domingo, 28 de julio de 2013

¿Qué fue del gato de Deng? (y algunas otras cuestiones sobre China)

El siguiente artículo de Peter Franssen, forma parte de una serie que de artículos que está publicando en su página web (http://infochina.be/fr), que va dedicada a la criminalización y la distorsión de la realidad china por los medios de comunicación y los ideólogos burgueses en Occidente. Los primeros artículos, entre los que se encuentra éste, van dedicados en parte a la figura del camarada Deng Xiaoping, figura histórica sin duda vilipendiada y calumniada injustamente hasta el día de hoy. Y ello se debe sobre todo a que aquellos que se han reclamado del marxismo-leninismo (véase incluso del llamado "pensamiento de Mao Zedong") en este lado del hemisferio se han agarrado a lo que decían los maoístas de su propia realidad en China. Y a consecuencia de ello, la caracterización política de Deng que se importó de China es la que hicieron los maoístas en su día. Es decir, la de un personaje arribista, oportunista, desprovisto de todo principio socialista, un elemento derechista "restaurador del capitalismo", algo así como el "Jruschov chino" para quien gusta de hacer extrapolaciones absurdas. Pero... ¿y si estuvieran equivocados? ¿Y si esa caracterización de Deng hubiese sido fruto de opiniones demasiado sesgadas? Bienvenida sea esta iniciativa de Peter Franssen para contribuir a un análisis científico de la figura histórica de Deng, alejado de prejuicios y de anteojeras doctrinales. 

En el mismo seno de nuestra sociedad, se está dando un debate sobre capitalismo y socialismo. La pregunta es la siguiente: ¿Aún podemos tirar para adelante con este sistema o los problemas del capitalismo son irresolubles? Los ideólogos y políticos occidentales quisieran dar por zanjado este debate. De ahí sus críticas hacia todas las fuerzas alternativas. China es una de éstas, precisamente.
Ocurre una cosa extraña. Aunque a decir verdad, es muy lógico. Cuando el socialismo o el comunismo cometen errores, los políticos e ideólogos occidentales claman: “¡Já! ¡Lo veis! ¡Cosa muy mala, este socialismo!” Pero cuando el socialismo consigue grandes logros y despierta admiración, entonces se nos dice: “Sí, pero, ¡ojo! Esto no es socialismo en absoluto, ¿sabe?”.
Pero también existen catedráticos prudentes en Occidente. Por ejemplo, Joseph Stiglitz, un profesor de economía americano. Stiglitz dice lo siguiente: “Los políticos occidentales aún no se han dado cuenta de ello, pero en secreto, en las entrañas de la sociedad, se están produciendo debates sobre el capitalismo y el socialismo. La crisis financiera y económica está levantando la cuestión: ¿Este sistema, que sigue causando problemas, es aún sostenible? ¿No deberíamos estar buscando otra cosa?”.
Y entonces he aquí un país tan grande como un continente, en el que la Unión Europea podría cabe unas tres veces. Quiero hablar de China, que ha sacado a 600 millones de personas de la pobreza y que, cada 7 u 8 años, multiplica por dos el nivel de vida de sus ciudadanos. ¡Y lo más grave, es que este país se llama a sí mismo socialista! Imaginad que la gente reciba en sus manos un libro serio sobre China y que lean más o menos lo contrario de lo que ellos viven a diario y que a continuación, descubran que este milagro se llama.... ¡socialismo! No quiero decir aquí que todos nosotros debamos convertirnos en chinos o que debamos copiar alguna especie de modelo chino  ni mucho menos, de hecho no quisiera tener que comer comida china todos los días  pero aún así podríamos ver las diferencias entre el capitalismo de aquí y el socialismo en China: ¿se da también el caso allí de que la gente deba hacer sacrificios "para salvar el futuro" y que el Estado deba plegarse, véase arrodillarse, ante las grandes empresas? Pero, dicen nuestros ideólogos, esta comparación no se puede hacer en ningún caso. Es en este momento cuando llega la fórmula mágica: China no es socialista, en absoluto, en realidad es capitalista también y, por consiguiente, el éxito de China es también el éxito del capitalismo. O del capitalismo de Estado, o del capitalismo con características chinas... Llámenlo como ustedes quieran, pero en cualquier caso, es capitalismo. El problema que tienen estos ideólogos es el siguiente: ¿cómo introducir esto en el cerebro de la gente? Para ello, necesitan todo un arsenal de clichés, de medias mentiras, distorsiones y manipulaciones.

El mejor invento, es lo que realmente ha pasado. Imaginad que soy un periodista de la CCTV, la televisión china. Por naturaleza, soy una mala persona y quiero demostrar que Bélgica es un país de mendigos. Entonces, acompañado por mi cámara y mi técnico de sonido, hago el trayecto de e Bruselas-Norte hasta la estación de Bruselas-Sur y que entrevisto a diez mendigos. Cosa que no resulta nada difícil, puesto que a lo largo del eje Norte-Sur de Bruselas uno se encuentra a multitud de mendigos. Por la tarde, algunos cientos de millones de personas ven mi reportaje y concluyen: ¡que me parta un rayo si sabía que Bélgica era un país de mendigos!

De esta misma manera, se puede hacer de China un país horroroso. Podéis alinear toda una serie de hechos que habéis reunido, a cada cual más chocante, y concluir: "Veis, he aquí las consecuencias del socialismo". Esto también se puede hacer desde otro ángulo de incidencia. Si usted es partidario de la economía planificada pura y dura, podéis señalar del dedo todos los fenómenos negativos que habéis descubierto y decir: "He aquí el resultado de la economía de mercado en China". ¿Hay corrupción? ¡Ah, es una consecuencia de los elementos de mercado! ¿Hay contaminación atmosférica? ¡Ah! Misma respuesta. ¿Hay sobreproducción en tal o cual sector? Estamos en las mismas. Como sabéis, el mundo puede ser muy sencillo.

China es un país particularmente grande. Uno de cada cinco habitantes del planeta es chino. Es fácil encontrar fenómenos negativos o hacer juicios estúpidos. Los ideológos occidentales se afanan en buscarlos y ofreceros todo lo que hay de negativo. Mientras tanto, los centros de investigación occidentales deben admitir que más del 80% de los chinos apoyan la política de su gobierno. En los Estados Unidos, no llegan ni al 30%. Y mientras tanto, el antiguo presidente sudafricano Mbeki declara "La esperanza de África se sitúa en la plaza de la Paz Celestial [Plaza de Tiananmen - nota del traductor], en Beijing."

Pero todo esto, no tenéis que saberlo, y sobre todo no tenéis que reflexionar sobre ello. Porque entonces se le podrían ocurrir ideas extrañas. Lo que necesita es estar inmerso cotidianamente en un baño cuyo nombre es  como lo formuló esa vieja bruja de Thatcher  "TINA! There Is No Alternative for capitalism!"
En esta mini-serie, podréis descubrir algunos ingredientes necesarios en la receta del jabón para lavarnos el cerebro. Empezaremos por Deng Xiaoping, el mascarón de proa de la segunda generación de dirigentes del partido. 

"La esperanza de África se encuentra en la plaza de Tian'anmen" (Thabo Mbkei )


¿Qué fue del gato de Deng Xiaoping ? 
Esto es lo que tenéis que creer, según los ideólogos occidentales: los dirigentes chinos son totalmente desprovistos de principios. No son más que oportunistas de primera clase. Giran según como sople el viento como una veleta. Aquí, el campeón de todas las categorías era Deng Xiaoping, con su gato que tenía que cazar ratones. Los dirigentes que le sucedieron están hechos de la misma pasta.

La frase de Deng Xiaoping que dice que no importa que un gato sea negro o blanco, mientras cace ratones, ha terminado por adquirir existencia propia, al margen del contexto en el que fue pronunciada. 

A mediados de 1958, el Partido Comunista Chino (PCCh) lanzaba el Gran Salto hacia Adelante. Fue una campaña económica que apuntaba a alcanzar a los países occidentales en poco tiempo. Ello se hizo, entre otras cosas, incorporando en un tiempo récord a la población campesina en comunas. La explotación familiar en la agricultura fue reemplazada por la comuna donde se tendía a la mayor igualdad posible. De allí resultó una catástrofe económica. Por otro lado, durante este periodo el país fue asolado por importantes sequías, por lo que millones de personas murieron de hambre y agotamiento.

El Gran Salto era una iniciativa de Mao Zedong. Deng apoyó la campaña y criticó a los cuadros del partido que consideraban que no era una política razonable. En octubre de 1959, aún declaraba: “Algunas personas de derecha no quieren reconocer los logros notables del Gran Salto. Sacan provecho de los errores y los utilizan como pretexto para atacar a la línea del partido. El movimiento de 1958 reforzó la construcción económica. Pero la gente de derecha cierra los ojos e insiste en el hecho de que el campo ha sufrido consecuencias catastróficas. Dicen que el nivel de vida sólo podrá ser mejorado si se suprimen las comunas. En cambio, las masas consideran que han traído un gran progreso”.

Pero la situación se iba a volver cada vez más insostenible. En 1961, Deng se iba a ver a los campesinos, al igual que Mao Zedong y otros importantes dirigentes. Deng vuelve con la prueba irrefutable de que la política empedernida consistente en querer llegar al comunismo a una velocidad relámpago no se adapta a la realidad sobre el terreno. Es en este momento cuando pronuncia las siguientes palabras: "Temo que, en lo que respecta a la realidad de las relaciones de producción, debamos verificar si uno u otro método no está en condiciones, en una región o en otra, de enderezar la situación y restaurar la producción agrícola. Y si los campesinos quieren este método, entonces debemos aplicarlo. No importa que un gato sea rojo o negro, mientras pueda cazar ratones." Esta frase sobre el gato, Deng la tomó prestada del mariscal Liu Bocheng. Éste la había utilizado años antes durante un debate sobre la táctica que el Ejército Popular tenía que seguir para luchar contra los invasores japoneses. Liu entendía por ahí que el objetivo era el de ganar la guerra y que la táctica empleada no tenía gran importancia. 


Instrumentos de la edificación socialista

Más tarde, Deng Xiaoping nunca volvió a emplear esta expresión, pero estuvo persiguiéndole hasta nuestros días. La frase del gato significa: si un método dado no contribuye a resolver el problema, tenéis que elaborar otro, incluso si ello puede ir en contra de lo que consideráis como ideal. En la China de entonces se libraba un debate sobre los principios socialistas. Algunos decían que nunca se podría abandonar el principio de siempre crecer continuamente hacia  relaciones socialistas en la economía: cada vez más organización colectiva, cada vez menos iniciativa privada. Un paso atrás en lo que en la teoría se llamaban los sacrosantos principios socialistas equivalía para ellos a una traición. Otro grupo decía: la gente pasa hambre y les vemos caminar en harapos; manifiestamente, debemos abordar este problema en primer lugar, y si esto significa que debemos frenar o demorar el ascenso hacia la colectivización, que así sea. Esta segunda corriente, más pragmática, era mayoritaria en el seno del PCCh en los años 30. Hasta la segunda sesión del Comité Central elegido en el VIII Congreso, en 1956. Durante esta sesión, Mao Zedong, que por entonces contaba con la ayuda de Deng Xiaoping, hizo aprobar el Gran Salto Adelante, en contra del espíritu y la línea de las decisiones del VIII Congreso, tomadas casi por unanimidad. Desde entonces y hasta la muerte de Mao en 1976, la primera corriente fue mayoritaria. Primero lanzó el Gran Salto Adelante, y poco después la Revolución Cultural – dos periodos muy negativos en la construcción socialista. Más tarde, en 1976-1978, la segunda corriente conoció un reflujo y China pudo iniciar su política de reforma y apertura.

¿Es la frase del gato la demostración de que Deng Xiaoping era un vulgar oportunista? Deng también había defendido y repetido otra posición: "Nuestros cuatro grandes principios son: atenerse al socialismo, a la dictadura democrática, a la dirección del Partido Comunista y al marxismo-leninismo pensamiento de Mao Zedong. Si no nos mantenemos leales a estos cuatro grandes principios, nuestros esfuerzos por combatir a la extrema izquierda se transformarán en una puesta en cuestión del marxismo y del socialismo."

Otra frase repetida a menudo por Deng es la siguiente: "China debe abrir sus puestas a Occidente, pero también debemos darnos cuenta de que el que abre la puerta de su casa también deja entrar a las moscas y los mosquitos". Por ahí entendía: las circunstancias nos hacen elegir tener un comportamiento particular; debemos tener presentes sus consecuencias positivas y negativas, el bien que puede derivar de ahí y los peligros que comporta esta estrategia.

sábado, 27 de julio de 2013

Algunas lecciones sobre la "Revolución Cultural"

A continuación presentamos una selección de extractos de un interesante artículo escrito y publicado por el compañero José María Rodríguez en su página web (www.socialismocientifico.com) sobre la "Revolución Cultural", probablemente uno de los episodios de la Revolución China que mayor debate ha suscitado. El artículo no es excesivamente elaborado y tiende a la simplificación, pero nos ofrece unas breves pautas para poder empezar un análisis crítico de aquel célebre hecho histórico. El autor del artículo me perdonará por haber hecho algunas correcciones de estilo. Por lo demás, lo he dejado tal cual, pese a que no necesariamente comparta todo lo que dice. Pero bienvenido sean los aportes para elaborar un análisis crítico de la Revolución Cultural, episodio histórico del cual se habla tanto pero se sabe tan poco. 

Revolución Cultural: culto feudal al líder

En 1966 se desencadenó en China la “Gran Revolución Cultural Proletaria” que duraría en la práctica hasta 1976. Ese acontecimiento tuvo una enorme repercusión no sólo en China y el Tercer Mundo, sino también en todo el hemisferio occidental.

Al igual que muchos comunistas chinos encabezados por Mao Zedong, muchos comunistas en Occidente estaban muy descontentos por el papel de Jruschov lanzando graves acusaciones contra Stalin una vez muerto éste. Para una parte minoritaria de quienes entonces militábamos en organizaciones comunistas en España, la Revolución Cultural en China suponía un ¡basta ya! contra las desviaciones del marxismo-leninismo de la nueva dirección de Jruschov.

También era un insulto inaceptable al marxismo-leninismo la unidad ideológica entre la nueva dirección soviética y el imperialismo estadounidense en contra del máximo dirigente artífice de la victoria contra el nazismo, José Stalin (es significativo que en aquellas fechas en la España de la dictadura terrorista de Franco, los trotskistas y anarquistas, tan abundantes hoy, prácticamente no existían).

En España ello se unía, como gota que colma el vaso, al aspecto esencial del descontento: la política de colaboración con la oligarquía de la dirección del PCE dirigido por Santiago Carrillo que presuponía la reforma de la dictadura del capital monopolista.

Pero la mayoría del movimiento comunista occidental, y español, continuó al lado de la nueva dirección soviética, emergiendo a partir de ahí el llamado “eurocomunismo” y posteriormente a la llegada de Brezhnev los llamados partidos “pro-soviéticos”.

El “Gran Salto Adelante”

Aunque la revolución cultural china tuvo características más destructivas y prolongadas, ésta tuvo un antecedente: el “Gran Salto Adelante”. Este fue un movimiento que duró unos dos años para aumentar la producción de manera máxima, especialmente la de acero, en la industria y también de productos agrícolas en el campo. Sus resultados prácticos fueron un fracaso. Hubo un gran aumento de la producción de acero, pero gran parte de la misma era de escasa o nula calidad, y en detrimento de otros sectores en los que muchos trabajadores dejaban de dedicar algún tiempo para aumentar la producción de acero. El acero era fabricado por todas partes, ciudades, pueblos y comunas, llegando a mezclar diferentes metales en hornos caseros durante el proceso de fundición. Ello hizo que buena parte del acero producido fuera de mala o muy mala calidad.

En el campo se llevó a cabo la colectivización, y para aumentar la producción se ideó la matanza de pájaros para evitar que se comieran las semillas. Pero ello produjo una baja espectacular en la producción agrícola de 1959 debido a que al disminuir en gran cantidad los pájaros, aumentaron en gran cantidad los insectos que provocaron enormes pérdidas (lo que se añade al tiempo dedicado por los campesinos a crear fundiciones caseras para el acero).

El fracaso del Gran Salto Adelante supuso una relativa autocrítica de Mao y su desplazamiento del trabajo diario del gobierno hacia Liu Shaochi y Deng Xiaoping. Pero el desencadenamiento de la Revolución Cultural en 1966 supuso la reafirmación de Mao y la eliminación política total o parcial de quienes habían restaurado el orden socialista y el desarrollo económico en el país de 1960 a 1966.

La “Gran Revolución Cultural Proletaria”

La “Revolución Cultural” china consideraba que para evitar el peligro de restauración capitalista en China, que Mao Zedong ya veía inevitable en la URSS, era necesario continuar considerando la lucha de clases como la tarea central. Por lo tanto, había que continuar el proceso de agitación y propaganda, de educación ideológica de la revolución proletaria, eliminando a los seguidores del “camino capitalista” dentro del partido y en la sociedad.

Es más, se consideraba que en el futuro habría de haber más revoluciones culturales para evitar el peligro de restauración. En el proceso de la Revolución Cultural adquirieron especial protagonismo por un lado Lin Biao, elegido por el propio Mao como sucesor y editor del Libro Rojo de Mao, que intentó posteriormente apartar a Mao. Lin Biao se vio desautorizado y descubierto al preparar un intento de golpe de Estado y murió huyendo en vuelo hacia la URSS en 1971. Por otra parte, estaba la llamada Banda de los Cuatro (según la definición del propio Mao a mediados de la década de los 70) formada por la esposa de Mao y otros tres dirigentes.

Lin Biao y la Banda de los Cuatro crearon un ambiente de fanatismo alrededor de la figura de Mao, estimulando el culto feudal a su persona, dotándolo de supuesta infalibilidad divina. La Banda de los Cuatro llegó a formular la consigna antimarxista del “todo lo que sea”, formulada en el editorial titulado “Estudiar bien los documentos para aprehender la clave”: “Debemos mantener con firmeza todo lo que sea una decisión que haya sido tomada por el Presidente Mao y seguir invariablemente todo lo que sea una instrucción que haya sido impartida por él”.

Al mismo tiempo, consideraban que “es preferible ser rojo a ser experto”, “es preferible un trabajador sin cultura”, “poseer más conocimientos es ser más reaccionarios” y etiquetaron como “enemigos número 1” e “intelectuales burgueses” a los intelectuales, artistas, técnicos y científicos, enviando a gran cantidad de ellos a trabajar en el campo para “reeducarse”, haciendo retroceder el nivel de la ciencia, de la tecnología y la cultura en toda China.

Durante la Revolución Cultural se impulsó el sistema de distribución del “igualitarismo” de “comer todos de una olla común”, se eliminó de hecho la autoridad de las organizaciones del partido suplantándola por las decisiones de “comités revolucionarios” y de los “guardias rojos”, se eliminó la autoridad jerárquica del Estado suplantándola por las “movilizaciones revolucionarias de las masas” y se ensalzó el llamado “comunismo de la pobreza”.

Como consecuencia de todo ello, muchos comunistas y personas de las masas fueron etiquetados como “contrarrevolucionarios” y fueron víctimas de una represión arbitraria.

Lin Biao y la Banda de los Cuatro, artífices de la involución temporal de la Revolución China

El socialismo con características chinas

El 4 de abril de 1976, tres meses después del fallecimiento de Zhou Enlai, tuvo lugar en Beijing y en otras ciudades del país un amplio movimiento de masas en memoria de Zhou Enlai, en protesta contra la Banda de los Cuatro y en señal de rechazo a las críticas contra Deng Xiaoping. El gobierno limitó las demostraciones de duelo, lo cual originó una gran concentración de protesta en la Plaza de Tian an men. El movimiento fue  reprimido por Banda de los Cuatro, y a pesar de ser calificado por Mao de “incidente contrarrevolucionario”, sentó las bases de masas para la liquidación de la Banda de los Cuatro y el final de la Revolución Cultural.

En diciembre de 1978, la III Sesión Plenaria del XI Comité Central sentó las bases teóricas y prácticas decisivas para iniciar el proceso de reforma y apertura y la construcción del socialismo con características chinas. A partir de esa sesión histórica y en los años siguientes se tomaron las siguientes medidas:

Se desplazó el centro de actividad del partido y del gobierno a las cuatro modernizaciones de la agricultura, industria, tecnología y defensa, guiadas por los cuatro principios fundamentales (persistir en el camino socialista, persistir en la dictadura del proletariado, persistir en la dirección del Partido Comunista y persistir en el marxismo-leninismo y el pensamiento de Mao Zedong).

Se desechó que la lucha de clases y una nueva revolución pudieran ser las tareas centrales, por ser ello contrario al carácter socialista de la realidad de China y al marxismo. Una vez tomado el poder, la contradicción esencial pasa a ser la existente entre el débil y limitado desarrollo de las fuerzas productivas y las crecientes demandas del pueblo.

Se restauró la dirección del partido y la disciplina jerárquica en el ejército, considerando anarquismo los intentos de suplantarlos con comités paralelos o “movilizaciones de las masas” y “dazibaos”. Se rehabilitaron las personas y dirigentes víctimas de la represión arbitraria durante la Revolución Cultural.

Se descartó el “igualitarismo” de “comer todos de una olla común” por ser un criterio de distribución ajeno tanto a la fase socialista (a cada cual su trabajo) como a la comunista (a cada cual según sus necesidades). Se determinó que China se encontraba en la fase primaria del socialismo y que dicha fase podría durar 100 años desde la creación de la República Popular. Sobre esa base se estableció el sistema de distribución sobre la base de la aportación práctica, concreta, de cada cual al desarrollo de las fuerzas productivas, y no sobre la base de su posición política teórica. Teniendo en cuenta el gran peso de miles de años de feudalismo en la sociedad china, se impulsó las inversiones extranjeras y la existencia del sector de la economía privada para estimular la competitividad y la iniciativa y como complemento necesario y estímulo de la columna vertebral de la economía estatal y pública socialista.

Se desechó el concepto de “comunismo de la pobreza” por considerarse ajeno al marxismo-leninismo y al pensamiento de Mao Zedong. La sociedad comunista es lo contrario a la pobreza, presupone la gran riqueza material y espiritual de la sociedad. La sociedad socialista, en esa dirección, no puede ser considerada como tal si no avanza en las satisfacciones materiales y espirituales de las masas y no es capaz de eliminar con relativa rapidez la pobreza y las escasez heredadas del viejo sistema social.

En el terreno teórico, se desecharon los pronunciamientos teóricos al margen de la práctica y del desarrollo de las fuerzas productivas, como algo ajeno al marxismo y las necesidades de las masas de China. Se combatió como propio del feudalismo el culto a las personas, por muy eminentes que éstas sean, el fanatismo y las actitudes patriarcales. Se asumió que la educación ideológica para que las masas hagan suyo el socialismo, sólo tiene eficacia en la medida que va acompañada y precedida por el desarrollo material para eliminar la pobreza y la escasez, sin lo cual queda en palabrería vacía.

El camarada Deng Xiaoping, héroe del pueblo, enterrador de la Revolución Cultural y artífice del despegue económico del socialismo con características chinas

Con respecto a Mao Zedong, se hizo una evaluación de su obra como 70% positiva y 30% negativa, considerando que el pensamiento de Mao Zedong prevaleció sobre los errores de los últimos años de su vida. Se estableció que un condicionante esencial de dichos errores de Mao fue el largo periodo de varios siglos de feudalismo en China, con la consecuencia del culto fanático a su personalidad permitido por él, y de las actitudes patriarcales, lo cual originó su separación con respecto de la realidad objetiva, de las masas y de sus necesidades reales. La elección personal de sucesores como Lin Biao y Hua Kuo-feng es una práctica propia del feudalismo, inferior incluso al capitalismo.

El pensamiento de Mao Zedong representa todo lo correcto que hizo en su vida, especialmente la aplicación y desarrollo del marxismo-leninismo a las condiciones de China en los terrenos del carácter de la Revolución China que posibilitó la toma del poder y el aplastamiento de la supremacía del imperialismo y el feudalismo, la estrategia y la táctica con su sucesiva política de alianzas, la filosofía, especialmente la existencia universal de la contradicción en sus diferentes niveles, la relación entre práctica y teoría y el desarrollo del concepto marxista del conocimiento en base a buscar la verdad en los hechos y la política internacional sobre la base de la teoría de los tres mundos. Los errores de Mao Zedong en los últimos años de su vida estaban en completa contradicción con el pensamiento de Mao Zedong.

Se consideró que puesto que el feudalismo es una etapa histórica anterior e inferior al capitalismo, suponía intentar dar la vuelta al carro de la historia a preferir la pobreza extrema y la ociosidad (el comunismo primitivo de la Banda de los Cuatro) a la iniciativa privada y a la creación de empresas competitivas exigentes con una moderna gestión y producción.

En ese sentido, la existencia de determinadas formas capitalistas sometidas a la columna vertebral estatal y pública del estado socialista en la sociedad china es inevitable en el proceso histórico hasta eliminar todo vestigio de feudalismo y consolidar la modernización. La existencia de empresarios del sector privado en países socialistas como China o Vietnam durante todo ese periodo no supone la existencia de la burguesía como clase en la medida que no pueden realizar actividades contrarias al Estado socialista, ni pueden controlar el sistema financiero ni la economía central de la nación. En todo caso la existencia de ese sector privado es siempre preferible a tener la mitad del terreno cultivable en el campo, ocioso, sin trabajar, como ha pasado y se está rectificando ahora en Cuba.

La apropiación privada de plusvalía no se realiza solamente en el marco de las empresas y empresarios privados. Mucho más ocurre bajo el sistema de distribución “igualitario” de “comer de una olla común” de la “Revolución Cultural”. Quien no trabaja se apropia de la plusvalía de quienes trabajan. Quien trabaja menos se apropia se la plusvalía de quien trabaja más. Con el agravante de que al final, el resultado es que no trabaja nadie o todos trabajan lo mínimo.

Respecto a la reunificación de la patria, su materialización sólo sería factible sobre la base de “un país, dos sistemas”. El desarrollo de la República Popular China es indispensable para materializar la reunificación y no sólo bastan las declaraciones patrióticas pues el mejor patriotismo es el desarrollo. Del mismo modo, debido al reconocimiento de las diferencias del punto de partida entre los territorios, se establece un estatus de verdadera autonomía durante al menos 50 años.

En el terreno internacional, se reafirma que China nunca será una superpotencia independientemente de su nivel de desarrollo. Se ratifica la coexistencia pacífica y se elude todo reconocimiento entre Estados en base a ideología, partiendo de la base de que sólo cada pueblo puede decidir su propio camino, porque sólo cada pueblo y cada partido en cada país puede llegar a conocer su realidad social y posibilitar su transformación. El origen de esta posición es el criterio marxista de que, en general, los factores determinantes en el desarrollo de los fenómenos son los internos. Como consecuencia, el conocimiento sólo puede adquirirse mediante el contacto permanente con la propia realidad social y la lucha para transformarla.
El valor real o ficticio de las autodefiniciones solo puede ser avalada por la práctica social de cada momento en el propio país, y si sirven o no al desarrollo de las fuerzas productivas en beneficio de cada pueblo bajo el socialismo, o a la transformación social y cambio de clases en el poder bajo el capitalismo. Del mismo modo, en la política internacional, la imposición extranjera por la fuerza a otros pueblos, no puede ser justificada o aprobada en nombre de una ideología, sea cual sea, y se torna a la corta o a la larga en contra de ésta. [...]

Conclusiones

La realidad actual demuestra en la práctica varios aspectos importantes:

La política de reforma y apertura en China ha sacado de la miseria a 500 millones de personas en 30 años en un país un 23% de la población mundial y sólo el 7% del terreno cultivable. Y ello sin hacer invasiones a otros países, y con una política de igualdad y beneficio mutuo, de ganar-ganar con todos los países, especialmente con el tercer mundo. Es un caso único en la historia de la humanidad, un país que emerge con tal rapidez de manera pacífica a pesar de las continúas provocaciones externas tanto de los imperialistas como de “izquierdas radicales y/o “comunistas” (verdaderos anarco-trotskistas) estimulados de hecho por el imperialismo y la permanente campaña anti-China de sus medios totalitarios de manipulación de masas de Occidente.

La derrota de la “Revolución Cultural” supone la derrota de la ideología feudal en China y la recuperación del marxismo elevándolo y desarrollándolo a un nivel superior.

Las etapas históricas, sociedades primitivas, esclavismo, feudalismo, capitalismo, socialismo y comunismo son sucesivas y no se pueden obviar.

El mayor aporte al internacionalismo hoy es el desarrollo socialista de casi la cuarta parte de la humanidad ante el panorama de recesión del capitalismo internacional.

En la práctica, y cada vez más China se convierte en el referente principal de la lucha por su emancipación en el tercer mundo y en los países socialistas. Sin embargo, China no pretende guiar a los demás países, ni decir a los demás lo que han de hacer. Algunos países socialistas han tenido también ellos que rectificar sus anteriores políticas para intentar superar el estancamiento, y eliminar sus graves ataques a la República Popular China.

De la misma manera que en la lucha de clases existe una vanguardia comunista y ésta no puede deshacerse esperando que el conjunto de las masas adquieran espontáneamente el nivel ideológico, político y organizativo del partido, en la construcción económica socialista es necesario que la vanguardia de los más esforzados y abnegados trabajadores abran la brecha en el desarrollo material y alcancen su elevación profesional y productiva, y por tanto su bienestar económico.antes que el resto, sirviéndole de ejemplo y gracias a su esfuerzo.

La madurez de una ideología es como la de las personas. Se adquiere con el sucesivo conocimiento del análisis de la práctica que se vive y transforma, especialmente, de las lecciones de los fracasos.

jueves, 25 de julio de 2013

Bo Xilai procesado por sobornos, corrupción y abuso de poder


Bo Xilai, ex-secretario del Comité del Partido Comunista de China de la municipalidad china de Chongqing, fue acusado por aceptar sobornos, corrupción y abuso de poder, de acuerdo con la Fiscalía Popular de la ciudad de Jinan de la provincia orienta china de Shandong.

Los cargos se presentaron ante el Tribunal Popular Intermedio de Jinan hoy jueves.

Aprovechándose de su cargo como funcionario gubernamental, Bo ejerció su influencia para beneficiar a terceros y aceptó "una enorme suma" de dinero y propiedades, según el acta de acusación de la fiscalía.

También malversó gran cantidad de fondos públicos y abusó de su poder, perjudicando gravemente los intereses del Estado y del puebo, según la misma fuente.

Bo ha cometido crímenes muy graves y será procesado por haber aceptado sobornos, corrupción y abuso de poder, dice el documento.

El ex-dirigente de Chongqing ha sido informado de sus derechos legales y entrevistado por los procuradores. Sus abogados también entregaron sus opiniones, informó la fiscalía.

Fuente: http://spanish.china.org.cn/china/txt/2013-07/25/content_29524865.htm

*Nota de Manos Fuera de China: el autor del blog cree sinceramente que las acusaciones son ciertas. ¿Era Bo Xilai el abanderado de una corriente "maoísta" o "conservadora" en el seno del PCCh, como se dice aquí en Occidente? Tal vez. Pero ello precisamente nos vendría a indicar que existen grandes dosis de hipocresía y corrupción el seno del PCCh. Pronto publicaré un antiguo artículo que traduje el año pasado sobre este asunto. 

Ai Ping: ¿Está tomando China la vía capitalista?


Este brillante discurso, publicado en la web de Peter Franssen allá por el año 2010, que yo mismo traduje en su día, fue pronunciado por el camarada Ai Ping (que por entonces ocupaba el cargo de Viceministro del Departamento Internacional del Comité Central del PCCh - http://www.idcpc.org.cn/) en el XI Encuentro Internacional de Partidos Comunistas y Obreros que se celebró en Nueva Delhi entre el 22 y el 23 de noviembre de 2009. Así, por lo pronto, cabe decir en primer lugar que no se puede afirmar que el Partido Comunista de China se desentiende por completo del Movimiento Comunista Internacional, sean correctas o no sus posiciones. 

El discurso de Ai Ping, que probablemente sorprendió a muchos de los presentes por su claridad y sinceridad,  tenía por tema central el siguiente: "¿Si sacamos lecciones del capitalismo, ¿ello significa que le damos la espalda al socialismo?", contestando a los reproches según los cuales China habría abandonado por completo toda idea de construir el socialismo. El discurso también versa sobre la crisis estructural del capitalismo en China, las políticas emprendidas por el gobierno chino para hacer frente a su impacto de manera favorable a las masas trabajadoras, así como las últimas medidas tomadas por el Partido Comunista en su construcción interna. 

No es más que un breve discurso, en un seminario en el que intervinieron muchos, por lo que en sí mismo no no profundiza demasiado a la hora de argumentar el por qué de las reformas en China desde 1978. Por su brevedad, tiende a simplificar las cosas. Pero como este blog lleva poco tiempo de existencia, no es un mal inicio para empezar a comprender la política del PCCh. Y también para constatar al menos que el grupo dirigente del PCCh sabe perfectamente qué es el capitalismo y cuáles son sus límites. Y como podréis observar, muchas de las medidas promovidas por el PCCh para hacer frente a la crisis son similares a las que propone cierta izquierda reformista en España. Con la salvedad de que en China el Partido Comunista tiene el poder, mientras que en España no. 

Queridos delegados,

Para empezar, quisiera transmitiros los saludos cordiales de todos los miembros de la sección internacional del comité central del Partido Comunista de China (PCCh) y de su secretario Wang Jiarui. Esta asamblea ofrece a los partidos comunistas del mundo entero una importante plataforma, permitiéndoles intercambiar informaciones e ideas y organizar debates sobre temas concretos.

En segundo lugar, me gustaría aprovechar la ocasión para poneros al corriente de los nuevos desarrollos en China así como de las decisiones recientes del PCCh. La crisis reciente que estalló el año pasado en los Estados Unidos ha influenciado fuertemente la economía y la existencia de la gente en un gran número de países. Debido al impacto profundo de esta crisis, 2009 habrá sido, para el desarrollo económico de China, el año más difícil desde el comienzo de este siglo.

Las medidas contra la crisis y sus efectos

El PCCh y el gobierno han tomado a tiempo unas medidas macroeconómicas con el fin de abordar la crisis y asegurar un crecimiento económico permanente y rápido. Hemos aplicado una política fiscal progresiva y hemos elaborado un vasto plan de extensión de la demanda interior y de estimulación del crecimiento.

Un plan de inversión de 4000 billones de yuanes (algo más de 400 millares de euros, Nota del Traductor), repartido sobre dos años, hará crecer considerablemente los gastos del Estado, hará subir la demanda interior y hará aumentar la prosperidad de los ciudadanos. En la industria, se ha diseñado un programa a largo plazo de reestructuración y rejuvenecimiento para estimular la renovación tecnológica, la reducción de las emisiones atmosféricas y la protección del medio ambiente. Hemos realizado grandes esfuerzos para extender el mercado interior – especialmente en la zonas rurales –, estabilizar el desarrollo de la agricultura y aumentar la renta de los agricultores. Hemos tomado medidas de reforma de la seguridad social con el objetivo de dar acceso a todos los cuidados sanitarios de primera necesidad. También hemos tomado medidas tendientes a hacer realmente gratuita la enseñanza obligatoria y a hacer financieramente posible el acceso a la vivienda en las ciudades y el campo, de manera a que la gente ya no tenga que preocuparse por ello.

Todas estas medidas ya han tenido algún efecto y ya podemos ver bastantes consecuencias positivas. Entre enero y septiembre, nuestro producto interior bruto ha tenido un crecimiento del 7,7% con respecto al mismo periodo de 2008. Las ventas en las tiendas han aumentado un 15,1%, los ingresos del Estado un 5,3% y los precios al consumo han bajado un 1,1%. Los datos indican que nuestro consumo interno se porta muy bien, la demanda de inversión crece progresivamente, la sociedad en su conjunto es estable y va mejorando la situación económica general. Las medidas adoptadas por China para luchar contra la crisis no solamente han tenido un efecto positivo sobre la economía china, sino que también estimulan la economía de toda la región y del mundo.

Los progresos en los últimos 60 años

Este año, hemos conmemorado el 60 aniversario de la fundación de la nueva China. Estos últimos 60 años, el Partido Comunista de China y el pueblo chino han cosechado éxitos que han atraído la atención del mundo entero. La economía y la fuerza en su conjunto de China se han consolidado de manera considerable. Hoy China es la tercera economía mundial y es también la tercera nación exportadora. La vida de los ciudadanos ha mejorado mucho. El producto interior bruto por habitante y por año ha pasado de 35 dólares en 1949 a 3266 dólares el año pasado. La esperanza de vida ha pasado de 35 a 73 años. Las normales morales y éticas de la sociedad china se han elevado. Hemos instaurado una legislación socialista con características chinas. Hacemos constantemente esfuerzos para hacer que se respete la ley y mejorar la integridad cultural de nuestro pueblo. Las relaciones entre China y el mundo han conocido cambios históricos. Hoy el mundo le presta más atención a China. La suerte de China y la del mundo están mucho más estrechamente ligadas hoy en día.

La experiencia de los últimos 60 años demuestra que en la primera fase del socialismo siempre debemos considerar el desarrollo económico como nuestra tarea principal. Debemos concebir las reformas y la apertura hacia el exterior como el motor de nuestro desarrollo económico, político, cultural y social. Estimulamos las reformas económicas y políticas con el fin de desarrollar el entusiasmo, el espíritu de iniciativa y la creatividad de toda la población, hacer realidad la igualdad social y la justicia y estimular la vitalidad en todo el país. Debemos seguir desarrollando la democracia socialista, enmendar la legislación socialista, hacer que se aplique la ley y asegurar la estabilidad de nuestro país. Debemos mejorar y consolidar la construcción de nuestro partido, llevar a cabo y en profundidad nuestra campaña contra la corrupción y acercar aún más al partido y al pueblo.

¿Vamos a abandonar el socialismo?

Algunos partidos que no están lo suficientemente al corriente de las condiciones nacionales en China piensan que China ha renunciado al marxismo y que ya no se dirige rumbo hacia el socialismo. Algunos partidos incluso califican al sistema chino como "capitalismo autoritario". Estas acusaciones carecen de fundamento. Como sabéis, China es un gran país oriental con una economía y una cultura relativamente atrasadas. China está de momento en la primera fase del socialismo y esto todavía va a durar cierto tiempo. En la literatura marxista, no se encuentra un manual explicativo sobre la manera de desarrollar el socialismo en esas condiciones nacionales específicas. El PCCh siempre ha conservado el marxismo como su guía ideológica. Nuestro partido siempre se ha esforzado para integrar los fundamentos del marxismo a las condiciones chinas y acorde a los tiempos para encontrar un nuevo camino hacia la construcción del socialismo. Las generaciones sucesivas de dirigentes del PCCh han concentrado la sabiduría colectiva de todo el partido, han sistematizado las experiencias y las lecciones de otros países y han elaborado un sistema de socialismo con características chinas.

A medida que va evolucionando junto con China, el PCCh, como partido y guía, debe sacar lecciones de todas las brillantes realizaciones de la civilización humana, incluyendo los métodos y sistemas de gestión de empresas que pueden reflejar las leyes de la producción social moderna, tales como la economía de mercado capitalista. Pero esto no quiere decir que queremos imitar al capitalismo y aún menos que queremos emprender su camino. Al contrario, nuestro objetivo es mejorar el socialismo, consolidarlo y desarrollarlo.

Estoy convencido de que la exploración continua de los comunistas chinos y su éxito en la construcción de una China más fuerte no solamente podrá contribuir a enriquecer y desarrollar el marxismo, sino que también podrá servir de estímulo y fuente de inspiración para todos los comunistas del planeta. Pienso que esto constituirá una importante contribución al movimiento socialista internacional.

Elevar el nivel ideológico y político

En el mes de septiembre pasado, el comité central de nuestro partido se reunió en sesión plenaria. Tomó la decisión de consolidar y mejorar la construcción del partido. Me gustaría explicar las principales ideas que salieron de esta reunión.

Desde hace ya 60 años, el PCCh dirige el gobierno. La práctica ha demostrado que el PCCh ha sido la llave de cada éxito en el país. Esta es la razón por la que conviene mantener con determinación la posición dirigente del PCCh. El mundo está en pleno desarrollo y experimenta cambios y adaptaciones. China se enfrenta a nuevas condiciones y a nuevos problemas. Al PCCh le esperan enormes tareas, complejas y duras, en su búsqueda de reformas, de apertura y modernización socialista. Es la razón por la que el partido debe estar muy atento a los desafíos que se van a presentar. El partido tendrá que explorar nuevos caminos y trabajar sin descanso para corregirse a sí mismo.

La formación ideológica y teórica debe pasar a primer plano para conferir a todos los miembros una mejor comprensión de la esencia del marxismo. La construcción del partido debe estar integrada en la tarea primordial que consiste en asegurar la dirección del desarrollo socialista. Debemos focalizar nuestra atención sobre el reforzamiento de las competencias gubernamentales del partido y debemos velar por su carácter de vanguardia de manera que siempre esté en la primera línea del progreso.

No debemos jamás perder de vista que el PCCh está al servicio de los intereses de la comunidad y que asumimos la dirección del estado en beneficio del pueblo. En su búsqueda de medios, el partido debe desarrollar su dinamismo, no temer las ideas nuevas ni una nueva práctica. Finalmente, el partido debe practicar la autodisciplina, ser correcto con sus miembros y mejorar la gestión de los asuntos del partido.

El PCCh quiere construirse como partido marxista orientado hacia el aprendizaje y la elevación del nivel de su propia consciencia ideológica y política. Debemos mejorar el centralismo democrático y extender la democracia al interior mismo del partido. También debemos reformar nuestra política relativa al personal y formar un contingente de cuadros de gran calibre que estarán más instruidos en la aplicación del desarrollo científico y la armonía social. Debemos redoblar nuestros esfuerzos para reforzar las organizaciones de base del partido y consolidar las raíces organizativas del partido. El partido debe conservar lo que hay de bueno en su manera de trabajar y seguir estrechando lazos sólidos con el pueblo. Debemos intensificar la condena de la corrupción, establecer un sistema de prevención y seguir luchando contra esta misma corrupción.

Mientras exista el capitalismo, habrá crisis

También me gustaría hablar de las concepciones personales que me inspiran el presente encuentro. La crisis financiera mundial aún no ha terminado, subsisten muchos riesgos para la economía mundial. Muchos hombres políticos y expertos científicos han estudiado la crisis y han ofrecido valiosos análisis al respecto. Permitidme recorrer con vosotros mis propios puntos de vista.

Mucha gente le echan la culpa de la crisis financiera y económica a la "la especulación insensata en el mercado financiero", la "competencia que no recula ante nada" o "la concesión exagerada de créditos". Consideran que es posible terminar con la crisis y que podemos llegar un restablecimiento de la situación "regulando" el capitalismo. Pienso que esta crisis no se diferencia de las otras crisis que hemos conocido y que han sido provocadas por la contradicción interna del capitalismo. No es posible eliminar este tipo de crisis. Aparecerán regularmente mientras exista la propiedad privada y la contradicción interna del capitalismo se mantenga en statu quo. De ahí este ciclo recurrente crisis – recuperación – crisis en el desarrollo del capitalismo. El buen funcionamiento pasajero no es más que la señal precursora de una nueva crisis. La crisis actual nos ofrece una nueva prueba de que Karl Marx tenía razón en su análisis de la crisis económica capitalista y en que el modo de producción capitalista está definitivamente condenado a desaparecer.

Pero, en este caso ¿podemos concluir de ahí que el capitalismo no sobrevivirá esta crisis? Pienso que la respuesta a esta pregunta es "no". Podemos decir, no obstante, que esta crisis acelerará el paso del capitalismo hacia el socialismo.

Gracias a la nueva revolución científica y tecnológica y a la auto-adaptación del capitalismo, asociada a un boom económico, a su vez seguido de una expansión del capital, el mundo capitalista ha conocido, desde mediados del siglo XX, un periodo relativamente estable y próspero.

Desde la revolución burguesa en Inglaterra, hace 360 años, el capitalismo ha obtenido una gran experiencia para afrontar las crisis. Hoy en día, todavía hay espacio para el crecimiento de la productividad capitalista y la capacidad de auto-adaptación del modo de producción capitalista aún no se ha agotado. La contradicción inherente al capitalismo se expresa en formas de movimiento, a veces radicales, a veces moderadas. Ya lo dijo Marx: "Ningún orden social desaparece antes de que hayan sido plenamente desarrolladas las fuerzas productivas en el seno del espacio disponible; y las relaciones de producción más elevadas nunca aparecen antes de que las condiciones materiales de su existencia hayan madurado en el seno de la vieja sociedad." Una comprensión correcta del desarrollo del capitalismo puede ayudarnos a nutrir un punto de vista científico de la realidad y a aplicar la política adecuada. En vista de la actual correlación de fuerzas, pienso que el capitalismo va a permanecer más fuerte que el socialismo durante un cierto periodo de tiempo y que los países socialistas deberán lidiar con los países capitalistas en una relación de lucha y colaboración, y ello con el fin de aumentar nuestras posibilidades de supervivencia.

Fuente: http://infochina.be/fr/content/la-chine-emprunte-t-elle-la-voie-capitaliste

lunes, 22 de julio de 2013

Presidente Xi Jinping promete reforzar asociación estratégica entre China y Venezuela


BEIJING - 20/07/2013

El presidente chino, Xi Jinping, prometió este viernes reforzar la asociación estratégica entre su país y Caracas durante una reunión con el vicepresidente venezolano, Jorge Arreaza.

Xi alabó las contribuciones del Comandante Hugo Chávez a las relaciones chino-venezolanas y señaló que China está dispuesta a trabajar con Venezuela para mantener su tradicional amistad y confianza mutua, seguir realizando intercambios de alto nivel, intensificar la comunicación entre los dos Partidos gobernantes y reforzar los intercambios de experiencias.

Asimismo, instó a los dos países a promover la cooperación en ámbitos como las finanzas, la energía, la agricultura, las infraestructuras, las tecnologías avanzadas y las zonas económicas especiales, según Xinhua.
En cuanto a los lazos entre China y los países latinoamericanos y caribeños, Xi aseguró que Beijing desea hacer esfuerzos conjuntos para establecer lo antes posible un foro de cooperación bilateral para elevar el nivel de colaboración.

Por su parte, Arreaza subrayó que Venezuela desea convertirse en una importante fuerza en la promoción de la cooperación entre China y los países latinoamericanos y caribeños, agregó Arreaza.

El Vicepresidente venezolano llegó en compañía de una delegación a Beijing el pasado miércoles, para una visita oficial de cinco días, precisa PL.

Fuente: http://www.granma.cubaweb.cu/2013/07/20/interna/artic01.html

domingo, 21 de julio de 2013

Diagne Fodé Roland sobre el socialismo en China y el XVIII Congreso del PCCh

Este artículo, que tenía intención de traducir desde hace ya tiempo, es realmente una de las principales motivaciones por las que decidí abrir este blog. Debo confesar que no tengo la fuente, lo recibí por mail mediante una lista de correo, que creo provenir originariamente del Polo de Refundación Comunista de Francia. Fue escrito en el mismo momento que se celebraba XVIII Congreso del Partido Comunista Chino. El caso es no podría estar más de acuerdo con este artículo. 

El autor, el franco-senegalés Diagne Fodé Roland, defiende el proceso de edificación socialista en China y rechaza la caracterización de China como "capitalista" y aún menos como "imperialista". Apoyándose en el socialismo científico, y utilizando citas de Lenin y del propio PCCh (cuya opinión se ha de tener en cuenta si se quiere hacer un análisis mínimamente serio de la propia naturaleza del PCCh), abogando por el capitalismo de Estado bajo control del Partido Comunista, como progreso frente al atraso secular inherente a la economía campesina y/o semi-feudal propia de los países colonizados, y como régimen socio-económico que posibilite la transición hacia el socialismo.

Fodé Roland es el portavoz de la plataforma de inmigrantes sin-papeles de la ciudad francesa de Lille (y a todas luces un marxista-leninista), y un ferviente activista político en Francia como en su país de origen, Senegal, de donde tuvo que emigrar en 1984 a raíz de las persecusiones del gobierno neocolonial de Abdou Diouf (que por cierto sigue gobernando el país). Es decir, no estamos hablando precisamente del típico intelectual aburguesado viviendo de las rentas del Estado. 

He considerado oportuno ilustrar el artículo con una imagen que refleja la naciente relación de amistad entre los pueblos de África y China. 

XVIII Congreso del Partido Comunista Chino (PCCh): Hacia nuevas conquistas sociales y democráticas favorables a los trabajadores y los pueblos de China y del mundo 

DIAGNE Fodé Roland

Mientras la prensa imperialista centraba su atención en la reelección del astuto Obama, en detrimento del mormón defensor de la poligamia Romney por los grandes electores de la potencia imperialista hegemónica en declive que son los EEUU, los grandes electores del PCCh elegían a los futuros dirigentes de la República Popular de China. China intriga a los más honestos, pero espanta a los imperialistas que emplean el palo y la zanahoria para llegar a su fin: derrotar a este gran país superviviente del difunto campo socialista.
  
Así es como el Monde Diplomatique afirma que “las potencias emergentes de hoy no son dignas herederas de los anticolonialistas y anti-imperialistas de ayer” porque, vean ustedes, “es un poco la era de los barones ladrones… dinastías industriales de legendaria rapacidad (John D. Rockefeller, J.P. Morgan, Cornelius Vanderbilt) suplantaron progresivamente a las familias europeas… los monarcas del golfo, los oligarcas chinos, indios o rusos sueñan con tomar el mismo relevo – y con las mismas alianzas… Pekín no está menos empeñado en defender las recetas liberales (sic!)” (Enero 2013).
  
El movimiento comunista de Occidente no está exento de este tipo de lecturas erróneas, metástasis del eurocomunismo, ese oportunismo chovinista, inconscientemente trotskista, según el cual la experiencia soviética habría sido un desastre aventurerista porque “el socialismo en un solo país, máxime en un país atrasado, no podía acabar sino en fracaso”. 

Los elementos de izquierda en general, e incluso los comunistas africanos en particular, todavía dudan a la hora de deslindar clara y abiertamente con esta manipulación ideológica que consiste en reducir las experiencias inéditas de desarrollo nacional independiente de los países supervivientes del campo socialista, a una simple copia del capitalismo imperialista de la Unión Europea y los EEUU. Así, como China invierte en África y en otros lugares, se habría vuelto “imperialista”; como en China hay empresas privadas, y por lo tanto capitalistas, se habría vuelto “capitalista”. 

La experiencia de transformación revolucionaria de China, de país semi-feudal, semi-colonial, en democracia popular socialista, es rechazada vehementemente por los “comunistas”, por las izquierdas sin base de investigación, sin un trabajo serio de análisis concreto de una situación concreta y sin un esfuerzo colectivo teórico de comprensión, sobre la base del marxismo-leninismo, del materialismo dialéctico e histórico, del socialismo científico.

China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba son supervivientes del campo socialista temporalmente vencido 

Estos países, dirigidos por partidos comunistas que salieron victoriosos contra la burguesía compradora, el colonialismo y el imperialismo estadounidense y europeo, se unieron al campo socialista victorioso contra el nazismo e iniciaron experiencias de edificación de democracias populares con la perspectiva del socialismo. La existencia del campo socialista y de la URSS favoreció la socialización de los principales medios de producción e incluso una perspectiva de tránsito hacia el socialismo “saltándose la etapa capitalista”, tal como Lenin y Stalin lo hicieron en los países, naciones y pueblos oprimidos por el antiguo imperio zarista que fundaron la URSS como federación. En aquellos países, todo o parte de las fuerzas y medios de producción fueron así estatalizadas, socializadas bajo la forma de propiedad del Estado, propiedad colectiva de los trabajadores o bajo la forma de propiedad descentralizada a nivel comunal, municipal, regional, etc. La solidaridad y la ayuda mutua internacional se organizaban en el marco del CAME. Cada país contribuía a la comunidad socialista con sus propios recursos. Incluso China, que ya en los años 60 había roto con la URSS revisionista, se había beneficiado hasta el Gran Salto Adelante de una importante ayuda de la URSS, principalmente para el desarrollo de su industria pesada.
Pero una vez vencidos la URSS y el campo socialista, y tomando en consideración la nueva y desfavorable correlación de fuerzas, estos países, así como los partidos comunistas que los dirigen, orientaron su desarrollo nacional mediante la asociación de varias formas de propiedad bajo control del partido comunista, la propiedad del Estado de los principales medios de producción y la planificación. De hecho, se puede considerar que la derrota del campo socialista ha impuesto a los supervivientes un largo periodo de NEP denominado “socialismo chino, coreano, vietnamita, cubano, etc.”.

Todos estos “capitalismos de Estado o socialismo nacionales de mercado” que sirven al objetivo de edificar el socialismo como fase primera del comunismo, plantean la cuestión del “capitalismo de Estado o socialismo de mercado” como fase histórica de transición, determinada por el nivel de las fuerzas productivas en un país o en una serie de países.

En un texto poco conocido de Lenin, titulado “Sobre el infantilismo de de ‘izquierda’ y las ideas pequeñoburguesas”, he aquí lo que dice Lenin dice sobre el “capitalismo de Estado”: “No sabemos calcular dónde hay que colocar a tal o cual saboteadorno sabemos organizar nuestras propias fuerzas para la vigilancia, pongamos, de un centenar de saboteadores que vienen a trabajar con nosotros. En esta situación, pronunciar frases sobre la ‘más resuelta socialización, el ‘aplastamiento’, ‘romper definitivamente’, es meterse el dedo en el ojo. Es típico para un revolucionario pequeñoburgués el no darse cuenta de que al socialismo no le basta con culminar, romper, etc.; esto le basta al pequeño propietario exasperado por el grande, pero el revolucionario proletario no sabría caer en tamaño error. (…) Sin embargo, ellos [nuestros comunistas de izquierda] no han reparado en que el capitalismo de Estado supondría un paso adelante con respecto al estado actual de las cosas en nuestra República de los Soviets. (…) Ningún comunista ha negado tampoco, al parecer, que la expresión de República Socialista de los Soviets traduce la voluntad del poder de los soviets de asegurar la transición hacia el socialismo, pero no significa de ningún modo que el nuevo orden económico sea socialista. ¿Pero qué significa la palabra transición? ¿No significa que, aplicada a la economía, hay en el régimen en cuestión elementos, fragmentos, parcelas a la vez de capitalismo y socialismo? Todo el mundo convendrá en que esto es así. Pero aquellos que convengan en ello no se preguntan aún cuáles son, precisamente, los elementos que relevan de las diferentes categorías económicas y sociales que coexisten en Rusia. Sin embargo, ahí reside la cuestión. Enumeremos estos elementos: 1) economía patriarcal, es decir, en gran medida, economía natural campesina; 2) pequeña producción mercantil (en esta categoría, la mayor parte de los campesinos que venden trigo); 3) capitalismo privado; 4) capitalismo de Estado; 5) socialismo. Rusia es tan grande y tiene tanta diversidad que todas estas formas económicas y sociales se entrelazan estrechamente. Y esto es lo que hay de particular en nuestra situación. (…) No es el capitalismo de Estado quien está aquí en pugna con el socialismo, sino que son la pequeña burguesía y el capitalismo privado quienes luchan, codo con codo, a la vez contra el capitalismo de Estado y contra el socialismo. La pequeña burguesa se opone a toda intervención por parte del Estado, a todo inventario, todo control que emane de un capitalismo de Estado o de un socialismo de Estado”.

Estas enseñanzas de Lenin prohíben toda conclusión precipitada y no científica que tienda a descalificar las actuales experiencias de desarrollo basadas en el capitalismo de Estado o el "socialismo de mercado" de ciertos países del antiguo campo socialista que resistieron a la avalancha contrarrevolucionaria burguesa contra China, Vietnam, Cuba, Corea del Norte, así como de las nuevas experiencias en curso en Venezuela, Ecuador, Nicaragua, Bolivia, etc. Experiencias de este comienzo de siglo XXI que nacieron de la matriz y prolongan de manera viva, y por tanto dialéctica, la Revolución Bolchevique de Octubre de 1917, y antes que ella la COMUNA.

Crisis del capitalismo mundial, del capitalismo liberal contra el capitalismo de Estado o socialismo de mercado

Una característica peculiar de la actual crisis del imperialismo mundial es que los países imperialistas liberales – los de la triada EEUU, UE, Japón – están siendo ahogados por la deuda, se desindustrializan a golpe de deslocalizaciones por parte de la empresas multinacionales que buscan bajos salarios, se “financiarizan” hasta el punto de que la especulación bursátil y el capital ficticio aplastan la economía real, se hunden en la regresión social con desempleo masivo, la extensión del trabajo ilegal en sectores de actividades no deslocalizables, la reducción de salarios y por tanto del precio de la fuerza de trabajo, etc. Las burguesías de las potencias imperialistas construyeron su colosal fortuna durante siglos de genocidio contra los indios de América, trata de esclavos negros, expolio y sobreexplotación colonial y después con el sistema semi o neo-colonial establecido en la segunda mitad del siglo XX. De esta depredación imperialista sobre el mundo entero, nacieron las empresas multinacionales de los EEUU, de la UE y Japón que obtienen sus ganancias en las bolsas financieras y las agencias de calificación de riesgos, que hoy fijan los tipos de interés de los préstamos de los Estados y dictan las políticas de austeridad que se abaten sobre los países de la UE, los EEUU y Japón al igual que ayer el FMI y el Banco Mundial lo hacían para los países del Tercer Mundo. Estos imperialistas de EEUU y la UE han elaborado las reglas liberales de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y los principios liberales del “libre mercado del consenso de Washington” que han impuesto al mundo entero desde los años 80 al menos.

El desastre económico y social engendrado por el liberalismo y la crisis del capitalismo también lleva consigo su cortejo de regresión de la democracia política en los países imperialistas con el auge de los partidos fascistas racistas y las decisiones políticas cada vez más antidemocráticas, como la usurpación de los parlamentos al voto del pueblo y la sumisión y la liquidación de los Estados-nación ante el poder supranacional de la UE.

Sin embargo, es preciso constatar que, ante el dictado mundial del “menos Estado” liberal, se opone el “consenso de Pekín” y las políticas del “mercado controlado y regulado por el Estado” dirigidas por los Partidos Comunistas de los países supervivientes del campo socialista.

He aquí como resume Hu Jintao en el XVIII Congreso del PCCh las etapas del desarrollo económico de China: “El grupo dirigente central de la primera generación, unido en torno al camarada Mao Zedong, condujo a nuestro partido y a nuestro pueblo multiétnico hacia la victoria de la revolución de nueva democracia, consiguió la transformación socialista y estableció finalmente el régimen fundamental del socialismo, lo que supuso la transformación social más profunda y más vasta que China haya conocido jamás en su historia, y puso en pie, en el plano político e institucional, las bases sólidas sobre las que descansan el desarrollo y el progreso de la China contemporánea. Pese a sufrir graves reveses en su proceso de tanteo y error, durante la construcción del socialismo nuestro partido adquirió conocimientos teóricos del todo originales y obtuvo logros importantes, que tenían que servir de preciosas experiencias, apoyo teórico y base material para la inauguración del socialismo con características chinas en el nuevo periodo histórico. El grupo dirigente central de la segunda generación, unido en torno al camarada Deng Xiaoping, guió a nuestro partido y nuestro pueblo multiétnico a la hora de hacer un balance profundo de la experiencia positiva y negativa adquirida durante la construcción del socialismo, e inspirándose en la experiencia de desarrollo socialista en otros países, adoptó la decisión histórica de desplazar el eje de actividades del partido y del Estado hacia la edificación económica, aplicar la política de reformas y de apertura hacia el exterior. Señaló la naturaleza del socialismo, estableció la línea fundamental para la fase primaria del socialismo, indicó claramente que hacía falta seguir nuestro propio camino para edificar un socialismo con características chinas, y dio respuestas científicas a las cuestiones fundamentales que conciernen la construcción del socialismo con características chinas. Gracias a todo esto, la era de construcción de un socialismo con características chinas se abrió ante nosotros. Bajo la dirección del grupo dirigente central de la tercera generación unido en torno al camarada Jiang Zemin, nuestro partido y nuestro pueblo multiétnico mantuvieron firmemente la teoría y la línea fundamentales del partido, y, frente a una situación compleja, tanto en lo interior como en lo exterior, y las duras pruebas tras los graves reveses sufridos por el socialismo en el mundo entero, consiguieron defender el socialismo con características chinas. En las condiciones de la nueva práctica, nuestro partido definió su programa fundamental, aisló la experiencia fundamental, definió claramente el objetivo de la reforma que es el establecimiento del sistema económico de economía de mercado socialista y el marco general de éste, así como el sistema económico y el sistema de distribución fundamentales durante la fase primera del socialismo. Sobre esta base, inauguró una nueva era de reformas y  de apertura a todos los niveles, hizo avanzar la nueva y vasta empresa de edificación del partido y permitió que la construcción del socialismo con características chinas pudiera seguir en el siglo XXI. En la nueva etapa del nuevo siglo, aprovechando un importante periodo rico en oportunidades estratégicas, el Comité Central del Partido se lanzó, a lo largo del proceso de edificación in extenso de una sociedad con un nivel de vida medio, a la innovación en el plano práctico, teórico e institucional. Fiel a los principios de primacía del hombre y del desarrollo completo, coordinado y estable, insistió en la necesidad de edificar una sociedad socialista armoniosa y hacer progresar más rápidamente la civilización ecológica, esbozando así las disposiciones generales del desarrollo del socialismo con características chinas” (Informe de actividades al XVIII Congreso del PCCh).

Estimulado y orientado hasta ahora por los planes quinquenales y el comercio exterior, el nuevo giro que produce pesadillas para los imperialistas es que el consumo interior tenga que ser la locomotora del desarrollo nacional: “Conviene actuar por todos los medios para darle una nueva vitalidad de desarrollo a los distintos actores del mercado, estimular una nueva fuerza motriz de desarrollo con la innovación como motor principal, establecer un nuevo sistema de desarrollo de la industrias modernas, favorecer el surgimiento de nuevas oportunidades de desarrollo de la economía abierta sobre el exterior y hacer que el desarrollo económico sea motivado en mayor medida por la demanda interior, en particular por el consumo, así como por las industrias de servicios modernos y la industrias emergentes de importancia estratégica, y que se apoye en mayor medida en los progresos técnico-científicos, una mejor formación de los trabajadores, la innovación en materia de gestión, el ahorro de recursos y la economía circular, y el desarrollo interactivo y coordinado campo-ciudad y entre las distintas regiones. Todo ello contribuirá a acrecentar de manera continua las fuerzas de reserva del desarrollo a largo plazo" (informe de Hu Jintao al XVIII Congreso del PCCh).

Todos estos procesos de desarrollo económico y social de la China Popular se han realizado sacando a más de 700 millones (sobre alrededor de 1300 millones) de Chinos de la hambruna y la miseria, entre 1949 y la actualidad, evitando las depredaciones inherentes al capitalismo y a su práctica de extracción de plusvalía y ganancias mediante el empobrecimiento de los trabajadores en el interior de un país y el expolio de los pueblos a base de genocidios, colonias y guerras. Éstos son los logros admirables del Partido Comunista Chino que todo comunista que sea digno de este nombre debe saludar objetivamente. 

Los comunistas y las nuevas condiciones de las experiencias de edificación socialista en curso 

¿Que no oímos acerca de China, Corea del Norte desde las propias filas de los elementos, partidos y fuerzas comunistas a lo largo del mundo? No solamente la mayor parte sucumbe ante la propaganda burguesa imperialista repitiendo hasta la saciedad que China es "capitalista", véase "imperialista", sino que algunos permanecen prisioneros de la época de los "debates ideológicos y políticos entre "jruschovianos, maoístas, hoxhaístas, castristas o guevaristas" de los años 60 y 70. Pero mientras  tanto la vida, en su dialéctica histórica, ha zanjado buena parte de un gran número de aspectos de este debate histórico con la derrota del campo socialista y la restauración capitalista en la URSS en los años 90.  

Con el retroceso, podemos decir que los imperialistas habían logrado instrumentalizar las contradicciones en el seno del Movimiento Comunista Internacional (MCI) habidas tras las dos declaraciones de Moscú en 1957 y 1960 para dividir aquel en "prosoviéticos" y "prochinos", hasta el punto de que los "prochinos" habían llegado a considerar que "el social-imperialismo soviético se había vuelto fascista y el enemigo principal". Lo opuesto parece ocurrir hoy en ciertos sectores comunistas y de las izquierdas de los EEUU, la UE y Japón, y también en África notablemente, como si "el enemigo principal, el peligro principal" fuera la "China capitalista", véase "imperialista".  

La pregunta es: ¿para quien es China un "peligro, un enemigo"?. Si no lo es para las burguesías imperialistas, cuyo programa de preservación del capitalismo hegemónico parasitario, rentista, en putrefacción y muribundo es el liberalismo, y para las burguesías neocoloniales de las semi-colonias "Françafricanas", Eurafricanas y Usafricanas. Es contra este capitalismo liberal que China, Coreal del Norte, Vietnam, Cuba, y también los países de la Alianza Bolivarian (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua, etc.) e incluso los países emergentes como India, Brasil y Rusia, resisten para salir de siglos de esclavitud colonial y semi-colonial y promover el desarrollo en base al capitalismo de Estado.

Los logros económicos y sociales de los "países emergentes" no son una amenaza para los obreros, trabajadores, y los pueblos de los EEUU, la UE y Japón, sino para las burguesías imperialistas de la Triada que hacen sufrir a los trabajadores la barbarie de la austeridad y la destrucción de las conquistas sociales y democráticas de las generaciones precedentes de trabajadores.  

El desarrollo nacional independiente de los "países emergentes", particularmente de los supervivientes del campo socialista, demuestra a los pueblos oprimidos por los EEUU y la UE que la primera fase de las luchas de independencia fecundó poderes populares dirigidos por partidos comunistas cuyo proyecto de edificación del socialismo pasa por el desarrollo de las fuerzas productivas, el conocimiento popularizado del saber científico y técnico y la descolonización mental y cultural de la intelectualidad 

Los comunistas y las izquierdas del mundo entero deberían estás más bien orgullosas de que a la cabeza de estas resistencias nacionales anti-liberales y anti-imperialistas estén colocados los países supervivientes del campo socialista derrotado a finales de los años 80. Es en este marco que, cumpliendo con nuestras obligaciones internacionalistas respecto de las experiencias de edificación socialista en curso en China, Corea del Norte, Vietnam y Cuba, tenemos que estudiar éstas para inspirarnos en nuestras propias luchas para la conquista del poder de la clase obrera y de sus aliados de las fuerzas populares.  

En estas experiencias progresistas y revolucionarias en curso, sigue y seguirá siendo planteada la inevitable gran pregunta acerca de QUIEN VENCERÁ FINALMENTE DE ENTRE EL PROLETARIADO Y LA BURGUESÍA, de entre el socialismo y el capitalismo mientras subsista la cohabitación de las formas de propiedad socialista, capitalista, individual, etc., bajo la dirección de un Estado dirigido por un Partido Comunista que declara abiertamente su objetivo de construir el socialismo, fase inferior del comunismo.  

Cabe destacar que esta cuestión también está siendo planteada por el agresivo y belicista cerco capitalista e imperialista contra los "países emergentes", en especial los países socialistas y sobre todo contra el más poderoso de éstos, China. Cosa que nos interpela para nuestros deberes internacionalistas de solidaridad con el poder popular en China.  

Es lo que en cualquier caso afirma en su discurso del 1º de octubre de 2009 el Presidente Hu Jintao, primer secretario del PCCh: "el desarrollo y el progreso de la nueva China desde hace sesenta años han demostrado plenamente que sólo el socialismo puede salvar el país y que sólo la reforma y la apertura pueden asegurar el desarrollo de China, del socialismo y del marxismo".  

Así, debemos dejar de repetir como papagayos lo que dicen los imperialistas y los liberales sobre las experiencias en curso de los países emergentes, y dedicarnos al estudio objetivo de éstas en el combate por la liberación social de los trabajadores y la liberación nacional de los pueblos.  

Enero 2013