Por Jorge Fernández
El cónclave chino-africano de este año no solo revela el consenso alcanzado en temas internacionales y regionales, sino que anuncia con contundencia al mundo que China y África avanzan tomados de las manos rumbo a la construcción de una comunidad de destino compartido.
La Cumbre de Beijing 2018 del Foro de Cooperación China-África (FOCAC por sus siglas en inglés) se ha consolidado hoy, a 18 años de su creación, como un puente que conduce a la definición y ejecución de iniciativas dinámicas para una mayor cooperación.
Las 8 líneas de acción presentadas por el presidente de China, Xi Jinping, evidencian la madurez del cónclave y el compromiso que China asume para estimular el desarrollo y la revitalización del coloso africano.
África, “tierra de gran promesa” y continente “lleno de esperanza”, como lo describió el mandatario chino, es un gigantesco bastión que evidencia la responsabilidad de China como gran país de materializar un desarrollo conjunto y un beneficio compartido para todos.
Una suma de 60.000 millones de dólares respaldará el cumplimiento de las 8 iniciativas del presidente Xi Jinping, que incluyen la promoción industrial, la conectividad de las infraestructuras, la facilitación del comercio, el desarrollo verde, la capacitación, la asistencia sanitaria, los intercambios humanos y la paz y la seguridad.
El pronunciamiento hecho por el presidente Xi en el marco del FOCAC revela a estrategas internacionales que China no ve a África como un aliado o como una colonia para explotarse sino que, por el contrario, ve al continente como a un miembro más de su familia.
Esta hermandad, no obstante, está lejos de imponer voluntades o condiciones, o de sacar beneficios materiales o inmateriales de manera parcial. En voz de Xi Jinping,"China sigue el principio de ofrecer más y tomar menos, ofrecer antes de tomar y ofrecer sin pedir nada a cambio”.
La esencia del pensamiento de Xi Jinping para África va más allá de las tres ediciones del FOCAC. El mandatario chino ha integrado en sus palabras las experiencias acumuladas entre China y el continente africano, no solo aquellas comprendidas en los últimos 18 años, sino aquellas que se remontan a épocas pasadas cuando ambos colosos luchaban por librarse del yugo hegemónico de potencias extranjeras.
China, al igual que África, comparte una historia de saqueos y vejaciones. Y es por ello que hoy China forma con África un conjunto solidario, uno en el que no hay razas, colores o credos, que aspira a la construcción de un destino compartido para la humanidad y que se aleja de las aberrantes historias de un pasado colonial. El FOCAC es muestra de ello.
5-9-2018
Enlace: http://spanish.china.org.cn/txt/2018-09/05/content_62277038.htm
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