El presidente Xi Jinping con el presidente de Kenya Uhuru Kenyatta después de la firma de unos acuerdos en Beijing, agosto de 2013
BEIJING, 28 de marzo (Xinhua) -- Aunque la historia ha registrado en repetidas ocasiones el enfrentamiento entre las potencias en ascenso y las ya establecidas, China no sucumbirá a esta perversidad histórica y romperá con ella apegándose a una vía pacífica.
El compromiso de Beijing con el desarrollo pacífico otra vez será mostrado plenamente cuando el presidente de China, Xi Jinping, pronuncie hoy un discurso en Berlín sobre los puntos de vista de China en cuanto a la historia y el desarrollo, entre otros temas.
Desde la reforma y apertura de China, el país ha sorprendido al mundo por sacar de la pobreza con éxito a cientos de millones de sus habitantes. China está ahora lista para emprender esfuerzos con el fin de lograr otro milagro: volverse más fuerte de forma pacífica y compartir los beneficios con el mundo, con sinceridad y confianza.
La llamada "amenaza China" carece por completo de fundamento. Es una invención enraizada tanto en prejuicios muy arraigados como en la falta de un entendimiento adecuado de esta nación asiática de rápido desarrollo.
El desarrollo pacífico es una elección histórica que China asumió con base tanto en su historia como en la tendencia de los tiempos. La población china ha tenido suficiente de guerras y conflictos y el mundo anhela la paz y el desarrollo.
Algunos se apresurarán a refutar esto al apuntar al creciente gasto militar de China. Pero el creciente gasto de defensa de Beijing es más fácil de entender cuando se añade el contexto histórico.
Para empezar, las invasiones y sufrimientos que la nación china ha soportado en su historia reciente son recordatorios devastadores y que generan conciencia en torno a lo indispensable que es tener suficientes capacidades de defensa.
Dado que la enorme y larga frontera de China implica relativamente grandes necesidades de defensa y que su presupuesto de defensa ha sido reducido durante años antes del comienzo del crecimiento actual, el incremento no es más que necesario y razonable.
Lo que importa más es que China está dedicada a la paz y la estabilidad por el futuro de la humanidad, busca una política de defensa que es de naturaleza defensiva y desempeña un papel constructivo y responsable en los asuntos mundiales.
Además de concentrarse en el desarrollo de su economía, China nunca ha olvidado compratir los beneficios tanto con los países en desarrollo como con los desarrollados. Sus mercados, inversión, productos, tecnología y fuerza laboral ofrecen enormes recursos y oportunidades al mundo. Los lazos y cooperación entre China y Europa sirven como un buen ejemplo de interacción de mutuo beneficio.
Aquellos cuyas mentes siguen aferradas a juegos de suma cero necesitan volver a la realidad y reconocer que en un mundo cada vez más interconectado no existe "el ganador que se lleva todo".
La interdependencia entre los países del mundo ha permitido que los beneficios mutuos sean más factibles y que la cooperación de ganancia para todos sea la opción más viable.
En este contexto, una China más fuerte no representa una amenaza de ningún tipo. Más bien, es una oportunidad de paz y desarrrollo para el mundo.
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