"Los imperialistas y los reaccionarios son todos tigres de papel" (cartel de 1965)
Por Wang Haiqing
BEIJING, 21 de diciembre (Xinhua) -- Pese a la retórica de Estados Unidos de calificar de no deliberada la reciente incursión de dos bombarderos norteamericanos cerca de islas chinas en el Mar Meridional de China, está claro que el incidente fue tan intencionado como todas las maniobras de Washington dirigidas a mantener su hegemonía mundial.
En los últimos meses, EEUU ha promovido la escala de las tensiones en la zona con el envío de buques de guerra y aviones militares en misiones de patrullaje, bajo el pretexto de salvaguardar la libertad de la navegación en el área.
Como demuestran varios casos, el ejército estadounidense parece haber desarrollado una afición por navegar cerca de o sobrevolar las islas china en el Mar Meridional de China.
Quizás sea que EEUU, después de citar durante tanto tiempo la excusa de la libertad de la navegación, se esté cansando de usar el término para justificar dichas acciones. Para la incursión de los dos bombarderos B-52 ha recurrido a una nueva explicación: las aeronaves podrían haber cambiado el curso debido al mal tiempo.
Sin embargo, de acuerdo con expertos militares, son realmente escasas las probabilidades de que un bombardero estratégico como el B-52 tenga que cambiar su ruta de vuelo simplemente por el mal tiempo.
De hecho, el Mar Meridional de China no es la única zona en que EEUU ha emprendido medidas perjudiciales que van contra su compromiso de trabajar con China para construir un nuevo de tipo de relaciones entre grandes potencias.
El 16 de diciembre, la administración del presidente Barack Obama autorizó la venta de armas a Taiwan por valor de 1.830 millones de dólares, en un momento en que las relaciones entre las dos orillas del estrecho de Taiwan han alcanzado un nivel sin precedentes desde 1949, tras la histórica reunión entre los líderes de ambos lados del estrecho en Singapur el mes pasado.
Washington basa sus ventas de armas a Taiwan en la falacia de proteger a la isla de la llamada amenaza militar proveniente de la parte continental, con lo cual ignora de forma deliberada la inequívoca posición de China de buscar la reunificación pacífica y nunca usar la fuerza contra Taiwan, siempre que la isla no anuncie la independencia o busque separarse de la parte continental.
Desde que tomó la decisión de pivotar sus recursos militares y diplomáticos hacia Asia, Washington ha llevado a cabo una serie de acciones en la región de Asia-Pacífico. No obstante, la mayoría de estas, bajo el pretexto de promover la estabilidad y la prosperidad en la región, están realmente dirigidas a mantener la supremacía estadounidense.
China, que ha desempeñado un papel responsable en la escena mundial, siempre ha defendido que el océano Pacífico es suficientemente grande para acomodar tanto a China como a Estados Unidos.
La multipolarización es la tendencia de la época en las relaciones internacionales. Si Washington se aferra a su anticuada noción hegemónica y procurar socavar los intereses legítimos de China, no pasará mucho tiempo antes de que Washington quede atrapado en un atolladero de su propia creación.
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