miércoles, 17 de octubre de 2018

Larga marcha: Caminar revolucionario sobre cinco cordilleras

Por Carmen Parejo   

 “El 16 de Octubre de 1934 se inicia una Larga Marcha, del sur hacia el norte del extenso territorio chino que culminará con el encuentro de los tres ejércitos que componían el Ejército Rojo dos años más tarde en Huining, al norte del país, tras recorrer 12500 km.”

Seguir adelante era la victoria

En Octubre de 2016  se festejaba el ochenta aniversario del encuentro de los tres ejércitos del Ejército Rojo de soldados y campesinos, considerado el culmen de la Larga Marcha. Durante los últimos años de la década de los 20 y principios de los años 30 del siglo XX se produce una persecución contra el movimiento obrero y el recién creado Partido Comunista de China, que rompe con los acuerdos de estos con el Kuomintang creados para defenderse conjuntamente de la agresión colonialista. Se refugian en bases situadas en las zonas rurales del sur y el centro del país, destacando el Soviet de Jiagnxi. En 1933, el gobierno de Chiang Kai-shek lanza una nueva campaña contra las bases revolucionarias resultando victorioso. El Partido Comunista Chino no tiene más remedio que replegarse.

Así, el 16 de Octubre de 1934 se inicia una Larga Marcha, del sur hacia el norte del extenso territorio chino y que culminará con el encuentro de los tres ejércitos que componían el Ejército Rojo dos años más tarde en Huining, al norte del país, tras recorrer 12500 km.


Incontables ríos y numerosas montañas

Para ello los valientes hombres y mujeres del Ejército Rojo no sólo tuvieron que combatir con el ejército del Kuomintang que los perseguía sino que tuvieron que hacer frente a un paisaje rudo, extenso y complejo.

Dieciocho cadenas montañosas, algunas de ellas nevadas durante todo el año y veinticuatro corrientes de agua fueron atravesadas por los valerosos soldados de la Larga Marcha. Detenerse no era una opción pese a los obstáculos. En 1934, consiguen romper la cuarta línea de cerco enemigo en el río Xiang con numerosas bajas que dejan al primer ejército con sólo 30000 hombres de los 86000 que habían salido de Jiangxi. A principios de 1935 se produce la reunión de Zunyi que supone la maduración del proceso revolucionario, y el Partido Comunista Chino plantea una nueva estrategia liderada por Mao Tse-Tung tratando de superar las divergencias internas y el caos inicial de la Larga Marcha.

En Gannan, en la provincia de Gansu, Mao improvisa su poema La Larga Marcha:

    “El Ejército Rojo no teme los rigores de una larga marcha, mil montañas, diez mil ríos no significan nada. Las Cinco Cordilleras para él son leves ondas y los colosales picos del Wumín, simples terrones que ruedan. Los tibios acantilados, coronados de nubes, que el río Arenas de Oro azota, las frías cadenas de hierro del puente que el Dadú atraviesan y más la nieve infinita del Minshán, nos alegran e incitan y cuando las cruzamos en cada rostro estalla la sonrisa.”

Pese al silencio mediático que el Kuomintang había impuesto en el verano de 1935 ya es imposible que los periódicos nacionales no hablen en toda China de la victoria del Ejército Rojo.

En agosto de 1936 Mao organiza a través del departamento político del primer ejército el departamento editorial que hace un llamado a los soldados para que contaran su experiencia durante la larga marcha. Más de doscientos artículos serán recogidos en un libro que inicialmente se tituló 12500km y posteriormente Registro de la Gran Marcha del Ejército Rojo. A su vez el periodista estadounidense Edgar Snow internacionaliza la imagen de Mao y de la Larga Marcha con la publicación de su libro Estrella roja sobre China en 1937.

El caminar, a veces en círculos, les llevaba en muchas ocasiones a encontrarse varias veces con los mismos poblados, y el tratamiento que recibieron de los campesinos que habitaban esos pueblos sirve de ejemplo para mostrar el espíritu de la Larga Marcha y su evolución.
Entre los relatos de los testigos de la Larga Marcha destaca el profundo respeto de los soldados que se refleja en esta canción sobre las estrictas normas para que imponía el Ejército Rojo:

    1. Cierren las puertas cuando abandonen una casa.

    2. Devuelvan y arrollen las esteras de paja.

    3. Sean corteses y amables con la gente y ayúdenla.

    4. Devuelvan los artículos prestados.

    5. Sean honestos en todas las transacciones con los campesinos.

    6. Paguen todos los artículos comprados.

    7. Sean limpios, pongan las letrinas a una distancia prudencial de las casas.

A su vez los poblados campesinos pudieron sanar por primera vez enfermedades que en las ciudades ya eran curables pero que para ellos aún seguían siendo mortales gracias a la ayuda de los soldados del Ejército Rojo.

El respeto a las comunidades que iban visitando y el espíritu de lucha y de constancia llevó a muchos de esos campesinos a unirse a la Larga Marcha, convencidos de la gran tarea que estaba librando el Partido Comunista Chino por la liberación y la dignidad de sus pueblos.


Cuando el sacrificio sirve de inspiración

La Larga marcha es por tanto un equipo de difusión forjado con las vidas de cada uno de sus participantes, que recorrieron el vasto y extenso territorio chino, no exento de dificultades naturales, militares y políticas; pero fortalecidos por el convencimiento de la necesidad revolucionaria, con una férrea disciplina de respeto hacia los pobladores que encontraban en su camino y aprendiendo a cada paso a comprender la realidad china y las contradicciones de su momento. Un pueblo compuesto fundamentalmente por campesinos muy pobres que trabajaban de sol a sol, marginado y aislado, ajeno a los lujos de las grandes ciudades. Invadidos por el colonialismo, abandonados y perseguidos por los nacionalistas y atacados por las incesantes agresiones japonesas. Un pueblo glorificado en la Larga Marcha del Ejército Rojo de Soldados y Campesinos cuyo sacrificio marcará el rumbo revolucionario del país a través de la comprensión del mismo y teniendo claro su objetivo.
Un sacrificio que no debemos olvidar y que hoy en día debería servirnos de inspiración para recorrer caminos ya recorridos y otros nuevos que nos esperen con el convencimiento y la valentía de estos soldados que hace más de 80 años dieron una lección de compromiso y de constancia al caminar la revolución.

16-10-2018

Fuente: Revista La Comuna

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