Entrevista al profesor Alden, profesor de Relaciones Internacionales en la London School of Economics and Politics, publicada el pasado 13 de marzo en el diario turco Turkish Weekly, que como se podrá observar es un diario que defiende las intervenciones "humanitarias" del imperialismo. El profesor Alden no parece ser un académico crítico, ni mucho menos, con el sistema imperialista internacional o tener un pensamiento particularmente izquierdista. Por esto mismo, el hecho de que se vea obligado a reconocer el papel positivo de China en el desarrollo y la emancipación de África, me parece muy importante.
Por Yağmur Erşan
¿Cuáles son las valoraciones actuales sobre la intervención humanitaria y el principio R2P* en el derecho internacional? ¿Existen enfoques comunes sobre la aplicación del R2P en las relaciones internacionales?
Creo que desde el verano de 2005, el R2P y las intervenciones humanitarias se han impuesto como norma en las relaciones internacionales, y en ciertos aspectos como derecho internacional, pero la cuestión clave concierne su aplicación. En este sentido, es necesario afinar los enfoques, reconocer las limitaciones, e identificar situaciones donde se necesita un mayor estudio. Este puede ser considerado un periodo de ajuste en el que se están aplicando principios abstractos. Sin embargo, en esta fase de aplicación en la que nos estamos encontrando, nos vemos confrontados a nuevos problemas. Mientras la comunidad de académicos y politólogos están apoyando firmemente el principio R2P, su aplicación se ha vuelto ahora objeto de debate. Hay preocupaciones en el mundo político sobre cómo y dónde debería ser aplicado el R2P. El caso libio es un claro ejemplo de ello.
¿Son la ONU y otras organizaciones lo suficientemente efectivas como para prevenir crisis humanitarias y las atrocidades de masas en el mundo? ¿Qué puede hacerse para hacerlas más efectivas?
No creo que sean lo suficientemente efectivas. Estamos presenciando muchas grandes tragedias en el mundo: basta con mirar el vecindario de Turquía. Es una clara señal de que estas organizaciones no han sido suficientemente efectivas. Como ya dije en mi presentación, si dispones de la reglas institucionales correctas, es más fácil incentivar una postura activista. La Unión Africana es un buen ejemplo de ello. Creo que a medida que la comunidad internacional compruebe y revise su enfoque de la cuestión, tendremos una mejor plataforma para una acción efectiva. Quisiera creer que la efectividad puede surgir de esta reflexión.
¿Cómo percibe las relaciones China-África? ¿Son relaciones ganar-ganar como dice China o son imperiales por naturaleza como han afirmado muchas fuentes occidentales?
No creo que sean imperiales, pero las relaciones tampoco son siempre ganar-ganar. En lo que respecta a las relaciones China-África, hay un abismo entre las aspiraciones retóricas, que son expresadas en el plano de los gobiernos entre las élites chinas y africanas, y la elaboración concreta de agendas de desarrollo. Concretamente, las inversiones chinas en infraestructuras africanas han proporcionado a los Estados africanos de un mayor abanico de opciones. Anteriormente, estas opciones estaban limitadas a un pequeño grupo de países occidentales a los cuales los países africanos tenían acceso. Por esta razón, China ha contribuido a poner sobre la mesa el debate sobre África, al darle a los países africanos la posibilidad de elegir. Es una buena estrategia de negociación, así que en este sentido China es una fuerza muy positiva en África.
La intervención de China en el continente africano también ha supuesto un cambio en la manera con la que vemos África, a saber que es un continente marginal y al que hay que dar por perdido. Cojan a Turquía por ejemplo, podría decirse que China ha instado a los líderes turcos a dirigir su atención hacia África, enseñándoles que hay oportunidades en el continente. De manera similar, se están invirtiendo fondos privados a lo largo y ancho del continente. Creo que China ha sido indiscutiblemente un actor decisivo a la hora de poner a África de nuevo en el mapa. En algunos sectores, China ayuda mucho, pero en otros sectores, de manera trágica, mantiene unas relaciones con países africanos que nos resultan demasiado familiares. Lo que quiero decir con esto es que China pone demasiado énfasis en el intercambio de recursos por productos acabados. Las relaciones tradicionales de África con Occidente han seguido tradicionalmente la lógica: "nosotros (los países africanos) proveemos los recursos, vosotros (Occidente) proveéis las mercancías o productos terminados". Este tipo de relaciones no permiten que África se desarrolle.
¿Qué hace que China resulte atractiva para África en comparación con Occidente?
Hay dos cosas que hicieron que inicialmente China resulte más atractiva para África: primero, China no impone condiciones políticas. Segundo, los proyectos avanzan más rápido cuando se negocia con China. Muchos gobiernos africanos dirían que las negociaciones con gobiernos occidentales, como los EE.UU. o la UE, duran 2 o 3 años cuando un gran proyecto o una gran inversión están sobre la mesa. Sin embargo, se pueden firmar todo tipo de requisitos y condiciones en una semana o dos durante negociaciones con China, y después el país provee inmediatamente los recursos. Creo que la prensa occidental y los académicos occidentales tienden a subestimar esta realidad, que en realidad es muy importante. Si te tomas el desarrollo en serio, el esfuerzo para el desarrollo es inmediato. No son esfuerzos que puedan demorarse unos años hasta que las cosas salgan adelante por sí mismas. Esto no es reconocido suficientemente por los círculos occidentales y por esta razón no entienden realmente las actividades de China en África.
¿Cuáles son los retos que enfrenta China en África?
Creo que la crisis libia fue algo así como un shock para China. En esta crisis, según afirman las aseguradoras Chinas, el país perdió entre 1.2 y 1.3 billones de dólares como resultado de la propiedad destruida, y 36.000 empleados y ciudadanos chinos tuvieron que ser evacuados de Libia. Esto ha generado preocupaciones en China en relación a sus inversiones en el continente. Sudán del Sur es otro ejemplo de ello. Creo que esto ha llevado a China a darse cuenta de que el coste de operar en África es más alto de lo que había anticipado, debido a que la realidad africana es una realidad compleja en el que hace falta tener un conocimiento del terreno, y en la que la seguridad puede correr peligro o ser puesta en tela de juicio. Esto no significa que China se vaya a retirar del continente. Sin embargo, China pensó al principio que sería suficiente con proveer capital, hacer bien las cosas, y no meterse en la política de los países en los que estaba operando. Pero en los hechos, China ya está metida, lo quiera o no. Esta puede ser la razón del Acuerdo de Cooperación China-África para la Paz y la Seguridad que se estableció en 2012. En este marco, China y África están tratando de comprender cómo se pueden comprometer en proyectos de cooperación en materia de seguridad que podrían servir a los intereses mutuos de China y África para introducir estabilidad y seguridad en el continente.
Las potencias occidentales son escépticas con respecto a la expansión de China en África. ¿Ello es debido a que China pone en peligro sus intereses allí, o es porque ven que el auge de China en general como una amenaza global?
Es un poco de ambas cosas. Creo que al principio Occidente vio los primeros 5 o 10 años de actividad de China en África como una especia de amenaza existencial, una amenaza a su identidad. Europa y Occidente dominaron África durante cientos de años. Ningún Estado tenía posibilidades de cuestionar su posición en el continente. Sin embargo, súbitamente China empezó a ser vista como una competidora, tanto en términos de negocios o en lo que se refiere a la cuestiones de democratización, etc. Sobre todo, creo que esto está relacionado con la transición, o la transformación del papel de Occidente a nivel global, a saber, que ya no es predominante ni está libre de competidores. En este sentido, China puede ser considerada el competidor más visible de Occidente. Aunque esto no tiene que ser una competición en el sentido negativo de la palabra. Puede ser una competición similar a la que se ha visto entre las compañías francesas y alemanas, no tiene por qué ser una competición existencial. Sin embargo, hay algunos miedos en los círculos occidentales con respecto al auge de China.
*El principio R2P (Responsability to Protect) es una propuesta de norma internacional según la cual la soberanía nacional no es un derecho absoluto y que los Estados pierden aspectos de su soberanía cuando éstos no son capaces de proteger a su población en caso de "genocidio, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y limpiezas étnicas". En otras palabras, es una propuesta de legitimación de las intervenciones militares del imperialismo para quitarse de encima un gobierno molesto o expoliar los recursos naturales de algún país.
¿Son la ONU y otras organizaciones lo suficientemente efectivas como para prevenir crisis humanitarias y las atrocidades de masas en el mundo? ¿Qué puede hacerse para hacerlas más efectivas?
No creo que sean lo suficientemente efectivas. Estamos presenciando muchas grandes tragedias en el mundo: basta con mirar el vecindario de Turquía. Es una clara señal de que estas organizaciones no han sido suficientemente efectivas. Como ya dije en mi presentación, si dispones de la reglas institucionales correctas, es más fácil incentivar una postura activista. La Unión Africana es un buen ejemplo de ello. Creo que a medida que la comunidad internacional compruebe y revise su enfoque de la cuestión, tendremos una mejor plataforma para una acción efectiva. Quisiera creer que la efectividad puede surgir de esta reflexión.
¿Cómo percibe las relaciones China-África? ¿Son relaciones ganar-ganar como dice China o son imperiales por naturaleza como han afirmado muchas fuentes occidentales?
No creo que sean imperiales, pero las relaciones tampoco son siempre ganar-ganar. En lo que respecta a las relaciones China-África, hay un abismo entre las aspiraciones retóricas, que son expresadas en el plano de los gobiernos entre las élites chinas y africanas, y la elaboración concreta de agendas de desarrollo. Concretamente, las inversiones chinas en infraestructuras africanas han proporcionado a los Estados africanos de un mayor abanico de opciones. Anteriormente, estas opciones estaban limitadas a un pequeño grupo de países occidentales a los cuales los países africanos tenían acceso. Por esta razón, China ha contribuido a poner sobre la mesa el debate sobre África, al darle a los países africanos la posibilidad de elegir. Es una buena estrategia de negociación, así que en este sentido China es una fuerza muy positiva en África.
La intervención de China en el continente africano también ha supuesto un cambio en la manera con la que vemos África, a saber que es un continente marginal y al que hay que dar por perdido. Cojan a Turquía por ejemplo, podría decirse que China ha instado a los líderes turcos a dirigir su atención hacia África, enseñándoles que hay oportunidades en el continente. De manera similar, se están invirtiendo fondos privados a lo largo y ancho del continente. Creo que China ha sido indiscutiblemente un actor decisivo a la hora de poner a África de nuevo en el mapa. En algunos sectores, China ayuda mucho, pero en otros sectores, de manera trágica, mantiene unas relaciones con países africanos que nos resultan demasiado familiares. Lo que quiero decir con esto es que China pone demasiado énfasis en el intercambio de recursos por productos acabados. Las relaciones tradicionales de África con Occidente han seguido tradicionalmente la lógica: "nosotros (los países africanos) proveemos los recursos, vosotros (Occidente) proveéis las mercancías o productos terminados". Este tipo de relaciones no permiten que África se desarrolle.
¿Qué hace que China resulte atractiva para África en comparación con Occidente?
Hay dos cosas que hicieron que inicialmente China resulte más atractiva para África: primero, China no impone condiciones políticas. Segundo, los proyectos avanzan más rápido cuando se negocia con China. Muchos gobiernos africanos dirían que las negociaciones con gobiernos occidentales, como los EE.UU. o la UE, duran 2 o 3 años cuando un gran proyecto o una gran inversión están sobre la mesa. Sin embargo, se pueden firmar todo tipo de requisitos y condiciones en una semana o dos durante negociaciones con China, y después el país provee inmediatamente los recursos. Creo que la prensa occidental y los académicos occidentales tienden a subestimar esta realidad, que en realidad es muy importante. Si te tomas el desarrollo en serio, el esfuerzo para el desarrollo es inmediato. No son esfuerzos que puedan demorarse unos años hasta que las cosas salgan adelante por sí mismas. Esto no es reconocido suficientemente por los círculos occidentales y por esta razón no entienden realmente las actividades de China en África.
¿Cuáles son los retos que enfrenta China en África?
Creo que la crisis libia fue algo así como un shock para China. En esta crisis, según afirman las aseguradoras Chinas, el país perdió entre 1.2 y 1.3 billones de dólares como resultado de la propiedad destruida, y 36.000 empleados y ciudadanos chinos tuvieron que ser evacuados de Libia. Esto ha generado preocupaciones en China en relación a sus inversiones en el continente. Sudán del Sur es otro ejemplo de ello. Creo que esto ha llevado a China a darse cuenta de que el coste de operar en África es más alto de lo que había anticipado, debido a que la realidad africana es una realidad compleja en el que hace falta tener un conocimiento del terreno, y en la que la seguridad puede correr peligro o ser puesta en tela de juicio. Esto no significa que China se vaya a retirar del continente. Sin embargo, China pensó al principio que sería suficiente con proveer capital, hacer bien las cosas, y no meterse en la política de los países en los que estaba operando. Pero en los hechos, China ya está metida, lo quiera o no. Esta puede ser la razón del Acuerdo de Cooperación China-África para la Paz y la Seguridad que se estableció en 2012. En este marco, China y África están tratando de comprender cómo se pueden comprometer en proyectos de cooperación en materia de seguridad que podrían servir a los intereses mutuos de China y África para introducir estabilidad y seguridad en el continente.
Las potencias occidentales son escépticas con respecto a la expansión de China en África. ¿Ello es debido a que China pone en peligro sus intereses allí, o es porque ven que el auge de China en general como una amenaza global?
Es un poco de ambas cosas. Creo que al principio Occidente vio los primeros 5 o 10 años de actividad de China en África como una especia de amenaza existencial, una amenaza a su identidad. Europa y Occidente dominaron África durante cientos de años. Ningún Estado tenía posibilidades de cuestionar su posición en el continente. Sin embargo, súbitamente China empezó a ser vista como una competidora, tanto en términos de negocios o en lo que se refiere a la cuestiones de democratización, etc. Sobre todo, creo que esto está relacionado con la transición, o la transformación del papel de Occidente a nivel global, a saber, que ya no es predominante ni está libre de competidores. En este sentido, China puede ser considerada el competidor más visible de Occidente. Aunque esto no tiene que ser una competición en el sentido negativo de la palabra. Puede ser una competición similar a la que se ha visto entre las compañías francesas y alemanas, no tiene por qué ser una competición existencial. Sin embargo, hay algunos miedos en los círculos occidentales con respecto al auge de China.
*El principio R2P (Responsability to Protect) es una propuesta de norma internacional según la cual la soberanía nacional no es un derecho absoluto y que los Estados pierden aspectos de su soberanía cuando éstos no son capaces de proteger a su población en caso de "genocidio, crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y limpiezas étnicas". En otras palabras, es una propuesta de legitimación de las intervenciones militares del imperialismo para quitarse de encima un gobierno molesto o expoliar los recursos naturales de algún país.
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