lunes, 7 de marzo de 2016

China decide intensificar sus medidas de estímulo fiscal a costa de su déficit público

China intensificará sus medidas de estímulo fiscal para apoyar la actividad, a costa de una neta agravación de su déficit público, anunció el primer ministro Li Keqiang, quien prometió importantes inversiones públicas en transporte y energía.

Al revelar el borrador de su nuevo plan de desarrollo quinquenal, dijo que buscaría un crecimiento económico de entre 6.5 y 7 por ciento en 2016, con una tasa de crecimiento anual promedio de al menos 6.5 por ciento hasta 2020.

Una expansión de 6.5 por ciento sería un ritmo alentador para la mayoría de los países, pero implica la mayor desaceleración para China en un cuarto de siglo, en un momento en que la segunda economía del mundo lucha por contener la turbulencia en los mercados financieros, capea la debilidad del comercio global y busca reducir el deterioro ambiental, señaló la agencia Reuters.

La expansión de la economía de China se desaceleró a 6.9 por ciento en 2015, su peor desempeño en 25 años, lastrada por una débil demanda doméstica e internacional, exceso de capacidad industrial y menor inversión.

"El desarrollo de nuestro país enfrenta más y mayores dificultades, por lo que debemos estar preparados para una dura batalla", dijo Li. La economía mundial padece "una reactivación blanda" que no acaba de despegar, mientras en la propia China "se acentúan las presiones a la baja sobre la economía", subrayó el premier al presentar el plan económico en la sesión anual de la Asamblea Popular Nacional.

Desde hace meses, los indicadores están en rojo: demanda discreta y caídas repetidas del comercio exterior, contracción de la actividad manufacturera, estancamiento de las inversiones en el sector inmobiliario (pilar de la economía) y severos excesos de producción que lastran el sector industrial. La desaceleración de la economía de China ha ocasionado fuertes turbulencias en las bolsas chinas y es señalada como una de las principales causas de la baja en la actividad económica global. Incluso el deterioro de las economías de Brasil, la mayor en América Latina, que se encuentra en recesión, y de Argentina (la tercera de la región, después de la de México) es relacionado directamente con el comportamiento de China, su mayor comprador de materias primas.

Li anunció que el déficit presupuestario ascenderá este año al 3 por ciento, que supondrá 560 mil millones de yuanes (86 mil millones de dólares). El objetivo, si bien supera la meta de 2.3 por ciento del año anterior, decepcionó a muchos que esperaban una cifra cercana a 4 por ciento. Según un cálculo de la agencia Bloomberg, la deuda total china (entre endeudamiento público y privado) se acerca a 250 por ciento del producto interno bruto (PIB).

Li dijo que el país creará 10 millones de empleos, solucionará el problema de las empresas ineficientes mediante fusiones, bancarrotas y acuerdos de deuda, y mantendrá la tasa de desempleo urbana debajo de 4.5 por ciento este año. China tiene una fuerza laboral de 900 millones de personas, y cada año tiene más de 7 millones de graduados universitarios.

China, el país más contaminante del mundo, hará "importantes esfuerzos" en favor del ambiente para "reducir drásticamente el esmog y la contaminación del agua", aseguró Li.

Todas las centrales térmicas deberán emprender cambios técnicos, con normas más estrictas o serán cerradas; también se creará una "bolsa de emisiones de carbono" y se plantea reducir el consumo de energía y de emisiones de dióxido de carbono por unidad de producto interno bruto en 15 y 18 por ciento de aquí a cinco años respecto a los niveles de 2015, como parte de la meta para reducir las emisiones de efecto invernadero.

Fuente: Aporrea

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