domingo, 5 de junio de 2016

Las empresas estatales chinas deben ser "más grandes, más fuertes" y seguir estando en el centro de la nación

 

Por Zhou Xin (South China Morning Post)

27/05/2016 – El dilema en la parte continental de China acerca de las empresas estatales no podría ser más claro.

En un artículo de opinión publicado en Diario del Pueblo el pasado jueves, el profesor de la Universidad del Pueblo Zhou Xincheng criticó las sugerencias según las cuales las empresas públicas deberían ser privatizadas, e hizo un llamamiento a las autoridades para que las empresas estatales sean “más grande y más fuertes”.

El artículo fue publicado en la página nº7 del órgano de expresión del Partido Comunista, y como tal tuvo menor peso que un editorial o una entrevista en primera plana.

Pero su publicación, en medio de un debate más amplio sobre la reforma económica “enfocada en la oferta” pone de relieve la difícil situación a la que se enfrenta el gobierno en relación a las empresas estatales – Beijing quiere que las grandes empresas sean más rentables, pero no está dispuesto a aflojar su control sobre ellas.

La ideología oficial presenta a China como un país socialista basado en la “propiedad pública”, a pesar de que la mayor parte del crecimiento económico y del empleo se genera en el sector privado.

Las pesadas empresas estatales del país están luchando contra el exceso de capacidad y el endeudamiento excesivo – las ganancias combinadas de las empresas estatales de la China continental cayeron un 8.4% en los primeros cuatro meses del año con respecto al mismo período del año anterior.

Sheng Hong, investigador del think tank independiente con sede en Beijing Unirule Institute of Economics, dijo que el resurgimiento de voces contra la privatización indica que existe una “fuerte resistencia contra las reformas” y que “no era en absoluto optimista” con el proceso de reformas.

“Está muy claro que el sector estatal es una carga para la economía china”, dijo Sheng. “Las empresas estatales de China nunca sirven al público, sólo sirven a una pequeña parte de los grupos de interés.”

Esos grupos de interés tendrían que dejar paso a la realización de un plan de acción ideado por Xi Jinping para las empresas estatales, publicado en septiembre.

El plan no sólo exige realizar cambios para que las empresas estatales sean más flexibles y eficientes, sino que también busca un mayor papel del Partido en la toma de decisiones.

El plan para las empresas estatales tiene el sello de la política de Xi de reforma “enfocada en la oferta”, un enfoque que según el presidente es muy diferente de la política económica adoptada por el presidente de los Estados Unidos Ronald Reagan y primera ministra británica Margaret Thatcher en la década de los 80.

Xi dijo que la reforma “enfocada en la oferta” era algo más que “un problema de impuestos o de tasa impositiva” – consiste en una serie de medidas estructurales para buscar la innovación, la prosperidad y el bienestar. Dijo que su concepto implica “capacidad de ahorro, reducción de existencias, reducción del ratio de apalancamiento, reducción de costes y fortalecimiento de los puntos débiles”.

“La palabra 'estructural' es muy importante, las pueden sustituir por 'reforma orienta hacia la oferta', pero por favor no se olviden de la palabra 'estructural',” dijo.

Sin embargo, un informe del Center for Strategic and International Studies con sede en Washington, dijo que en lo que respecta a las empresas estatales, el enfoque de Xi también refleja las reticencias de Beijing a la hora de reequilibrar el papel del Estado y del mercado en el desarrollo económico y social.

En el informe, autores como Scott Kennedy y Christopher Johnson dijeron que los esfuerzos para asegurarse el control de las empresas estatales no fracasaron, al igual que otros intentos para estabilizar el mercado de valores y el tipo de cambio del yuan, y que eran "justificaciones para que el gobierno intervenga contra lo que era percibido como el camino más arriesgado, a saber dejar que  los mercados determinen los resultados deseados".

Sin embargo, para los conservadores de la China continental, las empresas estatales son la base de la propiedad pública, y su salud ofrece legitimidad política para el poder del Partido Comunista.

“Es un requisito inherente al socialismo el hecho de que las empresas estatales funcionen bien”, escribió Zhou en Diario del Pueblo.

“Debemos asegurar el predominio de la propiedad pública. Esa es la clave para mantener el carácter socialista de la sociedad china."

"Los neoliberales dicen que la propiedad pública es incompatible con la economía de mercado, y su propósito es orientar la reforma de las empresas estatales de China hacia la privatización. Por eso tenemos que estar en alerta máxima."

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