

Mercado y valor

Algunos dirán que el valor de las mercancías se determina por el tiempo de trabajo socialmente necesario para su producción. Añadiendo que el mercado, a lo sumo, haría oscilar su precio, pero no determinaría su valor, puesto que éste viene dado de antemano, y que en el mercado no se crea un valor nuevo, ya que la venta de una mercancía por un precio superior a su valor simplemente supone que ese dinero cambia de manos.

Hay que empezar aclarando que una cosa es lo que compone y constituye el valor de una mercancía (esto es, el tiempo de trabajo que lleva incorporado), y otra es cómo se determina la magnitud de ese valor, dónde se verifica.

Cierto es que, como demuestra Marx, en la esfera de la circulación de mercancías (es decir, en el mercado) no se genera valor. Y, efectivamente, los precios son sólo una forma de manifestación del valor que se limitan a oscilar en torno a él y, a estos efectos, no merecen consideración.

Pero, a la vez, fuera de la circulación de mercancías no se puede realizar el valor de éstas. Esta contradicción, que Marx desvela en los primeros capítulos de El Capital, le lleva a señalar que sólo sería posible resolver la paradoja si existiera una mercancía cuyo valor de uso fuese fuente de valor (de cambio). Y que esa mercancía única y extraordinaria existe: la fuerza de trabajo. Y que, por lo tanto, el valor de las mercancías es, ni más ni menos, que el tiempo de trabajo humano empleado en producirlas.

Evidentemente, me es imposible resumir todo el razonamiento de esos primeros y cruciales capítulos de El Capital en un simple artículo. Pero sí me parece importante subrayar que, cuando hablamos de que lo que da valor a las mercancías es el trabajo humano, nos referimos al trabajo humano socialmente necesario.

En primer lugar, todo producto del trabajo humano no es una mercancía. Si me hago una silla yo mismo para mi casa, estaré haciendo un producto, pero no una mercancía. Y en segundo lugar, si me dedico a fabricar una cosa que, al llegar al mercado, el conjunto de los consumidores consideran que es inútil y no sirve para nada y, por lo tanto, no se vende, su valor será cero, por mucho trabajo que lleve incorporado, ya que se tratará (por “decisión” del mercado) de un trabajo socialmente innecesario.

Además, en cualquier mercancía hay una enorme cantidad de distintos tiempos de trabajo incorporados en diferentes magnitudes. Si mi trabajo es construir una mesa, necesito madera, cola de carpintero, martillo, tachas, y unas cuantas herramientas más. Alguien habrá talado los árboles, serrado la madera, etc. Lo habrá hecho con una sierra, que a su vez ha sido construida en una fábrica. El transportista ha usado un camión, construido en otra fábrica con otras máquinas. La electricidad que emplee se ha generado en una central eléctrica. El martillo está hecho de acero en unos altos hornos. El hierro de ese acero ha sido extraído de una mina con determinada maquinaria, que a su vez… Y así hacia atrás hasta el infinito.

Podemos estimar el tiempo de trabajo invertido en una mercancía (esto es, el valor de la mercancía) por métodos (poco) aproximados o con una bola de cristal, pero la misma mercancía manifiesta su valor (es decir, el tiempo de trabajo que lleva incorporado) en el intercambio social, esto es, en el mercado. Por el contrario, si el valor de las mercancías no se establece en el mercado, ¿cómo podemos descubrir su magnitud? ¿En el “plan quinquenal”? ¿A “ojo de buen cubero”? ¿Con una fantástica red de superordenadores futuristas?

Lógicamente, el mercado nunca es “libre”: siempre está intervenido, condicionado y regulado por la clase dominante en cada época histórica. ¡Ya se ocupó la burguesía de deshacerse de las regulaciones que el régimen feudal ponía al mercado para, a cambio, poner las suyas propias!

Así pues, no se trata de eliminar el mercado (la esfera de la circulación de mercancías), que seguirá siendo necesario como consecuencia de la división social del trabajo y para descubrir y medir el valor de las mercancías, sino de eliminar el mercado capitalista. 

Planificación y mercado

En el socialismo de tipo soviético se soslayaba la ley del valor formulada por Marx –y que explica que el valor de los productos se determina en el mercado– con el argumento de que el sistema de planificación tenía en cuenta, en sí mismo, esa ley objetiva. Se demandaba que las empresas ahorraran tiempo y materiales para reducir los costos por unidad producida, elevar la productividad del trabajo y aumentar los beneficios de los fondos invertidos, para que así los precios reflejaran el valor.

Pero esto resultaba imposible porque no se quería tomar en cuenta ni aplicar una tasa de interés al capital (un “precio”). Los precios pueden reflejar el valor solamente si reflejan también los costes financieros de las empresas. Si el capital es gratuito, si no tiene un precio o si el Estado lo entrega sin coste alguno, entonces los precios no pueden reflejar el valor. Si los precios reflejan solamente el coste de producción excluyendo el coste del capital, el Estado nunca sabrá cómo está utilizando sus limitados recursos. Las empresas deben ser autónomas y el capital debe tener un precio para corregir la situación. Y, consecuentemente, tener un sistema de contabilidad estandarizado.

Si decimos que el socialismo libera el desarrollo de las fuerzas productivas, un país que inicie el camino al socialismo no puede aislarse del desarrollo mundial de esas fuerzas, especialmente de la ciencia y la tecnología, ya que su división del trabajo quedará inevitablemente atrasada y el país sufrirá duros reveses en el mercado mundial.

Por el contrario, hay que partir del propio marxismo entendiendo que no existe contradicción entre el socialismo y la economía de mercado. No se trata de la vieja idea soviética de que el mercado debe ser un “complemento” del plan económico, como una muleta en la que tenía que apoyarse una economía socialista débil. El mercado y el plan son socialistas si sirven al socialismo, y son capitalistas si sirven al capitalismo.

Precisamente por eso, la clave está en si se mantiene o no el capitalismo como forma de Estado, siendo evidente que el proceso fracasará si da lugar a la formación de una nueva clase burguesa (esto es, no de si existen en el largo proceso de transición individuos o grupos capitalistas, sino de si éstos se constituyen como clase capitalista). Sólo hay capitalismo cuando una clase capitalista tiene el poder por medio de una representación política. La clave es, por lo tanto, la conservación del poder por parte de las fuerzas socialistas.

Si éstas pierden el poder del Estado, los subyacentes procesos de producción de capital, incluso si son cuantitativamente inferiores a los socialistas o a la propiedad pública, acabarán sirviendo de base a una clase social capitalista. Esto es lo que ocurrió en la ex Unión Soviética, aunque antes de la crisis final el sector privado fuera prácticamente inexistente. No fue la cantidad de procesos de producción de capital o la cantidad de empresas privadas lo que determinó la caída del PCUS, sino una completa y radical derrota política.

Y aunque la política principal debe ser la de autosostenimiento, un país que construye el socialismo debe abrirse al resto del mundo, atrayendo fondos y tecnologías para promover su desarrollo. Es precisa la acumulación de capitales internacionales, en cuanto suponen una inyección no sólo financiera en un periodo en que ello sea vital, sino además de tecnología y métodos de producción avanzados, y tanto lo uno como lo otro han de venir en el actual período histórico, necesaria y principalmente, de los países capitalistas desarrollados.

Lógicamente, no se trata de que el capital imperialista entre como Pedro por su casa arrasando y colonizando la economía nacional, sino de permitir las inversiones en aquellas áreas que lo necesiten y no sean estratégicas para el control del proceso, la soberanía nacional y la estructura de propiedad socialista.

Para poder competir en el mercado internacional, frente a las productividades más elevadas y mejores tecnologías de los países capitalistas desarrollados, para un país socialista la calidad y no solamente la cantidad de la producción pasan a un primer plano. No basta producir mucho para “cumplir el plan”, cuando lo que se produce son mercancías de escasa calidad o muy atrasadas tecnológicamente.

Esta es otra forma de la necesidad del desarrollo de la división del trabajo, ya que la calidad de los productos es expresión de la especialización en un sector determinado. Y si no avanza la división del trabajo, y con ella las fuerzas productivas, es imposible avanzar al socialismo, la economía nacional se estanca y la revolución termina siendo derrotada.

Durante el siglo XX los comunistas en el poder, con un nivel deficiente de comprensión del marxismo, absolutizaron el sistema soviético de planificación. Tampoco es que la lectura soviética del marxismo era simplemente “errónea”: hay que reconocer que estaba determinada por un periodo histórico global en el que el capital no era separable del capitalismo como sistema político.

Lamentablemente, muchos sinceros y consecuentes revolucionarios, en su afán por combatir el capitalismo, terminaron negando el mercado y los procesos de división del trabajo y de acumulación de riqueza. Pero ahora, el subterráneo proceso de la socialización del trabajo ha creado finalmente una situación mundial en la que tal separación es posible y deseable, y en la que sólo el sistema socialista puede permitir el continuado desarrollo de las fuerzas productivas. 

Mercado, planificación y socialismo

Para transformar el Estado y revolucionar la economía de un país, especialmente si se trata de un país subdesarrollado (y aquí hay que incluir Canarias), debe existir una fuerza política que vincule el desarrollo de las fuerzas productivas a la política cotidiana. El problema con los partidos conservadores y reformistas burgueses es que nunca se proponen y son siempre incapaces de cambiar el Estado y la estructura de intercambio. Administran el Estado al viejo modo capitalista, usando todas las estructuras y relaciones ya existentes.

Vincular el nivel de desarrollo con la política diaria significa asumir una posición contraria al Estado capitalista, darle verdaderamente el poder a los trabajadores y al pueblo y, a la vez, darle autonomía a las empresas del sector estatal y dinamizarlas sobre la base de una gestión eficaz y moderna. En muchos casos, el peso de la administración estatal debe reducirse para permitir una mayor iniciativa de los productores. Cualquier actividad del Estado que pueda ser gestionada por los colectivos e incluso por pequeñas empresas privadas, les debe ser transferida.

La diferencia esencial con una política de viejo estilo capitalista es que los comunistas nos mantengamos listos para transformar el sistema de propiedad siempre en la dirección del desarrollo de las fuerzas productivas. Lo que, a su vez, requiere la abolición de las viejas estructuras de la democracia burguesa y la construcción de un no-Estado al estilo de la Comuna, con una gran pluralidad de fuerzas sociales y políticas partidarias del socialismo y la promoción consciente de la sociedad civil.

En muchos países, como consecuencia del colapso del socialismo de tipo soviético, nuevas corrientes reformistas pregonan ahora la “importancia principalísima del mercado” y la “defensa de la democracia”. Sostienen que son defensores de la sociedad civil frente al Estado, y al mismo tiempo reniegan del marxismo. Tienden a hablar como si estuvieran descubriendo algo grandioso, cuando la verdad es que se limitan a defender la democracia formal burguesa y el Estado capitalista. Para encontrar el papel del mercado en la economía no era necesario renunciar al marxismo, pero estos “socialistas” lo han creído necesario para mejor asimilarse a lo impuesto por las potencias imperialistas.

Pero, precisamente, si algo caracteriza al socialismo es la búsqueda de la prosperidad común y de la desaparición de la polarización de la sociedad entre ricos y pobres. Y esto exige una continua revisión de la estructura de la propiedad, de modo que las clases sociales no se enquisten sino que tiendan a desaparecer y que los beneficios del desarrollo se distribuyan a todo el pueblo.

En este sentido, hablar de la “inevitabilidad del mercado” es no decir nada. ¿Acaso la inevitabilidad de los mercados implica la del capitalismo? Lo que no se atreven a decir esos valedores del “mercado” es que ellos lo que propugnan es el mantenimiento a cualquier precio de un mercado regulado para las grandes corporaciones capitalistas y controlado por éstas. Los mercados pueden cambiar mucho. Pueden ser revolucionados y reconstruidos por medio de la expropiación y la redistribución de la propiedad.

El verdadero problema es si el capital es inevitable o no lo es: el capital es inevitable mientras exista escasez y baja productividad del trabajo. Pero incluso si la circulación del capital es necesaria, el capitalismo como sistema político no es inevitable porque, una vez que comprendamos la determinación histórica del capital y su necesidad objetiva, la propiedad capitalista puede ser relativizada y reducida, sometida y dirigida por las fuerzas socialistas en el sentido que mejor convenga a los pueblos.

En un país desarrollado, el socialismo significa la superación del Estado y la ruptura de las relaciones especiales entre el Estado y los intereses empresariales de cualquier tamaño, abriendo espacio a nuevos sectores de producción de capital y nuevos sectores socialistas y a nuevas instancias de la sociedad civil. El socialismo debe estar dispuesto a transformar la estructura de la propiedad, a revolucionar la forma de combinación de empresas privadas y estatales, y no centrarse exclusivamente en la propiedad estatal, ni creer que la propiedad estatal debe implicar exclusivamente la gestión estatal.

La incomprensión de algo tan fundamental sirve para entender por qué ciertas economías socialistas perdieron finalmente en la competencia con las economías capitalistas y por qué no crearon una mayor productividad del trabajo. Si el socialismo “planificado y sin mercado” fue incapaz de superar a los países capitalistas, entonces, o el socialismo estaba fuera de lugar (conclusión a la que llegan muchas personas desilusionadas), o se trataba de un tipo de socialismo erróneo.

Por esta razón la planificación no debe ser asociada irreversiblemente al socialismo, siendo necesario juzgar a una y a otro separadamente. La irrelevancia del socialismo es impensable, mientras que la de una economía planificada puede entenderse. Si uno elige unir ambos conceptos indisolublemente, se arriesga a descartar el socialismo por la insólita razón de que ha fracasado en algunos países donde un determinado sistema de planificación centralizada fue incapaz de desarrollar completamente la economía.

Como explica Marx, “sin esto [un alto grado de desarrollo de las fuerzas productivas]: (1) el comunismo sólo puede existir como un evento local; (2) las fuerzas del intercambio mismo no pueden haber llegado a convertirse en fuerzas universales y, por lo mismo, no pueden ser fuerzas intolerables: seguirían siendo condiciones domésticas rodeadas de superstición; y (3) cualquier extensión del intercambio aboliría el comunismo local” [1]. Justamente lo que ha pasado. 

Conclusiones: Contra el socialismo de la pobreza

Cuando los comunistas preconizamos la necesidad de una revolución socialista, lo hacemos desde el convencimiento de que esta revolución hará que la gente viva mejor. Sería criminal involucrar a millones de personas en un esfuerzo y un sacrificio de tal magnitud para vivir peor. Y cuando hablamos de vivir mejor no nos referimos sólo a una mejora espiritual, sino material: liberando las fuerzas productivas que el capitalismo constriñe y destruye y poniéndolas al servicio y en beneficio de la mayoría de la sociedad.

A diferencia de otros tipos de “socialismo”, el fundamentado en la ciencia y desarrollado principalmente por Marx y Lenin, no parte de lo que a nosotros nos gustaría que fuera la sociedad, de la “utopía” o del “debe ser”. Por el contrario, parte de la realidad del capitalismo y de las leyes económicas que le son inherentes. No es casual que la obra principal de Marx no se llame “El Socialismo” sino “El Capital”.

De la misma manera, tenemos claro que el paso del capitalismo al socialismo no se produce de la noche a la mañana ni por decreto. Se trata de un largo periodo histórico de transición en que, al igual que en el capitalismo existen formas de propiedad socialistas (empresas públicas, sociedades anónimas laborales, cooperativas, etc.), subsistirán por un largo tiempo formas de propiedad capitalistas. Lo importante es en manos de qué clase social está el Estado, como se distribuye la riqueza y en qué dirección se avanza.

Igualmente, en aquellos países con unas fuerzas productivas muy atrasadas, las revoluciones socialistas tendrán que apoyarse durante un prolongado periodo de tiempo en el “bastón” de las inversiones de capital y tecnología extranjeras, hasta poder caminar únicamente sobre sus propios pies teniendo un desarrollo de las fuerzas productivas superior a las del capitalismo. Lo importante es que durante todo este proceso, las fuerzas revolucionarias mantengan el poder político, la defensa de los intereses populares y la claridad de la estrategia de avance al socialismo.

A diferencia de las sociedades de economía natural (es decir, en las que el grueso de la producción es para el autoconsumo), como el feudalismo, el capitalismo es una economía mercantil: se produce para la esfera de circulación de mercancías, para el mercado. En el socialismo también se produce para el intercambio, para el mercado. Como demuestra Marx en El Capital, es en el mercado donde se determina el valor de uso de las mercancías y la magnitud de su valor (de cambio). Quiere esto decir que el valor de las mercancías no se establece en un plan quinquenal ni por inspiración divina.

Por lo tanto, en el socialismo habrá mercado, y el socialismo habrá de ser, necesariamente, socialismo de mercado. Quienes niegan el mercado son como los que negaban la ley de la gravedad aduciendo que las cosas no caían por la gravitación sino “por su propio peso”. Al final la realidad se impone por sí misma, bien como mercado reconocido, bien como mercado negro.

Lógicamente, el mercado nunca es “libre”: siempre está regulado. Bajo el capitalismo se regula a favor de los intereses de los grandes capitalistas. Bajo el socialismo se regula a favor de los intereses del proletariado. Quienes identifican mercado y capitalismo, y mercado con “libre” mercado, actúan de hecho como verdaderos ignorantes y como “tontos útiles” de la ideología burguesa.

De la misma forma, no existe contradicción entre planificación y mercado. Las grandes (y las pequeñas) empresas capitalistas trazan planes a cinco, diez o veinte años. Los Estados capitalistas trazan también planes. En esos planes se tienen en cuenta, en la medida de lo posible, las fluctuaciones de los mercados. En el socialismo se trazan planes también. Si se tienen en cuenta las leyes económicas y el mercado, serán planes atinados. De lo contrario, serán planes que conducirán al fracaso.

Y, desgraciadamente, conocemos bien esos fracasos.

Si quienes nos reclamamos del marxismo decimos defender un “socialismo científico”, habrá que tratarlo como una ciencia. Y si se trata de una ciencia habrá que estudiar. No consiste, por lo tanto, en emitir opiniones, pareceres o gustos. Quién no analiza lo que pasa desde el conocimiento, lo hace desde la ignorancia. Quién no estudia la ciencia marxista-leninista puede ser cualquier clase de “socialista” o “comunista”, pero no un comunista científico. Más bien será un idealista atrapado en iconos, banderas y consignas simplonas, y no un revolucionario proletario.

De esta manera se explica la reticencia de cierta “izquierda” ante las manifestaciones de riqueza en países como China (y, en diversa medida, Vietnam y Cuba). Personalmente, recuerdo que hace cuarenta años había compañeros que me recriminaban que los chinos vistieran “todos iguales”. Cuando se iniciaron las reformas, esas mismas personas me recriminaban que se hubiese introducido la moda en el país porque “se están aburguesando”.

Para este tipo de personas el socialismo es un estado de rapto místico colectivo, una profesión de fe revolucionaria, de austeridad y sacrificio. Que los obreros tengan de repente ropa variada, televisiones, teléfonos móviles, neveras o coches, es una clara manifestación de haberse pasado al capitalismo. En sus mentes ha prendido el ya mencionado lavado cerebral burgués: capitalismo es igual a riqueza y socialismo es igual a pobreza.

Lógicamente, en situaciones excepcionales de agravamiento de la lucha de clases o de garantizar la supervivencia de la revolución, hay que recurrir a la determinación, el entusiasmo y la capacidad de sacrificio del proletariado. Pero lo excepcional no puede convertirse en regla, ni la excepción puede durar cincuenta años.

Pero para los pequeñoburgueses europeos, acomodados en la barra de un bar de Berlín o de Madrid, es muy fácil pontificar a “esos muchachos” del tercer mundo para que se mantengan en la pobreza y no se “aburguesen”. Desde sus televisores, sus playesteisions, sus tablets, sus ipads y su ropa de marca, con la barriga llena y el espíritu vacío, se indignan porque esos bárbaros no sigan sus sesudos consejos sobre un socialismo monacal y franciscano. ¿Quiénes son de verdad los “bárbaros” (imperialistas)?

¿Es de extrañar que los obreros no se sientan atraídos ni por esos “líderes” ni por ese socialismo fantástico? Si queremos avanzar, tenemos que barrer de nuestras mentes (y de nuestras filas) el “socialismo de la miseria”. Y volver a Marx, a El Capital y al socialismo científico.

Fuente: Canarias Semanal

sábado, 18 de noviembre de 2017

Cuatro cosas que hay que saber (en el marco del XIX Congreso del Partido)


*Artículo del analista marxista belga Marc Vandepitte y del periodista belga de origen indonesio Ng Sauw Tjhoi, traducido del francés por la Asociación Jaime Lago (www.jaimelago.org), y al que nos hemos permitido (espero que nos disculpen por ello) hacer algunas correcciones.

Las noticias en Occidente sobre el XIX Congreso del Partido Comunista chino han sido deplorables. La atención se ha centrado casi exclusivamente en el "show de los títeres", en un sólo hombre y en especulaciones acerca de la hipotética ampliación de su poder. Sin embargo, este congreso no versaba sobre la persona Xi Jinping, sino sobre los cambios y desafíos fundamentales del país más grande del mundo. Pero no hemos aprendido mucho al respecto, solamente algunos clichés muy repetidos.

En el corazón del congreso residía el hecho de que China se encuentra en una nueva era de desarrollo. El término "nueva era" aparecía 36 veces en el discurso del presidente Xi. La era antigua se había caracterizado por un rápido desarrollo de la economía y la tecnología, en paralelo a desigualdades sociales y problemas ambientales.

La nueva era aspira a un crecimiento duradero y equilibrado, a una mejor calidad de vida para la población, a una mayor participación de la misma y a un papel más destacado del país en la escena internacional.[1]

A continuación, presentamos algunos antecedentes sobre una serie de aspectos de la sociedad china en plena mutación y en pleno desarrollo, con la esperanza de poder basar más sólidamente los conocimientos y/o las críticas sobre China.

1. Economía

Una cifras vertiginosas

Estos últimos 35 años el crecimiento ha sido sencillamente fenomenal. El Producto Nacional Bruto (PNB) por habitante se ha multiplicado por 17 (sí, habéis leído bien, por 17 veces). En comparación, durante el mismo periodo el PNB de la India se ha multiplicado por cuatro.[2] Entre 2003 y 2013, la economía de los países industrializados conoció un crecimiento del 16%. En China fue del 165% y en la India del 102%.[3] Además, ya no era "más de lo mismo" porque la productividad también aumentó a pasos agigantados. Hoy en día, un obrero chino medio produce cinco veces más que hace veinte años.[4]

Para darnos cuenta más concretamente de este empuje hacia la modernización, cada dos años, China produce tanto cemento como los Estados Unidos durante todo el siglo XX.[5] China produce hoy tanto acero como el resto del mundo.[6] En 15 años, China ha construido 20.000 km de líneas ferroviarias para trenes de alta velocidad, es decir más que el resto del mundo. Para 2025 aún se prevé que se contruyan otros 15.000 km.[7] Dos tercios de los aeropuertos en construcción del mundo se encuentran en China. De aquí a 2020 habrá 240 aeropuertos.[8]

Gran Bretaña, donde comenzó la Revolución Industrial, tardó 150 años en duplicar su ingreso per cápita. A los Estados Unidos les hizo falta 30 años. En China ocurre cada 7-10 años, y además a una escala mucho mayor.[9] Hoy en día, el PNB de China es mayor que el de la economía combinada de 154 países.[10]

Cuando asumió el cargo hace cinco años, el Presidente Xi Jinping ya indicaba que era necesaria una transformación del modelo de crecimiento. El antiguo modelo se basaba en las exportaciones y las inversiones en la industria pesada, la construcción y la industria manufacturera. En el nuevo modelo, el motor reside en el consumo de masas (mercado interior), el incremento del sector servicios y el progreso tecnológico.[11]

Hace ya tiempo que esta conversión se ha iniciado. En 2005, el sector servicios representaba el 41% del PNB, mientras que en 2016 era el 52%. Las exportaciones representaban el 37% en 2005; en 2016 habían bajado al 20%. China ya no es un país de tránsito donde se ensamblan mercancías, con pocos beneficios para el país mismo. Hoy China agrega un 76% de valor a sus productos de exportación. En la UE esta cifra es del 87%.[12] China se encuentra actualmente en el nivel más alto de la innovación: el 40% de todas las patentes en el mundo son chinas, lo que representa más que estos tres países combinados: Estados Unidos, Japón y Corea del Sur.[13]

Características chinas

En el pasado, Deng describió la transición gradual de la economía planificada a la economía de mercado con la metáfora: "atravesamos el río apoyándonos en las piedras, caminando a tientas". Esto ya es historia. La economía china es y seguirá siendo un sistema híbrido en el cual el Estado ejerce un fuerte control y permite el mercado dentro de ciertos límites. Es el llamado socialismo "con características chinas".
                                                                                             
En ese contexto, el presidente chino repitió más o menos lo que ya había dicho hace cinco años: los mercados deben desempeñar un "papel decisivo" en la asignación de recursos, pero al mismo tiempo el gobierno debe desempeñar un "papel más importante" en la economía.[14] En la práctica, apenas se ha visto algo del primer punto. En los últimos cinco años hemos asistido a un mayor control de las autoridades sobre la economía, y ello en cuatro aspectos.[15]

1. Mercados financieros: el "papel decisivo" se refería principalmente a los mercados financieros. La formulación se hacía sin duda para no desalentar a los inversores extranjeros. Sea como fuere, después del mini-crack la bolsa china en 2015 y de la devaluación del yuan, se revisó toda una serie de desregulaciones en los mercados financieros. Desde el año 2016 también hay mayores restricciones a la inversión extranjera por parte de empresas chinas, tanto públicas como privadas. [16]

2. Extensión de la planificación: hasta el año 2010, la planificación económica se limitaba a 9 industrias clave, como el acero, la petroquímica y la construcción naval. En 2010 se incorporaron 7 nuevos sectores, como la energía alternativa y la biotecnología. En 2015 hubo una nueva extensión, con 10 sectores como la aeronáutica, los equipos agrícolas y los nuevos materiales.[17]

3. Consolidación de las empresas estatales. En noviembre de 2015, se decidió que los esfuerzos de la reforma apuntarían principalmente al "refuerzo, optimización y extensión de las empresas estatales". Al mismo tiempo, la "privatización" era rechazada. Con la fusión de grandes empresas estatales en entidades aún más grandes, los poderes públicos están reforzando su control sobre la economía. Se alentó a las empresas privadas a que no adquieran más que pequeñas participaciones minoritarias en las empresas estatales. Entre 2006 y 2013, los activos de las empresas estatales pasaron del 130% del PNB al 176%.[18]

4. Un papel más importante del partido. Las grandes empresas estatales que cotizan en bolsa modificaron sus estatutos para anclar al partido comunista, en lugar del Estado chino, en la empresa. Se prevé que más empresas sigan este paso. El partido también quiere que haya más miembros del partido en la alta dirección de la empresa. Por supuesto, los cuadros superiores ganan bastante dinero, pero en comparación con sus homólogos extranjeros están mal pagados. Por ejemplo, el director de PetroChina gana 200 veces menos que el CEO de Chevron.[19]

En una economía avanzada, la planificación requiere el procesamiento rápido de una gran cantidad de datos. Hasta hace poco, se trataba de una tarea sobrehumana, y posiblemente sea una de las razones por las que la economía soviética empezó a tambalearse a principios de los años ochenta. Pero parece que con los progresos actuales en inteligencia artificial, la cosa se ha vuelto posible. La gran empresa china online Alibaba ya ha adquirido una amplia experiencia en este terreno. Según su fundador Jack Ma,"los Big Data harán que el mercado sea más inteligente y permitirá planificar y predecir las fuerzas del mercado, de tal manera que podamos hacer posible una economía planificada". Sobre la base de Big Data, los economistas están elaborando una economía híbrida basada en un modelo "planificado y conforme a las condiciones del mercado".[20]

Se han autorizado diversas formas de propiedad en la economía china. En los sectores donde la propiedad estatal no era necesaria, como la producción de artículos de consumo, el pequeño comercio y los pequeños servicios, la propiedad privada ha sido autorizada e incluso fomentada. Por otro lado, las relaciones de propiedad no siempre reflejan la realidad del control de los poderes públicos sobre la economía.

A través de la atribución (o no) del acceso a los mercados públicos o a los créditos baratos, de incentivos fiscales, del acceso a los fondos públicos de inversión, las instituciones financieras y las subvenciones, etc., las autoridades centrales dirigen sectores enteros sin tener un control directo sobre las empresas por separado. El capital privado es bienvenido siempre y cuando sirva a los objetivos de las autoridades. E inversamente, el Estado también puede distanciarse de la gestión de sus empresas, sin por ello renunciar a su propiedad, porque los límites dentro de los cuales hay que trabajar son muy claros.[21]

Wu Jinglian, profesor en la China Europe International Business School de Beijing, lo resume de la siguiente manera: "la presencia del Estado sigue siendo grande, controla los flujos financieros y actúa como guardián de prácticamente todas las decisiones importantes, desde las transacciones inmobiliarias hasta las fusiones. El control no solamente se hace en el nivel más alto. Las autoridades locales también participan en las decisiones de una empresa". Y el capital internacional tampoco es inmune a ello. Según el Financial Times: "De esta manera, China acoge al capital internacional en función de sus propias condiciones y neutraliza su poder".[22]

2. Social

Salarios y poder adquisitivo

En casi todo el mundo, los salarios se estancan, e incluso disminuyen. Incluso en la India, cuyo crecimiento es superior al de China, los salarios se han mantenido constantes. No ha sido el caso en China, donde en los últimos 10 años los salarios medios se han triplicado. Con un incremento anual del 10,5%, se trata de un aumento que supera con creces el crecimiento económico. Los indios ganan ahora una quinta parte de lo que ganan sus vecinos chinos. En los últimos cuarenta años, el consumo de los hogares ha aumentado un 7,7% anual, ajustado a la inflación.[23]

Hace quince años, las multinacionales occidentales emigraban en masa a China debido a los bajos salarios. Ahora se está produciendo el movimiento contrario. Los salarios medios de la industria china ya son apenas un 20% inferiores a los de Portugal. Ya en 2013, los salarios mínimos en Bulgaria, Macedonia, Rumanía, Moldavia y Ucrania eran más bajos que en China.[24]


La pobreza y la desigualdad

A diferencia de otros muchos países, el crecimiento económico en China se ve acompañado de una fuerte disminución de la pobreza. Entre 1978 y 2015, los ingresos del 50% de chinos más pobres aumentaron un 400%. Durante el mismo periodo bajaban un 1% en los Estados Unidos, pese a que la economía creció un 184%. En los Estados Unidos, el aumento de la riqueza afecta exclusivamente a las capas superiores.[25] En los últimos 25 años, China ha sacado a un número récord de personas de la pobreza extrema: 635 millones es decir el total de la población del África negra actualmente. Al ritmo actual, la pobreza extrema en China será erradicada en 2020.[26]


Ahora que la mayor parte de la pobreza ha desaparecido, las autoridades chinas ya no se concentran tanto en el desarrollo de las regiones más atrasadas sino más bien en los individuos pobres, con programas personalizados. Otros países están tratando de hacer lo mismo, pero según The Economist, "China es uno de los pocos países en vías de desarrollo dotados de una burocracia lo suficientemente grande y sólida para conseguirlo".

El Foro Económico Mundial también opina lo mismo: "China es sin duda un líder mundial en el ámbito de la lucha contra la pobreza y la mejora de los resultados sanitarios. El resto del mundo puede sacar muchas enseñanzas de su experiencia".[27]

Los pobres han progresado, pero los chinos más ricos han progresado aún más rápido. Desde los años ochenta ha surgido una gran brecha. El índice Gini subió de 29 a 41,5 puntos  una evolución claramente desfavorable.[28] La brecha se produce principalmente por la diferencia entre las zonas urbanas y rurales, entre las regiones más pobres y las provincias costeras. Esto se debe principalmente a un crecimiento más rápido de la productividad en los sectores industrial y de servicios que en la agricultura.[29]

En los últimos diez años se ha producido un giro cauteloso y el coeficiente de Gini ha comenzado a descender. En 2009, el ingreso medio de la ciudad era 3,3 veces mayor que en las zonas rurales. Ahora se ha reducido a 2.7. [30]

Hace setenta años, China era uno de los países más pobres del mundo. El PIB per cápita era la mitad del de África.[31] La población china estaba en el más completo atraso. Hoy en día, setenta años más tarde, está ascendiendo lentamente hacia una posición más desarrollada, como muestra el gráfico siguiente. Los deciles se encuentran en el eje horizontal. 1 significa el diez por ciento más pobre de la población mundial, 10 significa el diez por ciento más rico. El eje vertical muestra el porcentaje por regiones. La mayoría de la población china se encuentra entre los deciles el sexto y noveno de la población mundial.[32]
  3. La Geopolítica

El cerco a China

En 1992, un año después de la desintegración de la Unión Soviética, el Pentágono lanzaba una doctrina que sigue siendo hoy el hilo conductor de la política exterior de los Estados Unidos: "Nuestro primer objetivo es evitar que aparezca un nuevo rival en el escenario mundial. Debemos impedir que los competidores potenciales aspiren a jugar un papel más importante a nivel mundial"[33] 

Un informe reciente mencionaba cuatro países que podrían ser objetivos potenciales de una acción militar: Irán, Rusia, Corea del Norte y China.[34] A pesar de los redobles de tambor que amenazan a Corea del Norte y de la retórica sobre Rusia e Irán, hoy la atención se centra en primer lugar en China. Alrededor del país, Estados Unidos cuenta con más de 30 bases militares, puntos de apoyo o centros de entrenamiento (pequeñas bolas en el mapa). De aquí a 2020, el 60% del total de la flota naval estará estacionada en la región.[35] Viéndolo en un mapa, no es exagerado decir que China está siendo cercada o rodeada.


China es extremadamente vulnerable frente a la superpotencia de los Estados Unidos. Para su comercio exterior, China depende en un 90% del transporte marítimo. Más del 80% del suministro de petróleo tiene que pasar por el Estrecho de Malaca (cerca de Singapur), donde por supuesto los Estados Unidos tienen una base militar. Washington puede así cerrar el grifo del petróleo, y actualmente China no tiene ningún medio de defensa frente a ello. Los Estados Unidos gastan en armamento más de cuatro veces lo que gasta China, y por habitante es 15 veces más.[36]

Es en este contexto que hay que analizar la construcción de pequeñas islas artificiales en el Mar del Sur de China, al igual que la reivindicación china de una gran parte de la zona. El control de las rutas marítimas a través de las cuales se transporta su energía y sus bienes industriales es de vital importancia para Beijing. Por otro lado, ninguno de los seis países que reclaman partes del Mar del Sur de China se adhiere al pie de la letra al código de conducta relativo a esta zona.[37]

La estrategia de Amsterdam

Durante la mayor parte de la historia, China ha sido en gran medida autosuficiente. No había en China escasez de materias primas. El país podía permitirse el lujo de aislarse del mundo exterior, y lo hizo a menudo. Los principales riesgos eran de orden interno, teniendo en cuenta la extensión del país.

Hoy la situación es completamente diferente. El país ya no es autosuficiente. Con el 18% de la población mundial, sólo dispone del 7% de las tierras agrícolas fértiles y apenas extrae el 5% del petróleo mundial. En comparación, los Estados Unidos tienen 8 veces más minerales y Rusia 31 veces más. Además, el país produce muchos más bienes de los que consume. Por todas estas razones, el país depende en gran medida de la economía exterior.[38]

En en este contexto, y también debido a la presión ejercida por los Estados Unidos que el país está empezando a poner en marcha una Nueva Ruta de la Seda. Se trata de una enorme red de rutas marítimas y terrestres, lanzada bajo el nombre de "Iniciativa del Cinturón y la Ruta de la Seda". La iniciativa implica inversiones, financiamientos, acuerdos comerciales y docenas de zonas económicas especiales (ZEE) por un valor de 900.000 millones de dólares.

En total, el país quiere invertir nada menos que 4 billones de dólares en 64 países, que cuentan con una población de 3.000 millones de personas. Esto representa cerca de 30 veces la ayuda al desarrollo anual de los países ricos. Por lo tanto es, con diferencia, el mayor programa de ayuda desde el Plan Marshall para la reconstrucción de Europa tras la Segunda guerra mundial.[39]


La Nueva Ruta de la Seda tiene muchas semejanzas con la estrategia comercial de los Países Bajos de hace 400 años. Los colonialismos británico y francés intentaban conquistar y subyugar a sociedades enteras. Amsterdam, por su parte, aspiraba a un "imperio del comercio y el crédito". No se trataba de territorios, sino de negocios. Construyeron una flota gigantesca, instalaron puestos comerciales en las principales rutas al mismo tiempo que intentaban garantizar su seguridad.

Al igual que los holandeses en el siglo XVII, China cuenta actualmente con la mayor flota mercante del mundo.[41] Las ZES son "guarniciones comerciales en las cadenas de suministro internacional que permiten a China asegurar su comercio sin llevar el fardo de una sumisión colonial", dice Stratfor, un prestigioso think tank.[42]

4. La ecología

Situación insostenible

Desde finales de los años ochenta, China entró en una fase de desarrollo que conllevaba una importante contaminación ambiental. Como "taller del mundo", China era necesariamente uno de los mayores contaminadores del planeta. Más del 40% de la superficie agrícola ha sido afectada, e incluso una quinta parte de la tierra cultivable está gravemente contaminada.

En Beijing, la contaminación atmosférica ha alcanzado 40 veces el nivel de alerta fijado por la Organización Mundial de la Salud. En el norte del país, la contaminación del aire ha reducido la esperanza de vida en cinco años, y está causando un número preocupante de cánceres de pulmón y accidentes cardiovasculares.[43]

China es actualmente el mayor emisor de CO2, aunque las emisiones por habitante son la mitad de las de los Estados Unidos y son más o menos iguales a las de Europa. Además, sólo es responsable del 11% de las emisiones acumuladas, frente a más del 70% en lo que respecta a los países industrializados.

No obstante, la situación no deja por ello de ser insostenible. Al ritmo actual, entre 1990 y 2050 China habrá producido tanto dióxido de carbono como el mundo entero entre principios de la revolución industrial y 1970, cosa que es catastrófica para el calentamiento global. Al ritmo actual de crecimiento, de aquí a 20 o 30 años habrá una grave escasez de petróleo en el mundo, con las consecuencias económicas y geopolíticas que ello conlleva.[44]

Cambio de rumbo

Hace poco menos de diez años las autoridades chinas dieron un giro de timón al dar prioridad a la problemática ecológica. Durante el anterior congreso hace cinco años, esta prioridad fue integrada en el plan general de desarrollo del partido comunista. Surgieron toda una serie de medidas y China se dotó de una legislación ambiental pionera en el mundo, aunque no siempre se aplique.[45]

Pero la cosa iba en serio. Mark Kenber, director de la ONG The Climate Group, ve en China un ejemplo para otras economías emergentes: "Está claro que el plan de China para reducir las emisiones de CO2 y construir una economía basada en la tecnología verde ha sido decidido al más alto nivel de gobierno. Esperamos que India, Brasil y otros países sigan pronto este camino y demuestren el nivel de ambición necesario"[46].

The Economist, que es de todo menos un admirador de China, afirma: "Los líderes actuales entienden el desafío del cambio climático mejor que sus predecesores y quizás también mejor que sus colegas internacionales. Son buenos para tomar medidas prioritarias fuertes"[47].

El cambio de rumbo refleja las aspiraciones de la población. Según una encuesta realizada en 2012, el 57% de los chinos consideraba que el medio ambiente era una cuestión prioritaria, incluso a costa del crecimiento económico. Una cuarta parte de todas las manifestaciones en el país tenían que ver con el medio ambiente.[48]

Líder mundial     
                                                                                     
Los resultados ya se están notando. China es el número uno en la fabricación de paneles solares y energía eólica. Hoy el 33% de la electricidad se genera a partir de energía verde en los Estados Unidos es el 15%. De aquí a 2020 se prevé que se inviertan 360.000 millones de dólares para generar nuevas energías verdes. El fabricante de automóviles Chongqing Changan ha anunciado que de aquí a 2025 ya no venderá coches con motores de combustión.

La industria automovilística francesa y británica sólo prevé hacer en 2040, mientras que los fabricantes de automóviles alemanes rechazan la transición. En un futuro próximo China quiere capturar millones de toneladas de CO2 y almacenarlas bajo tierra. También es pionera en el campo de las transmisiones a larga distancia de grandes cantidades de energía (por ejemplo a partir de los remotos campos de paneles solares), algo muy importante para el suministro de energía verde a las ciudades.[49]

En la Cumbre del Clima de París, China había prometido reducir sus emisiones de dióxido de carbono a partir de 2030. Desde entonces el compromiso se ha mantenido. China consume cada vez menos carbón. 2017 ha sido el cuarto año consecutivo con emisiones de dióxido de carbono inalteradas o decrecientes. “Las estadísticas muestran que China está en camino de superar ampliamente sus propios objetivos climáticos de París", afirma Lauri Myllyvirta, portavoz de Greenpeace.[50]

Con su enfoque, Beijing mata cuatro pájaros de un tiro. 1. Se abordan los problemas ambientales. 2. Las empresas más contaminantes son a menudo las menos rentables. La mejora de las normas medioambientales conduce a una mayor eficiencia en la producción. 3. El cierre de estas empresas contaminantes permite abordar inmediatamente el exceso de capacidad en una serie de sectores. 4. La energía verde es un sector en crecimiento muy prometedor que puede crear una gran cantidad de empleos.

Jennifer Morgan, directora de Greenpeace, lo resume con estas palabras: "China también está motivada por fuertes intereses nacionales cuando aborda la tenaz contaminación atmosférica, quiere limitar el impacto de la crisis climática y aumentar las posibilidades de empleo en el sector de las energías renovables. Hoy en China, más de 3,4 millones de personas ya trabajan en el sector de la energía verde en China.”[51]

Conclusión

No hace falta ser un experto para poder seguir la evolución político-económica china. El diario popular China Daily, que saca millones de ejemplares en papel y digitales, publica desde hace varios días un pequeño concurso educativo interactivo (ver aquí).


Ng Sauw Tjhoi es periodista en el canal belga VRT. Marc Vandepiite es analista político. Los dos escribieron el libro 'Made in China, meningen van daar' ('Fabricado en China, opiniones sobre el tema'), EPO – Radio 1, 2006. 

Traducción original del holandés por Anne Meert para la Investig'action.

[1] Para saber más, ver  Carlens S., ‘Neue Kräfteverhältnisse’, Junge Welt, 25 de octubre de 2017; https://www.jungewelt.de/artikel/320656.neue-kr%C3%A4fteverh%C3%A4ltnisse.html Willems F., ‘Partijcongres bevestigt strategische lijn van Xi Jinping’; http://www.chinasquare.be/actueel-nieuws/congres-bevestigt-strategische-lijn-xi-jinping/ Philips T., ‘Xi Jinping heralds ‘new era’ of Chinese power at Communist party congress’, The Guardian, 18 de octubre de 2017. https://www.theguardian.com/world/2017/oct/18/xi-jinping-speech-new-era-chinese-power-party-congress



[4] The Economist, 8 de abril de 2017, Special Report, The Pearl River Delta, p. 7-9. https://www.economist.com/news/special-report/21720073-factories-are-upgrading-still-lag-far-behind-rich-world-future-lies

[5] Financial Times, 25 de febrero de 2016, p. 9. http://www.ft.com/intl/cms/s/2/65a584e2-da53-11e5-98fd-06d75973fe09.html



[8] The Economist, 12 de mayo de 2012, p. 72; http://www.economist.com/node/21554492 ‘China’s aviation boom drives airport building frenzy’, Reuters, 26 de junio de 2015. https://www.reuters.com/article/us-china-aviation/chinas-aviation-boom-drives-airport-building-frenzy-idUSKBN0P60F220150626





[13] Financial Times, 25 de noviembre de 2016, p. 2; https://www.ft.com/content/4b6a9820-b210-11e6-a37c-f4a01f1b0fa1 Dodwell D., ‘Be afraid: China is on the path to global technology dominance’, South China Morning Post, 24 de marzo de 2017. http://www.scmp.com/business/global-economy/article/2081771/be-afraid-china-path-global-technology-dominance

[14] Johnson C., ‘Xi Jinping Opens 19th Party Congress Proclaiming a New Era—His’ Center for Strategic & International Studies, 18 de octubre 2017. 

[15] Jinglian W. & Guochuan M., ‘Whither China? Restarting the Reform Agenda’, Oxford 2016, p. 234-9; Financial Times, 25 de octubre de 2012, p. 5; http://www.ft.com/intl/cms/s/0/008ac6ea-1dcc-11e2-901e-00144feabdc0.html#axzz2A9Cj2iEB Financial Times, 16 de octubre de 2017, p. 7. https://www.ft.com/content/304964a4-ad0f-11e7-beba-5521c713abf4

[16] Financial Times, 16 de octubre de 2017, p. 7; https://www.ft.com/content/304964a4-ad0f-11e7-beba-5521c713abf4 Financial Times, 29 de septiembre de 2017, p. 12. https://www.ft.com/content/cbe6deb2-a433-11e7-b797-b61809486fe2


[18] Kroeber A., ‘China’s Economy. What Everyone Needs to Know’, Oxford 2016, p. 99; Financial Times 16 de octubre de 2017, p. 7; https://www.ft.com/content/304964a4-ad0f-11e7-beba-5521c713abf4 Financial Times, 1 de marzo de 2016, p. 7. http://www.ft.com/intl/cms/s/0/253d7eb0-ca6c-11e5-84df-70594b99fc47.html


[20] Financial Times, 5 de septiembre de 2017, p. 9; https://www.ft.com/content/6250e4ec-8e68-11e7-9084-d0c17942ba93 ‘Can big data help to resurrect the planned economy?’, Global Times, 14 de junio de 2017. http://www.globaltimes.cn/content/1051715.shtml Kynge J., ‘China harnesses big data to buttress the power of the state’, Financial Times, 28/29 de octubre de 2017, p. 11. https://www.ft.com/content/5f483a34-ba5f-11e7-8c12-5661783e5589

[21] Hsueh R., ‘China’s Regulatory State. A New Strategy for Globalization’, Ithaca 2011; Zhikui Z., ‘Introduction to Socialism with Chinese Characteristics’, Beijing 2016, capítulo 3; Kroeber A., ‘China’s Economy. What Everyone Needs to Know’, Oxford 2016, capítulo 5; Porter R., ‘From Mao to Market. China Reconfigured’, Londres 2011, p. 177-184; Bey M., ‘In China, Innovation Cuts Both Ways’, Stratfor, 24 de octubre 2017; https://worldview.stratfor.com/article/china-innovation-cuts-both-ways The Economist, 23 de noviembre de 2013, p. 70-1; https://www.economist.com/news/finance-and-economics/21590562-chinas-rulers-look-singapore-tips-portfolio-management-soe-glc Financial Times 10 de agosto 2017, p. 7; https://www.ft.com/content/ed900da6-769b-11e7-90c0-90a9d1bc9691


[23] Financial Times, 27 de febrero de 2017, p. 1; https://www.ft.com/content/f4a260e6-f75a-11e6-bd4e-68d53499ed71 Ross J., ‘No China’s Economy is not Going to Crash’, Socialist Economic Bulletin, 1 de septiembre de 2015. http://www.rdcy.org/displaynewsen.php?id=15104

[24] Clean Clothes Campaign, ‘Stitched Up: Poverty wages for garment workers in Eastern Europe and Turkey’, 2014, http://www.cleanclothes.org/resources/publications/stitched-up-1, p. 32 Banque Mondiale, Labor force. https://donnees.banquemondiale.org/indicateur/SL.TLF.TOTL.IN . Source des graphiques : Financial Times, 27 de de febrero de 2017, p. 1. https://www.ft.com/content/f4a260e6-f75a-11e6-bd4e-68d53499ed71


[26] World Bank Group, ‘Taking on inequality. Poverty and Shared Prosperity. 2016’, Washington 2016, https://openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/25078/9781464809583.pdf, p. 41 y 46; The Economist, 29 de abril de 2017, p. 43-44. https://www.economist.com/news/china/21721393-after-decades-success-things-are-getting-harder-chinas-new-approach-beating-poverty

[27] The Economist, 29 de abril de 2017, p. 43-44; https://www.economist.com/news/china/21721393-after-decades-success-things-are-getting-harder-chinas-new-approach-beating-poverty World Economic Forum, ‘What lessons can we learn from China’s rapid growth?’, 16 de marzo de 2016. https://www.weforum.org/agenda/2016/03/what-lessons-can-we-learn-from-china-s-rapid-growth/

[28] El índice de gini va de 0, igualdad completa, a 100, desigualdad completa. Los resultados más bajos está en Escandinavia, donde el coeficiente de Suecia es 25. Los resultados más altos están en América Latina. En Colombia es 58,5.  Ravallion M., A Comparative Perspective on Poverty Reduction in Brazil, China and India. Working Paper 5080, Banco Mundial, Washington 2009, p. 31; http://hdr.undp.org/sites/default/files/hdr_2010_fr_complete_reprint.pdf , New York 2010, p. 169 sqq.

[29] En la India por ejemplo hay una gran brecha entre los habitantes mismos de las ciudades. Financial Times, 10 de abril de 2014, p. 11. http://www.ft.com/intl/cms/s/0/e8bca4ec-bf29-11e3-a4af-00144feabdc0.html#axzz3BJnhLJEv


[31] Maddison A., L’Economie mondiale : Une perspective millénaire, OCDE 2001, http://www.oecd.org/fr/dev/etudesducentrededeveloppementleconomiemondialeuneperspectivemillenaire.htm

[32] Source : Credit Suisse, ‘Global Wealth Databook 2013’, p. 95. https://publications.credit-suisse.com/tasks/render/file/?fileID=1949208D-E59A-F2D9-6D0361266E44A2F8

[33] ‘Excerpts From Pentagon’s Plan: “Prevent the Re-Emergence of a New Rival”’, New York Times, 8 de marzo de 1992., http://www.nytimes.com/1992/03/08/world/excerpts-from-pentagon-s-plan-prevent-the-re-emergence-of-a-new-rival.html?pagewanted=all

[34] The Pentagon, ‘The National Military Strategy of the United States of America 2015’, https://news.usni.org/2015/07/02/document-2015-u-s-national-military-strategy, p. 2.

[35] The Economist, 19 de noviembre de 2005, p. 22; Financial Times, 29 de abril de 2014, p, 6; http://www.ft.com/intl/cms/s/0/52b9edbe-ce25-11e3-bc28-00144feabdc0.html#axzz39oj4zaTF The Economist, Special Report, Asian Geopolitics, 22 de abril de 2017, p. 4; https://www.economist.com/news/special-report/21720714-after-seven-decades-hegemony-asia-america-now-has-accommodate-increasingly The Economist, 7 de diciembre de 2013, p, 55; https://www.economist.com/news/asia/21591242-america-winding-down-its-presence-claims-it-wont-fade-away-going-going; Pilger J., https://blogs.mediapart.fr/danyves/blog/141216/la-prochaine-guerre-contre-la-chine-par-john-pilger-le-2-decembre-2016; The Economist, 17 de octubre de 2015, p. 62; http://www.economist.com/news/international/21674648-china-no-longer-accepts-america-should-be-asia-pacifics-dominant-naval-power-who-rules

[36] Dyer G., ‘The Contest of the Century. The New Era of Competition with China – and How America Can Win’, New York, p. 26; Vien T., ‘The Grand Design of China’s New Trade Routes’, Stratfor; https://www.stratfor.com/analysis/grand-design-chinas-new-trade-routes SIPRI, ‘Military expenditure by country’, 2017. https://www.sipri.org/sites/default/files/Milex-constant-2015-USD.pdf


[38] The End of China’s Dengist Diplomacy’, Stratfor, 17 de octubre de 2017; https://worldview.stratfor.com/article/end-chinas-dengist-diplomacy The Economist, 10 de junio de 2017, p. 14; https://www.economist.com/news/leaders/21723109-cleaning-filthy-soil-much-harder-cleaning-foul-air-chinas-rockiest-environmental-problem Wikipedia, https://fr.wikipedia.org/wiki/Liste_des_pays_par_production_de_p%C3%A9trole Craig A., ‘10 Countries With The Most Natural Resources’, Investopedia, 12 de septiembre de 2016; http://www.investopedia.com/articles/markets-economy/090516/10-countries-most-natural-resources.asp Dyer G., ‘The Contest of the Century’, p. 10; Subramanian A., ‘Eclipse. Living in the Shadow of China’s Economic Dominance’, Washington 2011, p. 121.

[39] Financial Times, 9 de octubre de 2015, p. 9; http://www.ft.com/intl/cms/s/2/6e098274-587a-11e5-a28b-50226830d644.html ‘China Paves the Way for a New Silk Road’, Stratfor, 15 de mayo de 2017; https://worldview.stratfor.com/article/china-paves-way-new-silk-road Financial Times, Special Report, Asian Infrastructure & Trade, 4 mayo de 2017, p. 5; https://www.ft.com/content/b9af2e26-0342-11e7-aa5b-6bb07f5c8e12 The Economist, 2017, 6 de mayo p. 45. https://www.economist.com/news/china/21721678-silk-routes-are-not-always-appealing-they-sound-china-faces-resistance-cherished-theme The Economist, 2 de julio de 2016, p. 53; http://www.economist.com/news/china/21701505-chinas-foreign-policy-could-reshape-good-part-world-economy-our-bulldozers-our-rules Vien T., Stratfor, 24 de junio de 2015; https://www.stratfor.com/analysis/grand-design-chinas-new-trade-routes d’Hooghe I., ‘De Nieuwe Zijderoute moet China’s internationale positie versterken’, Internationale Spectator, 2015 n° 8. https://spectator.clingendael.org/pub/2015/8/china_en_de_nieuwe_zijderoute/ Source de la carte : https://commons.wikimedia.org/wiki/File:One-belt-one-road.svg?uselang=fr

[40] Aunque los holandeses colaboraron con los jefes locales para expulsar a los portugueses en Ceilán y en Indonesia, su objetivo principal siendo el de asegurar el comecio en toda la región. https://fr.wikipedia.org/wiki/Empire_colonial_n%C3%A9erlandais Arrighi G., Adam Smith in Beijing. Lineages of the Twenty-Firs Century, Londres, 2007, p. 238;

[41] En el siglo XVII los holandeses tenían en proporción 35 veces más navíos que Inglaterra, Francia y Alemania. Hoy China tiene 20 veces más naves mercantes que los Estados Unidos. Maddison A., La economía mundia: una perspectiva milenaria, OCDE, 2001, http://www.oecd.org/fr/dev/etudesducentrededeveloppementleconomiemondialeuneperspectivemillenaire.htm

[42] Khanna P., ‘Use It or Lose It: China’s Grand Strategy’, Stratfor, 9 de abril de 2016. https://www.stratfor.com/weekly/use-it-or-lose-it-chinas-grand-strategy


[44] Netherlands Environmental Assessment Agency, ‘Trends in Global CO2 Emissions’; Mengpin G., Friedrich J., & Damassa T., ‘6 Graphs Explain the World’s Top 10 Emitters’, World Resources Institute, 25 de noviembre de 2014; http://www.wri.org/blog/2014/11/6-graphs-explain-world%E2%80%99s-top-10-emittershttp://edgar.jrc.ec.europa.eu/news_docs/jrc-2016-trends-in-global-co2-emissions-2016-report-103425.pdf The Economist, 8 de febrero de 2014, p. 11; https://www.economist.com/news/leaders/21595903-government-gives-its-davids-sling-use-against-polluting-goliaths-small-breath-fresh Minqi L., ‘China and the Twenty-First Century Crisis’, Londres 2016, p. 148.
 
[45] Vandepitte M., ‘Wat mogen we van China de komende jaren verwachten? Verslag van het 18de partijcongres’, http://www.dewereldmorgen.be/artikels/2012/11/11/wat-mogen-we-van-china-de-komende-jaren-verwachten-verslag-van-het-18de-partijco Tsemin Y., ‘The 2014 revisions of china’s environmental protection law’, Swiss Re Insititute, 16 de octubre de 2014; http://institute.swissre.com/research/risk_dialogue/magazine/Environmental_liability/The_2014_Revisions_of_Chinas_Environmental_Protection_Law.html Joseph W., (ed.), ‘Politics in China. An Introduction’, Oxford 2010; p. 282.

[46] IPS, ‘Klimaatplan China ambitieus, Zuid-Korea onvoldoende’, http://www.dewereldmorgen.be/artikel/2015/07/02/klimaatplan-china-ambitieus-zuid-korea-onvoldoende


[48] GALLUP, ‘Majority of Chinese Prioritize Environment Over Economy’, 8 de junio de 2012; http://news.gallup.com/poll/155102/majority-chinese-prioritize-environment-economy.aspx The Economist, 10 de agosto de 2013, p. 8. http://www.economist.com/news/briefing/21583245-china-worlds-worst-polluter-largest-investor-green-energy-its-rise-will-have 

[49] Lofgren K., ‘China Becomes World’s First Nation to Install 3 GW of Utility-Scale Solar Power!’, https://inhabitat.com/china-becomes-worlds-first-nation-to-install-3-gw-of-utility-scale-solar-power/ Wikipedia : https://fr.wikipedia.org/wiki/%C3%89nergie_solaire_en_Chine ; Financial Times, 11 février 2016, p. 3; http://www.ft.com/intl/cms/s/0/e2298424-cfdf-11e5-831d-09f7778e7377.html The Economist, 22 avril 2017, p. 50; https://www.economist.com/news/china/21721227-once-foot-dragger-it-now-wants-lead-trumps-indifference-climate-change-has-not-changed ‘China: Automobile Company To Stop Selling Combustion Engine Cars In 2025’, Stratfor, 19 octobre 2017; https://worldview.stratfor.com/situation-report/china-automobile-company-stop-selling-combustion-engine-cars-2025 Financial Times 2 août 2017; https://www.ft.com/content/968402ea-769d-11e7-a3e8-60495fe6ca71?mhq5j=e7 Financial Times, 23 mai 2017, p. 5; https://www.ft.com/content/d6ee4558-36d7-11e7-bce4-9023f8c0fd2e The Economist, 14 janvier 2017, p. 11; www.economist.com/news/leaders/21714350-case-high-voltage-direct-current-connectors-chinas-embrace-new

[50] PS, ‘China investeert niet meer in steenkool’, http://www.dewereldmorgen.be/artikel/2016/12/05/china-investeert-niet-meer-in-steenkool; Greenpeace, ‘China coal use falls: CO2 reduction this year could equal UK total emissions over same period’; http://energydesk.greenpeace.org/2015/05/14/china-coal-consumption-drops-further-carbon-emissions-set-to-fall-by-equivalent-of-uk-total-in-one-year/ Harvey C., ‘China vowed to peak carbon emissions by 2030. It could be way ahead of schedule’, Washington Post, 7 de marzo de 2016, https://www.washingtonpost.com/news/energy-environment/wp/2016/03/07/china-vowed-to-peak-carbon-emissions-by-2030-these-researchers-think-it-could-already-be-there/?utm_term=.82ec15ee992a The Economist, de 22 abril de 2017, p. 50; https://www.economist.com/news/china/21721227-once-foot-dragger-it-now-wants-lead-trumps-indifference-climate-change-has-not-changed

[51] ‘Consolidating China’s Industries, One Polluter at a Time’, Stratfor, 25 de octubre de 2017; https://worldview.stratfor.com/article/consolidating-chinas-industries-one-polluter-time
World Resources Institute, ‘WRI Calls China INDC “A Serious and Credible Contribution”’, 30 de junio de 2015. http://www.wri.org/news/2015/06/statement-wri-calls-china-indc-serious-and-credible-contribution