LHASA, China, 28 de marzo (Xinhua) -- Las celebraciones para conmemorar el sexto aniversario del Día de Emancipación de los Siervos tuvieron lugar hoy en la región autónoma del Tíbet, suroeste de China.
Más de 3.000 personas se reunieron en la Plaza del Palacio Potala en la capital regional de Lhasa esta mañana para observar la ceremonia de izado de la bandera nacional y para interpretar el himno nacional.
En 2009, la legislatura regional declaró al 28 de marzo como el día para conmemorar la reforma democrática tibetana que puso fin al sistema de servidumbre feudal en 1959. La reforma liberó a un millón de siervos tibetanos, 90 por ciento de la población de la región en ese momento.
Vestido con su tradicional túnica de lana llamada "pulu" confeccionada especialmente para las ocasiones importantes, Basang Cering, de 37 años, un médico que trabaja en el pueblo de Tsejolin cercano a Lhasa, hizo un viaje de dos horas en transporte público para participar en la ceremonia en la plaza.
"Las personas de la generación de mis padres, la mayoría nacidas de familias de siervos, me han contado que cuando eran niños difícilmente podían imaginar que vivirían como hoy, porque en ese tiempo no podían disfrutar de suficiente comida o ropa", dijo el médico.
Estadísticas gubernamentales muestran que el Producto Interno Bruto del Tíbet se incrementó a 80.770 millones de yuanes (13.000 millones de dólares USA) el año pasado respecto los 174 millones de yuanes (23,67 millones de dólares USA) en 1959.
El ingreso per cápita disponible para residentes urbanos en el Tíbet alcanzó los 22.561 yuanes (3.629 dólares USA) en 2013, mientras que ascendió a 6.578 yuanes (1.058 dólares USA) para los residentes rurales.
"Nuestra vida está cada vez mejor con las buenas políticas del gobierno. La emancipación no sólo cambió su destino, sino también el mío", dijo Basang Cering.
En un parque detrás del Palacio Potala, residentes locales y turistas rodearon un escenario provisional para observar espectáculos de danza, canto y dramas relacionados con la vida tibetana luego de la emancipación.
Cering Zhoiyar, una mujer de unos 60 años, acudió a mirar el espectáculo con sus amigos luego de concluir su oración diaria en torno al Templo Jokhang en el centro de Lhasa.
"Los viejos recuerdos regresaron", dijo la ex sierva, al señalar las cicatrices en sus brazos "causadas por mi 'amo'".
La emancipación le permitió a Cering recuperar su libertad y tener una vida decente, dijo.
"Mis hijos han crecido y tienen buenos empleos. Con frecuencia les digo que aprecien la vida de hoy", dijo Cering Zhoiyar.
Para el artista Lop de Thangka, la emancipación significó una oportunidad de promover entre personas comunes la pintura en rollos de seda, los cuales sólo se conservaban en los monasterios o las casas nobles.
Lop, de 35 años, administra una galería en Thangka en el Templo Jokhang y se ha convertido en un atractivo muy popular entre turistas y peregrinos.
"Trabajaré duro para heredar mucho mejor el arte Thangka para que más personas conozcan sobre el Tibet, su historia y cultura", dijo.
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