sábado, 26 de septiembre de 2015

Liu Shaoqi había querido un acercamiento con la Unión Soviética

Hace poco, leyendo la excelente biografía de Mao Zedong escrita por el periodista de la BBC Philip Short (Ed. Crítica, 1999), nada sospechoso de "filo-sovietismo", me encuentro con el siguiente pasaje, que confirma lo que ya sabía sobre Liu Shaoqi, (presidente de la República Popular China entre 1959 y 1968), a saber, que había querido retomar contactos con la Unión Soviética cuando ya había caído el grupo de Jruschov (y también antes), al igual que otros dirigentes como Zhou Enlai y Deng Xiaoping. Aquella fue una de las varias razones que sellaron el destino de Liu Shaoqi, mártir de la Revolución Cultural y comunista irreprochable, al igual que tantos otros grandes comunistas que fueron víctimas de la locura de un Mao Zedong ensoberbecido por el culto hacia su persona y que había perdido todo contacto con la realidad. 

Refiriéndose al "sistema de contrato por responsabilidad familiar" que ya se estaba experimentando en algunas zonas del campo chino, y que venía a negar la colectivización acelerada de la agricultura después del fracaso del "Gran Salto Adelante", Short escribe que, en el año 1962:

"...la labranza privada no era el único motivo de queja de Mao. Se sentía disgustado por la actitud conciliadora que Liu había adoptado ante Estados Unidos y la Unión Soviética. Esta postura se había puesto de manifiesto en un artículo redactado por Wang Jiaxiang, uno de los estudiantes retornados [de la Unión Soviética] que, a finales de los años treinta, había ayudado a convencer a Stalin de la conveniencia del liderazgo de Mao, y que ahora encabezaba el Departamento de Enlaces Internacionales del partido. En un periodo de aguda fatiga interna, había justificado Wang, China debía intentar en la medida de lo posible evitar complicaciones internacionales. Liu y Deng habían estado de acuerdo. La primavera mostró algunos signos de liberación en las tensiones con la India y la Unión Soviética, y en junio se alcanzó un entendimiento con los norteamericanos para evitar nuevas fricciones sobre la cuestión de Taiwán. 

Para Mao, aquello apestaba a traición."

Con su hija Liu Xiaoxiao, que hoy es ingeniera biológica 

Cabe señalar que, más allá de una serie de errores (pues Liu Shaoqi no era un ser perfecto e infalible, sino un ser humano) como el apoyo al "Gran Salto Adelante" y la participación en la defenestración política de Peng Dehuai (otro mártir de la Revolución Cultural, que fue el primero en atreverse a criticar el "Gran Salto"), el autor de "Para ser un buen comunista" es descrito pocas páginas más delante por Short de una manera que refleja la humildad de aquel gran comunista, dedicado enteramente al pueblo chino y con un gran sentido de la rectitud y la honradez : 

"Parece ser que hasta 1961 Mao no había albergado dudas acerca de que Liu Shaoqi fuese la elección más correcta para actuar como delfín de su propio legado revolucionario. Liu era la organización personificada, un hombre apartado e intimidador, sin auténticos amigos, sin intereses extraños y con apenas sentido del humor, cuya fenomenal energía estaba consagrada en su totalidad al servicio del partido; lo que en la práctica significaba que era capaz de convertir en realidad cualquier otra cosa que Mao desease. Era exigente consigo mismo y con su familia, rehuía de todo privilegio, y cultivaba una imagen pública puritana que hablaba de jornadas de trabajo de dieciocho horas y un código de conducta tan rígido que, en una ocasión en que descubrió que se le pagaba un yuan extra (unos treinta peniques de aquel momento) por haber trabajado hasta más allá de la medianoche, él insistió en reembolsar hasta el último céntimo mediante deducciones de su salario."

Liu Shaoqi con Kliment Voroshilov y Soong Ching Ling

Perseguido y agredido físicamente por los guardias rojos durante la Revolución Cultural, estuvo bajo arresto domiciliario en su residencia de Zhongnanhai hasta el 17 de octubre de 1968, momento en que decidieron trasladarle hasta Kaifeng, capital de la provincia de Anhui, tras haber contraído una neumonía. Había perdido la capacidad del habla por las lesiones sufridas a causa de los guardias rojos y estaba siendo alimentado por vía intravenosa. En Kaifeng estuvo internado en un cuartel del comité local del Partido Comunista, en un edificio vacío sin calefacción, por lo que volvió a enfermar de neumonía. Aquella vez se le denegó un permiso para acceder a un hospital. Murió el 12 de noviembre. Mao Zedong no movió un sólo dedo para evitarlo. 

En febrero de 1980, el XI Comité Central del PCCh adoptó una resolución para rehabilitarle, rechazando como erróneas las acusaciones de "renegado, traidor y esquirol" y declarándole como "un gran marxista y un gran revolucionario proletario". El 16 de mayo del mismo año, el periódico Diario del Pueblo publicó un editorial titulado "Restaurar los verdaderos colores del pensamiento de Mao Zedong, que Liu Shaoqi defendió". El 17 de mayo, se celebró una gran ceremonia nacional para honrar su memoria. Sus cenizas fueron esparcidas en el mar de la ciudad de Qingdao, siguiendo sus últimos deseos. 

Funeral de Liu Shaoqi en el Gran Palacio del Pueblo

Deng Xiaoping intervino en el funeral para honrar su memoria

Bandera china a media asta durante el luto nacional por la muerte de Liu Shaoqi

La mujer de Liu, Wang Guangmei, en su último adiós a su esposo

"No existen los líderes perfectos, ni en el pasado ni el presente, ni en China ni en ninguna parte. Si existe alguno, está presumiendo, como un cerdo que se inserta cebolleta en la nariz para intentar parecerse a un elefante" (Liu Shaoqi)

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