viernes, 18 de enero de 2019

¿Es China imperialista?

Por el Cercle Henri Barbusse

El término imperialismo está hoy bastante devaluado y se confunde a menudo con otros conceptos más antiguos como expansionismo o simplemente "imperio". Por ejemplo el imperio romano era efectivamente un territorio bajo control político compuesto por regiones avasalladas en el marco del modo de producción esclavista. Igualmente, los imperios feudales como el Santo Imperio Romano Germánico o el Imperio Otomano oprimieron a los pueblos europeos o africanos durante toda la edad media antes de desaparecer ante las embestidas de las fuerzas nacionales contemporáneas que surgieron con el desarrollo de la clase burguesa. Estas formas políticas de dominación pudieron existir en todos los continentes y bajo numerosos modos de producción distintos.

No obstante hay una forma del todo específica del desarrollo capitalista, que para los marxistas-leninistas representa su "fase superior", y que se llama imperialismo. Éste supone efectivamente, como las formas precedentes, guerras inter-imperialistas por el reparto de los territorios colonizados o neocolonizados dependientes, y también representa una fase de desarrollo que históricamente sólo han alcanzado los capitalismos europeos, norteamericanos y japonés, mediante un largo proceso de acumulación del capital nacional, mostrando signos cada vez más agudos de límites de absorción del mercado interior y la necesidad de exportar los capitales fuera de las fronteras en territorios a la vez consumidores y explotables en mano de obra y en recursos.

Existe una definición sencilla del concepto marxista-leninista de imperialismo, resumido por la pluma de Lenin: "El imperialismo es el capitalismo en la fase de desarrollo en la cual ha tomado cuerpo la dominación de los monopolios y del capital financiero, ha adquirido una importancia de primer orden la exportación de capital, ha empezado el reparto del mundo por los trusts internacionales y ha terminado el reparto de todo el territorio del mismo entre los países capitalistas más importantes." (El imperialismo, fase superior del capitalismo).

Evolución del salario medio en China (en rojo)
Aquí hay que hacer una primera observación: China, por muy "abierta al desarrollo del capitalismo privado" que sea, sigue poseyendo en su sector estatal los mayores bancos nacionales. El Banco Popular de China sigue siendo el "banco central" del país, controlado directamente por el Estado (contrariamente al BCE por ejemplo, que es totalmente privado), y los otros cuatro grandes bancos, que siguen estando dedicados al financiamiento específico y orientados hacia sectores determinados según lo que marquen los planes gubernamentales, cotizan en bolsa pero siendo siempre controlados por el Estado (que posee la mayor parte de las acciones). Por lo tanto, estamos lejos de la hipertrofia vertiginosa del capitalismo financiero salvaje de los Estados Unidos o de la Unión Europea por ejemplo, en lo que respecta a la fase del desarrollo. Por otra parte, hay que apuntar que en China, el propio sector público, el sector de Estado, sigue representando el 25% de la economía nacional (aunque para el FMI sea "deficitaria", es decir "costosa", esta parte pública es financiada voluntariamente por el Estado gracias al desarrollo paralelo del capital privado, muy "rentable").

Una segunda observación: la cita de Lenin precisa hábilmente que exportar capitales (y por supuesto éste es el caso de China en los demás continentes) no "basta" para hacer que un país sea imperialista. Aún hace falta que esta exportación de capitales se convierta en dominante en la economía nacional, y sin embargo aún estamos lejos de las exportaciones gigantescas de capitales que determinan las actuales guerras de rapiña imperialistas en los territorios más jugosos en recursos energéticos, etc. En primer lugar, el mercado interior chino se ha desarrollado tanto, en gran parte por la reabsorción acelerada de la pobreza china, que la producción nacional no alcanza aún en su territorio los límites nacionales que han obligado a los rapaces de los Estados Unidos y de la UE a "repartirse el pastel mundial".

Además, los acuerdos económicos entre los países africanos por ejemplo y China no han adoptado las formas tomadas históricamente por los imperialistas colonizadores. Efectivamente, la frontera es notoriamente tenue en este tipo de acuerdos de nuevo tipo, entre exportación de capitales y ayuda al desarrollo. Décadas de ocupación colonial de los países africanos por Francia o Inglaterra notablemente, han alimentado a las grandes empresas metropolitanas sin proporcionar jamás a los países avasallados las infraestructuras necesarias para su propio desarrollo. Por ejemplo se encontrarán hoy junglas africanas sin ninguna ruta asfaltada, ¡pero que están jalonadas por postes para alimentar la red de "recargas telefónicas" de la compañía Orange! En cambio las obras chinas, en estos mismos países, desarrollan directamente la economía nacional (rutas y autopistas, grandes complejos hospitalarios, edificios y estructuras urbanas, infraestructuras que permiten la explotación de los recursos energéticos) y prevén con la mano de obra local una transferencia tecnológica y de competencias progresiva que interesa evidentemente a los países neocolonizados y bloqueados en su desarrollo por el neocolonialismo y por la deuda con los Estados Unidos o los países imperialistas de la UE.

Finalmente, no hay que olvidar que una parte importante del PIB chino es realizado por empresas privadas extranjeras. Según el razonamiento mecánico según el cual China estaría a la cabeza de los países imperialistas, ¡entonces también está a la cabeza de los países más penetrados por el imperialismo extranjero! No obstante, en este punto, las obras extranjeras que se han instalado en China emplean progresivamente cada vez más a ingenieros y técnicos chinos, lo que permite al país desarrollarse rápidamente mediante una transferencia de tecnología planificada por el Estado.

Por lo tanto, China está económicamente propulsada hacia adelante, con tasas de crecimiento muy importante (en comparación con las tasas de crecimiento de los países imperialistas, en crisis estructural desde hace tantas décadas), mediante el desarrollo de un capitalismo privado aun dominado por el Estado (capitalismo de Estado) bajo la forma de co-empresas, pero esto no quiere decir que se haya convertido en imperialista. No hay que confundir exportación de mercancías y exportación de capitales: China es uno de los países más industrializados del mundo, y por lo tanto de los más exportadores en términos de balanza comercial, pero está cada vez más orientada hacia su mercado interior, por lo tanto es potencialmente uno de los países menos forzados a exportar sus capitales dominando a sus vecinos.

Inversiones Directas Extranjeras de China hacia África (en negro) e Inversiones Directas Extranjeras totales de China (en gris). Se comprueba que las exportaciones de capitales chinos hacia África siguen siendo marginales en comparación con las inversiones hechas hacia otros países y notablemente en la UE.
La exportación violenta de capitales por el imperialismo se ha acompañado siempre de un "aseguramiento" militar de las vías comerciales concernidas, y ello desde las primeras transnacionales holandesas en el siglo XVII (por lo tanto bajo un capitalismo aún muy lejos de alcanzar la fase imperialista desde el punto de vista marxista). ¡Aquí se puede subrayar la aún extrema "timidez" del aseguramiento geoestratégico chino (que sólo tiene una base militar, en Yibuti) frente a la constelación alucinante de las bases militares estadounidenses, francesas y demás en todos los continentes del planeta! Incluso la India está construyendo una base militar en las islas Seychelles: ¿se hablará pronto de un imperialismo indio que molesta "nuestros" intereses?

Existe una diferencia muy clara entre un Estado anti-imperialista que sale del feudalismo, que se desarrolla y se enriquece para sacar – y ello es innegable – a un pueblo extremadamente numeroso y diverso, y un Estado imperialista que, para incrementar los dividendos de las finanzas salvajes, es capaz de cualquier cosa para alcanzar sus fines, incluyendo librar guerras de sumisión o de anexión en todos los continentes. Para uno, los derechos sociales y las conquistas sociales, adquiridas con la fase de consolidación socialista antes del derrumbamiento soviético, son garantizados constitucionalmente, y el impacto del capitalismo privado es minimizado sin cesar por el papel preponderante del Estado en el terreno social. Para el otro, estos mismos derechos, concedidos por una patronal atemorizada durante un tiempo por la solidez del campo socialista después de la guerra, se reducen sin cesar a medida que las todopoderosas finanzas se ensañan en su huida hacia delante para maximizar la tasa de beneficio mediante la guerra, el retroceso de los derechos democráticos y la explotación económica.

Evolución de la tasa de pobreza en China (porcentaje de la población que vive  con menos de 1,25 dólares al día)
Por lo tanto, basta con examinar el lugar y el papel del Estado bajo la dirección del Partido Comunista Chino en la economía, su control sobre el comercio exterior, sus esfuerzos por reformar las instituciones de Bretton Woods (FMI, Banco Mundial, OMC), su estrategia de "cesta de monedas incluyendo el yuan" contra el dólar y la máquina de hacer billetes USA para reducir la dependencia monetaria y su trabajo por establecer alianzas y cooperaciones económicas alternativas a la "globalización capitalista" bajo hegemonía estadounidense (BRICS, Consenso de Shanghái versus Consenso de Washington, etc) para concluir que China es la protagonista de una alternativa anti-imperialista que consiste en reorientar las armas de los imperialistas contra ellos mismo.

Esta táctica de China debe ser estudiada y comprendida como el resultado de una lectura de la correlación de fuerzas surgida tras la derrota del campo socialista que ha reducido a los supervivienes a definir una política y una estrategia de erosión progresiva de la dominación secular del imperialismo en el mundo, al tiempo que prepara los combates defensivos finales que siguen siendo inevitables.

Las inversiones de capitales en África de 2003 a 2013: la fantasía de la supuesta "Sináfrica" (rodeado en rojo, China)

 CAPITALISMO DE ESTADO BAJO EL CAPITALISMO Y BAJO EL SOCIALISMO

La constitución china considera al sistema económico nacional como una imbricación de sectores socialista, capitalista de Estado y capitalista privado. Pero el término de capitalismo de Estado es desde el siglo XIX objeto de controversia: el padre del anarquismo, Bakunin, ya consideraba el socialismo propuesto por Marx como una forma de capitalismo de Estado. La "oposición obrera", camarilla izquierdista de los primeros años del poder soviética, animada en particular por Trotski, acusaba a Rusia de adoptar un giro capitalista de Estado. Y hoy se encuentra a muchos comentaristas occidentales para acusar al Estado chino de sustituir a la burguesía para convertirse en capitalista "como las demás potencias imperialistas".

No obstante el capitalismo de Estado es una forma económica que nunca es pura en un sistema económico y se corresponde concretamente con la nacionalización de las principales empresas del país. La existencia de un sector público, que es en sí mismo una pérdida de beneficio para los especuladores ávidos de especulación para aumentar los precios y destruir los derechos de los trabajadores, es una opción que en sí no tiene significación fuera de su contexto histórico: los Estados Unidos de Roosevelt se vieron obligados a adoptar temporalmente tal sistema (el New Deal) después de la catastrófica crisis de los años 30. El propio Tercer Reich nacionalizó los sectores de la economía para preparar el país para la guerra durante la cual el capitalismo salvaje pudo expandirse sobre nuevas bases.

La URSS de Lenin dejó desarrollarse un sistema mixto (bajo control político obrero) durante la NEP para permitir la ruptura definitiva con el feudalismo y acumular las riquezas suficientes para sentar las bases del socialismo, lo que era entonces considerado como un "retroceso táctico" indispensable. Después de la guerra, también tuvimos muchas nacionalizaciones en Francia, fruto de una necesidad de reconstrucción del país (cosa de la que el capitalismo liberal es incapaz por definición) y de una correlación de fuerzas favorable en la lucha de clases.

Así, el capitalismo de Estado es una opción compleja, de naturaleza antiliberal (del cual uno de los aspectos puede ser keynesiano en los países capitalistas), y cuya orientación política depende de la correlación de fuerzas en la lucha de clases, de las necesidades históricas y materiales, de la clase en el poder, así como el estado de la crisis capitalista mundial masivamente destructora de fuerzas productivas. Es en este sentido que hay que comprender la parte capitalista de Estado del sistema económico chino, que en ausencia de campo socialista en estas últimas décadas, se corresponde con un "retroceso necesario" (como la NEP de Lenin con variantes evidentes de forma, de amplitud y de duración), permitiendo a China perseguir en el plano económico su salida definitiva del estado feudal inicial y colonial en el interior, al mismo tiempo que desarrolla acuerdos con los países del sur que permiten a estos últimos escapar hasta cierto punto del mundo unipolar impuesto por las viejas potencias imperialistas en crisis.

Fuente: http://cercles.communistes.free.fr/chb/publi/tracts/2018_09_01_chine.pdf

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