Extraído del blog de la compañera cubana Claudia Fonseca Sosa
Situada al noreste de China, Harbin cuenta con un gran trasfondo histórico: debido a su cercanía a Rusia, la influencia de este país es inevitable y se siente en las calles, la gastronomía e incluso en el carácter de sus diez millones de habitantes.
Sin embargo, dejando atrás un siglo XX marcado por los conflictos con soviéticos y japoneses, Harbin ha florecido gracias a su nombramiento como Capital de la Música por la UNESCO en 2010 y, sobre todo, a su anual Festival de Hielo y Nieve, que se celebra durante los meses de enero y febrero.
La edición de este año promete durar hasta finales de febrero, ya que, si su programación depende de las temperaturas de la ciudad, el promedio del presente invierno está siendo de 17 grados bajo cero, con picos de hasta -38 grados.
Turistas y expertos en esculturas de hielo llegan desde todas partes del mundo para admirar embelesados las flores, jardines, lagos y esculturas creados a partir del agua helada del río Songhua, que discurre justo al lado del recinto del festival. Hay hasta edificios enteros de hielo.
El verdadero espectáculo visual, de una gélida y festiva luminiscencia, comienza cuando la noche cae y todas las creaciones son iluminadas con luces de colores.
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