Una calle de Beijing estaba llena de visitantes durante la Fiesta de la Primavera (Xinhua/Ju Huanzong)
"No importa cuán fantástico sea el mundo exterior, la casa es la casa y no existe un mejor lugar que la casa", dijo Wu Longqing, de 36 años de edad, un aldeano del distrito de Liping, provincia de Guizhou, suroeste de China.
Wu, quien ha estado trabajando en una fábrica de la provincia oriental de Zhejiang durante los últimos 10 años, decidió quedarse en casa y abrir un pequeño supermercado luego de la Fiesta de la Primavera.
"Me vi obligado a permanecer fuera pues no encontraba una oportunidad en casa. Sin embargo, vi grandes cambios aquí recientemente", declaró Wu. "Ahora tenemos caminos de cemento que unen cada casa. La aldea cuenta también con un jardín de niños y algunos baños públicos están siendo construidos".
Durante las últimas semanas, Wu y su esposa se han estado preparando para la inauguración de la tienda. Planean solicitar una licencia de negocios luego de las vacaciones por el Año Nuevo.
La pareja tiene una hija de 13 años de edad y un hijo de siete. Los niños fueron dejados en casa, bajo el cuidado de la madre de 70 años de edad de Wu.
"Les debemos demasiado. Es momento de que nosotros regresemos a casa a cuidar de ellos", expresó Wu.
Visitantes concurrieron en Shanghai durante la Fiesta de la Primavera (Xinhua/Ding Ding)
Wu no está solo.
Hu Xing, de 27 años de edad, ha estado trabajando en la provincia sur de Guangdong desde que se graduó de la preparatoria. A fines del año pasado, se hizo a la idea de regresar a casa en la provincia de Henan.
Hu y su familia también abrieron un pequeño supermercado en el poblado. "En el pasado, todos los miembros de mi familia estaban trabajando fuera de la aldea, pero todos regresamos cuando el transporte y situación de vida mejoradas en nuestro poblado natal nos ofrecieron oportunidades de negocios".
"Aunque mis ingresos son menores a cuando estaba trabajando en Guangdong, permanecer con mi familia es mucho más feliz que estar afuera solo", explicó Hu.
Durante las últimas tres décadas, mucha gente del área rural dejó sus poblados en busca de empleo en las ciudades de rápido crecimiento de China y abandonaron a los ancianos y a los hijos en el campo.
La tendencia se ha estado revirtiendo en los años recientes, en parte gracias a la mudanza de las industrias de uso intenso de mano de obra de las áreas urbanas a las rurales y al incremento del espíritu emprendedor rural.
Más de 1,72 millones de trabajadores migrantes han regresado a casa en el municipio de Chongqing desde 2010.
La población de "niños dejados atrás", cuyos padres abandonaron el pueblo natal para trabajar en las ciudades, se ha reducido en 180.000 durante los últimos tres años en Chongqing, de acuerdo con la federación de mujeres municipal.
La estudiante de primaria Tao Xingyue dijo que ella antes sólo podía ver a sus padres durante las vacaciones. Se preocupaba y se ponía triste cuando decían adiós. "Ahora puedo estar con ellos todos los fines de semana pues están trabajando en una fábrica que no queda muy lejos", dijo Tao.
Los expertos creen que el regreso de la gente a las áreas rurales traerá desarrollo al campo y mejorará la vida de los niños y ancianos rurales. No obstante, se necesita de más apoyo del gobierno.
Dang Guoying, investigador de desarrollo rural de la Academia de Ciencias Sociales de China, dijo que los empresarios rurales encaran grandes desafíos en términos de capital y habilidades y los gobiernos locales debe ayudar con más políticas preferenciales para mejorar el ambiente empresarial del área rural.
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